04/VI SAN FRANCISCO CARACCIOLO, Confesor

04 de Junio

SAN FRANCISCO CARACCIOLOConfesor

  Llega. la hora y ya ha venido, en que los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad,
porque tales son los adoradores que busca el Padre.

(Juan, 4, 23)

   Francisco Caracciolo, fundador de la Orden de los Clérigos Regulares Menores, distinguióse desde su infancia por una ardiente piedad y una especial devoción por el Santísimo Sacramento. Pasaba noches enteras en adoración ante el santo Tabernáculo. Puso todo su empeño en aumentar en las almas esta devoción que le era tan querida, y estableció en su Orden la adoración perpetua. Advertido de su muerte próxima en una peregrinación que hizo a Loreto, fuese a una casa de su Orden, en Agnone, dijo al entrar: "Éste es el lugar de mi descanso". Tuvo, casi en seguida, una violenta fiebre y se hizo llevar el santo Viático, que recibió de rodillas con los sentimientos de la más viva piedad, y expiró el 4 de junio de 1608, a la edad de 44 años.


MEDITACIÓN SOBRE
LA ORACIÓN MENTAL

I. Dios es espíritu; por esto quiere ser adorado en espíritu. No es suficiente hablarle sólo con los labios: es menester que tu corazón esté de acuerdo con tu boca. Acostúmbrate a rezarle con atención; ten siempre a Dios en tu espíritu, y te dará vergüenza hablarle con menos atención y respeto que a un hombre. No es a la boca, sino al corazón a quien Dios oye y considera. (Tertuliano).
   
II. Retírate aparte y cada mañana, haz un poco de oración mental. Medita alguna verdad importante: piensa en la muerte, en el infierno, en el juicio, en el paraíso, en la Pasión de Jesucristo. Si estuviera tu espíritu hondamente penetrado de estas verdades, tu voluntad se inclinaría espontáneamente a hacer todo, a sufrir todo por Jesucristo. De este modo to dos los santos platicaron con Dios. Comienza; no se precisa ni tanto espíritu, ni tantos esfuerzos como tú crees. Gusta Dios que se le hable sencillamente y con confianza. 
   
III. De tiempo en tiempo, medita sobre aquello que ves; es una especie de oración sumamente útil y muy fácil. ¿Qué hacemos en este mundo? ¿Qué llegaré a ser? ¿Dentro de cien años dónde estaré? ¿Qué fue de los años de mi juventud? ¿Qué quisiera haber hecho para el cielo en la hora de mi muerte? ¿De qué me valdrán entonces los placeres, las riquezas, la estima de los hombres? ¿Dónde están ahora los partidarios del mundo que aún estaban con nosotros hace poco tiempo? (San Bernardo).

El conocimiento de uno mismo
Orad por 
el acrecentamiento
 de la devoción al Santísimo Sacramento.

ORACIÓN
   Oh Dios, que habéis adornado con el celo de la oración y el amor de la penitencia al bienaventurado Francisco, fundador de una nueva Orden religiosa, concedednos la gracia de aprovechar sus ejemplos, a fin de que, orando sin cesar y reduciendo nuestra carne a servidumbre, merezcamos alcanzar la gloria celestial.

03/V SANTA CLOTILDE, Reina

03 de Junio

SANTA CLOTILDEReina

Mientras tenemos tiempo, hagamos bien a todos,
mayormente a los servidores de la fe.

(Gálatas, 6, 10)

   Santa Clotilde, esposa de Clodoveo, cumplió puntualmente el precepto de San Pedro, que manda a las mujeres mantenerse sometidas a su marido, a fin de ganarlos a Dios. Supo, mediante la santidad de su vida, inspirar a su esposo, todavía pagano, tan alta estima por el Dios de los cristianos, que él lo invocó en un combate trabado con los germanos y a su protección atribuyó la victoria. Poco después fue bautizado. Después de la muerte de su esposo, retiróse Clotilde cerca de la tumba de San Martín para pre pararse ella misma a morir. Fue interiormente ad vertida del día de su muerte, que acaeció, como lo había predicho, el 3 de junio del año 545.

MEDITACIÓN
SOBRE TRES MEDIOS PARA
CONVERTIR AL PRÓJIMO

I. Se puede convertir a un pagano a la fe o re tirar a un pecador de su crimen por medio de la palabra. Esta palabra tiene una eficacia muy especial, viniendo de la boca de un pariente o de un amigo. Aprovecha, pues, el amor que se te profesa, para el bien del prójimo y para la gloria de Dios. Si amas a alguien sólidamente, procúrale la amistad de Dios; es el mejor servicio que le puedes hacer.
 
II. Una vida santa es una poderosa exhortación a la virtud: ella puede convertir a los más grandes pecadores. El ejemplo de tantas almas santas que sirven a Dios fielmente convierte hoy más pecadores que los discursos de los predicadores. La caridad, la dulzura, la humildad, el desprecio de las riquezas y de los placeres, son los medios más apropiados para convertir un pecador y hacer nacer en él el deseo de imitar estas virtudes. Así fue como los Apóstoles, no obstante su ignorancia, mediante su ejemplo, convirtieron al cristianismo a más personas, que los filósofos a adeptos para sus sectas mediante el brillo de sus doctrinas. La palabra de los sabios ha hecho menos discípulos que los ejemplos de los cristianos. (Tertuliano).
 
III. Los sufrimientos son todavía más elocuentes para persuadir a un pecador para que abrace la virtud, que las palabras y los buenos ejemplos. Debemos a la paciencia de los mártires la conversión de una infinidad de paganos. Los tiempos de paz tienen su género de martirio: sufre las injusticias, los insultos de tus enemigos, sin murmurar, es el medio para convertir los. No hay, para instruir al pueblo, elocuencia comparable a la de los mártires. (San León).


El celo por la salvación de las almas
Orad por los que os gobiernan.

ORACIÓN
   Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y que la fiesta de la bienaventurada Clotilde, regocijando nuestra alma, desarrolle en ella los sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén.

