31/III SANTA BALBINA, Virgen

31 de Marzo

SANTA BALBINAVirgen
Vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre
los justos; y los arrojarán en el horno del fuego. Allí
será el llanto y el crujir de dientes.

(Mateo, 13, 49-50).

   Dios, para castigar al tribuno Quirino por la prisión que había hecho sufrir al Papa Alejandro, permitió que su hija Balbina, que era de notable belleza, se viese cubierta de llagas y horriblemente desfigurada. Quirino acudió al santo pontífice, quien sanó a Balbina con sólo tocarla con sus cadenas. El tribuno, convertido por el milagro, murió mártir con el mismo Alejandro, pasado algún tiempo. Balbina consagró su belleza a Dios que se la devolviera, y mostró con su conducta que el cristianismo puede conciliar dos cosas aparentemente difíciles de unir, una rara hermosura y una gran pureza.

MEDITACIÓN
SOBRE LA MEZCLA
DE BUENOS y MALOS


I. En este mundo, los buenos están mezclados con los malos. Así lo ha permitido Dios para que los malos puedan aprovechar los ejemplos de los buenos, y para que los justos tengan ocasión de ejercitar su celo y su paciencia soportando a los pecadores y trabajando en su conversión. No imites a los malos, pero tampoco los desprecies: acaso lleguen a ser más grandes que tú en el paraíso; acaso tú cometas faltas más graves que ellos, puesto que no existe pecado que no puedas cometer, si Dios te abandona a tu propia flaqueza.
   
II. En esta vida el bien está mezclado con el mal, y el mal con el bien. No existe hombre tan desgraciado que de tanto en tanto no tenga consuelos, ya de parte de Dios, ya de los hombres; como tampoco hombre tan dichoso que no tenga alguna pena. Por lo tanto, no esperemos felicidad completa en este mundo. Nuestra única felicidad consiste en conformarnos con la voluntad de Dios. Es el secreto para vivir felices. Los santos lo han sido en medio de la pobreza, de las lágrimas y de las enfermedades, por que sabían que tal era el beneplácito de Dios. Son pobres y aman la pobreza, lloran y aman sus lágrimas, son débiles y se regocijan en su debilidad. (San Salviano).
   
III. En el día del juicio, los malos serán separa dos de entre los buenos, éstos serán colocados a la derecha y destinados para la gloria; aquellos, pos puestos a la izquierda y condenados al infierno. Se verán entonces los crímenes de los réprobos y las virtudes de los santos. Hipócrita, ¿qué dirás, qué harás tú? ¡Todo lo bueno estará en el cielo, todo lo malo en el infierno, y así quedará por toda la eternidad! Piensa en esto y sé precavido mientras tengas tiempo todavía. Pluguiese a Dios que fuesen sabios e inteligentes, así pensarían en sus postrimerías. (Deuteronomio).

El pensamiento del juicio
Orad por la conversión de los pecadores .

ORACIÓN
      Escuchadnos, Señor Salvador nuestro, a fin de que la fiesta de Santa Balbina, virgen, al mismo tiempo que regocije nuestra alma desarrolle en ella los sentimientos de una tierna devoción. Por. J. C. N. S. Amén.

30/III SAN JUAN CLÍMACO, Abad

 30 de Marzo

SAN JUAN CLÍMACOAbad
El mundo pasa con su concupiscencia.
Mas el que hace la voluntad de Dios
permanece eternamente.

(1 Juan, 2,17).

   San Juan Clímaco subió al cielo por la escala que nos presenta, pues todo lo que enseña en su hermoso libro titulado Escala Espiritual, él mismo lo practicó. Dejó el mundo y se hizo monje a la edad de 16 años. Su vida desde entonces fue una mortificación continua. Empleaba su tiempo en llorar sus pecados, en conversar con Dios, o bien en componer libros destinados a instruir y edificar al prójimo. Fue nombrado abad del Monte Sinaí, y murió a la edad de 80 años apenas transcurrida la primera mitad del siglo VII.

MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES GRADOS
DE LA SUBIDA HACIA DIOS

I. El primer grado de la perfección es el des precio del mundo y de todo aquello que ama el mundo: honores, placeres y riquezas. Vanos son los honores del mundo; criminales sus placeres; peligrosas sus riquezas. ¡Qué difícil es llegar a este grado! ¡Cuánta virtud se necesita para pisotear lo que adoran los hombres! Pero, lo que es difícil no es imposible. sobre todo si consideran que el mundo pasa con su concupiscencia, y que es preferible abandonarlo a él antes que ser por él abandonados.
   
II. El segundo grado es la abnegaci6n de uno mismo. Has de renunciar a tus placeres, a tus más, caras inclinaciones, a tu propia voluntad, has de triunfar de ti mismo en todo. Fácil es decirlo, pero difícil hacerlo. Es necesario, sin embargo, porque nada harías abandonando el mundo, si no renuncias a ti mismo. Es pues menester que, en adelante, sea mi propio enemigo, que me declare la guerra, que luche contra todas las inclinaciones de la naturaleza corrompida.

III. El tercer grado es la conformidad con la voluntad de Dios en todo y en cualquier parte. Si llegaste ya a este estado, di que has encontrado un paraíso en este mundo; serás feliz y habrás encontrado todas las virtudes. Dios mío, enseñadme a hacer vuestra santa voluntad. Si Vos no me enseñáis este secreto, haré yo mi propia voluntad y Vos me abandonaréis; no seréis mi Dios mientras sea yo mi señor. (San Agustín).

El deseo de la perfección
Orad por los que tienen vocación religiosa.

ORACIÓN
 Haced, Señor, os suplicamos, que la intercesión de San Juan Clímaco, abad, nos torne agradables a Vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus ruegos lo que no podemos esperar de nuestrosmé ritos. Por J. C. N. S. Amén.

MISA DEL DOMINGO DE RAMOS

 DOMINGO DE RAMOS

MISA
Estación en San Juan de Letrán
(Semidoble de 1ª  clase - Ornamentos)
   Donde se hubiere hecho la bendición y la procesión de los ramos, el celebrante, con los ministros ayudantes, se acerca al altar, omitido el salmo Judica me Deus y el Confiteor, sube en seguida , besa el altar y lo inciensa como de costumbre.

