30/I/+2020 BEATO SEBASTIÁN VALFRÉ, Sacerdote

30 de enero 
BEATO SEBASTIÁN VALFRÉ, Sacerdote
(1710)
   Sebastián Valfré nació en Verduno del Piamonte, en 1629. Sus padres eran pobres y la familia numerosa. Desde su niñez decidió ser sacerdote, y trabajó para pagarse todos sus estudios, copiando libros. Se cuenta que al partir del hogar, lo único que sus padres pudieron darle fue un tonel de vino. Sebastián ingresó en la Congregación de los Padres del Oratorio, en Turín, el día de la fiesta de San Felipe, en 1651. Un año después, fue ordenado sacerdote y cantó su primera misa en Verduno para consuelo de sus padres. Desde el primer momento, se entregó con toda el alma al cumplimiento de sus deberes sacerdotales. Un hecho notable fue que desde el arribo del beato, el Oratorio de Turín, que hasta entonces había estado en decadencia por muchas dificultades, empezó a prosperar y a atraer al pueblo. El primer cargo de Sebastián fue el de prefecto del "Pequeño Oratorio", es decir una cofradía de laicos que se reunían para los ejercicios de piedad. El beato desempeñó durante muchos años el cargo con gran fruto y su extraordinario don de entusiasmar a los jóvenes parece haberle ganado el puesto de maestro de novicios. En 1661, habiendo cumplido la edad canónica de cuarenta años, fue elegido superior, contra su voluntad. Se dice que su gobierno fue una imitación perfecta del de San Felipe, tanto por el cuidado de la observancia hasta en los menores detalles, como por la gran bondad de Sebastián con los enfermos, para los que nada le parecía demasiado bueno.
   Entre tanto, la fama del beato como director de almas se había ido ex tendiendo. Pasaba largas horas en el confesionario, al que asistía con puntualidad escrupulosa y, en sus exhortaciones a la comunidad, insistía mucho sobre la necesidad de la confesión frecuente. Toda clase de personas se confesaban con él, hallándole siempre dispuesto a hacer cualquier cosa por aquellos que necesitaban ayuda o mostraban deseos serios de perfección. Por otra parte, era implacable con los falsos y parecía gozar de un don sobrenatural o de un poder de telepatía para descubrir la falta de sinceridad. Entre sus penitentes se con. taba el duque Víctor Amadeo II, más tarde rey de Cerdeña, quien en 1690, con el consentimiento del Papa Alejandro VIII, se esforzó en vano por persuadirle para que aceptara la sede arzobispal de Turín. El beato Sebastián predi caba, algunas veces, tres sermones al día. Emprendía también largas expediciones misionales a los distritos de los alrededores y, algunas veces, hasta territorio suizo, con gran fruto de conversiones. Además, consagraba mucho tiempo a la instrucción de los jóvenes y de los ignorantes. Acostumbraba reunir a los mendigos que iban al Oratorio a pedir limosna y les daba alimento para el cuerpo y para el alma. Era infatigable en sus visitas a los hospitales y prisiones, y tenía especial simpatía por los soldados, cuyas dificultades comprendía y compadecía.
   Como su modelo, San Felipe, el beato estaba siempre alegre, de suerte que las gentes consideraban que tenía un carácter ligero y sin preocupaciones. Esto es tanto más de admirar, cuanto que sabemos, por otra parte, la terrible historia de sus desolaciones y pruebas interiores. Con frecuencia le asaltaba la tentación de sentirse dejado de la mano de Dios y de creer que había perdido la fe y estaba destinado al infierno. A pesar de ello, aun cuando se acercaba ya a los ochenta años de edad, jamás cejó en sus trabajos por las almas, predicando al aire libre, en lo más crudo del invierno, al primer grupo de perdidos que encontraba. Más aún, cuando le parecía conveniente para la gloria de Dios, no temía entrar en los mismos antros de vicio. Por extraño que pueda ser, Dios parece haber bendecido abundantemente su osadía, ya que los rufianes más groseros se sentían impresionados por la santidad del beato y no se atrevían a levantar la voz, cuando éste criticaba sus vicios en los términos más severos. Su vida podría servir de modelo a todos los pastores de las ciudades en las que abundan el vicio y la miseria, y nada tiene de extraordinario que los con temporáneos del beato le hayan considerado como un santo. Se cuentan muchos ejemplos de su don de leer los corazones y de hacer profecías que se cumplieron. Entre otras cosas, parece que el beato sabía desde varios meses antes la fecha exacta en que iba a morir. Dios le llamó a Sí, a los ochenta y un años de edad, el 30 de enero de 1710. Fue beatificado .en 1834.
   Ver Lady Amabel Kerr, Life of Bd. Sebastián Valfré (1896); G. Callen, Vita del B. Sebastiano Valfré; P. Capello, Vita del b. Sebastiano Valfré 2 vols., (1872).   
    

*Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

30/I/+2020 SAN LESMES, Abad

30 de enero
SAN LESMES, Abad
(1097)


   Un santo tan burgalés como el Cid, su contemporáneo, y cuyo sepulcro se venera en la iglesia de su nombre en Burgos, ciudad de la que es patrón. Ahora bien, como suele ocurrir con los santos, su lugar de nacimiento es muy otro, y al saber que Lesmes es una adaptación fonética de Adelelmo, quizás empiece a sonarnos a menos castizo y castellano.
   En realidad era del otro lado de los Pirineos, de Loudun, en el Poitou, y debía de llamarse Adelelme, o, aún más a la francesa, Aleaume. Nació de una familia acaudalada, y después de repartir sus bienes entre los pobres vistió las ropas de uno de sus antiguos criados y fue en peregrinación a Roma.
   Más tarde fue monje y llegó a ser abad del monasterio de La Chaise-Dieu, fundada por el Beato Roberto, en la Auvernia, hasta que Constanza, que era de origen borgoñón, la esposa del rey castellano Alfonso VI, le llamó a España para introducir la liturgia romana en sustitución de la mozárabe.
   Lesmes fundó en Burgos el monasterio benedictino de San Juan Evangelista, y allí se dedicó a atender a las necesidades de los peregrinos de Santiago, quizá recordando los lejanos tiempos en que él también peregrinaba, y al cuidado de los enfermos. El despliegue de caridad religiosa al servicio de todos y especialmente de los enfermos, hasta su muerte el año 1097, le mereció el ser considerado por Burgos como su Santo Patrono.
   Este francés, al que imaginamos siempre con los severos, rígidos trazos de la iconografía románica, se identificó tanto con su ciudad de adopción que casi hemos llegado a olvidar que vino de otras tierras; para hacer a Castilla y a España más universal, según el modelo de Roma, y para fundirse servicialmente con la etapa de Burgos en el camino de Santiago, viendo cómo su nombre se iba transformando en boca de los burgaleses, haciéndose pronunciable para ellos, hasta quedar convertido en un signo más de su entrega total a una misión
.
   Un siglo después se hace célebre en Burgos otro San Lesmes, compañero de retiro en la sierra de la Demanda, de San Julián, el futuro obispo de Cuenca y antiguo profesor de Teología en el Estudio General de Palencia. Con motivo de una grande hambre, el segundo san Lesmes destaca por sus esfuerzos en remediarla, procurando provisiones para los pobres.


*Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

30/I/+2020 SANTA JACINTA MARISCOTTI, Virgen

30 de enero
SANTA JACINTA MARlSCOTTI, Virgen

(1640)
   La vida de Santa Jacinta es, en cierto sentido, única en los anales de los santos. Casi todos ellos experimentaron, en un momento determinado, una especie de cambio que califican de "conversión". En algunos casos, como en el de San Agustín, la conversión consiste en la vuelta a Dios, después de una vida de pecado en el mundo. En otros casos, como el de Santa Teresa, la Vida anterior parece imperfecta por el contraste que ofrece con la vida posterior a la conver sión. Pero es muy raro el caso de un santo que, tras de haber llevado una vida de escandalosa infidelidad a las reglas del convento, se convierta, vuelva atrás, y finalmente se entregue definitivamente, movido por una nueva gracia, hasta alcanzar las cumbres de la perfección.
   Clara Mariscotti, que provenía de una noble familia de Vignarello, se educó en el convento de las franciscanas de Viterbo, donde una de sus herma nas era religiosa. Parece que en sus primeros años mostró poca inclinación a la piedad. Cuando sus padres casaron a su hermana más joven con el marqués Cassizucchi, Clara cayó en un estado de postración y mal humor, insoporta bles para su familia. En vista de ello, sus padres, siguiendo la odiosa costumbre de la época, decidieron forzarla a entrar en la vida religiosa. Clara ingresó al mismo convento de Viterbo donde había sido educada, que era una comu nidad de la Tercera Orden Regular Franciscana. Aunque hizo la profesión, la joven declaró llanamente que el hecho de vestir el hábito religioso no le im pediría exigir todas las exenciones a las que su rango y la riqueza de su familia le daban derecho. Durante diez años, fue el escándalo de la comunidad por su olímpico desprecio de las reglas, aunque guardaba todavía un mínimo de apariencias. En cierta ocasión, en que se hallaba ligeramente indispuesta, un santo sacerdote franciscano fue a confesarla en su celda y, al ver cuán confortable era ésta, reprendió severamente a Sor Jacinta (este era el nombre que había tomado al entrar al convento) por su tibieza y los graves peligros a que se exponía. La reprensión impresionó profundamente a la religiosa, quien tem poralmente reformó su vida con un fervor casi exagerado. Pero esta súbita transformación no duró mucho; el fervor de Sor Jacinta empezaba ya a decaer, cuando Dios le envió una enfermedad mucho más seria que la anterior. Esta vez, la gracia fue plenamente eficaz y a partir de ese momento, la santa llevó una vida de crueles disciplinas, constantes ayunos y vigilias, y largas horas de oración.
   Lo más extraordinario, tratándose de un temperamento como el de Jacinta, es que, siendo maestra de novicias, dio muestras de un gran sentido común en la dirección espiritual, ya que refrenaba las exageraciones de fervor y penitencia en sus novicias y escribía mesurados consejos a las numerosas personas que la consultaban por carta. Por ejemplo, a una persona que le preguntaba su opinión sobre una religiosa muy reputada por su unión con Dios y su don de lágrimas, Jacinta respondió: "Antes que nada, quisiera yo saber si esa religiosa está despegada de las creaturas, si es humilde, si ha renunciado a la voluntad propia, aun en las cosas buenas y santas; sólo así es posible determinar si los deleites de su devoción vienen realmente de Dios. Yo admiro sobre todo a los que son poco admirados, a los olvidados de sí mismos, aunque tengan pocas consolaciones sensibles. La verdadera señal del espíritu de Dios es la cruz, el sufrimiento, la perseverancia generosa, a pesar de la falta de consuelo, en la oración".
   La caridad de Jacinta era notable, y no se limitaba a su comunidad. Con su ayuda se formaron en Viterbo dos cofradías encargadas de los enfermos, los ancianos, los nobles venidos a menos y los pobres. Pidiendo limosna de puerta en puerta, J acinta reunía los fondos necesarios para el trabajo de las cofradías. La santa murió a los cincuenta y cinco años de edad, el 30 de enero de 1640, y fue canonizada en 1807. La bula de canonización afirma que "su mortificación era tan grande, que la conservación de su vida era un constante milagro" y que, "con su apostólica caridad ganó a Dios más almas que muchos predicadores de su tiempo".
   Ver Flaminio de Latera, Vita della V. S. Giacinta Variscotti (1805); Léon, L'Auréole séraphique, vol. I, pp. 117-126; Kirchenlexikon, vol. VI, pp. 514-516.  



*Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

    30/I/+2020 SAN BARSIMEO, Obispo de Edesa

    30 de enero
    SAN BARSIMEO, Obispo de Edesa
    (¿250?)
       En este día leemos en el Martirologio Romano: "En Edesa de Siria, la con memoración de San Barsimeo, Obispo, el cual, después de haber convertido a muchos gentiles a la fe y de haberles enviado por delante a recibir la corona de los mártires, les siguió con la palma del martirio, bajo el Emperador Trajano". Alhan Butler nos dice en su corto artículo, que Barsimeo fue el tercer obispo de Edesa, después de San Tadeo, quien había sido uno de los setenta y dos discípulos del Señor. El mismo autor añade que el martirio tuvo lugar en Edesa, bajo el gobierno de Lisias, cuando Trajano cruzó el Eufrates y conquistó la Mesopotamia, en 114. Ruhens Duval, en un estudio sobre las actas sirias de Sharhil y Barsamja, publicado en el Journal Asiatique de 1889, ha de mostrado que todos estos datos son falsos. En el artículo se prueba que las susodichas "actas", pretenden ser una recopilación de los documentos más auténticos, pero están plagadas de anacronismos contradictorios. Así por ejemplo, unos datos se refieren a los años 106 y 112, durante el reinado de Trajano, a quien se menciona expresamente; otros, en cambio, están relacionados con el pontificado del Papa Fabián (250), del que también se habla. Además, según las "actas", aunque Barsamja fue sentenciado a muerte, no fue ejecuta o y sucedió a Paluto. Ahora bien, dicho obispo, que había sido consagrado por Serapión hacia el año 209, ciertamente no vivió en el siglo II. Duval demuestra, por otra parte, que las actas de San Barsimeo o Barsamja se basan en las actas de San Abid, un mártir del siglo IV y que, por consiguiente, no es imposible que sean puramente imaginarias.
       Cureton, Ancient Syriac Documents, pp. 41.72, publicó por primera vez las actas sirias. A esta edición siguió la de Bedjan. Ver sobre todo Rubens Duval, en Journal Asiatique, serie octava, vol. XIV, pp. 40-58, y cf. ibid., vol. XVIII (1891), pp. 384-386.    



    *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

    30/I/+2020 SANTA BATILDE, Viuda

    30 de enero
    SANTA BATILDE, Viuda
    Así como la voluntad de Dios es un acto y se llama mundo,
    su intención es la salvación de los hombres y se llama Iglesia,
    (Clemente de Alejandría)

       Santa Batilde (634-680) De origen anglosajón, era todavía una niña cuando fue raptada por los piratas y vendida al mayordomo de palacio del rey Clodoveo II de Neustria. Este se enamoró de ella y la convirtió en su reina. Tuvieron tres hijos, pero desgraciadamente, el rey murió a los veinticuatro años de edad. Batilde ocupó la regencia, se rodeó de buenos consejeros, y gobernó con justicia y misericordia. Sin embargo, los nobles terminaron por unirse contra ella y desterrarla a la abadía de Chelles, donde pasó el resto de su vida perdonando a sus enemigos, encargándose de las tareas más humildes y atendiendo a los enfermos

    30/I/+2020 SANTA ALDEGUNDA, Virgen

    30 de enero
    SANTA ALDEGUNDA, Virgen
    Quien no carga con su cruz y me sigue
    no es digno de mí.

    (Mat. 10, 38)

       Santa Aldegunda nació en Hainaut, de familia ilustre y vinculada con la casa de Francia; empero, sus virtudes la han hecho más célebre que su nacimiento. Rechazó la mano de un príncipe de Inglaterra para seguir a Jesús en la soledad. Allí Jesús, para festejar las bodas de su casta esposa, cambió en vino el agua que ella había tocado, y ordenó a su ángel custodio que la consolara en sus aflicciones. ¿Dónde encontrar sobre la tierra un esposo de tanto poder y de tanta generosidad como el divino Salvador? Adhiérete, pues, a Él, con vínculos indisolubles, Santa Aldegunda murió a fines del siglo VII.