02/V SANTOS MARCELINO y PEDRO, MÁRTIRES

02 de Junio
SANTOS MARCELINO y PEDRO, MÁRTIRES

Vidas de los Santos de A. Butler


(304 p.c.) - Marcelino y Pedro se encuentran entre los santos romanos que se conmemoran diariamente en el canon de la misa. Marcelino era un prominente sacerdote en Roma durante el reinado de Diocleciano, mientras que Pedro, según se afirma, era un exorcista. Debido a un error de lectura del llieronymianum, se llegó a la conclusión de que otros mártires perecieron con ellos, en número de cuarenta y cuatro, pero no hay ninguna prueba concreta que respalde esta aseveración. Un relato muy poco digno de confianza sobre su "pasión", declara que ambos cristianos fueron aprehendidos y arrojados en la prisión, donde tanto Marcelino como Pedro mostraron un celo extraordinario en alentar a los fieles cautivos y catequizar a los paganos, para obtener nuevas conversiones, como la del carcelero Artemio, con su mujer y su hija. De acuerdo con la misma fuente de información, todos fueron codenados a muerte por el magistrado Sereno o Severo, como también se le llama. Marcelino y Pedro fueron conducidos en secreto a un bosquecillo que llevaba el nombre de Selva Negra, para que nadie supiera el lugar de su sepultura y se les cortó la cabeza. Sin embargo, el secreto se divulgó, tal vez por medio del mismo verdugo que posteriormente se convirtió al Cristianismo. Dos piadosas mujeres, Lucila y Fermina, exhumaron los cadáveres y les dieron conveniente sepultura en la catacumba de San Tiburcio, sobre la Vía Lavicana, no sin recoger antes algunas reliquias. El Papa Dámaso, autor del epitafio para la tumba de los dos mártires, declaró que siendo niño, se enteró de los pormenores de su ejecución por boca del propio verdugo. El emperador Constantino mandó edificar una iglesia sobre la tumba de los mártires y quiso que ahí fuera sepultada su madre, Santa Elena. En el año de 827, el Papa Gregorio IV hizo donación de los restos de estos santos a Eginhard, antiguo hombre de confianza de Carlomagno, para que las reliquias fueran veneradas en los monasterios que había construido o restaurado; por fin, los cuerpos de los mártires descansaron en el monasterio de Seligenstadt, a unos veintidós kilómetros y medio de Francfort. Todavía se conservan los relatos donde se registraron minuciosamente todos los detalles de los milagros que tuvieron lugar durante aquella famosa traslación. La prueba de que en la Roma antigua se rendía mucho culto a estos dos santos, está en que abundan inscripciones para conmemorarlos, como ésta: "Sánete Petr (e) Marcelline, suscipite vestrum alumnum".
La legendaria pasión y otros datos, fueron impresos en el Acta Sanctorum, junio, vol. I. Consúltese especialmente a J. P. Kirsch, Die Mdrtyrer der Katakombe ad duas lauros (1920), pp. 2-5; a Marucchi, en el Nuovo Bullettino, 1898, pp. 137-193; a Wilpert, en el Romische Quartalschrift, 1908, pp. 73-91. En las traducciones, puede leerse la de M. Bondois, con muchas reservas; véase Analecta Bollandiana vol. XXVI (1907), pp. 478-481. Un buen estudio sobre esta cuestión es el de K. Esselborn, Die Ubertragung ... (1925). La versión inglesa sobre la historia de la traslación, fue publicada por B. Wendell (1926).

01/VI SAN CAPREO, Abad

01 de Junio
SAN CAPREOAbad

  Cuando hubieres de orar, entra en tu aposento
y, cerrada la puerta, ora en secreto
a tu Padre, y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

(Mateo, 6, 6).

   San Capreo tenía tanto amor por la oración que, para entregarse a ella más libremente, dejó el mundo y se retiró a la soledad. Todas sus delicias eran platicar con Jesús. El brillo de sus virtudes no tardó en atraerle discípulos. Entre otras personas a quienes condujo a la perfección cuéntase a San Honorato, que fue después obispo de Arlés. El Señor le envió a San Hilario, a San Maximino y a San Miguel para advertirle que se preparase a morir. Mas, en seguida se está preparado para morir cuando se ha dejado el mundo y se ha servido a Dios durante la vida. Murió el santo en el año 430, en la isla de Lerins.


MEDITACIÓN SOBRE LAS TRES DISPOSICIONES
REQUERIDAS PARA LA ORACIÓN MENTAL
  
 I. ¿Quieres gustar la dulzura que hay al conversar con Dios en la oración? Evita las reuniones mundanas: la voz de este divino Esposo no se hace oír en las plazas públicas; habla al corazón sólo en la soledad. Huye de los hombres y de sus vanas conversaciones y encontrarás a Dios en la oración. Habla a mi corazón, divino Maestro mío; en adelante estará sordo para todas las creaturas para no escucharos más que a Vos.
   
II. Sosiega el tumulto de tus pasiones, si quieres orar a Dios con atención y recibir sus santas inspiraciones. Mientras tu alma esté turbada por las tempestades que en ti excitan el odio, el amor, el deseo de hacerte notar, no experimentarás jamás las dulzuras de la oración; ahora bien, ¿quieres un secreto para domar pronto tus pasiones? Ama la soledad. Las pasiones son vencidas sin lucha cuando la soledad secunda a la gracia. (Casiodoro).
      
III. Acostúmbrate poco a poco a pensar en Dios: mantén tu espíritu recogido lo más que puedas, y no te costará mucho trabajo orar a Dios sin distracción. Para lograrlo, es menester que toda tu vida sea casi una oración continua. Ah señor, es tan dulce y tan consolador conversar con Vos en todo tiempo; en todo lugar puedo yo gozar de esta dicha y no hago caso de ella; cuando haya gustado la dulzura de la conversación con Dios, la sociedad de los hombres me disgustará. Desolada está la tierra, porque no hay quien reflexione en su corazón. (Jeremías).

La devoción
Orad por vuestro obispo.

ORACIÓN
   Haced, os lo suplicamos, Señor, que la intercesión del santo abad Capreo nos haga agradables a vuestra Majestad, y que obtengamos por sus oraciones las gracias que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.

31/V SANTA PETRONILA, Virgen

31 de Mayo

SANTA PETRONILA, Virgen


   Fue santa Petronila una doncella romana, a quien el Príncipe de los apóstoles poco después de entrar en Roma convirtió a la fe juntamente con toda su familia. Y porque la engendró para Jesucristo por el bautismo, ella le amaba y le tenía una tierna devoción, y se llamaba hija de san Pedro, aunque no según la carne, sino según el espíritu. Deseaba esta santa virgen padecer mucho por Jesucristo que por su amor había muerto en la cruz, y el Señor le dio por cruz e1 lecho del dolor, donde estuvo por muchos años herida de perlesía en todos los miembros de su cuerpo. Visitábanle con frecuencia san Pedro y otros fieles de Roma, y como le dijesen que por qué sanando él a tantos enfermos y siendo piadoso para todos, para solo ella era cruel; levántate, pues, Petronila, dijo,  sírvenos a la mesa. Levantóse la santa como si nunca hubiese estado enferma, y después de haber servido a la mesa, con asombro de todos, les dijo san Pedro: "no es eso lo que le conviene, sino estar enferma"; y así volvió a hallarse paralítica como antes, hasta la muerte del santo apóstol y luego sanó de todas sus enfermedades. Salió tan aventajada en la virtud, que como dicen las actas, con sola su voluntad sanaba de repente a los enfermos. Enamoróse ciegamente de ella un caballero noble romano, llamado Flaco, quien con gente de guerra vino a casa de Petronila para llevársela por esposa. Rospondióle la hermosísima virgen: «aguarda tres días, y al cabo de ellos vengan las doncellas que me acompañen a tu casa» Con esta respuesta quedó Flaco contento, y ella que había ofrecido su virginidad a Jesucristo, gastó los tres días en perpetua oración y ayunos, suplicándole con muchas lágrimas y grande, afecto que la librase de aquel peligro, y no permitiese que ella contra su voluntad perdiese lo que le había prometido y tanto deseaba conservar. Vino al tercer día a su casa un santo sacerdote llamado Nicomedes, díjole misa y dióle el santísimo Sacramento; y en recibiéndole se inclinó sobre su cama y dio su espíritu a Dios. Vinieron aquel día las doncellas que Flaco enviaba para acompañarla y llevarla a su casa, y hallándola muerta, en lugar de celebrar las bodas, celebraron sus exequias. El cuerpo de la santa fue sepultado en la vía Ardeatina y después trasladado con gran solemnidad a la basílica del príncipe de los apóstoles san Pedro en tiempo del Papa Paulo, primero de este nombre.

REFLEXIÓN

  Dichosa y bienaventurada virgen, muy amada del Señor después de haber sido probada como la plata y purificada como el oro en el crisol de la enfermedad. Acontece con harta frecuencia que esos trabajos que humillan al hombre y rinden el cuerpo, son el mejor remedio para sanar el alma; porque entonces vemos claramente y mejor que con todas las meditaciones, la brevedad y fragilidad de nuestra vida y la nada de nuestro ser y la vanidad de las cosas del mundo. ¿A cuántos ha sido ocasión de perderse la salud, o la posesión de los demás bienes temporales, en que el mundo cifra la humana felicidad? Mas cuando la salud está quebrantada, empieza a entrar el hombre dentro de si, y a acordarse de Dios en quien solamente puede hallar su   verdadera, sólida y eterna dicha.

ORACIÓN
   Óyenos, Señor y salvador nuestro, para que la espiritual alegría con que celebramos la festividad de tu bienaventurada virgen Petronila, vaya acompañada de verdadera devoción.. Por J. C. N. S. Amén.
   


*Flos Sanctorum de la Familia Cristiana, P Francisco De Paula Morell, S. J., Ed. Difusión, S. A., Buenos Aires, 1943.