IntroitoPs. 21, 20-22
 INTROITUS  -  Domine, ne longue facias auxilium tuum a me, ad defensionem meam adspice: libera me de ore leonis, et a cornibus unicornium humulitatem meam.Introito - Señor, no dilates tu socorro, atiende a mi defensa; sálvame de la boca del león, y salva a mi pobre alma de las astas de los unicornios. Dios mío, Dios mío, vuelve a mí tus ojos, ¿por qué me has desemparado? Las voces de mis pecados alejan de mí la salvación. Señor, no dilates...
Oración-Colecta
  ORATIO - Omnipotens sempiterne Deus, qui humano géneri ad imitándum humilitatis exémplum, Salvatórem nóstrum cárnem súmere, et crúcem subire fecisti: concede propitius; ut et patiéntiae ipsíus habere documenta, et resurrectiónis consórtia mereamur. Per eudem Dominum.   R. Amen       Omnipotente y Eterno Dios, que para ofrecer al género humano un ejemplo de humil dad, ordenaste que nuestro Salvador se encarnase y muriese en cruz, concédenos propicio seguir los ejemplos de paciencia que nos dio, y merecer participar de su Resurrección. Por el mismo, etc.   R. Amen.   
Epístola
EPISTOLALectio Epistolae beati Pauli apostoli ad Philippenses(Philipp., 2, 5-11)  - Fratres: Hoc enim sentite in vobis, quod et in Christo Jesu, qui cum in forma Dei esset, non raapinam arbitratus est esse se aequalem Deo: sed semetipsum exinanivit formam servi accipiens, in similitudinem hominum factus, et habitu inventus ut homo. Humiliavit semetipsum, factus obediens usque ad mortem autem crucis. Propter quod, et Deus exaltavit illum: et Deus exaltavit illum: et donavit illi nomen, ut in nomine Jesu (hic genuflectitur) omne genu flectatur, caelestium, terrestrium, et infernorum, et omnis lingua confiteatur, quia Dominus Jesus Christus in gloria est Dei Patris.   Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Filipenses: Epístola. (Tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses (2, 5-11) Hermanos: Abundad en los mismos sentimientos que Jesucristo, el cual, siendo Dios, no tuvo por usurpación el ser igual a Dios, y no obstante, se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo hecho semejante a los demás hombres, y reducido a la condición de hombre. Se humilló a Sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual. también Dios le ensalzó, y diole un nombre superior a todo nombre, para que al Nombre de Jesús se doble toda rodilla (aquí se ponen todos de rodillas) en el cielo, y en la tierra, y en los infiernos; y toda lengua confiese que Nuestro Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre. 
Salmodia
    GRADUALE (Ps. 72, 24, 1-3) Genuisti manum dexteram meam: et in voluntate tua deduxisti me: et cumgloria assumpsisti me. V. Quam bonus Israël Deus rectis corde! mei autem pene moti sunt pedes: pene effusi sunt gressus mei: quia zelavi in peccatoribus, pacem peccatorum videns.   TRACTUSV. (Ps. 21, 2-9, 18,19, 22, 24 et 32) , Deus meus, respice in me: quare me ereliquisti? V. Lonque a salute mea verba delictorum meorum. V. Deus meus, clamabo per diem, nec exaudies: in nocte, et non ad insipientiam mihi. V. Tu autem in sancto habitas, laus Israël. V. In te speraverunt patres nostri: speraverunt et liberasti eos. V. Ad te clamaverunt, et salvi facti sunt: in te speraverunt, et non sunt confusi. V. Ego autem sum vermis, et non homo: opprobium hominum et abjectio plebis. V. Omnes qui videbant me, aspernabantur me: locuti sunt labiis, et moverunt caput. Omnipotens sempiterne Deus, qui humano géneri ad imitándum humilitatis exémplum, Salvatórem nóstrum cárnem súmere, et crúcem subire fecisti: concede propitius; ut et patiéntiae ipsíus habere documenta, et resurrectiónis consórtia mereamur. Per eudem Dominum.. Speravit in Domino, cripiat eum: salvum faciat eum, quoniam vult eum. Ipsi vero consideraverunt, et inspexerunt me; diviserunt sibi vestimenta mea, et super vestem meam miserunt sortem. V. Libera me de ore leonis: et a cornibus unicornium humilitatem meam. V. Qui timetis Dominum, laudate eum: universum semen Jacob, magnificate eum: V. Annuntiabitur Domino generatio ventura:et annuntiabunt caeli justitiam ejus. V. Populo, qui nascetur, quem fecit Dominus.Gradual  Tomaste mi mano derecha y me guiaste según tu voluntad, y me recibiste con gloria. ¡ Cuán bueno es el Dios de Israel para los rectos de corazón! Casi vacilaron mis pies, por poco se extravían mis pasos, porque envidié a los malos, viendo la paz de los pecadores.
Tracto 
Oh Dios, Dios mío. Vuelve a mí tus ojos; ¿por qué me has desamparado ? V. Lejos están de Dios mi Salvador los gritos de mis pecados. V. Dios mío, clamaré durante el día y no me oirás: y durante la noche, y no hallo descanso. V. Pero Tú habitas en el lugar santo, oh gloria de Israel. V. En Ti esperaron nuestros padres, esperaron y los libraste. V. A Ti clamaron y fueron puestos en salvo: en Ti esperaron y no quedaron avergonzados. V. Mas, yo soy gusano y no hombre, el oprobio de los hombres, y el desecho de la plebe. V. Todos los que me miraban, hicieron mofa de mí con palabras y con meneos de cabeza, diciendo: V. Esperaba en el Señor, que El le libre, que le salve, puesto que le ama. V. Y se detuvieron a mirarme y a observarme; se repartieron entre sí mis vestidos y sortearon mi tú nica. V. Líbrame de la boca del león, y salva a mi pobre alma de las astas de los unicornios. V. Vosotros que teméis al Señor, alabadle: hijos todos de Jacob, glorificadle. V. Se hablará al Señor de la generación venidera: y anunciarán los cielos su justicia. Al pueblo que ha de nacer, el cual es obra del Señor.
   Terminado el canto de la Epístola, se colocan del lado del Evangelio y en el plano del presbiterio atriles descubiertos y se procede al canto o lectura de la historia de la Pasión del Señor en esta forma: se canta o se lee por ministros ordenados al menos de diáconos, los cuales, acompañados por los acólitos sin ciriales y sin incienso, se acercan al altar y arrodillados allí en la ínfima grada y profundamente inclinados recitan en voz baja, como de costuombre, el Munda cor meum... Purifica mi corazón y mis labios, Dios omnipotente, como purificaste los labios del profeta Isaías con un carbón encendido; dígnate por tu benignísima misericordia purificarme a mí del mismo modo, para que pueda anunciar dignamente tu santo Evangelio. Por Cristo nuestro Señor. Y luego piden al celebrante su bendición, diciendo: Jube, domne, benedicere (Dame, señor, tu bendición). A lo que el celebrante, vuelto hacia ellos, contesta: Dominus sit cordibus vestris... El Señor esté en vuestros corazones y en vuestros labios a fin de que anunciéis digna y competentemente su Evangelio. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Ellos contestan: Amen. 
   Después, juntamente con los acólitos o ayudantes, hacen la reverencia y se acercan a los atriles; no se signan ni a sí mismos ni al libro al comenzar a leer o cantar. 
   El sacerdote, después de leer el gradual y el tracto, dice, como de costumbre, en medio del altar, Munda cor meur, Jube, Domine, y Dominus sit in corde meo. Luego, al lado del Evangelio, en el altar, lee o canta con voz clara la historia de la Pasión del Señor, pero no signa el libro ni a sí mismo al empezar a leer o cantar. 
   Este modo de cantar o leer se observa también el martes y miércoles cuando se canta o se lee la historia de la pasión.
Evangelio.

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO
La Agonía en el Huerto de los Olivos

