LUGARES SAGRADOS
1. El templo. 2. Clases de Iglesias. 3. Consagración del templo. 4. Los profanadores
del Templo. 5. Simbolismo del Templo. 6. Partes de la Iglesia. 7. El cementerio.
del Templo. 5. Simbolismo del Templo. 6. Partes de la Iglesia. 7. El cementerio.
1. El templo.
Lugares sagrados son los que han sido destinados por la Iglesia, después de bendecidos o consagrados, para el culto divino -iglesias- o para sepultura de los fieles -cementerios-.
La palabra Iglesia significa reunión o congregación. Tiene dos significados, uno amplio para denotar la congregación de todos los fieles cristianos; otro más restringido que se aplica al lugar donde se reúnen los fieles cristianos para dar culto al Señor. En este sentido, que aquí lo tomamos, equivale a templo. Iglesia es el lugar destinado a que todos los fieles den culto a. Dios. Para que un edificio religioso reciba el nombre de iglesia es preciso que tenga sus puertas abiertas a toda clase de fieles.
2. Clases de Iglesias.
Según su dignidad y especiales privilegios de que gozan, las iglesias se denominan:
Los templos deben ser bellos y estar adornados con obras de arte, porque han de ser dignos de la majestad de Dios, que allí habita, y porque no debe el hombre ser tacaño con la casa de su Dios y de su Redentor, de quien ha recibido la vida y todo cuanto tiene. Los que murmuran de la riqueza de la Iglesia se parecen al infeliz Judas, que desaprobó el rasgo de la Magdalena, al derramar el perfume precioso sobre los pies del Salvador.
3. Consagración del templo.
Al destinar un edificio al culto divino, se le bendice (por sacerdote) o consagra (por obispo). La consagración es uno de los ritos más largos y solemnes de toda la Liturgia católica. Con la bendición o consagración la iglesia queda dedicada a un misterio del Señor, de la Virgen o a un Santo. Este título no puede después cambiarse.
4. Los profanadores del Templo. Si viene a tierra el templo o se hunde su mayor parte, pierde la bendición, y si se cometen en su recinto acciones indignas ( ceremonias de otras religiones, muertes, deshonestidades públicas, sepultura de infieles) queda profanado y necesita, ser reconsagrado.
Jesús, tan manso y humilde siempre aun con los pecadores, por dos veces entrando en el Templo, arrojó de allí a los profanadores, valiéndose de un látigo de cuerda, y diciendo: "Mi casa es casa de oración" (San Juan II). ¡Cuantas veces sería necesario, desgraciadamente, que Jesús se presentase en nuestros templos cristianos y arrojase con látigos a los que lo profanan, entrando con vestidos poco honestos, hablando sin necesidad, y, en la actualidad, a los obispos que llevan a cabo en ellos "ceremonias ecuménicas".
5. Simbolismo del Templo.
El Templo cristiano tiene su simbolismo, representa al alma que por la gracia vive en unión con Dios. Este pensamiento era. familiar a San Pablo; dirigiéndose a los fieles de Corinto, exclama: "¿No sabéis que sois Templo de Dios, y que el Espíritu Santo habita en vosotros?". A continuación exhorta a no manchar el Templo del alma con el pecado, con estas palabras: "Si alguno violare el Templo de Dios, Dios lo castigará. Porque el Templo de Dios, que sois vosotros, santo es".
6. Partes de la Iglesia.El Templo material y palacio de Dios en la tierra es un recuerdo del Templo y palacio de Dios en el cielo, y una promesa de que los admitidos a participar aquí de la unión con Dios en su Templo, seremos admitidos igualmente a la visión de Dios, junto con los bienaventurados.
Partes complementarias de la iglesia son: el atrio, la nave, el presbiterio, las capillas laterales, el coro, la sacristía, el baptisterio y el campanario.
7. El cementerio.
El cementerio es un lugar sagrado, donde se da sepultura a los cadáveres de los fieles.
La palabra cementerio, etimológicamente significa dormitorio, y trae su origen de la fe en el dogma de la resurrección de los cuerpos, porque para el cristiano la muerte no es el fin de su existencia, sino que es como un sueño o reposo. Se llama también Camposanto, porque allí descansan los cuerpos de los santos, como llama San Pablo a los fieles. El cementerio es bendecido por el Obispo o un delegado suyo, y el rito de este acto, de un alto valor y significado litúrgico, data de remota antigüedad. La Iglesia Católica tiene derecho a poseer cementerios propios y en ellos se niega la sepultura a los no bautizados, excomulgados, suicidas y los que han renegado de la fe. La cremación de los cadáveres está condenada por la Iglesia. En toda población debe existir otro lugar cerrado y cercado donde sean enterrados aquellos a quienes se niega la sepultura eclesiástica. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario