FIESTA DE LA GLORIOSA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

FIESTA DE LA GLORIOSA 
ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

LA PROCLAMACIÓN DEL DOGMA

Relatado por el R. P. Antonio Royo Marín O. P.


Como es sabido, el inmortal pontífice Pío XII, el día 1 de noviembre de 1950, en el atrio exterior de la Basílica Vaticana, rodeado de 36 cardenales, 555 patriarcas, arzobispos y obispos, de gran número de dignatarios eclesiásticos y de una muchedumbre enardecida de entusiasmo que no bajaba del millón de personas, definió solemnemente, con su suprema autoridad apostólica, el dogma de la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo. He aquí las palabras mismas de la augusta definición:
   "Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para, honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, PRONUNCIAMOS, DECLARAMOS y DEFINIMOS SER DOGMA DIVINAMENTE REVELADO QUE LA INMACULADA MADRE DE DIOS, SIEMPRE VIRGEN MARÍA, TERMINADO EL CURSO DE SU VIDA TERRENA FUE ASUNTA EN CUERPO y ALMA A LA GLORIA CELESTIAL."
   Un rugido de entusiasmo se levantó de la enorme muchedumbre al oír las palabras del Papa, temblorosas de infalibilidad. Las campanas de toda la cristiandad fueron lanzadas al vuelo en señal de júbilo, y los miles y millones de espectadores que presenciaron en las cinco partes del mundo la emocionante proclamación dogmática a través de la televisión o la oyeron a través de todas las emisoras de radio del mundo católico, unieron su emoción y su alegría al delirante entusiasmo que invadió el alma de los que tuvieron la suerte de presenciar aquella inolvidable escena en la plaza de San Pedro o en la prolongada Via della Conciliazione, que a ella desemboca desde el Tíber y el castillo de Santángelo.
   Las religiosas se ofrecieron a copiar la bula pontificia con letra artística y a encuadernar el texto en magníficos adornos para que el Papa leyese la fórmula dogmática. Técnicos romanos habían construido un micrófono precioso para que a través de él la voz infalible del Vicario de Cristo anunciase al mundo el dogma. Fue, en fin, una jornada de indescriptible emoción y de gozo intensísimo para todo el mundo católico.
LA FIESTA

Datos tomados de Año Mariano".
RR. PP. Robles Dann y Fernández Figares.


   La fiesta de la Asunción empezó a celebrarse en Oriente, en Jerusalén, Palestina y Siria en el siglo V. Con el título de la Dormición de la Virgen fue una de las fiestas más antiguas, después de la "Memoria de la Theotokos" -fiesta de carácter general, sin aludir a ningún misterio de la Virgen- y, según otros, una prolongación de esta fiesta. Un antiguo lecciopario armenio -escrito en Jerusalén el 460- dice: "El 15 de agosto, el día de la Madre de Dios, María".
   Se celebraba principalmente en la iglesia de la Asunción de la Virgen, en Jerusalén, donde se creía entonces se encontraba el sepulcro de la Virgen -en Getsemaní-. Modernamente se habla también de Éfeso. El emperador Mauricio, que había restaurado el santuario de la Virgen de Getsemaní, señala para todo el imperio, en el año 600, la fecha del día 15 de agosto.
   En Roma se celebra la Asunción en el siglo VII, tal vez instituida por el Papa Teodoro I. De ahí paso a Inglaterra, Francia y España. La palabra " Asunción" sustituye a "Dormición" desde el siglo VIII. De la Asunción corpórea de la Virgen se habla expresamente en varias formulas litúrgicas del siglo VI.
   En España se menciona la Asunción en un calendario del tiempo de Wamba -año 656-, y en el siglo IX encontramos una misa de Assumptione en el Misal mozárabe.
   Los monumentos más antiguos de la Asunción son: Además del Santuario de la Virgen de Jerusalén -del sepulcro-, la Basílica del Bolsemi, en Georgia (del siglo IV o V) , y el sarcófago de la iglesia subterránea de Santa Engracia, que podría ser la representación más antigua de la Asunción, y, por lo tanto, de la Virgen sola -y no con el niño, como Madre de Dios-. 
   La Asunción se convirtió muy pronto en la más importante de las fiestas de María. En el breviario de Utrech, un tiempo en uso, en Holanda, se la llama Festum summum.
   Es la fiesta más solemne de la iglesia bizantina cismática. Se celebraba con grandes procesiones nocturnas, con iconos del Pancreator y de la Panagia, entre grandes luminarias. Es también la fiesta principal de la Iglesia cismática de Etiopía. Aun los nestorianos de las montañas del Kurdistán y los caldeos, que no aceptan la Anunciación y la Maternidad divina celebran la fiesta mariana de la Asunción.
   En la Edad Media se dedican a la Asunción casi todas las catedrales e infinitos templos por todo el mundo. En nuestros días sigue siendo la advocación de María que tiene más templos con sagrados en su honor. " ...parece que se alegran con secreto gemido los innumerables y vetustos templos levantados en todo lugar en honor de la Asunción, monumentos de una única fe y pedestales terrestres del trono celestial de gloria de la Reina del Universo" -decía Pío XII en su alocución del dogma de la Asunción.

EL MES DE MARIA EN ORIENTE

Tomado de "El Mes de María de los Bizantinos", de Grumel, 1932.


   El 1 de agosto empieza el mes de María para las Iglesias orientales bizantinas. Es un mes que toma como centro la Asunción de Nuestra Señora -la principal de las fiestas marianas-, con quince días de preparación y quince de prolongación de la fiesta.
   Lo celebraban ya cuatro siglos antes de celebrar nosotros el mes de mayo (noviembre en el Hemisferio Sur) en el XIV. Lo decretó el emperador Andrónico II Paleólogo, que fue a dar gracias a María a su santuario de la Virgen Bodigitria por haberle restituido el poder, de manera inesperada. Señaló tres santuarios: el de la Virgen de Bodegas, para celebrar la fiesta el día 1. El de Santa Sofía, para el 15 de agosto, y el de la Virgen de las Blaquernas, para el 31.
   El decreto que todavía subsiste dice: "Ordenanza sobre la gran fiesta que termina el misterio entero de Cristo, con la carne unida a sí, tomada de la Virgen Purísima, sube a los cielos, de donde descendió y adonde Aquélla, su Madre Santísima, fue transportada después que Él, de la manera que Él quiso. La Ordenanza quiere que esta fiesta sea celebrada, no ya un solo día, según la antigua costumbre, sino que comience el primer día del mes, en que se conmemora este misterio, y que se prolongue y se termine con el mes(1) 
(1) El Mes de María que nosotros realizamos en preparación a la fiesta de la Inmaculada, en el hemisferio Norte se celebra en el mes de mayo.

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