    MEDITACIÓN
    SOBRE LOS TRES GRADOS
    DE LA MORTIFICACIÓN


    I. Esta santa deja la corte para ir al desierto; las delicias, para vivir en la austeridad; la fortuna de un gran príncipe, para seguir a Jesucristo en la pobreza. Desde hace mucho tiempo Jesús te llama, ¿cuándo lo escucharás? ¡Esta santa supera todos los obstáculos, y a ti la más pequeña dificultad te desalienta! Por más fuertes que sean las cadenas que te atan, fácilmente las romperás si amas a Jesús, y si temes al infierno.

    II. Esta flamante esposa de Jesucristo, después de haber dado prendas de su amor, le pide un obsequio. Escuchad, cristianos descaecidos, la oración de esta santa, y avergonzaos de vuestra cobardía: ella le pide a Dios que le envíe un cáncer que le carcoma el seno, y su oración de inmediato es escuchada. ¿Alguna vez has pedido a Dios algo parecido? Haces promesas a todos los santos para que te libren hasta de la más mínima dolencia que te aqueja. ¡He aquí, sin embargo, las dulzuras de que hace partícipes Jesús a sus amigos; he aquí los favores que éstos le piden
       
    III. No contenta con dejar los placeres y solicitar los sufrimientos como un favor, pide a Dios la prive de la satisfacción que el hombre experimenta cuando bebe y cuando come. San Pedro le da un poco de maná celestial y todo alimento de la tierra se le vuelve amargo. ¡Qué vergüenza para ti, voluptuoso! ¡Rechaza ella todos los placeres de los sentidos, y tú los buscas afanosamente! Señor, poned amargura en todos mis placeres, a fin de que sólo Vos resultéis dulce a mi corazón.

    La mortificación
    Orad por vuestros
    superiores temporales.


    ORACIÓN
          Escuchadnos, oh Dios, que sois nuestra salvación, a fin de que la fiesta de la bienaventurada Aldegunda, vuestra virgen, al mismo tiempo que regocije nuestra alma la enriquezca con sentimientos de tierna devoción.  Por N. S. J. C. Amén.

    El mismo día 30: SANTA MARTINAVirgen y mártir

    30/I/+2020 SANTA MARTINA, Virgen y Mártir

    30 de enero
    SANTA MARTINAVirgen y Mártir
    Nadie puede servir a dos señores. 
    (Mateo 6, 24)
       Santa Martina, virgen romana, quedó huérfana a una edad todavía tierna, y distribuyó entre los pobres los cuantiosos bienes que le habían dejado sus padres. Por rehusarse a sacrificar a los ídolos fue sometida a horribles torturas y, después, condenada a ser arrojada a las fieras. Respetada por éstas y habiendo, en seguida, pasado sana y salva por las llamas en las que fuera arrojada, fue, finalmente, decapitada. En el momento de su muerte, un terrible temblor sacudió la ciudad de Roma, y muchos idólatras se convirtieron a la fe cristiana.

    MEDITACIÓN
    ES PRECISO SER
    TOTALMENTE DE DIOS


    I. Acaba Martina de perder a sus padres, y ya se desembaraza de sus riquezas para darse a Dios sin reserva. El medio que debemos emplear para ser totalmente del Señor, es el desapego del mundo. Si tu posición no te permite dar tus bienes a los pobres como hizo Martina, desapega tu corazón, por lo me nos, de las riquezas y de las vanidades mundanas. No se puede servir a dos señores a la vez, no se puede ser al mismo tiempo de Dios y del mundo. Elige, de estos dos partidos, el que te es más ventajoso. ¿Necesítase pensar mucho cuando se trata de darse a Vos, oh Dios mío?
     
    II. Piensa en las recompensas que acuerda el mundo a los que le sirven. Salomón fue colmado de todos los bienes de la tierra, y, sin embargo, declara que todo es vanidad. Pregúntate a ti mismo. ¿No es verdad, acaso, que estás ya disgustado de los bienes del mundo apenas tienes su posesión; que nunca ha estado contento tu espíritu, y que siempre algo le ha faltado a tu felicidad? Mundo falaz, ¿por qué nos prometes tantas cosas que no puedes dar? (San Agustín).
     
    III. Si quieres realmente confesar la verdad, convendrás conmigo en que nunca has sido más dichoso ni has estado más contento que después de haber cumplido algún acto de virtud. Si tan liberalmente Jesucristo te recompensa en este mundo, ¿qué no te reservará para el otro? Si los placeres que el demonio te ofrece están mezclados con tanta amargura, ¡cuáles no serán los tormentos que te prepara! Entrégate a Dios, y verás que no hay placer comparable al que se gusta en el servicio de este bondadosísimo Señor. ¿Qué placer más grande que el disgusto del mismo placer?

    El amor de Dios 
    Orad por la conversión de los idólatras.

    ORACIÓN
          Oh Dios, que, entre otros milagros de vuestro poder, habéis hecho obtener la victoria del martirio a una tierna niña, haced que celebrando el nacimiento al cielo de la bienaventurada Martina, virgen y mártir, nos aprovechemos de sus ejemplos para llegar hasta Vos.  Por N. S. J. C. Amén.
       


    *Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)

      29/I/+2020 SAN SULPICIO SEVERO, Obispo de Bourges

      29 de enero
      SAN SULPICIO SEVERO, Obispo de Bourges

      (591)
         No parece que haya razón suficiente para creer que este santo obispo se llamase realmente Severo. San Gregorio de Tours, quien nos da el dato de su nombramiento a la sede de Tours (584) en vez de otros candidatos simoníacos, habla de San Sulpicio con gran respeto y nos dice que convocó un concilio provincial en Auvernia. El santo tomó también parte en el Concilio de Maçon, en 585. El apodo de "Severo" tenía probablemente por finalidad distinguirle del otro San Sulpicio de Bourges, a quien se llamó Sulpicio Pío. Sin embargo, la conmemoración que hace el Martirologio Romano en este día se refiere indudablemente a nuestro santo. Los martirologios primitivos le confunden frecuentemente con el escritor Sulpicio Severo.
         Ver Acta Sanctorum, 29 de enero; y Duchesne, Fostes Episcopaux, vol. I, pp. 28-29. Alban Butler atribuye el título de santo al escritor Sulpicio Severo, pero no existen pruebas suficientes en apoyo de tal atribución. Los bolandistas, que mencionan al escritor Sulpicio Severo en su relato sobre el obispo de Bourges, hacen notar que la inclusión del primero en el Martirologio Romano se debió a una confusión.
          



      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      29/I/+2020 SAN SABINIANO, Mártir

      29 de enero
      SAN SABINIANO, Mártir
      (Fecha desconocida)
         El Martirologio Romano conmemora a San Sabiniano en este día y la diócesis de Troyes le venera como primer apóstol y mártir de la ciudad del mismo nombre. Existen tres "actas" de San Sabiniano y su martirio, ninguna de las cuales tiene valor histórico. Se cuenta que Sabiniano nació en la isla de Samos; que se convirtió al cristianismo leyendo la Biblia; que fue a predicar 
      el Evangelio en la Galia, antes de ser bautizado; que recibió el bautismo directamente del cielo (ya que una voz sobrenatural pronunció las palabras sacramentales), que fue hecho prisionero por haber efectuado numerosas conversiones, y que compareció valerosamente ante el emperador Aureliano. Tras una serie de incidentes milagrosos, como por ejemplo el de que el fuego no le consumió y que las flechas no le atravesaron, fue finalmente decapitado por la espada. No parece haber ninguna tradición primitiva en apoyo de su culto, de suerte que lo único que podemos afirmar es que un mártir llamado Sabiniano murió probablemente en Troyes, víctima de una de las primeras persecuciones.
         Ver Acta Sanctorum, 29 de enero; E. Defer, Vie des saints du diocéses de Troyes, pp. 27-36; Analecto Bollandiana, vol. IV (1885), pp. 139-156.    



