TRIDUO A SAN JOSÉ


TRIDUO A SAN JOSÉ

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   Por la señal...
   V. Benditos y alabados sean los dulcísimos nombres de Jesús, María y José.
   
R. Amén.

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
   ¡Con cuánta confianza,, con cuánta satisfacción acudimos a Vos, oh poderosísimo San José, cuando, en medio de las angustias y necesidades que nos rodean en esto valle de lágrimas, al levantar nuestros suplicantes ojos al cielo, parécenos escuchar una voz amorosa que nos dice: "acudid a José y él os dará el remedio que necesitáis". Por eso recurrimos a Vos, bondadoso Patriarca, y con todo el fervor de nuestro afligido corazón os pedimos que, desde el trono de gloria en que os colocaron vuestras virtudes y merecimientos, escuchéis propicio nuestras súplicas y tengáis piedad de nosotros.
   Humildemente confesamos que la tribulaciones que nos afligen son un castigo justo de nuestros pecados, y arrepentidos de haberlos cometido, pedimos a Dios perdón de todos ellos. Alcanzádnoslo, amoroso San José, y por el amor que profesasteis a vuestro Jesús y María y por la autoridad que sobre ellos ejercitasteis acá en la tierra, interceded ahora por nosotros en el cielo, escuchando nuestras peticiones y presentándolas Vos mismo a vuestra Esposa inmaculada y a vuestro divino Hijo para que sean favorablemente despachadas, a mayor gloria de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
   Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María!
   Pedir aquí la gracia que se desea alcanzar, y rezar siete Padrenuestros y Avemarías en memoria de los siete dolores y gozos.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
   Gloriosísimo Patriarca San José, castísimo Esposo de la Madre de Dios; a vuestro amparo acudimos; no desatendáis nuestra súplica y libradnos de todos los peligros.
   
V. Bendito Patriarca San José, rogad por nosotros.
   
R. Para que seamos dignos de la gracia que imploramos.

   Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, unid vuestros ruegos a los de vuestro castísimo Esposo, clementísima Señora. Y por los maternales cuidados que prodigasteis al Niño Jesús, interceded y rogad por nosotros para que seamos dignos de alcanzar la gracia que hemos perdido.
   Sacratísimo Corazón de Jesús, atended benigno las súplicas de María, llena de gracia, y de José, varón justo, para que, por su intercesión, logremos el favor solicitado, si ha de ser a mayor honra y gloria vuestra y bien de nuestras almas. Vos que vivís y reináis por todos los siglos de los siglos. Amén.
   Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María!
   Pedir aquí la gracia que se desea alcanzar, y rezar siete Padrenuestros y Avemarías en memoria de los siete dolores y gozos.

DÍA PRIMERO

   Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
   Aquí nos tenéis postrados en vuestra gloriosa presencia, ínclito protector nuestro San José, implorando vuestro poderoso y eficaz patrocinio. Dirigid, oh gran santo, una mirada amorosa sobre nosotros, miserables hijos de Eva, y alcanzadnos la gracia que os hemos pedido, juntamente con las tres virtudes de humildad, pureza y obediencia que tan caras fueron a María Santísima, vuestra Esposa y nuestra madre; a fin de que, enriquecidos con ellas, podamos expirar dulcemente en los brazos de Jesús y María, y alabaros después en el cielo por toda una eternidad. Amén.
   Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA SEGUNDO
   Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
   A vuestros santísimos pies nos postramos con el más humilde afecto, ¡oh incomparable protector nuestro San José!, confiando en vuestro poderoso y eficaz patrocinio. Dirigid, ¡oh gran Santo!, una mirada amorosa sobre nosotros, miserables pecadores hijos de Eva, y alcanzadnos la gracia que os hemos pedido juntamente con las tres virtudes de tierna piedad, gratitud a los divinos beneficios y firme confianza en Dios, que tanto y con tanto fruto practicasteis Vos mismo, durante vuestra vida en este mundo, a fin de que, enriquecidos con ellas, podamos expirar dulcemente en los brazos de Jesús y María y alabarlos después en vuestra compañía en el cielo, por toda la eternidad.
   Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA TERCERO
   Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
   Postrado ante Vos, insigne protector nuestro San José, acudimos también hoy en demanda de vuestro poderoso y eficaz patrocinio. Dirigid ¡oh gran Santo! una mirada amorosa sobre nosotros, miserables hijos de Eva, y presentad nuestras súplicas al Padre Eterno, cuyas veces representasteis sobre la tierra en la custodia de su Hijo encarnado; presentadlas al Espíritu Santo, de quien fuisteis representante como Esposo de María; presentadlas a las tres divinas personas. Padre, Hijo y Espíritu Santo, a fin de que presentadas por Vos, sean benignamente atendidas por la Santísima Trinidad, objeto de todo nuestro amor, ahora y siempre por todos los siglos. Amén.
   Terminar con la oración final para todos los días.

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