TERCER DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DOMINGO INFRAOCTAVA DEL SGDO. CORAZÓN, YTERCERO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

( Doble - Ornamentos verdes )
   
   La liturgia de este día canta las divinas misericordias para con los hombres. Porque así como Jesús vino a llamar no tanto a los justos como a los pecadores, no a curar a los sanos, sino a los enfermos; así el Espíritu Santo, que continúa la obra de Jesús en los corazones, viene a establecer el reinado de Dios en las almas pecadoras oras, y esto mismo proclama la Iglesia en el Breviario y en el Misal.
      En Maitines leemos hoy la historia de Saúl. Muerto el sacerdote Helí, los Israelitas habíanse puesto en manos del profeta Samuel, considerándole un nuevo Moisés; pero viéndole ya anciano, pidiéronle un rey que los gobernase; y Samuel, accediendo a sus deseos, les nombró y consgró como rey a un apuesto joven de la tribu de Benjamín, llamado Saúl.
   Unas asnillas de su padre se habían extraviado y él andaba en su busca cuando llegó a Rama, en donde estaba entonces Samuel. Fuése en seguida a preguntar al profeta por el paradero de las asnillas, "Las asnillas, le dijo Samuel, han sido encontradas hace tres días".
   El día siguiente, Samuel tomó su cuerna de aceite, y la derramó sobre la cabeza de Saúl.
Dícenos San Gregorio, en el 2º Nocturno de Maitines que "Saúl, enviado por su padre a buscar las asnillas perdidas, es figura de Jesús, el cual fué enviado por su Padre en busca de las almas que se habían extraviado.
   El enemigo está merodeando continuamente en torno nuestro, buscando a quien devorar, y así como Saúl fue ungido para defender a su pueblo, así Cristo, el Ungido por excelencia, vino a librarnos del enemigo infernal.
Cuadra muy bien esto con el Evangelio, en que vemos al buen Pastor buscando a la oveja descarriada y cargando con ella sobre sus hombros, conduciéndola así al aprisco: representación que, después y ya en los siglos primeros, fue tan frecuente en la iconografía cristiana.
   La Epístola nos aconseja también que andemos con cautela por causa del enemigo que anda al acecho, cual león rugiente, que busca a quien devorar. Pero, gracias a la fortaleza y a la confianza que la fe nos da, "nos ponemos totalmente en manos de Dios, pues Él cuida de nosotros" (Ep.), y nos pone al abrigo de todos nuestros enemigos (Grad.); es el protector de los que esperan en Él (Or.), y no abandona a los que le buscan (Ofert.).
   Pero al recordar la suerte desastrosa de Saúl, que se envaneció con los dones de Dios, y le desobedeció temerario, sin querer reconocer sus yerros, "humillémonos delante de Dios" (Ep.) y digámosle: "¡Dios mío! considera mi miseria y ten piedad de mi" (Int.); y como quiera que sin Ti nada hay robusto, nada santo, haz que usemos de tal modo de los bienes temporales que no perdamos los eternos (Or.). Danos por fin en la tentación "firmeza inquebrantable" (Ep.).
   El párroco celebra ho la Misa por sus feligreses.
IntroitoPs 24. 
    INTROITUS Respice in mei, Domine, quoniam unicus et pauper sum ego vide humilitatem meam, et laborem meum, et dimitte omnia peccata mea. Deus meus. Ps. Ad te, Domine, levavi animam meam: Deus meus, in te confido, non erubescam.V. Gloria Patri, V. Gloria Patri.   Introito - Mírame, Señor, y ten misericordia de mí, porque me veo solitario y pobre: considera mi humillación y mi pena, y perdóname todos mis pecados, oh Dios mío. - Ps. A ti, Señor, levanté mi espíritu: oh Dios mío, en ti confío, haz que no sea yo confundido. V. Gloria al Padre.
Oración-Colecta
   ORATIO - Protector in te sperantium Deus, sine quo nihil est validum, nihil sanctum: multiplica super nos misericordiam tuam; ut, te rectore, te duce, sic transeamus per bona temporalia, ut non amittamus aeterna. Per Dominum.
  Per Dóminum. 
   R. Amen   
    Oh Dios, protector de los que en ti esperan, y sin el cual nada es valedero, nada santo: multiplica sobre nosotros tu misericordia, de suerte que, siendo Tú nuestro pastor y guía, de tal modo usemos de los bienes temporales, que no perdamos los eternos(1). Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.   RAmen.
2ª Oración-Colecta (del Sagrado Corazón)
   ORATIO - Deus qui nobis, in Corde Fili tui, nostris vulneráto peccátis, infinitos directiónis thesáuros misericórditer largíri dignáris; concéde, quaesumus, ut illi devótum piétatis nostrae praestántes obséquium, dignae quoque satisfactiónis exhibeámus officium. Per eúndem Dóminum.   R. Amen       Oh Dios, que misericordiosamente te dignas prodigarnos los infinitos tesoros de tu amor, en el Corazón de tu Hijo herido por nuestros pecados, rogámoste nos concedas la gracia de poderte tributar el devoto homenaje de nuestra piedad, a la vez que cumplimos con el deber de darle una competente satisfacción. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor etc.   RAmen.
Epístola
   Las tribulaciones y tentaciones de esta vida debemos soportarlas amorosa y resignadamente, convencidos de que son permitidas por Dios, a quien ninguna criatura tiene derecho de pedirle razón de su proceder, y seguros de que en todo busca nuestro bien.
EPISTOLAELectio Epistolae beati Petri Apostoli  (1, 5, 6-11)  - Carissimi: Humillamini sub potenti manu Dei, ut vos exaltet in tempore visitationis; omnem sollicitudinem vestram projicientes ein eum, quoniam ipsi cura est de vobis. Sobrii estote, et vigilate: quia adversaries vester diabolus tamquam leo rugiens circuit, quaerens quem devoret: cui resistite fortes fide scientes eamdem passionem ei, quae in mundo est, vestrae fraternitati fieri. Deus autem omnis gratiae qui vocavit nos in aeternam suam gloriam in Christo Jesu modicum passos ipse perficiet, confirmabit solidabitque. Ipsi imperium in saecula saeculorum. Amen