USequéntia sancti Evangélii secúndum Mateo. Mat. 26, 36-75; 27, 1-54 In illo témpore: Venit Jesus cum discipulis suis in villam, quae dicitur Gethsemani, et dixit discipulis suis: Sedete hic donec vadam illuc, et orem. Et assumpto Petro, et duobus filiis Zebedaei, coepit contristari, et moestrus esse. Tunc ait illis: Tristis est anima mea usque ad mortem: sustinete hic, et vigilate mecum. Et progressus pusillum, procidit in faciem suam, orans, et dicens: Pater mi, si possibile est, transeat a me calix iste. Verumtamen non sicut ego volo, sed sicut tu. Et venit ad discipulos suos, et invenit eos dormientes, et dicit Petro: Sic non potuistis una hora vigilare meum? Vigilate, et orate, ut non intretis in tentationem. Spiritus quidem promptus est, caro autem infirma. Iterum secundo abiit, et oravit, dicens: Pater mi, si non potest hic calix transire nisi bibm illum, fiat voluntas tua. Et venit iterum, et invenit eos dormientes: erant enim oculi eorum gravati. Et relictis ilis, iterum abiit, et oravit tertio, eumdem sermonem dicens. Tunc venit ad discipulos suos, et dicit illis: Dormite jam, et requiescite: ecce appropinquavit hora, et Filiius hominis tradetur in manus peccatorum. Surgite, eamus: ecce appropinquavit qui me tradet.   Continuación del Santo Evangelio según San Mateo (26, 36-75; 27, 1-54)     En aquel tiempo:  fue Jesús con ellos a una granja, que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: "Sentaos aquí, mientras voy allí y hago oración". Y habiendo tomado consigo a Pedro, y a los dos hijos del Zebedeo, comenzó a en tristecerse y a angustiarse. Entonces les dijo: "Triste está mi alma hasta la muerte: aguardad aquí, y velad conmigo". Y ha biendo andado algunos pasos, postróse sobre su rostro, y oró, diciendo: "Padre mío, si es posible, pase de mi este Cáliz; mas, no sea como yo quiero, sino como tú quieres", y volviendo a sus discípulos, y les halló durmiendo; y dice a Pedro: "¿No habéis podido velar ni una hora conmigo? Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu está pronto, es verdad, pero la carne es débil". Volvió a alejarse por segunda vez, y oró, diciendo : "Padre mío, si no puede pasar este Cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu volun tad". Y volvió de nuevo, y les halló durmiendo, porque sus ojos estaban car gados de sueño. y dejándoles, volvió a alejarse, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. Entonces volviendo a donde estaban sus discípulos, y les dijo: "Dormid ya, y reposaos; he aquí que ha llegado la hora, y el Hijo del hombre será entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos. He aquí que ha llegado el que ha de entregarme."
Traición de Judas y huida de los Discípulos
Adhuc eo loquente, ecce Judas unus de duodecim venit, et cum eo turba multa cum gladiis, et fustibus, missi a princibus sacerdotum, et senioribus populi. Qui autem tradidit eum, dedit ilis signum, dicens: Quemcumque osculatus fuero, ipse est, tenete eum. Et confestim accedens ad Jesum, dixit: Ave Rabbi. Et osculatus est eum. Dixitque illi Jesus: Amice, ad quid venisti? Tunc accesserunt, et manus injecerunt in Jesum, et tenuerunt eum. Et ecce unus ex his, qui erant cum Jesum, extendens manum, exemit gladium suum, et percutiens sevum principis sacerdotum, amputavit auriculam ejus. Trunc ait ili Jesus: Converte gladium tuum in locum suum. Omnes enim, qui acceperint gladium, gladio peribunt. An putas, quia non possum rogare Patrem meum, et exhibebit mihi modo plus quam duodecim legiones Angelorum? Quomodo ergo implebuntur Scripturae, quia sic oportet fieri? In illa hora dixit Jesus turbis: Tamquam ad latronem existis cum gladiis et fustibus comprehendere me: quotidie apud vos sedebam docens in templo, et non me tenuistis. Hoc autem totum factum est ut adimplerentur Scripturae prophetarum. Tunc discipuli omnes, relicto eo, fugerunt.   Estando El aun hablando, he aquí que llegó Judas, uno de los Doce, y con él, numerosa turba con espadas y con palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. Y el que le entregó les había dado una señal, diciendo: "Aquél a quien yo besare, ése es; prendedle." Y acercándose luego aJesús, dijo: "Dios te guarde, Maestro." Y le besó. Y Jesús le dijo: "Amigo, ¿a que has venido?" Entonces se llegaron, echaron mano de Jesús, y le prendieron. Y he aquí que uno de aqué11os que estaban con Jesús, alargó la mano, sacó su espada, hirió a un criado del príncipe de los sacerdotes, cortandole una oreja. Entonces
le dijo Jesús: "Vuelve tu espada a su vaina, porque todo el que tomare la espada, a espada perecerá. ¿Crees acaso que no puedo rogar a mi Padre, y al punto me daría más de doce legiones de ángeles? Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras, que así es menester que sucedan?" En aquella hora dijo Jesús a la turba: "Como a un ladrón habéis salido con espadas y con palos, para prenderme. Cada día estaba sentado entre vosotros en el templo, y no me prendisteis." Mas, todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos sus discípulos, abandonándole, huyeron.
Jesús afirma su divinidad
   At illi tenentes Jesum, duxerunt ad Caipham principem dacerdotum, ubi scribae, et seniores convenerant. Petrus autem sequebatur eum a longe, usque in atrium principis sacerdotum. Et ingressus intro, sedebat cum ministris, ut videret finem. Principes autem sacerdotum, et omne concilium, quaerebant falsum testimonium contra Jesum, ut eum morti traderent: et non invenerunt, cum multi falsi testes accessissent. Novissime autem venerunt duo falsi testes, et dixerunt: Hic dixit: Possum destruere templum Dei, et post triduum reaedificare illud. Et surgens princeps sacerdotum, ait illi: Nihil respondes ad ea, quae isti adversum te testificantur? Jesus autem tacebat. Et princeps sacerdotum ait illi: Adjuro te per Deum vivum, ut dicas nobis, si tu  es Christus, Filius Dei. Dicit illi Jesus: Tu dixisti. Verumtamen dico vobis, amodo videbitis Filium Hominis sedentem a dextris virtutis Dei, et venientem in nubibus caeli. Tunc princeps sacerdotum scidit vestimenta sua, dicens: Blasphemavit: quid adhuc egemus testibus? Ecce nunc audistis blasphemiam: quid vobis videtur? At illi respondentes, dixerunt: Reus est mortis. Tunc exspuerunt in fasciem ejus, et colaphis eum ceciderunt, alii autem pañmas in fasciem ejus dederun, dicentes: Prophetiza nobis, Christe, quis est qui te percussit?      Los que habían prendido a Jesús, le llevaron ante Caifás, príncipe de los sacerdotes, donde estaban congregados los escribas y los ancianos. Y Pedro  le siguió de lejos hasta el palacio del príncipe de los sacerdotes; y habiendo entrado hasta el interior, permanecía sen tado con los sirvientes, para ver el fin. Los príncipes de los sacerdotes, y todo el consejo, buscaban algún falso testimonio contra Jesús, para entregarlo a la muerte. y no lo hallaron, aunque muchos falsos testigos se presentaron. Mas, al fin vinie ron dos falsos testigos, y dijeron: "Este ha dicho: 'Yo puedo destruir el templo de Dios, y reedificarlo en tres días.' Habló entonces el príncipe de los sacerdotes, y le dijo: "¿No respondes nada a lo que éstos atestiguan contra ti?', Mas, J esús callaba. Y el príncipe de los sacerdotes le dijo: "Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo." Jesús le dijo: "Tú lo has dicho. Más aun, yo os digo, que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la Majestad de Dios, y viniendo sobre las nubes del cielo." En tonces el príncipe de los sacerdotes rasgó sus vestiduras diciendo: "Ha blasfemado : ¿A qué hemos menester más testigos? Ved que acabáis de oír una blasfemia. ¿Qué os parece?" Y ellos, respondiendo, dijeron: "Reo es de muerte." Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron puñetazos, y otros le dieron bofetadas, diciendo: "Profetízanos, Cristo: ¿quién te ha herido?"
Negación de Pedro
   Petrus vero sedebat foris in atrio; et  accessit ad eum una ancilla, dicens: Et tu cum Jesu Galilaeo eras. At ille negavit coram omnibus, dicens: Nescio quid dicis; Exeunte autem illo januam, vidit eum alia ancilla, et ait his, qui erant tibi: Et  hic erat cun Jesu Nazareno. Et iterum negavit cum juramento: Quia non novi hominem. Et post pusillum accesserunt qui stabant, et dixerunt Petro: Vere et tuex illis es: nam et loquela tua manifestum te facit. Tunc coepit detestari, et jurare quia non novisset hominem. Et continuo galus cantavit. Et recordatus est Petrus verbi Jesu, quod dixerat: Priusquam gallus cantet, ter me negabis. Et egressus foras, flevit amare.   Pedro estaba sentado fuera en el atrio; y se llegó a él una criada, diciendo: "Tú también estabas con Jesús, el Galileo." Mas él negó delante de todos, diciendo: "No sé lo que dices." y al salir él a la puerta, viole otra criada, y dijo a los que estaban ahí : "También éste estaba con Jesús, el Nazareno." y lo negó de nuevo con juramento, diciendo: "No conozco a ese hombre." y poco después se acercaron los que allí estaban, y dijeron a Pedro: " Verdaderamente, tú también eres de ellos, porque tu habla te descubre." Entonces prorrumpió en imprecaciones, y en juramentos, diciendo que no conocía a ese hombre. y luego cantó el gallo. Entonces recordó Pedro las palabras que Jesús había dicho: "Antes que el gallo cante, me negarás tres veces." y saliendo fuera, lloró amargamente.
Desesperación de Judas
   Mane autem facto, concilium inierunt omnes principes sacerdotum, et seniores populi adversus Jesum, ut eum morti traderent. Et vinctum adduxerunt eum, et tradiderunt Pontio Pilato praesidi. Tunc videns Judas, qui eum tradidit, quod damnatus esset; poenitentia ductus, retulit triginta argenteos principibus, dicens: Peccavi, tradens sanguinem justum. At illi dixerunt: Quid ad nos? Tu videris: Et projectis argenteis in templo, recessit; et, abiens, laqueo se suspendit. Principes autem sacerdotum, acceptis argenteis, dixerunt: Non licet eos mittere in corbonam: quia pretium sanguinis est. Consilio autem inito, emerunt ex illis agrum figuli, in sepulturam peregrinorum. Propter hoc vocatus est ager ille, Haceldama, hoc est ager, sanguinis, usque in hodiernum diem. Tunc impletum est, quod dictum est per Jeremiam Prophetam, dicentem: Et acceperunt triginta argenteos pretium appretiati, quem appretiaverunt a filiis Israël: et dederunt eos in agrum figuli, sicut constituit Mihi Dominus.  Venida la mañana, tuvieron consejo todos los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo contra  Jesús, para darle muerte. y le llevaron atado, y le entregaron al procurador Poncio Pilato. Entonces Judas, el que le había entregado, al ver que era condenado, devolvió arrepentido las treinta monedas de plata a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos, diciendo: "He pecado entregando sangre inocente." Mas, ellos  le dijeron: "¿A nosotros, qué nos va? Allá tú.' Y arrojando en el templo las monedas de plata, se retiró, y fué, y se ahorcó. Y los príncipes de los sacerdotes, tomando las monedas, dijeron: "No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, porque son precio de sangre." Y después de haber deliberado, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de extranjeros. Por lo cual, se ha llamado aquel campo Hacéldama, es decir, campo de sangre, hasta el día de hoy. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías: "Y tomaron treinta monedas de plata, precio del que fue puesto a precio, a quien pusieron aprecio los hijos de Israel, y las dieron para el campo del alfarero, según me ordenó el Señor .'
Jesús y Barrabás
   Jesus autem stetit ante Praesidem, et  interrogavit eum Praeses, dicens: Tu es Rex Judeorum? Dicit illi Jesus: Tu dicis. Et cum accusaretur a principibus sacerdotum et senioribus, nihil respondit. Tunc dicit ili Pilatus: Non audis quanta adversum te dicunt testimonia? Et non respondit ei ad ullum verbum, ita ut miraretur Praeses vehementer. Per diem autem solemnem  consueverat Praeses vehementer. Per diem autem solemnem consueverat Praeses populo dimittere unum vinctum, quem voluissent. Habebat autem tunc vinctum insignem, qui dicebatur Barabbas. Congregatis ergo illis, dixit Pilatus: Quem vultis dimittam vobis: Barabbam, an Jesum, qui dicitur Christus? Sciebat enim quod per invidiam tradissent eum. Sedente autem illo pro tribunali, misit ad eum uxor ejus, dicens: Nihil tibi, et justo illi: multa enim passa sum hodie per visum propter eum. Principes autem sacerdotum, et seniores persua serunt populis, ut peterent Barabbam, Jesum vero perderent. Respondens autem Praeses, ait illis: Quem vultis vobis de duobus dimitti? At illi dixerunt: Barabbam. Dicit illis Pilatus: Quid igitur faciam de Jesu, qui dicitur Christus? Dicunt omnes: Crucifigatur. Ait illis Praesees: Quid enimmali fecit? At illi magis clamabant, dicentes: Crucifigatur. Videns autem Pilatus quia nihil proficeret, sed magis tumultus fieret: accepta aqua, lavit manus coram populo, dicens:Innocens ego sum a sanguine justi hujus, vos videritis. Et respondens universus populus, dixit: Sanguis ejus super nos, et super filios nostros. Tunc dimisit illis Barabbam: Jesum autem flagellatum tradidit eis, ut crucifigeretur.   Jesús fué llevado ante el procura dor; y el procurador le interrogó, diciendo : " ¿Eres Tú el rey de los judíos?"