      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      29/I/+2020 SAN FRANCISCO DE SALES, Obispo, Confesor y Doctor

      29 de enero
      SAN FRANCISCO DE SALESObispoConfesor y Doctor
      Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;
      y hallaréis el reposo para vuestras almas.
      (Mat. 11,29)

         Este santo ha sido la gloria de su siglo, el modelo de los hombres apostólicos y de los obispos, el doctor universal de la piedad y del amor de Dios. Su cuerpo en Annecy y su corazón en Lyon han obrado infinidad de milagros devolviendo la salud a los cuerpos; pero su espíritu, siempre vivo en sus libros, obra maravillas mucho más sorprendentes convirtiendo a los pecadores. Tan llena está su vida de nobles acciones, que es difícil resumirla; tan conocida de todos, por otra parte, que no es necesario referirla. Murió en Lyón en 1622.
       
      MEDITACIÓN
      SOBRE EL CORAZÓN
      DE SAN FRANCISCO DE SALES
        
      I. El corazón de San Francisco de Sales ardía con el fuego del amor divino. Este amor le hizo emprender todo lo que juzgó apto para contribuir a la gloria de Dios y a la salvación del prójimo. Sus predicaciones, sus pláticas, sus libros, son pruebas de esta verdad. ¡Ah! si amases a Dios como él, te burlarías de las riquezas, de los placeres, de los honores, y no dejarías perder las ocasiones de incitar a los demás a amar al Señor. ¡Oh Dios que sois tan amable! ¿por qué sois tan poco amado? ¡Oh fuego que siempre ardéis, fuego que nunca os extinguís, abrasad mi corazón!
        
      II. El corazón del Santo sólo tenía dulzura y ternura para el prójimo; después de su muerte no se le encontró hiel en el cuerpo. Consolaba a los enfermos, daba limosna a los pobres, instruía a los ignorantes, y con su afabilidad trataba de que se le allegasen los pecadores, a fin de conducirlos enseguida al redil de Jesucristo.
        
      III. Ese corazón, en fin, que era todo amor para Dios y toda dulzura para el prójimo, trataba a su cuerpo como a enemigo; para domar sus pasiones no retrocedía ante mortificación alguna, ante sacrificio alguno. Examina la causa de tus penas, Y verás que provienen de las pasiones que no supiste domeñar. Aquél que ha vencido a sus pasiones adquirió una paz duradera.

      La dulzura
      Rogad por la orden de la Visitación.


      ORACIÓN

            Dios, que habéis querido que el bienaventurado Francisco de Sales, vuestro confesor Y pontífice, fuese todo para todos para salvar a las almas, difundid en nosotros la dulzura de vuestra caridad, y haced que, dirigidos por sus consejos y asistidos por sus méritos, lleguemos al gozo eterno.  Por N. S. J. C. Amén



      *Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)

      28/I/+2020 BIENAVENTURADO CARLOMAGNO, Emperador

      28 de enero
      BIENAVENTURADO CARLOMAGNO, Emperador 
      (814)
         La biografía de Carlomagno (nació en 742; fue rey de los francos desde 786 y primer emperador del Sacro Imperio Romano en 800; murió en 814), forma parte de la historia general, y resulta un tanto sorprendente encontrar su nombre en un libro de la vida de los santos. No parece que se le haya tributado ningún culto antes del año 1166, época en que empezó a introdu cirse, bajo los siniestros auspicios de Federico Barbarroja. El antipapa Guido de Crema (Pascual III) sancionó dicho culto. Es digno de notarse que Santa Juana de Arco asociaba a "San Carlomagno" en su devoción a San Luis de Francia, y que en 1475, la fiesta de Carlomagno empezó a ser de obligación en toda Francia. Próspero Lambartini, que fue más tarde Benedicto XIV, discute el punto con cierta extensión en su obra sobre la beatificación y canonización, y concluye diciendo que puede atribuirse con justicia el título de bienaventurado a tan gran defensor de la Iglesia y del Papado. Sin embargo, en la actualidad sólo celebran la fiesta de Carlomagno la diócesis de Aquisgrán y dos abadías suizas. 
        
      La fuente principal para conocer al Carlomagno íntimo es la biografía escrita por su contemporáneo y amigo Einardo; la mejor edición de ella es la de G. Waitz, en MGH., Scriptores, vol. II. Ver también Acta Sanctorum, 28 de enero, y las largas discusiones sobre 108 puntos controvertidos, en DAC., vol. III, donde se encontrarán referencias bibliográficas muy completas. Cf. las anotaciones que hace E. Amann sobre el carácter de Carlomagno, en Fliche Martin, Histoire de l'Eslise, vol. VI, p. 200, y R. Folz, Etudes sur le culte liturgique de Charlemagne... (1951).   


      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      28/I/+2020 BEATO JULIÁN MAUNOIR, Jesuita

