MISA DEL OCTAVO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

OCTAVO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

( Doble - Ornamentos verdes )

   Recibió la Iglesia en las solemnidades de Pentecostés las efusiones del Espíritu Santo, y la liturgia de hoy nos demuestra los benéficos resultados de las mismas. Uno de ellos, y no el menor, es la gracia de la divina adopción, en virtud de la cual podemos llamar Padre a nuestro Dios, con derecho a la herencia del cielo (Ep.).
   Mas si vivimos por Dios, preciso es que vivamos también para Dios (Or.) y que en todo nos dejemos guiar por el Espíritu de Dios (Ep.) y así pueda acogernos algún día en sus eternos tabernáculos (Ev.). He aquí la verdadera sabiduría, que pide la Iglesia en la oración y que alaba el Evangelio, porque ella sabe prevenir con prudencia y sagacidad nuestro recibimiento en los "eternos tabernáculos". Al evocar la liturgia en estos domingos la figura de Salomón y de su magnífico Templo, podemos dirigir la mirada a ese otro templo que somos nosotros mismos, dedicado a Dios por el bautismo y convertido tal vez por nosotros en guarida de ladrones y de mil siniestras alimañas de pecados, que lo ensucian y profanan. Pues si así fuere por desgracia nuestra, habría que limpiarlo se con la escoba de Lázaro, con una condigna penitencia.
 Además, el Templo salomónico es figura del grandioso Templo del cielo, en donde Dios mora con sus Santos y en que los regala con sus delicias sin fin y sin medida. En ese mismo templo entraremos también nosotros si es que vivimos según el espíritu, y matamos las obras de la carne; entonces, y sólo entonces seremos verdaderos hijos de Dios, herederos suyos y coherederos de Cristo; el cielo será nuestra rica herencia (Ep.). Para ingresar en los eternos tabernáculos, conviénenos también allegar riquezas y méritos, de ésos que el ladrón no roba y la   polilla no carcome, hacemos amigos, tener como amigos a los Santos moradores de aquel templo; imitando así a aquel mayordomo previsor, a quien alaba Jesús en el Evangelio, no tanto por sus malas artes y su deslealtad para con el amo, cuanto por su intuición clara del futuro. Porque sucede, por desgracia, que los hijos de la luz somos menos despiertos que los de las tinieblas, y eso que nuestros negocios son de harto mayor cuantía que los suyos, yendo en ello nada menos que nuestro bienestar eterno.
   Uno de los medios más aptos para conseguir que Dios nos reciba en sus eternas moradas es dar limosna al que la hubiere menester, limosna espiritual, como un buen consejo, una justa reprensión, un cariñoso consuelo; limosna material, como un poco de pan al hambriento, un trapo para el harapiento y desnudo. Si practicáramos esta virtud, poco o nada tendremos que temer cuando el Señor universal nos venga a pedir cuentas de la administración de nuestra alma, y de los bienes y gracias que en nosotros depositó para granjear con ellos (Ev.).
   El párroco celebra hoy la misa por sus feligreses               

IntroitoPs 47. 
    INTROITUS Suscépimus, Deus misericórdiam tuam in medio templi tui: secúndum nomen tuum. Deus, ita et laus tua in fines terrae: justitia plena est déxtera tua. - Ps Magnus Dominus, et laudábilis nimis in civitáte Dei nostri, in monte sancto ejus. V. Gloria Patri...   Introito - Hemos recibido, oh Dios, tu misericordia en medio de tu templo; como tu nombre, oh Dios, así tu gloria llega hasta los confines de la tierra; tu diestra está llena de justicia. Grande es el Señor y dignísimo de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo. V. Gloria al Padre.

Oración-Colecta
   ORATIO - Largíre nobis, quaesumus Domine, semper spíritum cogitándi quae recta sunt, propitius et agéndi: ut, qui sine te esse non póssumus secúndum te vívere valeámus. Per Dóminum.   R. Amen       Rogámoste, Señor, nos concedas propicio la gracia de pensar y obrar siempre con rectitud; y pues sin Ti no podemos subsistir, llevemos una vida conforme a tu voluntad.  Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.   RAmen.