Jesús le dijo: "Tú lo dices." Y como le acusasen los príncipes de los sacerdotes y los ancianos; no respondió nada. Entonces le dice Pilatos : "¿No oyes cuántos :testimonios aducen contra ti?" y no le respondió a cosa alguna, por manera que el procurador se maravilló grandemente. Y para el día de la fiesta, acostumbraba el procurador soltar a un preso, el que ellos quisiesen. y tenían entonces un preso famoso, que se llamaba Barrabás. Estando, pues, ellos reunidos, les dijo Pilatos: "¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, que es llamado el Cristo?" porque sabía que por envidia le habían entregado. y estando él sentado al tribunal, su mujer le envió a decir : "Que no tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa suya." Mas, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos indujeron a la multitud a pedir a Earrabás, y a hacer morir a Jesús. y respondiendo el procura dor, les dijo: "A cuál de los dos queréis que os suelte?" Y ellos dijeron: A Barrabás." Pilatos les dice: "Entonces, ¿qué haré con Jesús, que es llamado el Cristo?" Dicen todos, "Que sea crucifi cado." Díjoles el procurador: "Pues, ¿qué mal ha hecho?" Y ellos gritaban aún más, diciendo: "Que sea crucificado." Y viendo Pilatos que nada adelantaba, y que antes bien, crecía el tumulto, tomó agua, y se lavó las manos delante del pueblo dicien do: "Soy inocente de la sangre de este justo: vosotros veréis." Y respondiendo todo el pueblo, dijo: "Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos." Entonces les soltó a Barrabás. Y a Jesús, después de azotarle, le entregó a. ellos para que fuese crucificado. 
Los soldados se mofan de Jesús
   Tunc milites praesidis suscipientes Jesum in praetorium, congragaverunt ad eum universam cohortem: et exuentes eum, chlamydem coccineam circumdederunt ei coronam de spinis, posuerunt super caput ejus, et arundinem in dextera ejus. Et genu flexo ante eum, illudebant ei, dicentes: Ave, rex Judeorum. Et exspuentes in eum, acceperunt arundinem, et percutiebant caput ejus. Et postquam illuserunt ei, exuerunt eum chlamyde, et induerunt eum vestimentis ejus, et duxerunt eum ut crucifigerent.               Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al pretorio, y juntaron alrededor de él toda la cohorte; y le desnudaron, y le echaron encima un manto de grana; y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, y una caña en la mano derecha. y doblando la rodilla ante él se mofaban de él diciendo: "Salve, Rey de los judíos." y escupiéndole, tomaron la caña, y comenzaron a golperale con ella la cabeza. y después de haberse mofado de él, le quitaron el manto, y le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle. 
La Crucifixión
   Exeuntes autem, invenerunt hominem Cyrenaeum, nomine Simonem: hunc angariaverunt ut tolleret crucem ejus. Et venerunt in locum, qui dicitur Golgotha, quod est Calvariae locus. Et dederunt ei vinum bibere cum felle mixtum. Et cum gustasset, noluit bibere. Postquam autem crucifixerunt eum, diviserunt vestimenta ejus, sortem mittentes: ut impleretur, quod dictum est per prophetam dicentem: Diviserunt sibi vestimenta mea, et super vestem meam miserunt sortem. Et sedentes, servabant eum. Et imposuerunt super caput ejus causam ipsius scriptam: HIC EST JESUS REX JUDEORUM. Tunc crucifixi sunt cum eo duo latrones: unus a dextris, et unus a sinistris.   Al salir , encontraron a un hombre de Cirene, por nombre Simón; a éste le obligaron a llevar la cruz. y llegaron al lugar que se llama Gólgota, que es, lugar de la Calavera. y le dieron a beber vino mezclado con hiel; y habiéndolo gustado, no lo quiso beber. y después que le crucificaron, repartieron sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta, que dijo : "Se repartieron mis vestidos, y sobre mi túnica echaron suertes." Y sentados, le guardaban. y sobre su cabeza pusieron escrita la causa de su condena: "ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS." Fueron entonces, con él, crucificados dos ladrones  uno a la derecha, y otro a la izquierda. 
Sufrimientos de Jesús en la Cruz
   Praeteruntes autem blasphemabant eum, moventes capita sua, et dicentes: Vah, qui destruis templum Dei,et in triduo illud raedificas: salva temetipsum. Si Filius Dei es, descende de cruce. Similiter et principes sacerdotum, illudentes cum scribis et senioribus, dicebant: Alos salvos fecit, seipsum non potest salvum facere: si Rex Israël est, descendat nunc de cruce, et credimus ei: confidit in Deo: liberet nunc, si vult eum; dixit enim: Quia filius Dei sum: Idipsum autem et latrones, qui crucifixi erant cum eo, improperabant ei.   Los que pasaban, le injuriaban, meneando la cabeza: "Eh Tú que destryes el templo, de Dios, y en tres días lo reedificas. Sálvate a ti mismo. Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz." De la misma manera, los príncipes de los sacerdotes, mofándose de él, con los escribas y los ancianos, decían: "A otros salvó, y a sí mismo no puede salvarse; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. En Dios confió: que le salve si le ama; porque ha dicho : 'Soy hijo de Dios.' Y del mismo modo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.
Muerte de Jesús
   A sexta autem hora tenebrae factae sunt super universam terram usque ad horam nonam. Et circa horam nonam clamavit Jesus voce magna, dicens: Eli, Eli, Lamma sabacthani? Hoc est: Deus meus, Deus ,eus, ut quid dereliquisti me? Quidam autem illic stantes, et audientes, dicebant: Eliam vocat iste. Et continuo currens unus ex eis, acceptam spongiam implevit aceto, et imposuit arundini, et dabat ei bibere. Ceteri vero dicebant: Sine, videamus an veniat Elías liberans eum. Jesus autem iterumclamans voce magna, emisit spiritum.   Desde la hora de sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora de nona. y cerca de la hora de nona, exclamó Jesús con gran voz, di ciendo: "Eli, Eli, lamma sabacthani." Esto es: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" y algunos que allí estaban y lo oyeron, decían : A Elías llama éste." y corriendo luego uno de ellos, empapó en vinagre una esponja que había tomado, y la puso en una caña y le dio a beber. y los otros decian: "Deja, veamos si viene Elías a librarle." Y Jesús, habiendo clamado de nuevo con gran, voz, expiró. 
Aquí se arrodillan todos, y se hace una breve pausa.
El centurión reconoce la divinidad de Jesús
   Et ecce velum templi scissum est in duas partes a summo usque deorsum: et terra mota est, et petrae scissae sunt, et monumenta aperta sunt: et multa corpora sanctorum, qui dormierant, surrexerunt. Et exeuntes de monumentis post resurrectionem ejus, venerunt in sanctam civitatem, et apparuerunt multis. Centurio autem, et qui cum eo erant, custodientes Jesum, viso teraemotu, et his quae fiebant, timuerunt valde, dicentes: Vere Filius Dei erat iste.   He aquí que el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las piedras se hendie ron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían muerto, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la Resurrección de él, vinieron a la Santa Ciudad, y se aparecieron a muchos. Y el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús, al ver el terremoto, y lo que estaba pasando, se llenaron de temor y dijeron: "Verdadera mente, éste era el Hijo de Dios." 
Sepultura de Jesús
   Erant autem ibi mulieres multae a longe, quae secutae erant Jsum a Galilea, ministrantes ei: inter quas erat Maria Magdalene, et Maria Jacobi, et Joseph mater, et mater filiorum Zebedaei. Cum autem sero factum esset, venit quidam homo dives ab Arimathaea, nomine Joseph, qui et ipse discipulus erat Jesu. Tunc Pilatus jussit reddi corpus. Et accepto corpore, Joseph involvit illud in sindome munda. Et posuit illud in monumento suo novo, quo exciderat in petra. Et advolvit saxum magnum ad ostium monumenti, et abiit. Credo.  Estaban allí, a distancia, muchas mujeres, que habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole. Entre las cuales estaban María Magdalena, y María, madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. Y siendo ya tarde, vino un hombre rico de Arimatea, por nombre José, el cual también era discípulo de Jesús. Este se presentó a Pilatos, y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilatos mandó le fuese entregado el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, envolviólo en una sábana limpia, y lo puso en un sepulcro nuevo que había labrado en la roca, y haciéndola rodar , arrimó una gran piedra a la puerta del sepulcro, y se fue. y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro. Credo.
   Los sacerdotes que digan una segunda o tercera misa rezada, pueden omitir la Pasión y decir el siguiente Evangelio:
USequéntia sancti Evangélii secúndum Mateo. Mat. 27, 45-52  A sexta autem hora tenebrae factae sunt super universam terram usque ad horam nonam. Et circa horam nonam clamavit Jesus voce magna, dicens: Eli, Eli, Lamma sabacthani? Hoc est: Deus meus, Deus ,eus, ut quid dereliquisti me? Quidam autem illic stantes, et audientes, dicebant: Eliam vocat iste. Et continuo currens unus ex eis, acceptam spongiam implevit aceto, et imposuit arundini, et dabat ei bibere. Ceteri vero dicebant: Sine, videamus an veniat Elías liberans eum. Jesus autem iterumclamans voce magna, emisit spiritum.    Et ecce velum templi scissum est in duas partes a summo usque deorsum: et terra mota est, et petrae scissae sunt, et monumenta aperta sunt: et multa corpora sanctorum, qui dormierant, surrexerunt. Et exeuntes de monumentis post resurrectionem ejus, venerunt in sanctam civitatem, et apparuerunt multis. - Credo.  Continuación del S. Evangelio según S. Mateo. - Desde la hora de sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora de nona. y cerca de la hora de nona, exclamó Jesús con gran voz, di ciendo: "Eli, Eli, lamma sabacthani." Esto es: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" y algunos que allí estaban y lo oyeron, decían : A Elías llama éste." y corriendo luego uno de ellos, empapó en vinagre una esponja que había tomado, y la puso en una caña y le dio a beber. y los otros decían: "Deja, veamos si viene Elías a librarle." Y Jesús, habiendo clamado de nuevo con gran, voz, expiró. (Aquí se arrodillan todos) He aquí que el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las piedras se hendieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían muerto, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la Resurrección de él, vinie ron a la Santa Ciudad, y se aparecieron a muchos.-  Credo.
Ofertorio
    OFFERTORIUM Ps. 68, 21-22 Improperium expectavit cor meum, et miseriam: et sustinui qui simul mecum contristaretur, et non fuit: consolantem me quaesivi, et non inveni: et non fuit: consolantem me quaesivi, et non inveni: et dederunt in escam meam fel, et in siti mea potaverunt me aceto.   Ofertorio -  Oprobio y miseria esperó mi corazón: y aguardé que alguien se compadeciese con migo, y no lo hubo; busqué quien me consolase, y no lo hallé; y me dieron hiel por comida, y en mi sed, me hicieron beber vinagre.
Oración-Secreta
    Cocede quaesumus, Domine, ut oculis tuae majestatis munus oblatum, et gratiam nobis devotionis obtineat, et effectum beatae perennitatis acquirat. Per Dominum nostrum.    Concédenos, Señor, te rogamos, que este don ofrecido a los ojos de tu Majestad, nos consiga la gracia de la devoción, y nos merezca alcanzar la eterna felicidad. Por Nuestro Señor, etc. 
Prefacio De la Santa Cruz
    Vere dignum et justum est, aequum et salutare nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui salutem humani generis in ligno Crucis constituisti: ut unde mors oriebatur, inde vita resurgeret: et qui in kigno vincebat, in ligno quoque vinceretur: per Christum Dominum nostrum. Per quem majestatem tuam laudant Angeli, adorant Dominationes, tremunt Potestates. Caeli caelorumque Virtutes ac beata Seraphim, socia exultatione concelebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admitti jubeas deprecamur, supplici confessione dicentes:  Sanctus, Sanctus, Sanctus, etc.   Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, el darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor Santísimo, Padre Todopoderoso, Dios Eterno: Que pusiste la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que de donde salió la muerte, de allí renaciese la vida, y el que en un árbol venció, en un árbol fuese vencido; por Cristo, Nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu Majestad, las Dominaciones la adoran, la temen las Potestades. Los cielos, y las Virtudes de los cielos, y los Serafines, con recíproca alegría la celebran. Rogámoste, que con sus alabanzas, recibas las nuestras, diciendo con humilde confesión: Santo, Santo, Santo etc.