      28 de enero
      BEATO JULIAN MAUNOIR, Jesuita
      (1683)
         No se  puede decir que los católicos de otras naciones ignoran la historia reli giosa de Francia en el siglo XVII, pero es indudable que uno de los aspectos menos conocidos de esa historia es el trabajo de los misioneros en el interior del país. Todo el mundo está al tanto de las actividades de un monsieur Olier, en París, o de un San Vicente en todo el territorio francés; pero son mucho menos conocidas las actividades de un San Juan Eudes en Normandía, de un San Pedro Fourrier en Lorena, de un P. Juan Lejeune en el Limousin, el Languedoc y la Provenza, de un San Juan Francisco de Regis en Velai y Vivarés, y en general de todas las misiones de la Bretaña. Sin embargo, según opina Henri Brémond, estas últimas fueron las más fructuosas de todas y, cierta mente, las más pintorescas. Entre los misioneros de la Bretaña se destacan el benedictino Miguel Le Nobletz y el P. Julián Maunoir. Este había nacido en la diócesis de Reims en 1606 e ingresó en la Compañía de Jesús, en 1625.
         Sin duda que se ha exagerado la impiedad y barbarie de los bretones de aquella época y la negligencia de su clero; pero eso no quita que fuesen ex tremadamente supersticiosos, brutales, turbulentos y al mismo tiempo, muy abiertos al mensaje evangélico. La región que produjo tantos piratas penden cieros fue también la tierra de Armelle Nicolás y de los calvarios barrocos y las estatuas de la Baja Bretaña. Los místicos abrieron el camino a los misio neros. Y el P. Bernard, S. J., y Dom Le Nobletz, atrajeron la atención de Julián Maunoir hacia ese campo y le aconsejaron que aprendiese el idioma bretón. El P. Maunoir llegó a dominarlo en brevísimo tiempo.
         Hay ciertas analogías entre la Bretaña católica y las regiones protestantes de Gales y Cornwall. A propósito de las misiones bretonas, Henri Brémond usa la palabra inglesa "revival" (renovación), y hace mención de Bunyan y del "Pilgrim's Progress". El historiador anglicano de las misiones de Cornwall, el difunto canónigo Gilbert Doble, tituló su corta biografía de Julián Maunoir "El John Wesley de la Bretaña". Es muy instructiva la comparación entre la biogra fía del P. Maunoir, escrita por Séjourné, y el "Diario" de John Wesley, así como la comparación entre este "Diario" y el del beato Julián Maunoir.
         Cuando el P. Maunoir empezó a trabajar en la Bretaña, en 1640, había sólo otros dos misioneros. A su muerte, ocurrida cuarenta y tres años más tarde, había más de mil. Renán habría de quejarse, más tarde, de que sus ante pasados habían sido "jesuitizados" y desnacionalizados por los misioneros pro cedentes de otras regiones de Francia. La realidad es que hubo apenas un puñado de jesuitas, de los que la mayoría eran bretones, y un fuerte contin gente del clero bretón que cooperó con los padres de la Compañía y se sometió espontáneamente a la rigurosa disciplina que les impuso el P. Maunoir. Por lo demás, la técnica del trabajo misional había sido ideada por un bretón no jesuita, Miguel Le Nobletz, a quien se ha llamado "el último de los bardos".  La tarea consistía, ante todo, en la instrucción religiosa; "la predicación emocional", capaz de arrastrar a las multitudes en un momento dado, sólo se empleó como instrumento secundario. Los misioneros se ayudaban en su tarea con imágenes en colores, algunas de las cuales se conservan todavía en la biblioteca de Quimper. Se trataba de ilustraciones de la Pasión, del Padre nuestro, de los pecados capitales, etc., bajo las diferentes alegorías del Caballero Errante, de las Seis Ciudades de Refugio, de Los Tres Arboles... Con esto, se despertaba la imaginación popular y las cualidades poéticas del espíritu humano. Las imágenes, la vividez y el sentido del humor de los comentarios hechos por los misioneros es lo que hacía pensar a Henri Brémond en Bunyan. Pero además, había representaciones con cuadros plásticos vivientes. De ahí se originaron las famosas procesiones en las que se representaba, por ejemplo, la Pasión del Señor. El P. Maunoir predicaba y los actores encarnaban su pala bra, en tanto que "los oyentes sollozaban de emoción". Algunos se quejaron de la emotividad de tales actos, pero los obispos bretones apoyaron al misionero.
         Otro de los métodos era el empleo de cantos religiosos, de los cuales algunos eran ya tradicionales y otros habían sido compuestos por el mismo P. Maunoir. Probablemente sólo nos ha quedado uno, tal como él lo escribió, y debe con fesarse que en la traducción del bretón al francés, pierde mucho de su gracia original. Lo cierto es que Julián tenía el don de versificar con gran sentimiento y que los cánticos religiosos constituían un factor importante en las misiones bretonas. Al empleo del idioma local se añadía la devoción a los santos bretones de la antigüedad. La región de Sto Corentin, en la diócesis de Quimper, fue el campo predilecto del P. Maunoir.
         Como la leyenda de los santos celtas está llena de milagros -algunos de ellos conmovedores, otros fantásticos y aun poco edificantes entre los realmente convincentes-, así la evangelización llevada a cabo por Julián, fue apoyada por numerosos milagros y prodigios. El P. Boschet, S. J., que escribió la primera biografía del beato en 1697, había estudiado una narración de sus milagros; su comentario fue el siguiente: "Me parecieron tan extraordinarios que no pude por menos que sospechar que el autor había exagerado la realidad para glorificar al siervo de Dios". Sin embargo, después de haber hecho investigaciones de tenidas, el escepticismo del P. Boschet disminuyó mucho. ¿ Por qué sorpren derse de que la renovación del Cristianismo en Bretaña haya sido confirmada con milagros semejantes a los que acompañaron su introducción en el mundo? ( Desde el punto de vista humano, el P. Maunoir no era especialmente inteli gente y tenía cierta tendencia a la credulidad; pero era, a la vez, un verdadero jefe que se hacía obedecer, un organizador de primera talla y un hombre de gran visión. Buena parte del éxito de sus misiones se debe a que las dirigió tanto a los pastores, como a las ovejas. El puntero para comentar las imágenes, se convirtió en el arma distintiva de sus misioneros y en un símbolo del dedo que señalaba el camino.
         Durante los Ejercicios Espirituales que precedieron a su ordenación, Julián de Maunoir escribió, acabando de comulgar: "Sentí un celo extraordinario por la salvación de las almas y un gran deseo de trabajar por ellas con todos los medios posibles. La voz del Señor repetía en mi corazón: 'Yo trabajé, lloré, sufrí y morí por ellas'." Estas palabras resumen la vida de Julián. Después de su muerte, ocurrida en Plévin de Cournouaille, el 28 de enero de 1683, los   peregrinos acudieron en masa a besar aquellos pies que habían viajado por toda la Bretaña y llevaron hasta sus últimos rincones el mensaje envangélico. Fue beatificado por Pío XII el 20 de mayo de 1951.


         Ver F. Boschet, Le par/ait missionnaire (1697); X. A. Séjourné, Histoire de... Julien M aunoir (1895); H. Brémond, Histoire litéraire du sentiment rélisieux en France... , t. V., pp. 82-117; H. Pourrat, La spiritualité chrétienne, t. IV, p. 122; y G. H. Doble, en Pax, núm. 85 (1927), pp. 318-329. Ver también H. de Gouvello, Le vénérable Michel le Nobletz (1898).  

      28/I/+2020 BEATA MARÍA DE PISA, Viuda

      28 de enero
      BEATA MARIA DE PISA, Viuda
      (1431)
         La vida de esta beata es una prueba de que la santidad depende muy poco de las circunstancias externas. Prácticamente no existe ningún estado de vida que el espíritu interior no pueda santificar. En la beata María de Pisa encontra mos el ejemplo de una sierva de Dios que se casó dos veces y tuvo muchos hijos, vivió varios años en el mundo como viuda y luego ingresó en un convento re lajado; lo reformó, y por último, fundó una comunidad de observancia religiosa excepcional, en la que murió a edad muy avanzada, en olor de santidad.
         La familia Mancini era una de las más distinguidas de Pisa, en una época muy agitada por las facciones políticas que prevalecían en las ciudades de Italia. Se cuenta que Catalina (María fue el nombre que tomó en religión) tuvo a los cinco años una experiencia mística extraordinaria. En un éxtasis o visión, pre senció la tortura en el potro, de Pedro Gambacorta, que había sido acusado de
      conspirar y condenado a la horca por sus enemigos. La leyenda añade que Catalina oró con tal fervor al presenciar el suplicio, que la cuerda de la horca se rompió y los jueces conmuta ron la pena de muerte. Después de esto, la Virgen se apareció a Catalina y le ordenó que dijese todos los días siete Padrenuestros y siete Avemarías, porque la bondad de Dios iba a sostenerla en los peligros. Catalina se casó a los doce años y tuvo dos hijos. Su primer esposo murió cuando la beata tenía dieciséis años. Cediendo a la presión de su familia, Catalina se casó por segunda vez. El nuevo matrimonio duró ocho años y de él nacieron cinco hijos. Catalina cuidó a su esposo durante su última enfermedad, que duró un año. Todos los hijos de la beata parecen haber muerto jóvenes.
         La familia de Catalina intentó casarla por tercera vez, pero ella se opuso resueltamente y se entregó en alma y cuerpo a las obras de piedad y caridad. Convirtió su casa en hospital. Se cuenta que acostumbraba beber el vino con el que lavaba las llagas de los enfermos y que, en cierta ocasión experimentó tal dulzura al beber ese vino, haciendo fuerza a su naturaleza, que llegó a convencerse en su fuero interno de que el. misterioso enfermo al que había aten dido no era otro que el Salvador. En aquélla época de su vida, Catalina estaba bajo la dirección de los dominicos, en cuya tercera orden había ingresa do. Probablemente dichos religiosos le pusieron en contacto con Santa Catalina de Siena, y todavía se conserva una carta que esta santa escribió a "Monna Catarina e Monna Orsola ed altre donne di Pisa". En algunas ocasiones la beata tenía éxtasis en la calle. Sorprendida, una vez, por uno de tales éxtasis inesperados, fue coceada por una mula. Más tarde ingresó Catalina en el relajado convento dominicano de Santa Croce, con el objeto de restablecer en él la estricta observancia. Se cuenta que la beata consiguió reformarlo, pero que todavía aspiraba a una vida de mayor perfección. Así pues, junto con la Beata Clara Gambacorta, partió de Santa Croce a fundar otra comuni dad en un convento, construido con esa mira por el padre de Clara, el mismo Pedro Gambacorta, por quien Sor María había orado. Dios bendijo la nueva   fundación, que se convirtió en un modelo de vida religiosa, famoso en toda Italia. Ahí murió la Beata María Mancini, el 22 de diciembre de 1431. Su culto fue aprobado en 1855.
         Ver M. C. de Ganay, Les Bienheureuses Dominicaines (1913), pp. 237-250; y Procter, Dominican Saints, pp. 342-345.   
        