31/V FIESTA DE MARÍA REINA

31 de Mayo

FIESTA DE LA REALEZA DE MARÍA


   La realeza de Cristo es dogma fundamental de la Iglesia y a la par canon supremo de la vida cristiana.
   Esta realeza, consustancial con el cristianismo, es objeto de una fiesta inserta solemnemente en la sagrada liturgia por el Papa Pío XI a través de la bula QUAS PRIMAS del 11 de diciembre de 1925. Era como el broche de oro que cerraba los actos oficiales de aquel Año Santo.
   La idea primordial de la bula podría formularse de esta guisa: Cristo, aun como hombre, participa de la realeza de Dios por doble manera: por derecho natural y por derecho adquirido. Por derecho natural, ante todo, a causa de su personalidad divina; por derecho adquirido, a causa de la redención del género humano por El realizada.
   Si algún día juzgase oportuno la Iglesia -decía un teólogo español en el Congreso Mariano de Zaragoza de 1940- proclamar en forma solemne y oficial la realeza de María, podría casi transcribir a la letra, en su justa medida y proporción claro está, los principales argumentos de aquélla bula.
   Y así ha sido. El 11 de octubre de 1954 publicó Pío XII la encíclica AD CAELI REGINAMResulta una verdadera tesis doctoral acerca de la realeza de la Madre de Dios. En ella, luego de explanar ampliamente las altas razones teológicas que justifican aquélla prerrogativa mariana, instituye una fiesta litúrgica en honor de la realeza de María para el 31 de mayo. Era también como el broche de oro que cerraba las memorables jornadas del Año Santo concepcionista.
   El paralelismo entre ambos documentos pontificios y aun entre las dos festividades litúrgicas, salta a la vista.
   La realeza de Cristo es consustancial, escribíamos antes, con el cristianismo; la de María también. La realeza de Cristo ha sido fijada para siempre en el bronce de las Sagradas Escrituras y de la tradición patrística; la de María lo mismo.
   La realeza de Cristo, lo insinuábamos al principio, descansa sobre dos hechos fundamentales: la unión hipostática -así la llaman los teólogos, y no acierta uno a desprenderse de esta nomenclatura- y la redención; la de María, por parecida manera, estriba sobre el misterio de su maternidad divina y el de corredención.
   Ni podría suceder de otra manera. Los títulos y grandezas de Nuestra Señora son todos reflejos, en cuanto que, arrancando fontalmente del Hijo, reverberan en la Madre, y la realeza no había de ser excepción. La Virgen, escribe el óptimo doctor mariano San Alfonso de Ligorio, es Reina por su Hijo, con su Hijo y como su Hijo. Es patente que se trata de una semejanza, no de una identidad absoluta.
   "El fundamento principal -decía Pío XII-, documentado por la tradición y la sagrada liturgia, en que se apoya la realeza de María es, indudablemente, su divina maternidad. Y así aparecen entrelazadas la realeza del Hijo y la de la Madre en la Sagrada Escritura y en la tradición viva de la Iglesia. El evangelio de la maternidad divina es el evangelio de su realeza, como lo reconoce expresamente el Papa; y el mensaje del arcángel es mensaje de un Hijo Rey y de una Madre Reina.
   Entre Jesús y María se da una relación estrechísima e indisoluble -de tal la califican Pío IX y Pío XII-, no sólo de sangre o de orden puramente natural, sino de raigambre y alcance sobrenatural trascendente. Esta vinculación estrechísima e indisoluble, de rango no sólo pasivo, sino activo y operante, la constituye a la Virgen particionera de la realeza de Jesucristo. Que no fue María una mujer que llegó a ser Reina. No. Nació Reina. Su realeza y su existencia se compenetran. Nunca, fuera de Jesús, tuvo el verbo "ser" un alcance tan verdadero y sustantivo. Su realeza, al igual que su maternidad, no es en Ella un accidente o modalidad cronológica. Más bien fue toda su razón de ser. Predestinóla el cielo, desde los albores de la eternidad, para ser Reina y Madre de misericordia.
   Toda realeza, como toda paternidad, viene de Dios, Rey inmortal de los siglos. Pero un día quiso Dios hacerse carne en el seno de una mujer, entre todas las mujeres bendita, para así asociarla entrañablemente a su gran hazaña redentora. y este doble hecho comunica a la Virgen Madre una dignidad, alteza y misión evidentemente reales.
   Saliendo al paso de una objeción que podría hacerse fácilmente al precedente raciocinio, escribe nuestro Cristóbal Vega que, si la dignidad y el poder consular o presidencial resulta intransferible, ello se debe a su peculiar naturaleza o modo de ser, por venir como viene conferido por elección popular. Pero la realeza de Cristo no se cimenta en el sufragio veleidoso del pueblo, sino en la roca viva de su propia personalidad.
   Y, por consecuencia legítima, la de su Madre tampoco es una realeza sobrevenida o episódica, sino natural, contemporánea y consustancial con su maternidad divina y función corredentora. Con atuendo real, vestida del sol, calzada de la luna y coronada de doce estrellas vióla San Juan en el capítulo 12 del Apocalipsis asociada a su Hijo en la lucha y en la victoria sobre la serpiente según que ya se había profetizado en el Génesis.
   Y esta realeza es cantada por los Santos Padres y la sagrada liturgia en himnos inspiradísimos, que repiten en todos los tonos el "Salve, Regina".
   Hable por todos nuestro San Ildefonso, el capellán de la Virgen, cantor incomparable de la realeza de María, que, anticipándose a Grignon de Monfort y al español Bartolomé de los Ríos agota los apelativos reales de la lengua del Lacio: Señora mía: Dueña mía, Señora entre las esclavas, Reina entre las hermanas Dominadora mía y Emperatriz.
   Realeza celebrada en octavas reales, sonoras como sartal de perlas orientales y perfectas como las premisas de un silogismo coruscante, por el capellán de la catedral primada don José de Valdivielso cuando, dirigiéndose a la Virgen del Sagrario, le dice:
   Sois, Virgen santa, universal Señora
de cuanto en cielo y tierra ha Dios formado;
todo se humilla a Vos, todo os adora
y todo os honra y a vuestro honrado;
que quien os hizo de Dios engendradora,
que es lo que pudo más haberos dado,
lo que es menos os debe de derecho,
que es Reina universal haberos hecho.
    Los dos versos finales se imponen con la rotundidez lógica de una conclusión silogística.
   En el 2º concilio de Nicea, VII ecuménico, celebrado bajo Adriano en 787, leyóse una carta de Gregorio II (715-731) a San Germán, el patriarca de Constantinopla, en que el Papa vindica el culto especial a la "Señora de todos y verdadera Madre de Dios".
   Inocencio III (1198-1216) compuso y enriqueció con gracias espirituales una preciosa poesía en honor de la Reina y Emperatriz de los ángeles.
   Nicolás IV (1288-1292) edificó un templo en 1290 a María, Reina de los Angeles.
    Juan XXII (1316-1334) indulgenció la antífona "Dios te salve, Reina", que viene a ser como el himno oficial de la realeza de María.
   Los papas Bonifacio IX, Sixto IV, Paulo V, Gregorio XV, Benedicto XIV, León XIII, San Pío X, Benedicto XV y Pío XI repiten esta soberanía real de la Madre de Dios.
   Y Pío XII, recogiendo la voz solemne de los siglos cristianos, refrenda con su autoridad magisterial los títulos y poder reales de la Virgen y consagra la Iglesia al Inmaculado Corazón de María, Reina del mundo. Y en el radiomensaje para la coronación de la Virgen de Fátima, al conjuro de aquellas vibraciones marianas de la Cova da Iria, parece trasladarse al día aquel, eternamente solemne, al día sin ocaso de la eternidad, cuando la Virgen gloriosa, entrando triunfante en los cielos, es elevada por los serafines bienaventurados y los coros de los ángeles hasta el trono de la Santísima Trinidad, que, poniéndole en la frente triple diadema de gloria, la presentó a la corte celeste coronada Reina del universo... "Y el empíreo vio que era verdaderamente digna de recibir el honor, la gloria, el imperio, por estar infinitamente más llena de gracias, por ser más santa, más bella, más sublime, incomparablemente más que los mayores santos y que los más excelsos ángeles, solos o todos juntos; por estar misteriosamente emparentada, en virtud de la maternidad divina, con la Santísima Trinidad, con Aquel que es por esencia Majestad infinita, Rey de reyes y Señor de señores, como Hija primogénita del Padre, Madre ternísima del Verbo, Esposa predilecta del Espíritu Santo, por ser Madre del Rey divino; de Aquel a quien el Señor Dios, desde el seno materno, dio el trono de David y la realeza eterna de la casa de Jacob; de Aquel que ofreció tener todo el poder en el cielo y en la tierra. El, el Hijo de Dios, refleja sobre su Madre celeste la gloria, la majestad, el imperio de su realeza, porque, como Madre y servidora del Rey de los mártires en la obra inefable de la redención, le está asociada para siempre con un poder casi inmenso en la distribución de las gracias que de la redención derivan..."
  • Por esto la Iglesia la confiesa y saluda Señora y Reina de los ángeles y de los hombres.
  • Reina de todo lo creado en el orden de la naturaleza y de la gracia.
  • Reina de los reyes y de los vasallos.
  • Reina de los cielos y de la tierra.
  • Reina de la Iglesia triunfante y militante.
  • Reina de la fe y de las misiones.
  • Reina de la misericordia.
  • Reina del mundo, y Reina especialmente nuestra, de las tierras y de las gentes hispanas ya desde los días del Pilar bendita.
  • Reina del reino de Cristo, que es reino de "verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz".
   Y en este reino reinado de Cristo que es la Iglesia santa es Ella Reina por fueros de maternidad y de mediación universal y, además, por aclamación universal de todos sus hijos.
   En este gran día jubilar de la realeza de María renovemos nuestro vasallaje espiritual a la Señora y con fervor y piedad entrañables digámosla esa plegaria dulcísima, de solera hispánica, que aprendimos de niños en el regazo de nuestras madres para ya no olvidarla jamás:
   "Dios te salve, Reina y Madre de misericordia; Dios te salve...
                                                                                     FILIBERTO DÍAZ PARDO. (1)