Epístola
   Para vivir con Cristo y participar de su gloria, hay que mortificar las pasiones de nuestra naturaleza corrompida y dejarnos guiar por las inspiraciones del Espíritu Santo. 
EPISTOLALectio Epistolae beati Paulii Apostoli  ad Romanos (6, 19-23,)  - Fratres: Debitóres sumus non carni, ut secúndum carnem vivámus. Si enim secúndum carnem vixéritis, moriémini: si autem spíritu facta carnis mortificavéritis, vivétis. Quicúmque enim spíritu Dei aguntur, ii sunt fílii Dei. Non enim accepístis spíritum servitútis íterum in timóre, sed accepístis spíritum adoptiónis filiórum, in quo clamámus: Abba - Pater. - Ipse enim Spíritus testimónium reddit spirítui nostro, quod sumus fílii Dei. Si autem fílii, et herédes: herédes quidem Dei, coherédes autem Christi.
R. Deo gratias.
   Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Romanos (8, 12-17 - Hermanos: Nada debemos a la carne, para que vivamos según la carne. Por que si viviereis según la carne, moriréis; mas si con el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, entonces viviréis(1). Porque es cierto, que los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para seguir obrando con temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción de hijos, para que podamos clamar: ¡Aba! ¡Padre! Porque el mismo espíritu de Dios, está dando testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y siendo hijos, somos también herederos; herederos de Dios, por cierto(2), y coherederos de Cristo. 
    GRADUALE (Ps. 33 ) Est mihi in Deum protectórem, et in locum refúgiiet salvum me facias. V. Deus, in te sperávi: Domine, non confúndar in aetérnum.   Alleluia, alleluia. Magnus Dominus, et laudábilis valde, in civitáte Dei nostri, in monte sanco ejus, Alleluja.   Gradual - Sé para mí un Dios protector, y un lugar de refugio, para que me salves. V. Oh Dios, en ti tengo puesta mi esperanza; Eñor, no sea yo jamás confundido.- Aleluya, aleluya - V. Grande es el Señor, y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, sobre su monte santo, aleluya. 

Evangelio
      Valiéndose de la parábola del mayordomo infiel, Jesús nos recomienda la pr´ctica de la limosna y sobre todo de la limosna convertida en sufragio por los difuntos. Así empleado el dinero, convertímoslo en precio de redención, para nosotros y para el prójimo, y en granjería para la vida eterna. Con él las almas del Purgatorio se constituyen, en el Cielo, en intercesoras nuestras.

USequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam ( 16, 11-9)
   In illo témpore: Dixit Jesus discípulis suis: parabola hanc: homo quidam erat dives qui habebat vilicum et hic diffamatus est apud illum quasi dissipasset bona ipsius. Et vocavit illum et ait illi quid hoc audio de te redde rationem vilicationis tuae iam enim non poteris vilicare. Ait autem vilicus intra se: quid faciam quia dominus meus aufert a me vilicationem? fodere non valeo mendicare erubesco. Scio quid faciam ut cum amotus fuero a vilicatione recipiant me in domos suas. Convocatis itaque singulis debitoribus domini sui dicebat primo: quantum debes domino meo? At ille dixit centum cados olei. Dixitque illi: Accipe cautionem tuam et sede cito scribe quinquaginta. Deinde alio dixit tu vero quantum debes? Qui ait centum choros tritic. Ait illi: accipe litteras tuas et scribe octoginta. Et laudavit dominus vilicum iniquitatis quia prudenter fecisset quia filii huius saeculi prudentiores filiis lucis in generatione sua sunt. Et ego vobis dico facite vobis amicos de mamona iniquitatis ut cum defeceritis recipiant vos in aeterna tabernacula 