      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      28/I/+2020 BEATO ANTONIO DE AMANDOLA, Monje

      28 de enero
      BEATO ANTONIO DE AMANDOLA, Monje
      (1350)
         Parece que el Beato Antonio nació en las cercanías de Ascoli Piceno, hacia el año 1260. Entró en la Orden de San Agustín en 1306, el año de la muerte de San Nicolás de Tolentino, y esta lumbrera de la orden sirvió de ejemplo al beato Antonio durante toda su vida religiosa. El beato Antonio se distinguió por su paciencia y caridad hacia los pobres. A su intercesión se debieron numerosos milagros. Murió en 1350, a los noventa años de edad aproximadamente. Su cuerpo descansa en Amándola y su fiesta se celebra, no sólo entre los agus tinos, sino también en Ancona y los distritos circundantes.
         Ver J. E. Stadler, Heiligen-Lexikon (1861).  
        


      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      28/I/+2020 SAN AMADEO, Obispo de Lausana

      28 de enero
      SAN AMADEO, Obispo de Lausana
      (1159)
         Amadeo era descendiente de la casa real de Franconia y había nacido en el castillo de Chatte del Delfinado en 1110. Cuando tenía ocho años, su padre, Amadeo de Oermont, señor de Hauterive, tomó el hábito religioso en la abadía cisterciense de Bonnevaux. El santo fue al mismo convento a proseguir su edu cación, pero al poco tiempo pasó, con su padre, a Ouny. Amadeo de Oermont volvió más tarde al austero convento cisterciense, en tanto que el joven sirvió durante algún tiempo en la corte del emperador Enrique V. Después tomó el há bito religioso en Claraval, donde vivió catorce años. En 1139, el abad de Haute combe de Saboya se retiró del cargo, y San Bernardo nombró a San Amadeo para sustituirle. El monasterio había adoptado la reforma apenas cuatro años antes y sus finanzas se hallaban en un estado lamentable. San Amadeo animó a la comunidad a soportar gozosamente esas dificultades adicionales, y con una administración cuidadosa, logró sacar al monasterio del mal paso. En 1144, se vio obligado a aceptar, por orden del Papa Lucio II, la sede de Lausana, donde se encontró pronto envuelto en luchas con los nobles y fracasó en su intento de
      persuadir al emperador Conrado para que acudiese en ayuda del Papa contra Pierleone. Cuando Amadeo III, duque de Saboya, partió a la segunda Cruzada, San Amadeo fue nombrado corregente con Humberto, el hijo del duque. Cuatro años antes de su muerte, Federico Barbarroja le hizo canciller de Borgoña.
         Nicolás, el secretario de San Bernardo, habla en términos muy elogiosos de la virtud de este activo prelado. Su antiquísimo culto fue aprobado en 1910. Existen todavía muchos sermones del santo.
         No parece haber ninguna vida contemporánea de San Amadeo, pero el resumen de los principales documentos biográficos se halla en obras como Gallia Christiana, vol. XV, pp. 346-348, y Manrique, Annales Cistercienses, año 1158. Un relato más moderno es el de la Cistercienser-Chronik, vol. XI (1891), pp. 50 ss., y vol. XXIII (1911), pp. 297 ss. Ver A. Dimier, Amédé de Lausanne (1949) en la colección Figures monastiques.   



      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      28/I/+2020 SAN JUAN DE REOMÉ, Abad

      28 de enero
      SAN JUAN DE REOMÉ, Abad
      (544)
         Poseemos una buena biografía antigua de San Juan de Réomé. Su vida es muy sencilla: era originario de la diócesis de Langrés, y tomó el hábito monacal en Lérins. Más tarde, el obispo de su diócesis de origen le llamó para que fundase la abadía de Réomé, posteriormente llamada Moutier-Saint-Jean. El abad la gobernó por muchos años con gran fama de santidad y sus milagros le hicieron conocido.  Se cuenta que San Juan se negó a conversar con su propia madre cuando ésta fue a visitarle al monasterio. Sin embargo, para consolarla, permitió que ella le viera a cierta distancia y le envió un mensaje, animándola en la virtud y recordándole que sólo volverían a estar juntos en el cielo. San Juan murió el año 544, cuando contaba más de cien años. Fue uno de los pri meros promotores del estado monástico en Francia.

         B. Krusch, en MGH., Scriptores Merov., Vol. III, pp. 502-517, publicó la antigua bio grafía de San Juan de Réomé. Como lo demuestra el mismo Krusch en su artículo Zwei Heiligenleben des lonas von Susa, en Mittheilungen de la Sociedad de Historia de Austria, vol. XIV, pp. 385 ss., los textos anteriormente publicados carecían de valor. El autor de la biografía es Jonás de Susa, y no un contemporáneo.


      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      28/I/+2020 SANTOS LEUCIO, TIRSO y CALINICO, Mártires

      28 de enero
      SANTOS LEUCIOTIRSO y CALINICO, Mártires
      (250)
         En tiempo de la persecución de Decio, uno de los lugartenientes de este emperador se presentó en Cesarea de Bitinia para ejecutar el edicto promulgado contra los cristianos. Leucio, que era uno de los ciudadanos principales de aquel lugar, se atrevió a reprocharle su ardor por el culto a los ídolos. Inmediatamente fue por ello castigado con toda suerte de tormentos y, finalmente, decapitado.
         En el momento en que el lugarteniente estaba a punto de abandonar la ciudad, un célebre atleta llamado Tirso, que había admirado la constancia de Leucio en los tormentos, se presentó a este oficial y públicamente le reprochó su idolatría. No pudo tolerar tal audacia el gobernador y, sin más forma pro cesal, entregó a Tirso a los verdugos.
         Pero a lo largo de las torturas infligidas a Tirso, se produjo toda una serie de prodigios. La víctima fue conducida a Apamea y, de allí, a Apolonia. Un gran sacerdote de los ídolos, llamado Calinico, se convírtió y fue decapitado con otros quince sacerdotes que siguieron su ejemplo. Al fin, Tirso sucumbió a los diversos suplicios que sucesivamente se le infligieron.
         Se debe, sobre todo, a la difusión de su culto, el que estos mártires hayan sido ilustres. Puede que haya habido una traslación del cuerpo de San Tirso a Nicomedia, aunque no se puede afirmar con certeza.
         A fines del siglo IV fue trasladado de Apolonia a Constantinopla. En occi dente, el culto de este santo se propagó por ambos lados de los Pirineos.
         El resumen de las Actas muestra que los tres mártires no murieron el mismo día, sino que Leucio murió primero, después Calinico y, por último, Tirso. Por eso los nombres están colocados el 18, el 20, el 25 y el 27 de enero en el Marti rologio Jeronimiano. En fin, el redactor del Martirologio Romano adoptó el 28.
          Acta sanctorum, 28 de enero; Quentin, Les martyrologes hist., du Moyen Age, p. 191; Delehaye, Les origines du culte des martyrs, pp. 69, 102, 191, 223, 274.