*Año Cristiano, Biblioteca de Autores Crisitianos.
  • BIBLIOGRAFÍA:
    • Enc. Ad caeli Reginam: AAS 45 (1954) 6355, y Quas primasib., 17 (1925) 599s.
    • Estudios Marianos vol.17, año 15 (Madrid 1956). Estudios fundaramentales sobre la realeza de María.
    • La Royauté de Marie pendant les neuf premiers siècles: Rech. Sc. Rel. p.129s. 315s (1930).
    • Crónica Congreso Mariano N. (Zaragoza 1940).
    • GRUYTER, DE, De Beata Maria Regina (Bosccduci 1934).
    • MORINEAU, S. M. M., La souveranité de Notre-Dame (París 1937). 
    • ROSCHINI, O. S. M., La Madre de Dios según la fe y la teología (Madrid 1955).
    • SANTONICOLA; A., La regalita di Mana (Pompei 1938).
    • BARRÉ, A., C. S. SP., Mane, Reine du monde: Bull. Soc. Franc.. Et. Mar. (1937).
    • ALDAMA, J. A. DE, Consideraciones sobre la realeza de Nuestra Señora: Est. Ecles. 30 (1956) p.459s.

30/V SANTA JUANA DE ARCO, Virgen

30 de Mayo

SANTA JUANA DE ARCOVirgen
 
Bienaventurados los que padecen persecución por la
justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
(Mateo, 5,10).

 
   Nacida en Domrémy en 1412, Juana de Arco, hija de un humilde campesino, fue inspirada por voces sobrenaturales y, a la edad de 17 años, persuadió al rey de Francia, Carlos VII, a que la pusiese al frente de un ejército contra los invasores ingleses. Después de varias victorias, seguidas de la consagración de Carlos VII en Reims, Juana fue capturada por los borgoñones y entregada a los ingleses, que la hicieron quemar viva el 31 de mayo de 1431. Fue canonizada en 1920.

MEDITACIÓN
EL SECRETO PARA SER FELIZ
EN ESTE MUNDO
   
I. ¿De dónde proviene que encuentras la vida penosa y fastidiosa? Es porque deseas muchas cosas que no puedes tener, y porque tienes aversión al estado en el que estás. No quieres ser pobre, estar enfermo o ser despreciado; cuando esto te acaece, caes en la desesperación: quisieras estar siempre sano, ser siempre rico, siempre estimado; si esto te falta estás triste. ¡Ah! si supieses padecer las pruebas de la vida no desear lo que no tienes, ¡cuán dichoso serias! Desgraciados ante los ojos de los ignorantes, los santos no pueden ser sino dichosos. (Salviano).
   
II. ¿Acaso no es ser feliz en esta vida tener las promesas de la vida eterna? Los que sufren tienen estas promesas, porque Nuestro Señor les ha asegurado que serán consolados en el cielo; por el contrario. Él condena al rico malo que gozó toda suerte de bienes en este mundo. ¡Dichosos del siglo: cuidado, vuestra dicha es el triste presagio de la desdicha eterna que os espera en la otra vida!
   
III. Jesucristo ha venido a este mundo a enseñamos el secreto para ser felices, no sólo en la otra vida sino aun en ésta. Para ello, nos ha recomendado el amor a los sufrimientos. Los santos lo han imitado, y han vivido muy contentos en medio de las tribulaciones de este mundo. Estás en un error, hermano mío, si quieres regocijarte en el mundo, y vivir después con Jesucristo en el cielo. (San Jerónimo).

 La paciencia
Orad por los afligidos.

ORACIÓN
   Escuchadnos, Señor, Dios Salvador nuestro, y haced que, así como nos regocijamos con la fiesta de vuestra bienaventurada virgen Juana, obtengamos provecho, en nuestra inteligencia, de estos sentimientos de piedad y de devoción.  Por J. C. N. S.  Amén.




*Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

29/V SANTA MARÍA MAGDALENA MAGDALENA DE PAZZI, Virgen

29 de Mayo
SANTA MARÍA MAGDALENA MAGDALENA DE PAZZI
Virgen

 
 Si alguno quiere venir en pos de Mí,
que se renuncie a sí mismo,
  que tome su cruz cada día y que me siga.
(Lucas, 9, 23).
 
   Santa María Magdalena de Pazzi, aun en la flor de la edad, obtuvo, a fuerza de insistencia, de sus padres, el permiso para entrar en el monasterio de las carmelitas de Florencia. Mostró, desde el comienzo, una virtud consumada. Tan admirable era su oración, que pasaba a veces ocho días en éxtasis. Éstas y otras gracias extraordinarias fueron tachadas de ilusiones, y la santa fue sometida, durante cinco años enteros, a las más rudas pruebas. Finalmente, Dios devolvióle la calma y la consoló con su divina presencia. Recibió el don de milagros y de profecía, y murió en el año 1607, a la edad de 41 años.

MEDITACIÓN SOBRE
LA VIDA DE SANTA MARÍA
MAGDALENA DE PAZZI
   
I. Esta santa amó a Dios desde que tuvo suficiente razón como para conocerlo. Aislábase para orar; pasaba horas enteras ante el Santísimo Sacramento; su Bienamado sin cesar estaba presente en su memoria. ¿Has comenzado tú a amar a Dios? ¡Des de hace ya mucho tiempo lo conoces y muy poco lo has amado!
   
II. Ella despreció todas las ventajas temporales que le aseguraban sus hermosas cualidades, y desde que conoció la vanidad del mundo, apresuróse a dejarlo, protestando que estaba dispuesta a soportar todos los suplicios antes que permanecer en él. Mira tú las grandezas, las riquezas y los placeres con los ojos de la fe, y no tendrás sino desprecio por lo que el mundo adora. Pon los ojos en el cielo, allí es donde debes poner todas tus esperanzas. He aprendido a pisar la tierra y no a adorarla, no me es lícito poner en las cosas inanimadas las esperanzas de mi vida. (San Clemente de Alejandría).
   
III. La oración continua de esta santa era la fuente de todas sus virtudes. Hacíala amar a Dios únicamente, y despreciar todo lo que no fuera Dios. Tú no podrás formarte alta idea de Dios, porque no piensas en Él, porque no conversas con Él. Gusta de la oración, ella te desasirá de la tierra y te unirá por entero a Dios; haz tu jaculatoria el lema de esta santa: ¡Sufrir o morir!

La castidad
Orad por los que están afligidos.

ORACIÓN
   Oh Dios, amador de la virginidad, que habéis abrasado de vuestro amor y adornado con vuestros dones celestiales a vuestra bienaventurada virgen María Magdalena, haced que honrando su memoria, imitemos su pureza y su castidad. Por J. C. N. S. Amén.






