13 de mayo
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
FÁTIMA
APARICIONES
DE
NUESTRA SEÑORA
APARICIONES
DE
NUESTRA SEÑORA
En 1917, Portugal estaba al borde del totalitarismo después de la revolución de 1910. Ésta había decretado la separación de la Iglesia y el estado, la propiedad de la Iglesia había sido confiscada, y se había ordenado la disolución de las congregaciones religiosas. Los intelectuales y los gobernantes eran antirreligiosos y decisivamente anticlericales. Sostenían que las creencias católicas tradicionales eran supersticiones y así lo indicaban en semanarios y diarios. Aún las áreas rurales normalmente inmunes a las novedades intelectuales de los centros cosmopolitas se vieron afectadas por el cierre de las iglesias y una cautelosa advertencia contra cualquier expresión externa de creencias religiosas. A pesar de esto, una sólida fe religiosa estaba arraigada en los sencillos campesinos del país. En esta atmósfera, tuvieron lugar una serie de apariciones de la Santísima Virgen a tres pequeños niños del villorrio rural de Fátima.
Las apariciones de la Santísima Virgen comenzaron el 13 de mayo de 1917, pero habían sido precedidas por las de un Ángel.
En 1915, tres pequeños: Lucia dos Santos, de nueve años, y sus dos primos menores, Francisco y Jacinta Marto, estaban haciendo pastar a un rebaño de ovejas en las afueras de Fátima, cuando Lucía vio una nube translúcida que parecía tener una forma humana. Esta se movió a través del cielo y finalmente se posó sobre unos pinos.
Un año después, en el verano de 1916, los niños llevaban su rebaño hacia una pradera llamada Couza Velha y fueron sorprendidos por una súbita tormenta. Guareciéndose en el refugio de una cueva cercana, decidieron comer y esperar hasta que la lluvia cesara antes de reagrupar sus manadas. Después de completar un breve Rosario, la lluvia paró repentinamente y, luego se levantó un fuerte viento. Entonces vieron nuevamente la nube transluciente que Lucía había visto el año anterior. Esta vez la nube se movió hacia ellos y finalmente tomó la forma de un " Joven " de cerca de catorce años de edad, que les dijo: "No teman. Soy el ángel de la Paz. Recen conmigo". "Entonces se arrodilló e inclinándose hacia adelante hasta apoyar la frente en la tierra, y rezó : "Dios mío, creo en ti, te adoro y te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen, no te adoran y no te aman" Repitió esta oración tres veces. Luego se levantó diciéndoles a los niños: "Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a las voces de sus suplicas". Diciendo esto, desapareció. Los niños estaban rebosantes de gozo y en estado de éxtasis.
Los pastorcitos decidieron guardar silencio acerca de sus experiencias temiendo hacer el ridículo y que no les creyeran. Muchas semanas después, el ángel se les apareció nuevamente y les pidió que ofrecieran sacrificios a Dios y aceptaran cualquier sufrimiento que el Señor les enviara. En esta tercera y final aparición en Octubre, el ángel trajo consigo un cáliz y antes de ofrecer la Hostia a Lucía, la única que había recibido la Primera Comunión , se postró en tierra y dijo:
Repitió esta oración tres veces y levantándose, elevó la Hostia y dijo: "Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, horriblemente insultado por la ingratitud humana. Haced reparación de sus crímenes y consolad a vuestro Dios". Con esto, le dio la comunión a Lucía y dejó que los otros niños bebieran del Cáliz.
Mientras esto ocurría en Portugal, la primera guerra mundial estallaba a través de Europa. En el otoño de 1914, el Papa Benedicto XV pidió a los líderes de Europa que pusieran fin al baño de sangre, pero fue en vano. Después de numerosas solicitudes, el 5 de Mayo de 1917, el Papa dispuso que la invocación Reina de la Paz, ruega por nosotros fuera permanentemente incluida en las letanías de la Santísima Virgen. Además dijo:
En Fátima, los niños seguían rezando y ofreciendo sus sacrificios, tal como el ángel les había pedido. El 13 de Mayo -ocho días después de que el Papa solicitara directamente la intervención del cielo- los pequeños pastores estaban llevando sus rebaños a las llanuras de Cova da Iria cuando un rayo muy brillante los deslumbró. Pensando que era un relámpago, corrieron a cobijarse bajo un alto roble. Un segundo rayo los asustó y entonces corrieron desde el árbol hacia el este buscando un mejor refugio . Sorprendidos, vieron un brillante globo de luz revoloteando sobre un pequeño arbusto. En medio de la luz se veía una Señora vestida de blanco brillante, con sus manos juntas sobre el pecho en actitud de orar, llevando en la mano derecha un Rosario.