   COMMUNIO - Pater, si non potest hic calix transire nisi bibam illum, fiat voluntas tua. 
   Comunión. - "Padre, si no puede pasar este Cáliz sin que yo lo beba, hágase tu voluntad."
Oración-Postcomunión
     POSTCOMMUNIO -  Per hujus, Domine, operationem mysterii: et vitia nostra purgentur, et justa desideria compleantur. Per Dominum nostrum Jesum Christum.   Por la virtud de este Sacramento, oh Señor, seamos purificados de nuestros vicios, y cúmplanse nuestros deseos. Por Nuestro Señor, etc.
   El celebrante, terminada la misa y dada la bendición del modo acostumbrado, omite el último Evangelio y todos vuelven a la Sacristía. 
   En las Misas en que no haya Bendición de Ramos, se lee como último Evangelio Cum ppropinquasset Jesus:

Último Evangelio
(Para las Misas en las que no hayan habido bendición de ramos)
     In illo tempore: Cum appropinquasset Jesus Jerosolymis, et venisset Bethphage ad montem Oliveti: tunc misit duos discipulos suos, dicens eis: Ite in castellum, quod contra vos est, et statim invenietis asinam alligatam, et pullum cum ea: solvite et adducite mihi: et si quis vobis aliquid dixerit, dicite, quia Dominus his opus habet, et confestim dimittet eos. Hoc autem totum factum est, ut adimpleretur quod dictum est per Prophetam, dicentem: Dicite filiae Sion: Ecce rex tuus venit tibi mansuetus, sedens super asinam et pullum, filium subjugalis. Euntes autem discipuli, fecerunt sicut praecepit illis Jesus. Et adduxerunt asinam et pullum: et imposuerunt super eos vestimenta sua, et eum desuper sedere fecerunt. Plurima autem turba straverunt vestimenta sua in via: alii autem caedebant ramos de arboribus, et sternebant in via: turbae autem, quae sequebantur, clamabant, dicentes: Hosanna filio David: benedictus qui venit in nomine Domini.     En aquel tiempo, acercándose Jesús a Jerusalén, luego que llegó a Betfagé, en el monte de los Olivos, despachó a dos discípulos, diciéndoles: "Id a esa aldea en frente de vosotros, y en seguida encontraréis una asna atada, y su pollino con ella; desatad los y traédmelos. y si alguno os dijere algo, respondedle que los ha menester el Señor, y al punto, os los dejará llevar." Todo esto sucedió en cumplimiento de lo que dijo el Profeta: "Decid a la hija de Sión: Mira, que viene a ti tu Rey, lleno de mansedumbre, sentado sobre una asna, y su pollino, hijo de la que está acostumbrada al yugo." Fuéronse los discípulos, e hicieron lo que J esús les había mandado. Trajeron el asna y el pollino, y los aparejaron con sus vestidos, y le hicieron sentar encima. y una gran muchedumbre de gentes tendían por el camino sus vestidos y otros cortaban ramas de los árboles, y las esparcían por el camino. Y tanto las gentes que iban delante, como las que venían detrás, clamaban, diciendo: "Hosanna al hijo de David. Bendito sea el que viene en Nombre del Señor."  