    *Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

    DOMINGO DE PENTECOSTÉS

     DOMINGO DE PENTECOSTÉS


    Estación de S. Pedro

    Doble de 1ª cl. con Octava. privilegiada - Ornamentos rojos
    IntroitoSap. I, 7 
     INTROITUS Sap. I, 7 -  Spiritus Domini replevit orbem terrarum, alleluia: et hoc quod continet omnia, scientiam habet vocis, alleluia, allelulia. – Ps. 67, 2  Exsurgat Deus, et dissipentur inimici ejus: et fugiant, qui oderunt eum, afacie ejus. V. Gloria Patri.Introito - El Espíritu del Señor llenó el orbe de la tierra, aleluya; este, que todo lo contiene, posee la ciencia de la voz, aleluya, aleluya. Salmo. Levántese Dios, y sean dispersos sus enemigos; y huyan de su presencia los que le aborrecen. V. Gloria al Padre
    Oración-Colecta
      ORATIO - Deus, qui hodierna die corda fidelium Sancti Spiritus illustratione docuisti; da nobis in eodem Spiritu recta sapere, et de ejus semper consolatione gaudere. Per Dominum nostrum.   R. Amen       Oh Dios, que enseñaste en este día a los corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo; haz que, guiados por este mismo Espíritu, saboreemos la dulzura del bien, y gocemos siempre de sus consuelos. Por nuestro Señor Jesucristo... en unidad del mismo Espíritu Santo.  R. Amen.
    Epístola
    EPISTOLA Lectio Actuum Apostolorum (II, 1-11)  - Cum complerentur dies Pentecostes, erant omnes discipuli pariter ineodem loco: et factus est repente de caelo sonus, tamquam advenientis spiritus vehementis, et replevit totam domum ubi erant sedentes. Et apparuerunt illis dispertitiae linguae tamquam ignis, seditque supra singulos eorum: et repleti sunt omnes Spiritu sancto, et coeperunt loqui variis linguis, prout Spiritus Sanctus dabat eloqui illis. Erant autem in Jerusalem habitantes Judaei, viri religiosi ex omni natione, quae sub caelo est. Facta autem hac voce, convenit multitudo, et mente et mente confusa est, quoniam audiebat unusquisque lingua sua illos loquentes. Stupebant autem omnes, et mirabantur, dicentes: Nonne ecce omnes isti,l qui loquuntur, Galilaei sunt? Et quomodo nos audivimus unusquisque linguam nostram, in qua nati sumus? Parthi, et Medi, et Aelamitae, et qui habitant Mesopotamiam, Judaeam, et Cappadociam, Pontum, et Asiam, Phrygiam, et Pamphyliam, Aegyptum, et partes Libyae, quae est circa Cyrenen, et advenae Romani, Judaei quoque, et Proselyti, Cretes, et Arabes: audivimus eos loquentes nostris linguis magnalia Dei.   Lección de los Actos de los Apóstoles - Al cumplirse, pues, los días de Pentecostés (50), estaban todos los discípulos en un mismo lugar; y vino de pronto un ruido del cielo, como de viento que soplaba impetuoso, llenando toda la casa en donde estaban. Y se les aparecieron como lenguas de fuego que se repartieron y pusieron sobre cada uno de ellos; y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar varias lenguas, según el Espíritu Santo les dictaba. Residían a la sazón en Jerusalén Judíos piadosos de todas las naciones del mundo. Divulgado este suceso, acudió mucho gentío, y quedaron pasmados al ver que cada uno oía hablar a los Apóstoles en su propia lengua. Todos estaban atónitos y maravillados, diciendo: ¿Todos estos que hablan, no son Galileos? Pues ¿cómo les oímos nosotros hablar a cada uno en nuestra lengua nativa? Partos, Medos y Elamitas, los que moran en la Mesopotamia, en Judea y Capadocia, en Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto y en tierras de la Libia que confina con Cirene, y los que han venido de Roma, Judíos y Prosélitos, los Cretenses y Árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
    Salmodia
           Allelúja, allelúja. V. (Ps. 103, 30– Emitte Spiritum tuum, et creabuntur: et renovabis faciem terrae. Alleluia   Aleluya, aleluya. V. Envía tu Espíritu, y serán criados, y renovarás la faz de la tierra. Aleluya (Aquí se arrodillan).
    Secuencia
       1 -  Veni, Sancte Spiritus, 
    Et emitte caelitus 
    Luces tuae redium.   2 - Veni, pater pauperum, 
    Veni, dator munerum, 
    Veni, lumen cordium
       3 - Consolator optime, 
    Dulcis hospes animae, 
    Dulce refrigerium. 
       4 - In labore requies 
    In aestu temperies, 
    In fletu solatium.
       5 - O lux beatissima, 
    Reple cordis intima, 
    Tuorum fidelium. 
       6 - Sine tuo numine, 
    Nihil est en homine, 
    Nihil est innoxium.
       7 - Lava quod est sordidum, 
    Riga quod est aridum, 
    Sana quod es saucium.
       8 - Flecte quod est rigidum,  
    Fove quod est frigidum, 
    Rege quod est devium.
       9 - Da tuis fidelibus, 
    In te confidentibus, 
    Sacrum septenarium.
       10 - Da virtutis meritum, 
    Da salutis exitum, 
    Da perenne gaudium. 
    Amen Alleluia. 
       1 - Ven, oh Espíritu Santo, y envíanos del cielo un rayo de tu luz.   2 - Ven, oh Padre de los pobres, dispensador de las gracias y luz de nuestras almas.
       3 - Oh Consolador incomparable, dulce Huésped del alma, y saludable refrigerio.
       4 - Tú alivias el trabajo, calmas nuestros ardores y eres consuelo en el llanto.
       5 - Oh Luz beatísima, colma en lo más profundo el corazón de tus fieles.
       6 - Sin tu divino socorro no hay nada en el hombre que no le sea nocivo.
        7 - Lava lo que está manchado, riega lo que está árido y haz lo enfermo sano.
       8 - Doblega nuestra obstinación, enciende nuestra frialdad, y endereza nuestros caminos.
       9 - Concede a tus creyentes, que en Ti confían tus siete sagrados dones.
       10 - Dales el premio de una vida virtuosa, y en un feliz término dales el gozo eterno.
       Así sea.
    Evangelio
    USequéntia sancti Evangélii secúndum Joanem. 14, 23-31. - 
    In illo témpore: Dixit Jesus discipulis suis: Si quis diligit me, sermonem meum sevabit, et Pater meus diliget eum, et ad eum veniemus et mansionem apud eum faciemus; qui non diligit me, sermones meos non servat. Et sermonem quem audistis non est meus, sed ejus, qui misit me, Patris, Haec locutus sum vobis, apud vos manens. Paraclitus autem Spiritus Sanctus, quem mittet Pater in nomine meo, ille vos docebit omnia quaecumque dixero vobis. Pacem relinquo vobis. Pacem relinquo vobis, pacem meam do vobis; non quomodo mundus dat, ego do vobis. Non turbetur cor vestrum, neque formidet. Audistis quia ego dixi vobis: Vado, et venio ad vos. Si diligeretis me, gauderetis me, gauderetis utique quia vado ad Patrem, quia Pater major me est. Et nunc dixi vobis priusquam fiat: ut cum factum fuerit, credatis. Jam non multa loquar vobiscum. Venit enim princeps mundi hujus, et in me non habet quidquam. Sed ut cognoscat mundus quia diligo Patrem, et sicut mandatum dedit mihi Pater, sic facio.
    Credo.
      Continuación del Santo Evangelio según San Juan - En aquel tiempo:  Dijo Jesús a sus discípulos: Todo el que me ame, guardará mis mandamientos, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mansión dentro de él. El que no me ama, no guarda mis preceptos. Y la doctrina que habéis oído, no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Estas cosas os he dicho estando con vosotros. Mas eñ Consolador, el Espíritu Santo, que os enviará el Padre en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo cuanto Yo os he dicho. La pax os dejo, mi paz os doy; no os la doy Yo como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón, ni tema. Habéis oído lo que os he dicho: Me voy, y vuelvo a vosotros. Si me amaseis, ciertamente os alegraríais de que me vaya al Padre; porque el Padre es mayor que Yo (en cuanto hombre). Y ahor os lo digo antes que suceda, para que lo creáis, cuando sucediere. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues viene el príncipe de este mundo (Satanás); pero en Mí no tiene parte alguna. Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y que como me ha mandado el Padre, así hago.-   Credo.   
        OFFERTORIUM Ps. 67, 29-30 - Confirma hoc, Deus, quod operatus es in nobis: a templo tuo, quod est in Jeruslem, tibi offerent reges munera, alleluia.   Ofertorio -  Confirma, oh Dios, lo que has obrado con nosotros desde tu templo, que está en Jerusalen; los reyes te ofrecerán sus tributos, aleluya.i
    Oración-Secreta
        Munera, quaesumus, Domine, oblata sanctifica: et corda nostra Sancti Spiritus ilustratione emunda. Per Dominum... in unitate ejusdem Spiritus Sancti.   Te rogamos, Señor, santifiques los dones ofrecidos, y purifica nuestros corazones con la luz del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo... en unidad del mismo Espíritu Santo   
    Prefacio de Pentecostés
        Vere dignum et justum est, aequum et salutare nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. per Christum Dominum nostrum. Qui ascendens super omnes caelos, sedensque ad dexteram tuam, promissum Spiritum Sanctum (hodierna die) in filios adoptionis effudit. Quapropter profusis gaudiis, totus in orbe terrarum  mundus exsultat. Sed Quia supernae Virtutes, atque angelicae Patestates, hymnum gloriae tuae concinunt, sine fine dicentes:      Sanctus, Sanctus, Sanctus, etc.  Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar ¡Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Por Cristo Nuestro Señor. El cual, subiendo a lo más alto de los cielos y estando a tu diestra, derramó (en este día sobre los hijos de adopción el Espíritu Santo prometido. Por lo cual el mundo entero se regocija con indecibles alegrías. Y aun las Virtudes del cielo y las Potestades antgélicas cantan un himno a tu gloria, diciendo:: Santo, Santo, Santo, etc.   
    Communicantes de Pentecostés
         Communicantes, et diem sacratissimum Pentecostes celebrantes, quo Dpiritus Sanctus Apostolis innumeris linguis apparuit: sed et memoriam venerantes, in primis gloriosae semper Virginis Mariae, Genitricis Dei et Domini nostri Jesu Dhristi : sed et ...   Unidos en una misma comunión, y celebrando el día sacratísimo de Pentecostés en el que el Espíritu Santo se apareció a los Apóstoles en forma de muchas lenguas de fuego, veneramos la memoria en primer lugar de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios y Señor nuestro Jesucristo:; y también...    
    Hanc igitur de Pentecostés
        Hanc igitur oblationem servitutis nostrae, sed et cunctae familiae tuae, quam tibi offerimus pro his quoque, quos regenerare dignatus es ex aqua, et Spiritu sancto, tribuens eis remissionem omnium peccatorum, quaesumus, Domine, ut placatus accipias: diesque nostros in tua pace disponas, atque ab aeterna damnatione nos eripi, ...      Te suplicamos, pues, Señor, que te dignes aceptar aplacado esta oblación de tus siervos, que es también la de toda tu familia la Iglesia; te la ofrecemos asimismo por los neófitos que te has dignado regenerar con el agua y con el Espíritu Santo, dándoles el perdón de sus pecados. Dispón en tu paz los días de nuestra vida, y manda que seamos preservados de la eterna condenación...   
    COMMUNIO Factus est repente de caelo sonus, tamquam advenientis spiritus vehementis, ubi erant sedentes, alleluia: et repleti sunt omnes Spiritu Sancto, loquentes magnalia Dei, alleluia, alleluia. 
       Comunión. - Sobrevino de repente un estruendo del cielo, como viento impetuoso en la casa donde estaban sentados, aleluya; y fueron todos llenos de Espíritu Santo, comenzando a hablar las maravillas de Dios, aleluya, aleluya.
    Oración-Postcomunión

    POSTCOMMUNIO - Sancti Spiritus, Domine, corda nostra mundet infusio: et sui roris intima aspersione foecundet. Per Dominum nostrum Jesum Christum... in unitate ejusdem Spiritus Sancti.Oh Señor, que la infusión del Espíritu Santo purifique nuestros corazones, y los fecunde penetrándolos con su divino rocío. Por Nuestro Señor Jesucristo... en unidad del mismo Espíritu Santo.

    28/V SAN GERMÁN, Obispo y Confesor

    28 de Mayo

    SAN GERMÁN, Obispo y Confesor

    Era peregrino, y me hospedasteis;
    estaba desnudo, y me vestisteis;
    estaba enfermo, y me visitasteis;
    estaba en prisión, y vinisteis a Mí.
    (Mateo, 25, 35-36).

       San Germán, obispo de París, tenía tanta compasión por los pobres prisioneros que, no pudiendo obtener su liberación de los hombres, pedíala a Dios y rompía sus cadenas mediante sus plegarias. Su casa estaba sin cesar invadida por una muchedumbre de desventurados, a quienes servía de padre. Siempre tenía varios pobres a su mesa, donde nada veíase que no fuese simple y frugal. Fue advertido del día de su muerte y lo hizo escribir en la cabecera de su lecho. Puesto que tú no sabes el día de la tuya, piensa en ella todos los días.

    MEDITACIÓN SOBRE
    LAS OBRAS DE MISERICORDIA

    I. Estás obligado a hacer obras de misericordia: no es sólo un consejo que Jesucristo te da, es un mandamiento que te impone; y si no lo observas, no hay paraíso para ti. En el día del juicio, te salvarás por haber practicado las obras de misericordia, o te condenarás por haberlas descuidado; porque todo lo que haces o rehúsas a tu prójimo, a Jesucristo mismo es a quien lo haces o lo rehúsas. Da poco para recibir mucho, da un pedazo de pan para recibir el paraíso. (San Pedro Crisólgo).

    II. Da ropa a los pobres que carecen de ella; tú estás cubierto de oro y de seda, da por los menos lo que tienes en exceso para cubrir los miembros de Jesucristo; visita a los enfermos, sobre todo a los pobres, y ayúdalos cuanto puedas. Vete a las cárceles, ocúpate de los desdichados que gimen en ellas: si son inocentes, merecen que les tengas piedad; si son culpables, acaso tú lo seas más que ellos. Si hubiera de encarcelarse a todos los que han ofendido a la majestad de Dios, el mundo no seria más que una dilatada prisión.

    III. Si tu pobreza no te permite asistir con tus bienes a esas tres clases de personas, hazles una caridad espiritual: visita a los presos, consuela a los pobres y a los enfermos; agradece a Dios el que no haya permitido que te veas reducido al estado en que los ves. En fin, graba bien en tu espíritu este pensamiento: Espera en vano misericordia aquél que, a su vez, no usó de misericordia. (San Pedro Crisólogo).

    La práctica de las obras de misericordia
    Orad por los prisioneros.

    ORACIÓN

       Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Germán, vuestro confesor t pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén.


    *Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

    INTRODUCCIÓN

    Acerca de la Santa Misa