La Señora les habló con una suave y melodiosa voz:
"¡No teman, no les haré daño !"
Lucia le preguntó a la Señora de donde venia, a lo cual Ella respondió,
"Vengo del cielo."
Oído esto, Lucía le preguntó que quería de ellos. La Señora contestó:
Lucía preguntó si ella iba a ir al cielo, y la Señora le respondió,
"Si, tu irás".
Preguntó entonces si Jacinta y Francisco también irían al cielo. La Señora respondió:
"También. ¡Pero Francisco deberá rezar muchos Rosarios!"
Después Lucía le consultó sobre el estado de dos niñas que habían muerto recientemente, la Señora contestó y luego les preguntó:
Los niños respondieron: "Sí, queremos". La Señora entonces les dijo que tendrían que sufrir mucho, pero que la gracia de Dios seria su consuelo.
Jacinta, la menor de los niños, estaba embelesada por la belleza y gentileza de la Señora. Cuando la aparición terminó continuaba repitiendo: "¡Oh, que hermosa Señora!".
Aunque se habían puesto de acuerdo en no hablar a nadie acerca de la aparición, Jacinta no pudo resistir el contarle a su madre acerca de la "bella Señora" que habían visto.
Tal como lo había prometido, María se les volvió a aparecer los 13 de cada mes durante seis meses. Los niños tenían mucho que sufrir. En su aparición de Julio, La Santísima Virgen les prometió hacer un milagro en Octubre para que todos aquellos que vinieran a Cova da Iria creyeran realmente que Ella estaba presente allí. También les dijo:
La Santísima Virgen les dijo a los niños que pidieran a todos que rezaran, convirtieran sus almas a Dios y que honraran sus apariciones en ese lugar. Durante la aparición de Julio, les comunicó a los niños tres Secretos los que no debían ser revelados sino cuando Ella lo autorizara. Luego les dijo:
Las apariciones empezaban a llamar la atención de las autoridades, de modo que en Agosto, justo antes del día 13, se llevaron a los niños, los interrogaron, y luego los encarcelaron en la prisión de la localidad, amenazándolos con ejecutarlos. Todo esto como consecuencia de su negativa a cambiar la historia acerca de la hermosa Señora vestida de blanco y a no querer a revelar los Secretos.
Los que habían ido a Cova da Iria sin saber que los niños habían sido raptados, cerca del mediodía oyeron un trueno y vieron al sol perder su brillantez, luego la atmósfera se volvió opaca y observaron una pequeña forma blanca nebulosa alrededor del tronco del árbol donde las apariciones habían tenido lugar. Vieron que las nubes que rodeaban al sol se volvían de color carmesí y rápidamente pasaron por todos los colores del arco iris. Después, todo volvió a la normalidad.
Durante la última aparición, el 13 de Octubre de 1917, La Señora de luz se identificó como Nuestra Señora del Rosario. Los 70,000 peregrinos empapados de lluvia que habían ido a presenciar la última aparición de la Madre de Dios, observaron al sol girar fuera de su órbita, en un arco iris de colores; finalmente, cuando esto cesó, el sol pareció precipitarse sobre la tierra causando gritos de terror entre los peregrinos. Cuando volvió a su situación normal después de cerca de doce minutos de este inexplicable fenómeno, las ropas de los peregrinos, empapadas por la lluvia estaban totalmente secas.