SEGUNDO SEGUNDO DE PASIÓN O DOMINGO DE RAMOS

SEGUNDO SEGUNDO DE PASIÓN
O DOMINGO DE RAMOS

Año Litúrgico - Dom Prospero Guéranger


SEGUNDO DOMINGO DE PASION O DOMINGO DE RAMOS - Dom Prospero Gueranger - Año Litúrgico
SALIDA DE BETANIA. — Jesús, dejando en Betania a su madre María, a Marta y a María Magdalena con su hermano Lázaro, se dirige, este día, muy de mañana, hacia Jerusalén, acompañado de sus discípulos. María se estremece al ver acercarse su hijo a sus enemigos que pretenden derramar su sangre; con todo eso no va hoy Jesús a Jerusalén a buscar la muerte sino el triunfo. Es necesario que el pueblo proclame rey al Mesías antes que éste sea crucificado; que, ante las águilas romanas, en presencia de los Pontífices y Fariseos, mudos de rabia y de estupor, resuenen las voces infantiles, confundidas entre los gritos de los ciudadanos en alabanza del Hijo de David.
CUMPLIMIENTO DEL VATICINIO. — El Profeta Zacarías había predicho esta ovación preparada en la eternidad para el Hijo del hombre en vísperas de su humillación. "Alégrate con grande alegría, hija de Sión. Salta de júbilo, hija de Jerusalén; mira que viene a ti tu Rey, justo y salvador, humilde, montado en un asno, en un pollino hijo de asna". Viendo Jesús que había llegado la hora de cumplirse este oráculo manda a dos de sus discípulos que vayan y le traigan una asna y un pollino que encontrarán no lejos de allí. El Salvador se encontraba en Betíagé, situado en el monte de los Olivos. Los discípulos ponen inmediatamente en ejecución el mandato de su Maestro.
DOS PUEBLOS. — Los Santos Padres nos han proporcionado la clave del misterio de estos dos animales. El asna representa el pueblo judío sometido al yugo de la Ley; "el pollino en el que, según el Evangelio, no había montado nadie todavía" ', representa a la gentilidad a quien nadie había subyugado aún. La suerte de ambos pueblos se decidirá dentro de unos días. El pueblo judío será desechado por no haber recibido al Mesías; en su lugar Dios elegirá al pueblo gentil, indómito hasta entonces, pero que se convertirá en dócil y fiel.
CORTEJO TRIUNFAL. — Dos discípulos aparejan al pollino con sus vestidos; Jesús entonces, queriendo realizar el vaticinio del profeta, monta sobre el animal2 y se prepara de este modo a entrar en la ciudad. Mientras tanto en Jerusalén corre el rumor de que Jesús se aproxima. Inspirados por el Espíritu divino la turba de judíos reunidos en la ciudad de toda Palestina para celebrar en ella la Pascua, sale a recibirle con palmas y gritos clamorosos. El cortejo que iba acompañando a Jesús desde Betania, se confunde con esta multitud ferviente de entusiasmo; unos tienden sus vestidos por el camino, otros enarbolan ramos de palmera a su paso. Resuena el grito de "Hosanna" y recorre la ciudad la noticia de que Jesús, hijo de David entra en ella como Rey.
EL REINO MESIÁNICO. — Así fué cómo Dios, ejerciendo su poder sobre los corazones, preparó, en la ciudad en que pocos días después sería pedida su sangre a gritos, un triunfo para su Hijo. Este día Jesús tuvo un momento de gloria y la Iglesia quiere que renovemos cada año el recuerdo de este triunfo del Hijo del hombre. Cuando nacía el Emmanuel, vimos llegar del lejano oriente a Jerusalén a los Magos en busca del Rey de los judíos, para adorarle y ofrecerle sus presentes; hoy es la misma Jerusalén la que sale a recibirle. Ambos acontecimientos tienen un mismo fin: reconocer a Jesucristo como Rey; el primero por parte de los gentiles, el segundo por parte de los judíos. Era menester que el Hijo de Dios recibiese ambos tributos antes de su Pasión. La inscripción que Pilatos pondrá dentro de poco sobre la cabeza del Redentor: Jesús Nazareno, Rey de los judíos, será el carácter indispensable de su mesianismo. Inútiles serán los esfuerzos de los enemigos de Jesús para cambiar los términos del escrito; no lograrán su fln. "Lo que he escrito, escrito está", respondió el gobernador romano. Su mano confirmó, sin saberlo, las profecías. Israel proclama hoy a Jesús por su Rey; bien pronto será disperso en castigo de su perjurio; pero ese Jesús, a quien ha proclamado, permanecerá siempre Rey. De este modo se cumplió a Ja letra aquel mensaje del Angel que dijo a María anunciándole la grandeza del hijo que iba a concebir: "El Señor le dará el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob eternamente'". Jesús comienza en este día su reinado sobre la tierra; y como el primer Israel va a sustraerse de su cetro, un nuevo Israel, nacido del grupo fiel del antiguo, va a nacer, formado de gentes de todas las partes del mundo, y ofrecerá a Cristo el imperio más extenso que jamás ha ambicionado un conquistador.
Tal es el misterio glorioso de este día en medio del duelo de la Semana de Pasión. La Iglesia quiere que nuestros corazones se desahoguen en un momento de alegría en el que saludamos a Jesús como Rey. Ha organizado la liturgia de este día de tal forma que encierre en sí juntamente alegría y tristeza; la alegría al unirse a las aclamaciones con que resonó la ciudad de David; la tristeza volviendo en seguida al curso de su gemidos por los dolores de su Esposo divino. Todo el drama está dividido como en tres actos distintos, cuyos misterios e intenciones vamos a explicar uno tras otro.
LA. BENDICIÓN DE LAS PALMAS
La bendición de las palmas o de los ramos, como vulgarmente se dice, es el primer rito que se desarrolla ante nuestra vista; y podemos juzgar de su importancia por la solemnidad que la Iglesia despliega en su celebración.
Durante largos siglos diríase que iba a celebrarse la santa Misa sin otra intención que la de celebrar el aniversario de la entrada de Jesús en Jerusalén: Introito, Colecta, Epístola, Gradual, Evangelio, incluso el Prefacio, se sucedían como se hace para preparar la inmolación del Cordero sin mancha; pero después del triple Sanctus la Iglesia suspendía estas solemnes fórmulas y su ministro procedía a la santificación de los ramos que tenía delante. Ahora, después .de la reciente reforma, después del canto de la antífona Hosanna, estas ramas de árbol, objeto de la primera parte de la función, reciben con una sola oración, acompañada de la incensación y de la aspersión del agua bendita, «una virtud que los eleva al orden sobrenatural y los hace a propósito para ayudar a la santificación de nuestras almas y a la protección de nuestros cuerpos y de nuestras casas. Los fieles deben tener con respeto estos ramos en sus manos durante la procesión y colocarlos con honor en sus casas, como un signo de su fe y una esperanza en la ayuda divina.
ANTIGÜEDAD DEL RITO. — No es necesario explicar al lector que las palmas y los ramos de olivo, que reciben en este momento la bendición de la Iglesia, se llevan en memoria de aquellos con que el pueblo de Jerusalén honró la marcha triunfal del Salvador, pero no está mal decir unas palabras sobre la antigüedad de esta costumbre. Comenzó pronto en oriente y probablemente en Jerusalén desde que la Iglesia gozó de paz. En el siglo iv San Cirilo, obispo de esta ciudad, creía que la palmera que había suministrado sus ramos al pueblo que vino al encuentro de Cristo, existía todavía en el valle del Cedrón '; nada más natural que tomar ocasión de esto para instituir un aniversario conmemorativo de este suceso. En el siglo siguiente se establece esta ceremonia, no solamente en las Iglesias orientales, sino también en los monasterios de que estaban llenos los desiertos de Egipto y de Siria. Al principio de cuaresma, muchos santos monjes obtenían de su Abad el permiso de internarse en lo más recóndito del desierto para pasar este tiempo en profundo retiro; pero debían volver al monasterio el domingo de Ramos, como se colige de la vida de San Eutimio escrita por su discípulo Cirilo. En occidente tardó bastante en establecerse este rito; el primer rastro que encontramos se halla en el Sacramentarlo Gregoriano que se remonta al ñnal del siglo vi o principios del vn. A medida que la fe penetraba en el norte no era posible solemnizar esta ceremonia en toda su integridad pues la palmera y el olivo no arraigan en nuestro clima. Fué necesario reemplazarlas por ramos de otros árboles; mas la Iglesia no permitió cambiar nada de las oraciones prescritas para la bendición de estos ramos, pues los misterios expuestos en estas hermosas oraciones, tienen su fundamento en el olivo y la palma del relato evangélico, representados por nuestros ramos de boj y de laurel.
LA PROCESION
El segundo rito de este día es la célebre procesión que sigue a la bendición de los ramos. Tiene por objeto representar la marcha del Salvador a Jerusalén y su entrada en esta ciudad; y, para que nada falte en la imitación del relato del Santo Evangelio, los Ramos que acaban de ser bendecidos son llevados por todos los que toman parte en esa procesión. Entre los judíos era una señal de regocijo llevar en la mano ramos de árboles; y la ley divina les autorizaba esta costumbre. Dios había dicho en el Levítico al establecerla festividad de los Tabernáculos: "El primer día tomaréis gajos de frutales hermosos, ramos de palmera, ramas de árboles frondosos, de sauces de la ribera, y os regocijaréis ante Yavé, vuestro Dios" Para testimoniar su entusiasmo por la llegada de Jesús •ante los muros de la ciudad, los habitantes de Jerusalén, incluso los niños, recurrieron a esta gozosa demostración. Vayamos nosotros también delante de nuestro Rey y cantemos el Hosanna a este vengador de la muerte y liberador de su pueblo.
Durante la Edad Media, en muchas iglesias, se llevaba en esta procesión el libro de los Evangelios que representaba a Jesucristo cuyas palabras contenía. Designado de antemano un lugar y preparado para la estación, la Procesión se detenía: el diácono abría entonces el sagrado libro y cantaba el relato de la entrada de Jesús en Jerusalén. En seguida descubríase la Cruz que había permanecido velada hasta aquel momento; todo el clero se postraba ante ella solemnemente y cada uno depositaba a sus pies un fragmento del ramo que tenía en su mano. Se reanudaba la procesión precedida de la Cruz, descubierta, hasta que el cortejo entra en la iglesia. En Inglaterra y Normandía, desde el siglo xi, se practicaba un rito altamente representativo de la escena que tuvo lugar en este día en Jerusalén. En la procesión se llevaba triunfalmente la Sagrada Eucaristía. La herejía de Berengario que negaba la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía acababa de manifestarse en esta época. Y este triunfo de la Sagrada Forma era preludio lejano de la Institución de la festividad y procesión del Santísimo Sacramento. Siempre con la misma intención de renovar la costumbre evangélica, existe en Jerusalén otra costumbre en la procesión de Ramos. Toda la comunidad de Franciscanos que custodia los santos Lugares marchan de mañana a Betfagé. Allí el P. Guardián de Tierra Santa, vestido de pontiñcal, sube sobre un asno revestido con mantos, acompañado por los religiosos y católicos de Jerusalén, que llevan todos palmas, ingresa en la ciudad y baja hasta la puerta de la iglesia del Sto. Sepulcro donde se celebrará la Misa con toda pompa.
Hemos reunido aquí, como de costumbre, los diferentes hechos con que puede elevarse la mente de los fieles en los variados misterios litúrgicos; estas manifestaciones de fe les ayudarán a comprender por qué la Iglesia quiere que, en la procesión de los Ramos, sea honrado Jesucristo como presente al triunfo que ella le otorga en este día. Busquemos por medio del amor "a este humilde y dulce Salvador que viene a visitar a la hija de Sión", como dice el profeta. Aquí está en medio de nosotros; a él se dirije el tributo de nuestros ramos; unámosle también el de nuestros corazones. Se presenta para ser nuestro Rey; acojámosle y digamos: Hosanna al hijo de David.
LA ENTRADA EN LA IGLESIA. — Antiguamente, hasta la última reforma, el ñn de la procesión iba acompañado de una ceremonia llena de un profundo simbolismo. Al momento de entrar en la iglesia, el cortejo se hallaba con las puertas cerradas. La marcha triunfal se detenía; pero los cantos de alegría no se suspendían. Un himno especial a Cristo Rey resonaba a la puerta de la iglesia, con su alegre estribillo, hasta que el subdiácono golpeando con el asta de la cruz las puertas, conseguía que se abriesen, y el pueblo, precedido del clero, entraba aclamando al único que es la Resurrección y la vida.
El fin de esta escena era rememorar la entrada del Salvador en otra Jerusalén, de la que la de la tierra no era sino figura. Esta Jerusalén es la patria celestial cuya entrada Jesucristo nos ha procurado. El pecado del primer hombre había cerrado sus puertas; pero Jesús, el Rey de la gloria, las abrió por la virtud de su Cruz, ante la cual no pudieron resistir.