   Lección de la Epístola del Apóstol S. Pedro - Carísimos: Humillaos bajo la mano poderosa de Dios, para que os ensalce cuando venga a juzgarnos: descargando en Él todas vuestras preocupaciones, puesto que Él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y vigilad, porque vuestro enemigo, el diablo, anda girando, como un león rugiente, a vuestro alrededor, buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que la misma tribulación padecen los hermanos que con vosotros viven en el mundo(2). Mas Dios, dador de toda gracia, que nos llamó a su eterna gloria, por Jesucristo, después que hayáis padecido un poco, Él mismo os perfeccionará, fortalecerá y consolidará. A Él por tanto, sea dada la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Así sea.
    GRADUALE (Ps. 54, 23, 17, 18 et 19 ) Jacta cogitatum tuum in Domino: et ipse te enutriet. V. Dum clamarem ad Dominum, exaudivit vocem meam ab his, qui appropinquant mihi.   Alleluia, alleluia. V.(Ps. 7, 12) - Deus judex Justus, fortis et patiens, numquid frascitur per singulos dies?, Alleluia.   Gradual - En Dios esperó mi corazón, y fue socorrido; y refloreció mi carne, y con todo mi corazón le alabaré. V. A Ti, Señor, clamaré. No te hagas sordo a mis ruegos, oh Dios mío, no te alejes de mi.
Aleluya, aleluya - V.  Alabad a Dios, nuestro ayudador, celebrad al Dios de Jacob; cantad himnos suaves con la cítara, Aleluya. 
Evangelio
      Jesús acoge con particular predilección a los pecadores, sin hacer caso de las críticas de los fariseos, y expresa, con dos comparaciones caseras, su inmenso gozo por la conversión de uno solo de ellos. ¡Es el Amor misericordioso de Dios inclinándose con ternura hacia la miseria humana!
USequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam 15, 1-10,)
   In illo témpore: Erant autem appropinquantes ad Jesum publicani et peccatores ut audirent illum. Et murmurabant Pharisaei et scribae dicentes: Quia hic peccatores recipit et manducat cum illis. Et ait ad illos parabolam istam dicens: Quis ex vobis homo qui habet centum oves et si perdiderit unam ex illis nonne dimittit nonaginta novem in deserto, et vadit ad illam, quae perierat, donec inveniat illam? Et cum invenerit eam inponit in humeros suos gaudens: et veniens domum convocat amicos et vicinos dicens illis: Congratulamini mihi, quia inveni ovem meam, quae perierat? Dico vobis, quod ita gaudium erit in caelo super uno peccatore poenitentiam agente quam super nonaginta novem iustis qui non indigent poenitentia Aut quae mulier habens dragmas decem si perdiderit dragmam unam nonne accendit lucernam et everrit domum et quaerit diligenter donec inveniat? Et cum invenerit convocat amicas et vicinas dicens: Congratulamini mihi, quia inveni drachmam quam perdideram? Ita dico vobis gaudium erit coram Angelis Dei super uno peccatore paenitentiam agente 
Credo.
  Continuación del Santo Evangelio según San Lucas - En aquel tiempo: Se acercaban a Jesús los publicanos y pecadores para oírle; mientras los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este recibe a los pecadores, y come con ellos. Y les propuso esta parábola: ¿Quién de vosotros es el hombre que tiene cien ovejas, y si perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en la dehesa y va a buscar la que se perdió hasta encontrarla? Y en hallándola, se la pone sobre sus hombros muy gozoso: y al llegar a su casa, llama a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Congratulaos conmigo, porque he hallado mi oveja, que se había perdido. Os digo, que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que hiciere penitencia, que por noventa y nueve justos, que no han menester de penitencia(3). O ¿qué mujer, que tenga diez dracmas, si pierde una(4), no enciende la lámpara, y barre la casa, y lo registra todo hasta hallarla? Y después que  la ha hallado, convoca a las amigas y vecinas diciendo: Cangratuláos conmigo, porque he hallado la dracma, que había perdido. Así os digo yo, que habrá gozo delante de los Ángeles de Dios por un pecador que haga penitencia. Credo
    OFFERTORIUM Sperent in te omnes, qui noverunt nomen tuum, Domine: quoniam non derelinquis quaerentes te: psalite Domino, qui habitat in Sion: quoniam non est oblitus orationem pauperum.