Una de las principales publicaciones anticlericales de entonces, era O Dia, el periódico mas grande de Lisboa. En Octubre 17, publicó lo siguiente:
El otro periódico importante de Lisboa, O Seculo, envió a su editor, Avelino de Almeida a la escena. Este había sido escéptico acerca de la totalidad de la historia de Fátima y el milagro anunciado, en un artículo que escribió la mañana del mismo día 13. Sin embargo, ahora, como testigo de los eventos de Fátima, escribió lo siguiente:
Otro observador que testificó estos eventos fue Joseph Garrett, un profesor de ciencias naturales de la Universidad de Coimbra. El Doctor Garret describió los acontecimientos de manera similar:
Una versión condensada de los eventos en Fátima fue publicada por varios periódicos de todo el mundo, a pesar de que los astrónomos no reportaron que nada inusual había sucedido con el sol.
Después de casi treinta años de ser examinado por una comisión compuesta por clérigos, físicos y científicos. La Iglesia Católica estableció, el 13 de Octubre de 1930, que las apariciones de Fátima eran auténticas, con la siguiente declaración del Obispo de Leiría:
Los Secretos comunicados en estas apariciones fueron solamente revelados en 1942, cuando la única sobreviviente, la hermana - Lucia escribió cuatro memorias separadas entre 1935 y 1941. Los Secretos revelados por la Santísima Virgen en 1917 fueron:
Una visión de la realidad del infierno, previamente descrito, el cual era tan horrendo para los visionarios que estos desearon tomar todas las penas y mortificaciones inimaginables, si con esto tan sólo pudieran evitar que las almas fueran allí. María les dijo, "Ustedes han visto el infierno donde las almas de los pobres pecadores van. Para salvarlos, Dios desea establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón."
" La Primera Guerra Mundial terminará pronto. Sin embargo, si la humanidad no cesa de ofender a Dios, otra guerra peor estallará en el reinado de Pío XI. Cuando vean la noche iluminada por una luz desconocida, sepan que esta es la gran señal que Dios les da, y que Él va a castigar al mundo por sus crímenes, lo que significa guerra, hambre, persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir esto, Yo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados. Si mi solicitud es atendida, Rusia se convertirá, y entonces habrá paz. Si no, Rusia propagará sus errores a través del mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia; los buenos serán martirizados, El Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas; y al final mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre hará la consagrción de Rusia, que se convertirá, le será otorgado al mundo un tiempo de paz".
Lucía dijo "que el tercer secreto no podía ser abierto antes de 1960" . Tres Papas han dicho haberlo leído en los años posteriores a 1960, pero decidieron no publicar su contenido.
La devoción al Inmaculado Corazón de María se ha incrementado dramáticamente después de la Segunda Guerra Mundial luego de que los secretos fueran más conocidos. Sin embargo, esta devoción ha ido declinando durante los últimos veinte años. Las principales predicciones del segundo Secreto se han cumplido.
La Primera Guerra Mundial finalizó un año después de la última aparición de Fátima. Muchos historiadores estarían de acuerdo en que la Segunda Guerra Mundial empezó en 1938, el último año del reinado de Pío XI , con la anexión Germana de Austria. Dos meses antes de este acontecimiento una inusual aurora con una luz ultraterrena se mostró en el cielo hacia el Norte ocasionalmente visible en la noche en altas latitudes, fue vista sobre toda Europa y reportada ampliamente por la prensa ya que fue observada tan lejos como desde el sur Roma. Atónitos observadores reportaron incendios forestales e intensos fuegos aparentemente asociados con estas luces extrañas. Poco antes de que estas apariciones empezaran, la revolución Bolchevique irrumpió y llevó a Rusia a la senda del Comunismo. Mas de 35 millones de católicos devotos fueron asesinados por Stalin ya sea en el Gulag o mediante sus escuadrones de aniquilamiento. Rusia se anexó un número de países vecinos a la USSR y el comunismo se volvió un dogma que reemplazó al fascismo como la mayor amenaza global a la libertad y dignidad personal.
No tan conocida como el Tercer Secreto de Fátima, es una locución interior reportada en una carta escrita por la Hermana Lucia en 1943. En esta carta, la Hermana Lucia estableció que Nuestro Señor le había pedido que transmitiera sus preocupaciones al Obispo de España. Su carta dice, en una parte:
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