Este mismo canto, en honor de Cristo Rey, se ha conservado, pero lá- parada a la puerta de la iglesia ha quedado suprimida. Prosigamos, pues, tras los pasos del Hijo de David, puesto que él es el Hijo de Dios y nos invita a tomar parte en su reino. Así es como la Iglesia en' la procesión de los Ramos que no es otra cosa que la commemoraeión de los acontecimientos de aquel día, eleva nuestra mente al misterio de la Ascensión por el que se pone fin, en el cielo, a la misión del Hijo de Dios en la tierra. Pero ¡ay! los días intermedios entre ambos triunfos no son todos días de alegría, y antes que termine la procesión la Iglesia, que se ha levantado unos momentos de su tristeza, vuelve a gemir continuamente.
LA MISA
La tercera parte de la función de hoy es el santo sacriñcio. Todas sus melodías están rebosantes de desaliento; la lectura de la Pasión, que va a tener lugar en seguida, señala el punto culminante de la jornada. En el siglo v o vi la Iglesia adoptó para el relato un recitado especial que se convirtió en un verdadero drama. Primeramente el Cronista que relata los hechos de un modo grave y patético; Cristo, en cambio, tiene un acento noble y suave que contrasta vivamente con el tono elevado de los demás interlocutores y con los gritos del pueblo judío. En el momento en que El se deja pisotear por los pecadores, llevado del amor que nos tiene, entonces es cuando nosotros debemos gritar que es nuestro Dios y nuestro Rey soberano. Estos son los ritos generales de este gran día; para la completa inteligencia de las oraciones y lecturas insertamos, como solemos, todos los detalles necesarios.
NOMBRES DADOS A ESTE DÍA. — Este domingo, además de su nombre litúrgico y popular de Domingo de Ramos o de Palmas, tiene el de Domingo del Hosanna, a causa del grito triunfal con que los judíos saludaron la llegada de Jesús. Nuestros padres le llamaron Domingo de Pascua florida, porque Pascua que se celebrará dentro de ocho días, está hoy como en flor y los fieles pueden empezar el cumplimiento pascual de la comunión anual desde este momento. Los españoles, al descubrir el Domingo de Ramos de 1513 el vasto territorio vecino de México le dieron el nombre de Florida en recuerdo de esta denominación. También se llama a este domingo Capitilavium, es decir lava-cabezas porque en los siglos medievales, los padres lavaban la cabeza de sus hijos nacidos en los meses anteriores cuyo bautismo podían retrasar sin peligro hasta el Sábado Santo, con el fln de que este día estuvieran decentes para ser ungidos con el Santo Crisma. En épocas anteriores este domingo recibió, en algunas iglesias, el nombre de Pascua de los Competentes. Se llamaba competentes a los catecúmenos admitidos al bautismo. Se reunían hoy en la Iglesia y se les explicaba detenidamente el símbolo que les habían explicado en el precedente escrutinio. En la Iglesia mozárabe española se les explicaba sólo este día. Por fin, los griegos le designaron con el nombre de Baiphore, es decir Porta-Palma.
MISA
La Estación, en Roma, se celebraba en la Basílica de Letrán, madre y maestra de todas las demás iglesias; con todo, hoy, la función papal se realiza en San Pedro.
Esta derogación no va en perjuicio de los derechos de la Archi-Basílica que antiguamente, recibía el honor de la presencia del Sumo Pontífice, y que ha conservado las indulgencias concedidas a aquellos a quienes la visitan hoy.
INTROITO
(En la misa solemne el preste se acerca al altar y, omitiendo el salmo lúdica roe, Deus,
y el Confíteor, sube inmediatamente al altar, lo besa en el centro y lo inciensa.)
Señor, no alejes tu auxilio de mí: atiende a mi defensa: líbrame de la boca del león, y salva mi vida del cuerno de los unicornios. —• Salmo: Oh Dios, Dios mío, mira hacia mí: ¿por qué me has desamparado? Las voces de mis delitos me alejan de mi salud. — Señor, no alejes...
En la colecta la Iglesia pide para todos la gracia de imitar la paciencia y la humildad del Salvador. Jesucristo sufre y se abaja por el hombre pecador; es justo que el hombre se aproveche de este ejemplo y procure su salvación por los medios que le da a conocer la conducta del Salvador.
COLECTA
Omnipotente y sempiterno Dios, que, para ofrecer al género humano un ejemplo de humildad, hiciste que nuestro Salvador tomase carne y padeciese la cruz: concédenos propicio la gracia de comprender las lecciones de su paciencia y de participar de su resurrección. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
EPISTOLA
Lección de la Epístola del Apóstol San Pablo a los Filipenses (II, 5-1D.)
Hermanos: Sentid de vosotros como Cristo Jesús de sí mismo: el cual, siendo de la misma naturaleza de Dios, no creyó que era una rapiña el ser igual a Dios: y, a pesar de ello, se déspojó de sí mismo, tomando la forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres, y hallado en lo exterior como hombre. Se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, hasta la muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó, y le dió un nombre, que es sobre todo nombre: (aquí se arrodilla) para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los infiernos, y toda lengua confiese que el Señor, Jesucristo, está en la gloria de Dios Padre.
HUMILLACIÓN Y GLORIA DE JESÚS. — La Iglesia prescribe que doblemos la rodilla en el trozo de esta Epístola en que el Apóstol dice que todo ser creado debe humillarse al pronunciar el nombre de Jesús. Acabamos de cumplir esta prescripción. Comprendamos que si hay alguna época en el año en que el Hijo de Dios tenga derecho a nuestras más profundas adoraciones, es justamente esta en que su Majestad es violada y en que le vemos pisoteado por los pecadores. Nuestros corazones deben necesariamente enternecerse y compadecerse al contemplar los dolores que sufre por nosotros. Pero no debemos sentir menos los ultrajes y las indignidades de que es colmado aquel que es igual al Padre y Dios como él. Démosle, al menos mientras estamos unidos a él, por medio de nuestras humillaciones, la gloria de que se ha despojado para reparar nuestro orgullo y nuestra rebeldía y unámonos a los santos ángeles que, testigos de todo lo que ha aceptado por amor al hombre, se anonadan profundamente tanto más cuanto ven la ignominia a la que se redujo.
En el Gradual la Iglesia se sirve de las palabras del Real Profeta que predice la grandeza futura de la víctima del Calvario pero que, al mismo tiempo, confiesa cómo había desgarrado su alma la seguridad con que los judíos cometerían el deicidio.
GRADUAL
Tuviste mi mano derecha: y me guiaste según tu voluntad: y me recibiste con gloria. J. ¡Qué bueno es el Dios de Israel para los rectos de corazón! Mis pies casi vacilaron, casi se extraviaron mis pasos: porque envidié a los pecadores, al ver la paz de los malvados.
El Tracto lo constituye una parte considerable del Ps. XXI de cuyas primeras palabras Jesucristo se sirvió en la Cruz y que es más una historia de la Pasión que una profecía; tan claras y evidentes son sus alusiones.
TRACTO
Oh Dios, Dios mío, mira hacia mí: ¿por qué me has desamparado? V. Las voces de mis delitos me alejan de mí la salud. V. Oh Dios mío, clamaré durante el día, y no me oiréis: y durante la noche, y no habrá para mí descanso. V. Pero tú habitas en el santuario, eres la alabanza de Israel. V. En ti esperaron nuestros padres: esperaron, y los libertaste. V. A ti clamaron, y se salvaron: en ti confiaron, y no fueron confundidos. V. Pero yo soy un gusano, y no un hombre: el oprobio de los hombres, y la abyección de la plebe. V. Todos los que me ven, me desprecian: estiran los labios, y mueven la cabeza (diciendo): V. Ha esperado en el Señor, líbrele ahora: sálvele, si es que le quiere. J. Ellos me observaron y contemplaron, dividieron entre sí mis vestiduras, echaron a suertes mi túnica. V. Líbrame de la boca del león: y salva mi vida del cuerno de los unicornios. V. Los que teméis al Señor, alabadle: raza toda de Jacob, engrandécele. V. Pertenecerá al Señor la generación venidera: y pregonarán los cielos su justicia. V. Al pueblo que nacerá, que hizo el Señor.
Ya es hora de oír el relato de la pasión de nuestro Salvador. La Iglesia lee la narración de los cuatro evangelios en cuatro días diferentes de esta semana. Comienza hoy con la de San Mateo, el primero que escribió la narración de la vida y muerte del Salvador. ' (A. causa de su extensión no ponemos el texto de los cuatro relatos de la Pasión que todos pueden encontrar en su Misal).
El Ofertorio es una nueva profecía de David. Anuncia el abandono del Mesías en medio de sus congojas y la ferocidad de sus enemigos que para saciar su hambre le darán a beber hiél y vinagre. De este modo fué tratado aquel que nos da su cuerpo para comida y su sangre para bebida.
OFERTORIO
Improperio y miseria sufrió mi corazón: y esperé a que alguien se contristase conmigo, y no le hubo: busqué a uno, que me consolara, y no le hallé: y me dieron de comida hiél, y en mi sed me abrevaron con vinagre.
En la Secreta se pide a Dios el doble fruto de la Pasión para sus siervos: la gracia en esta vida y la gloria en el cielo.
SECRETA
Suplicárnoste, Señor, hagas que el don ofrecido a los ojos de tu Majestad nos obtenga la gracia de la devoción, y nos adquiera el efecto de la dichosa perennidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. En la antífona de la Comunión, la Iglesia, que acaba de sumir con el cáliz de la salud, la vida de Cristo, hace alusión a aquel otro cáliz que Cristo bebió para hacernos partícipes de la bebida de la inmortalidad.
COMUNION
Padre, si no puede pasar este cáliz sin que yo le beba, hágase tu voluntad.
La Iglesia pone fin a las súplicas del sacri- , ficio que acaba de ofrecer implorando el perdón de los pecados para todos sus hijos, y el cumplimiento del deseo que tienen de tomar parte en la gloriosa resurrección del Hombre Dios.
POSCOMUNION
Haz, Señor, que, por la virtud de este Misterio, sean purificados nuestros pecados y se cumplan nuestros anhelos. Por el Señor.
LÁGRIMAS DE JESÚS. — Pongamos fin a esta jornada del Redentor en la ciudad de Jerusalén recordando algunos otros hechos de importancia. San Lucas nos enseña que durante la marcha triunfal de Jesús hacia la ciudad ocurrió que antes de entrar en ella Cristo comenzó a llorar sobre Jerusalén, y desahogó su dolor en estos términos: "¡Oh si al menos en este día conocieses lo que podría darte la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos, porque días vendrán sobre ti, y te rodearán de trincheras tus enemigos, y te cercarán y te estrecharán por todas partes y te echarán por tierra a ti y a los hijos que tienes dentro, y no dejarán piedra sobre piedra por no haber conocido el tiempo de tu visita"'. Hace unos días el santo Evangelio nos mostró a Jesús llorando ante la tumba de Lázaro; hoy vuelve a derramar lágrimas al contemplar a Jerusalén. En Betania lloraba al pensar en la muerte del > cuerpo, castigo del pecado; pero esta muerte tiene remedio. Jesús es "la resurrección y la vida, y aquel que cree en él no morirá para siempre" El estado de Jerusalén en cambio, es una figura de la muerte espiritual; y esta muerte no tiene remedio, si el alma no viene a tiempo al autor de la vida. He aquí por qué las lágrimas que Jesús derrama hoy se hacen tan amargas. En medio de las aclamaciones de que es objeto al entrar en la ciudad de David, su corazón está oprimido por la tristeza; porque sabe él mejor que nadie "que no conocieron el tiempo de su visita". Consolemos al corazón del Redentor y hagámonos su ciudad fiel.
VUELTA A BETANIA. — Sabemos por San Mateo que el Salvador finalizó este día en Betania. Su presencia suspende las inquietudes de su madre y tranquiliza a la familia de Lázaro. En Jerusalén no hubo nadie que le hospedase; al menos el Evangelio no hace mención de ello. Todos los que mediten la vida de Nuestro Señor pueden hacerse esta consideración: Jesús honrado por la mañana con magnífico triunfo, por la tarde se ve obligado a buscar hospedaje fuera de la ciudad que le había recibido con tanto fervor. Entre las carmelitas descalzas existe la tradición de ofrecer al Salvador una reparación por el abandono que sufrió de parte de los habitantes de Jerusalén. Se prepara en medio del refectorio una mesa, colocando en ella una ración de la comida; después de la refección de la comunidad se ofrece esa ración a Jesús y se distribuye entre sus miembros, los pobres.
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TOMADO DE: CATÓLICOS ALERTA
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28/III SAN GUNTRANO, Rey y Confesor

28 de Marzo
SAN GUNTRANORey y Confesor

Cada uno de nosotros procure dar gusto a su prójimo
en lo que es bueno y pueda edificarle.
(Romanos, 15, 2).

   San Guntrano, rey de Borgoña, era nieto de Santa Clotilde, reina de Francia. Cumplió con todos los de beres de un rey. Amaba tiernamente a sus súbditos, y perdonaba generosamente a sus enemigos. Pocos monarcas hubo tan populares como él. Durante una peste, se ofreció como víctima al Señor para que se librara el pueblo. Después de haber fundado o do tado a muchas iglesias y monasterios, murió el 28 de marzo del año 593, a los 68 años de edad.

MEDITACIÓN
SOBRE LAS BUENAS OBRAS
   

I. Haz tantas obras buenas cuantas puedas mientras vivas; lo demás carece de valor después de la muerte. No dejes pasar ni un solo día sin que lo señales con alguna acción buena. La vida presente es breve, la futura es eterna. Hay que expiar los pecados cometidos: redímelos haciendo limosna a los pobres. ¿Por qué respetas la efigie del príncipe esculpida en el mármol o acuñada en el oro, y desprecias la imagen de Dios en la persona del pobre? (San Agustín)

II. Que sean buenas tus acciones delante de Dios y no sólo delante de los hombres; para ello realízalas para agradar a Dios, y tal como quiere Él que las hagas. Cuídate de que no estén viciadas por la vanidad y el amor propio; si así no lo hicieres, no tendrás otra recompensa que la que el mundo te dé. ¡Qué!, mi corazón es tan pequeño, mi vida tan corta. ¿y querré yo partirlos entre Dios y el mundo?

III. También tienes la obligación de hacer el bien delante de los hombres, les debes el buen ejemplo. Sin vacilar declárate a favor de Dios, y nadie se atreverá, en tu presencia, a realizar un acto que le ofenda. No te avergüences cuando llegue la ocasión de salir en defensa del Evangelio, y el momento de comportarte como verdadero cristiano; acaso rían a costa tuya: regocíjate entonces. ¿El mundo no aprueba tus actos? Señal es que tienes el espíritu de Jesucristo. El cristiano es amado por Dios cuando es maltratado por el mundo. (San Ignacio).

La limosna
Orad por los que os gobiernan.

ORACIÓN

   Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la fiesta del bienaventurado Guntrano, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, imitemos la que vivió en la tierra. Por J. C. N. S. Amén.

INTRODUCCIÓN

Acerca de la Santa Misa