Secreta – Respice, 
   Ofertorio -  Esperen en ti, Señor, cuantos conocen tu nombre, porque no abandonas a los que te buscan; cantad al Señor, que mora en Sión: porque no echa en olvido la oración de los pobres.
Oración-Secreta
    Répice, Domine, munera supplicantis Ecclesiae: et saluti credentium perpetua sanctificatione sumenda concede. Per Dominum.    Mira, Señor, favorablemente, los dones de la Iglesia suplicante; y haz que los fieles los reciban para su salud y perpetua santificación. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.  
2ª Oración-Secreta (del Sagrado Corazón)
    Répice, quaesumus, Domine, ad ineffábilem cordis dilécti Filii tui caritátem: ut quod offérimus sit tibi munus accéptum, et nostrórum explátio delictrórum. Per Dominum.    Suplicámoste, Señor, que mires a la inefable caridad del Corazón de tu querido Hijo para que el don que te ofrecemos te sea a Ti agradable, y a nosotros nos sirva de expiación de nuestros delitos. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.  

Prefacio del Sagrado Corazón
    Vere dignum et justum est aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias ágere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui Unigenitum tuum in cruce pendéntem láncea militis transfigi voluísti, ut apértum Cor, divinae largitatis sacrárium, torrentes nobis fúnderet miserationis et gratiae, et quod amóre nostri flagráre numquam déstitit, piis esset réquies et poeniténtibus patéret salútis refúgium. Et ideo cum Angelis et Arcangelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fide dicéntes:   Sanctus, Sanctus, Sanctus...

   Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Que quisiste que tu Hijo unigénito pendiente de la cruz fuese atravesado por la lanza del soldado, para que su Corazón abierto, sagrario de tu divina liberalidad, derramase sobre nosotros los torrentes de la misericordia y de la gracia; y ya que nunca dejó de estar abrasado por nuestro amor, fuese para las almas piadosas un lugar de descanso, y un refugio de salvación abierto para los pecadores. Y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos el himno de gloria, diciendo sin cesar:  Santo, Santo, Santo, etc.
   COMMUNIO  Dico vobis: gaudium est Angelis Dei super uno peccatore paenitentiam agente. 
   Comunión. - Yoos aseguro que los Ángeles de Dios se alegran por un pecador que hace penitencia.
Oración-Postcomunión del día
     Sancta tua, nos, Domine, sumpta vivificent: et misericordiae sempiternae praeparent expiatos. Per Dominum Per Dominum nostrum   Haz, Señor, que el sacramento que acabamos de recibir nos vivifique, y que expiando nuestras culpas nos vaya disponiendo a recibir la eterna recompensa(5). Por Nuestro Señor Jesucristo.

Oración-Postcomunión (del Sagrado Corazón)
     Praebeant nobis, Domine Jesu, divinum tua sancta fervórem; quo dulcíssimi Cordis tui suavitáte percépta, discámus terréna despícere, et amáre caelestia: Qui vivis..    Dínate hacer, oh Señor Jesús, que estos santos misterios nos comuniquen un fervor divino: con el cual, después de haber gustado la suavidad de tu dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar las cosas terrenas, y a amar las celestiales:Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.



  • (1)  Que Hermosa oración! Sin la intervención de Dios, nada en el mundo ni en el individuo puede durar, ni ser meritorio, ni realmente eficaz. Por que fallan los pactos de las Naciones? Por que no surten valor muchos contratos de los hombres? Por que fracasan muchas empresas, al parecer sólidamente lanzadas? Es que se ha procedido sin Dios. Los sin Dios no son solamente las milicias comunistas: aun entre los cristianos son legión. 
  • (2) Espiritualmente es esto siempre cierto, pues nuestras tribulaciones son incesantes: pero históricamente alude San Pedro aquí a la primera persecución de Nerón, que acababa entonces de estallar.
  • (3) Entiéndase bien esta frase: quiere decir, que en la conversión de un pecador hay una razón especial de gozo y hasta una exteriorización mayor de triunfo, como la hay en la recuperación de la salud de un enfermo grave, El padre se goza de una manera especial por la salud recobrada de un hijo enfermo, y la celebra; mientras nada especial hace para celebrar la salud de los demás hijos sanos.
  • (4) La dracma vendría a valer unos 0.50 centavos de nuestra moneda.
  • (5) Recompensa no merecida, por cierto, sino fruto de la divina misericordia.

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INTRODUCCIÓN

Acerca de la Santa Misa