      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      28/I/+2020 SAN PAULINO, Patriarca de Aquileya

      28 de enero
      SAN PAULINOPatriarca de Aquileya
      (804)



         San Paulino de Aquileya fue uno de los más ilustres y santos prelados de los siglos VII y IX. Parece haber nacido hacia el año 726, en una granja cerca de Friuli. Su familia vivía del labor de la granja y el joven Paulino pasaba buena parte de su tiempo cuidando rebaños al pie de los Alpes en su Friul natal, y de él sabemos que era menudo de cuerpo. Por obra del estudio Paulino se fue haciendo muy grande en saber, y su fama llegó al corazón de la Europa carolingia, Aquisgrán, donde el emperador de la barba florida convocaba a los hombres más eminentes de su tiempo.
         
      Sin embargo, lograba reservar algunas horas al estudio llegando con los años a ser un famoso gramático. Carlomagno le llamó, en una carta, Maestro de Gramática y muy Venerable. Estos epítetos nos hacen suponer que Paulino, era ya sacerdote. El mismo monarca, en reconocimiento de los méritos de Paulino, le regaló ciertas posesiones en su país. Parece que hacia el año 776, Paulino fue elevado contra su voluntad a la sede del Patriarcado de Aquileya. En dicha Iglesia se dejaron sentir los benéficos efectos de su celo, piedad e inteligencia. Carlomagno le pidió que asistiera a todos los grandes concilios de su tiempo, por remotos que fuesen los sitios en que se reunían y el propio santo reunió un sínodo en Friuli, en 791 o 796 contra los errores que se iban propagando sobre el misterio de la Encarnación (el adopcionismo(1) nacido en tierras españolas). San Paulino escribió contra él una refutación que remitió a Carlomagno. El santo prelado no se ocupaba menos de la conversión de los paganos, que de la supresión de los errores y predicó incansablemente el Evangelio a los idólatras de Carintia y Estiria que no habían abandonado la supersitición. Al mismo tiempo, la conquista de los ávaros por Pepino había abierto un nuevo campo al celo del obispo. Muchos de los árvaros, evangelizados por los misioneros enviados por San Paulino y los obispos de Salzburgo, abrazaron la fe. El santo se oponía con todas sus fuerzas a que los bárbaros fuesen bautizados antes de haber sido suficientemente instruidos en la fe; y en general al abuso, tan común en aquellos tiempos.   
         Cuando el duque de Friuli fue nombrado gobernador de las tribus de los hunos, a las que habían recientemente conquistado, San Paulino escribió para él una excelente "Exhortación", en la que urgía a buscar la perfección cristiana, le daba reglas sobre la práctica de la penitencia y remedios contra los diferentes vicios, especialmente contra el orgullo; le instruía además sobre el deseo de agradar a Dios en todas las acciones, sobre la oración y las disposiciones esenciales para ella, sobre la comunión, el cuidado de evitar las malas compañías y algunos otros puntos. El libro termina con una hermosa oración y la promesa del santo de pedir por la salvación del buen duque. Los ardientes súplicas de San Paulino atraían constantes bendiciones del cielo sobre las almas que le habían sido confiadas. Alcuino le rogó que no se olvidase de implorar para él la divina misericordia, cada vez que ofreciera el santo sacrifico del altar. La vida de Paulino terminó con una santa muerte, el 11 de enero de 804.
      (1)Félix, obispo de Urgel de Cataluña, profesaba que Cristo, en cuanto hombre, era simplemente hijoadoptivo de Dios.

      28/I/+2020 SAN PEDRO TOMÁS, Patriarca de Constantinopla

      28 de enero
      SAN PEDRO TOMÁS, Patriarca de Constantinopla
         Patriarca de Constantinopla, de la orden carmelitana. Nació en Aquitania de padres pobres. Se dedicó a los estudios pidiendo por Dios el pan que había de comer, e hizo tan rápidos progresos, que pronto llegó a leer, primeramente gramática y luego lógica. Profesó después en la orden del Carmelo, donde fue dechado de virtudes y ejercitó por mandato de sus superiores el cargo de profesor de filosofía en varios conventos de su Orden. Desempeñó por espacio de doce años los oficios de nuncio y legado apostólico. Hacia el año 1354, probablemente, recibió la consagración episcopal de manos de Guidone Episcopo Portuensi. Después de otras diócesis que rigió como obispo, gobernó la de Creta como arzobispo, hasta que, finalmente, en 1364 le eligió Urbano V patriarca de Constantinopla. Bernardino de Bustos Minorita en su Mariale, Sermón 4.° de Conceptione, parte tercera, y Fernando Quirino de Salazar, de lnmaculata Conceptione, cap. 42, dicen que fue uno de los acérrimos defensores de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. Profesó sincera y filial devoción a esta gran Señora, de quien a su vez recibió él grandes favores. Murió en Famagusta (Chipre) el 6 de Enero de 1366.

      28/I/+2020 SAN JULIÁN, Obispo de Cuenca

      28 de enero
      SAN JULIÁN, Obispo de Cuenca
         San Julián, obispo y patrón de la Iglesia de Cuenca, nació en Burgos, de honrados y virtuosos padres, y el cielo ilustró su nacimiento con prodigiosas señales de su futura santidad y dignidad; porque mientras le bautizaban, apareció un ángel con la mitra y el báculo pastoral, y dijo: Julián ha de ser su nombre. Y en efecto, habiendo pasado Julián con la pureza de un ángel del cielo los años de su niñez y de su mocedad, fue elevado al sacerdocio, y a la dignidad de Arcediano de Toledo, y finalmente a la silla episcopal de Cuenca. Celebraba la Misa con tanto fervor y tan dulces lágrimas, que hacía llorar de devoción a cuantos la oían. Predicaba con tan grande unción y gracia la divina palabra, que los oyentes decían: Nunca habló así otro hombre. No tenía en su palacio más que un solo capellán, que fue el santo Lesmes, el cual hacía los oficios de paje limosnero, mayordomo y secretario del santo obispo. En sus correrías apostólicas convirtió a innumerables moros, y corrigió en muchas poblaciones los siniestros resabios que en ellas había dejado la morisma. Todas sus rentas eran para los pobres, y para sustentarse hacía él unas cestillas, que luego le compraban los fieles, y las guardaban como joyas de su santo obispo. Recompensóle el Señor la caridad que usaba con los menesterosos, apareciéndosele una vez Jesucristo entre los pobres y honrándole con el nombre de amigo suyo. Un día halló colmado de trigo el ayolí que estaba vacío, y en otra ocasión vio entrar por la ciudad una recua numerosa cargada de trigo, que sin guía se dirigió al palacio del caritativo prelado. Finalmente, a los ochenta años de edad, entendiendo que llegaba el fin de sus días, revistióse de sus vestiduras pontificales para recibir los últimos Sacramentos, pero luego se rodeó de un áspero cilicio, se cubrió de ceniza, y se tendió en el duro suelo, reclinada la cabeza sobre una piedra. Entonces vio a la Virgen Santísima, que coronada de rosas y acompañada de un coro resplandeciente de santas vírgenes, venía a recibir su alma purísima para llevarla a los cielos. 310 años después de su muerte, se halló el sagrado cuerpo tan entero como el día que falleció, y las vestiduras pontificales tan nuevas como si acabasen de labrarse. Estaba vestido de pontifical con mitra de raso blanco labrada de oro,  con báculo, cáliz y vinajeras, todo de plata. Tenía al lado un ramo de palma tan verde y fresco como si el mismo día se hubiera cortado, exhalando una suavidad peregrina y admirable. Hízose la translación del santo cadáver con una procesión solemnísima, y Nuestro Señor obró muchos prodigios; pues día hubo de catorce milagros, como consta por jurídica información.

      REFLEXIÓN
         Aprendamos de este varón de misericordia el espíritu de caridad con nuestros hermanos menesterosos. ¿Hay por ventura cosa más recomendada del Señor que la caridad? Si tienes mucha hacienda, da mucho; si tienes poca, da poco. Lo que das a los pobres, lo das a Cristo: lo que gastas en limosnas, lo trasladas al cielo por la manos de los pobres. Da, pues, lo que es de la tierra, para recibir tesoros del cielo. Da una moneda, para ganar un reino: lo que das al pobre, te lo das a ti mismo. ¡Terrible juicio aguarda al que malgasta lo que necesitan los pobres para su sustento, y grande gloria puede esperar el hombre misericordioso y caritativo!