Credo.
  Continuación del Santo Evangelio según San Lucas - En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Había un hombre rico, que tenía un mayordomo, el cual fue acusado ante él, como dilapidador de sus bienes. Llamóle, pues, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración; porque en adelante, ya no podrás ser mi mayordomo. Entonces el mayordomo se dijo: ¿Qué haré, pues que mi señor me quita la administración? Cavar no puedo; de mendigar tengo vergüenza. Ya sé lo que he de hacer, para que cuando fuere removido de la mayordomía, halle yo personas que me reciban en su casa. Llamó, pues, a cada uno de los deudores de su amo, y dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor? Y éste respondió: Cien barriles de aceite. Díjole: Toma tu factura y siéntate al punto, y escribe: cincuenta. Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él respondió: Cien cargas de trigo. Díjole: toma tus facturas, y escribe ochenta(3). El señor  alabó al mayordo, infiel, por haber obrado sagazmente(4); porque Los hijos de este siglo son más sabios que los hijos de la luz. Así os digo yo a vosotros: granjeaos amigos con las riquezas de iniquidad, para que, cuando falleciereis, os reciban en las moradas eternas.   Credo.
    OFFERTORIUM Pópulum húmilem salvum fácies, Dómine, et óculos superbórum humillábis: quoniam quis Deus praeter te, Dómine?    Ofertorio -  Tú salvarás al pueblo humilde, y humillarás los ojos altaneros; porque ¿qué otro Dios hay fuera de ti, oh Señor?


Oración-Secreta
    Súscipe,  quaesumus, Domine, múnera, quae tibi de tua largitáte deférimus: ut haec sacrosancta mystéria, gratiae tuae operáte virtúte, et praeséntis vitae nos consversatióne sanctificent, et ad gáudia sempiterna perducant. Per Dominum.    Acepta de buen grado, los dones que de tu munificencia hemos recibido y ahora te devolvemos; para que, mediante la operación de tu gracia, nos santifiquen estos sacrosantos misterios durante la vida presente, y nos conduzcan después a los goces eternos. Por Jesucristo N. Señor. 


Prefacio de la Santísima Trinidad
    Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui cumm unigenito  Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personae, sed in unius Trinitate substantiae. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione verae, sempiternaeque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur aequalitas. Quam laudat Angeli atque Arcangeli, Cherubim quoque ac Sraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes:   Sanctus, Sanctus, Sanctus...

   Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro: Santo, Santo, 
Santo, etc.

   COMMUNIO  Gustáte, et vidéte, quóniam suávis est Dominus: beátus vir, qui sperat in eo.    Comunión. - Gustad y ved cuán suave es el Señor; dichoso el varón que confía en Él.

Oración-Postcomunión
     Sit nobis, Domine, reparátio mentis et córporis caeléste mystérium: ut cujus excécuimur cultum, sentiámus effécium. Per Dominum   Sírvanos, oh Señor, este celestial Sacramento para reparación del alma y del cuerpo; a fin de que, al celebrarlo, experimentemos sus saludables efectos. Por Jesucristo N. Señor.


  • (1)   Las obras de la carne, las sensualidades, las bajas pasiones, conducen el alma a la muerte eterna; las obras del espíritu, en cambio, la preparan para la vida del cielo.
  • (2) Somos herederos de Dios, no en el sentido humano de heredar los bienes de un difunto, pues Dios no muere, Dios es inmortal, sino en el sentido de que gozaremos del Cielo, segura, eterna e inalienablemente, viviendo y reinando con Él.
  • (3)El ardid que el mayordomo infiel inventa para ganarse amigos para el futuro, es injusto, pues es a costa de los bienes de su amo.
  • (4) Adviértase bien que lo que alaba y admira el Señor no es el fondo inmoral del proceder del mayordomo, sino su astucia, es decir, la habilidad con que obró para no quedarse de repente en la calle. En esto los mundanos prosperan más que los hombres de conciencia, por la sencilla razón de que no respetan los medios.

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INTRODUCCIÓN

Acerca de la Santa Misa