FOEDERIS ARCA EN EL CENTENARIO PATRIO Pbro. A. Calcagno
Bendita de Luján, Virgen María, Violeta de los campos, que perfumas El llano inmenso de la Patria mía, La que disipas del pesar las brumas, Aurora virginal del mejor día; Yo vengo a Ti; la patria entusiasmada Canta alegre en sus fiestas jubilares, ¿y no habrá para Ti una clarinada De amor, ¿oh Madre de los patrios lares? Tú el Arca de la Alianza, Tú heroína, Que encendiste el valor de los guerreros De la Patria Argentina, Que defendieron con honor sus fueros. ¿No habrá un canto entusiasta, Que cante tus proezas, Virgen Madre inmortal, divina y casta Madre de las patrióticas grandezas? No fuera justo; en la paterna historia No hay página sin Ti, no hay una hazaña Que no lleve tu nombre o tu memoria. Alza tu frente inmaculada y pura destiéndela en el llano solitario y verás una ondada de ternura Que vuela con afán a tu Santuario.
Son los cantos de amor de los patriotas, que entonando los salmos jubilares, Hacen llegar los ritmos de sus notas Hasta el pie secular de tus altares.
Son los creyentes; los de fe nervuda Que se acuerdan de Ti, Oh Arca de alianza, Es la generación que en Ti no duda y puso en Ti su férvida esperanza.
Mira allá; de la aurora a los reflejos La audaz locomotora serpentea, Tus hijos son, que vienen de lejos Remedando el rumor de la marea.
Son sus himnos de amor, son sus cantares Son sus votos, sus gritos, sus plegarias, Unidos a los cantos jubilares De las fraternas fiestas Centenarias.
¡Vienen a Ti! Magnífica teoría Que cruza nuestras pampas sin linderos Con la resina de su fe bravía Del alma en los vivientes pebeteros.
¡Paso a la caravana de los buenos! ¡Paso a los justos de la Patria mía! De amor de Dios y de la Patria llenos, Que buscan los altares de María.
Son tus hijos, magnífica Señora, Los hijos son de la Argentina raza, Que vienen a decir con voz sonora, Que no pasa su fe, si todo pasa.
Ese es, oh Madre, el pueblo verdadero, Esa es la encarnación pura y genuina, De aquel pueblo guerrero Que hizo grande e inmortal a la Argentina.
No mires a los otros, los impuros, Los de la causa santa traicioneros; Eso no son los nuestros, son perjuros Que aunque en su patria estén, son extranjeros.
¿No los mires?... ¡Ah no! Que tu mirada Llegue a su corazón, queme ese hielo, E ilumine su senda desgraciada La pura luz de tu mirar de cielo.
Vengan ellos a Ti, como venimos, Canten ellos a Ti, como cantamos, Que vivan de tu amor, como vivimos, Para que todos en tu amor muramos.
Es el voto del pueblo, es la esperanza, Que estriba en tu cariño legendario, Salva a la Patria, oh Arca de la Alianza, Brille en su cielo plácida bonanza, Como aurora feliz del Centenario. |
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