      ORACIÓN
         Suplicámoste, Señor, que excites en tu pueblo cristiano aquel espíritu de caridad, de que llenaste a tu confesor y pontífice, el bienaventurado Julián, para  que caminemos hacia ti, imitando los ejemplos de aquel cuya fiesta celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



      28/I/+2020 SAN PEDRO NOLASCO, Confesor

      28 de enero
      SAN PEDRO NOLASCO, Confesor
      Nadie tiene amor mayor que el que da su vida
      por sus amigos.
      (Juan, 15, 13)

      San Pedro Nolasco fue toda su vida un modelo de caridad. Consagró su fortuna entera al rescate de los cristianos que caían en manos de los infieles. La Santísima Virgen se le apareció, y le ordenó fundara una orden cuya principal finalidad sería la de ejercer la caridad para con los pobres cautivos. Emprendió el santo la obra, y a la nueva orden llamó la de la Merced. Murió el día de Navidad del año 1256.


      MEDITACIÓN
      SOBRE SOBRE LA VIDA
      DE SAN PEDRO NOLASCO
        
      I. El primer efecto de la caridad de nuestro santo fue consagrar todos los bienes al alivio de los desventurados; por ahí debes comenzar a imitarlo. ¿Qué has hecho hasta ahora para aliviar a tu prójimo en sus necesidades? ¿Qué puedes hacer? Por lo menos ruega a Dios por él, si no puedes hacer más. Sufre con paciencia las imperfecciones de los demás.
        
      II. El segundo efecto de su caridad fue obligarse, con voto, a sacrificar su libertad, si era necesario, para el rescate de los cautivos. ¿Cómo comprometerías tu libertad por el prójimo, tú, que le rehúsas una moneda? Sin embargo, por ti ha pagado Jesús, y quiere que le pagues lo que le debes, en la persona del prójimo. Visita a los encarcelados, consuela a los afligidos, y cuídate de no afligir a nadie con tus palabras o tu mal humor. Esa persona a quien menosprecias, es más cara a Jesús que el mundo entero.
        
      III. El propósito principal de este ilustre fundador fue arrancar de la perdición eterna las almas de los cristianos a quienes el tedio de una prolongada cautividad invita a renegar de la fe; así quería, al mismo tiempo, salvar el cuerpo y el alma de esos desventurados. La mejor caridad que puedes hacer a tu prójimo es contribuir a la salvación de su alma; no pierdas ocasión alguna de hacerlo, todas son preciosas.

      La caridad para con el prójimo
      Orad por los pobres cautivos.

      ORACIÓN
            Oh Dios, que enseñasteis a San Pedro Nolasco a imitar vuestra caridad, inspirándole fundara en vuestra Iglesia una nueva familia para el rescate de los cautivos, concedednos por su intercesión que, libres de la servidumbre del pecado, gocemos en el cielo de libertad perpetua. Por N. S. J. C. Amén.



      *Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)

      27/I/+2020 SAN VITALIANO, Papa

      27 de enero
      SAN  VITALIANOPapa
       

      (672)



         Se cuenta que el Papa Vitaliano era originario de Segni, en la Campania, pero no sabemos nada sobre él, antes de su elección al pontificado, en 657, ni conocemos su vida posterior a excepción de sus actos públicos. Su pontificado se vio turbado por las tendencias monotelitas de dos patriarcas de Constanti nopla y del emperador Constante II y su sucesor. Más consolador es el cuadro de las relaciones del Papa con otras Iglesias, como la de Inglaterra, según puede leerse en los escritos de San Beda. Bajo el reinado de este Papa, San Benito Biscop hizo su primera visita a Roma. Las diferencias entre los obispos celtas y anglosajones, sobre la fiesta de la Pascua y otros puntos, quedaron zanjadas en el Concilio de Streaneshalch (Whitby). San Vitaliano envió a Inglaterra a Teo doro de Tarso como obispo de Canterbury, y al monje africano San Adriano, que fue abad de San Agustín. La influencia de ambos, en la preparación del clero anglosajón y en el establecimiento de relaciones más estrechas entre la corona de Inglaterra y la Santa Sede, fue muy grande. San Vitaliano murió en 672 y fue enterrado en la basílica de San Pedro.
         Las fuentes principales son el Liber Pontificalis (ed. Duchesne) , vol. I, pp. 343 ss.; Beda, Historia Ecclesiastica: y las cartas de San Vitaliano, aunque algunas de las que se le atribuyen son espurias. Ver también Acto Sanctorum, 27 de enero, y DCB., vol. IV, pp. 1161-1163.   




      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      27/I/+2020 SAN MARIO o MAYO, Abad

      27 de enero
      SAN MARIO o MAYO, Abad
      (555)

         No poseemos noticias muy seguras sobre San Mario. El Martirologio Ro mano le llama Mauro y dice que gobernó el monasterio de Bobaco; pero ambos datos parecen ser erróneos. Había en la antigua diócesis de Sisterón de Drome, una abadía de Bodon, de la que San Mario fue fundador y primer abad. Se cuenta que había nacido en Orléans, que entró de monje e hizo una peregrina ción a la tumba de San Dionisio, en los alrededores de París, donde fue mila grosamente curado de una enfermedad. También se nos informa que acostum braba pasar la cuaresma en un retiro del bosque y que ahí tuvo una visión sobre la desolación que las invasiones de los bárbaros iban a causar en Italia, así como de la destrucción de su propio monasterio. Pero los documentos que nos dan estos datos son poco de fiar.
         Ver Acta Sa!tctorum, 27 de enero; Analecta Bollandiana, vol. XXIV, pp. 96 ss; e Isnard, en Bulletin Soco Archéol. Drome, vols. I y II (1866-1888).  


      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      27/I/+2020 SAN JULIÁN, Obispo de LeMans

      27 de enero
      SAN JULIÁN
      Obispo de LeMans

      (Fecha desconocida)
       


         En el tiempo en que escribía Alban Butler, se conservaba en la catedral una reliquia que pasaba por ser el cráneo de San Julián. Dicho santo era muy cele brado en Inglaterra, ya que su nombre es mencionado en este día por el calenda rio del Salterio de Eadwine, del Colegio de la Trinidad de Cambridge (anterior al año 1170), y todas las diócesis del sur que seguían el uso saro, celebraban su fiesta. Pero no sabemos prácticamente nada sobre la vida de San Julián. Las lec ciones del breviario saro le describen como un noble romano que fue el primer obispo de Le Mans y el evangelizador de esa región de Francia. Le atribuyen también extraordinarios milagros. Lo único que podemos añadir es que hay prue bas de que en el siglo VII existía una capilla llamada "basílica Sti Juliani Epis copi", y que San Julián encabeza los catálogos de los obispos de Le Mans. Una leyenda posterior, muy extravagante, afirma que el santo era uno de los setenta y dos discípulos del Señor y que hay que indentificarle con Simón el leproso. Proba blemente la introducción del culto de San Julián en Inglaterra se debe al hecho de que el rey Enrique II, que había nacido en Le Mans, parece haber sido bautizado en la iglesia de San Julián de dicha ciudad y debió conservar cierta devoción personal a su patrono.
         Ver Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, pp. 309, 323, 331; Acta Sanctorum, 27 de   enero; Arnold-Foster, Studies in Church Dedications, vol. I, pp. 435-436; especialmente A. Lédru, Les premiers temps de l'Eglise du Mans (1913).   
          



      *Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

      INTRODUCCIÓN

      Acerca de la Santa Misa