07/II/+2019 SAN ADAUCO, Mártir

07 de febrero
SAN ADAUCO
Mártir
 
(303 d. C.)
   El Martirologio Romano menciona el 7 de febrero a San Adauco de la siguiente manera: "En Frigia, San Adauco, mártir, de noble familia italiana, fue honrado por el emperador con todo género de dignidades hasta que, ejerciendo el oficio de "quaestor," se hizo merecedor de la corona del martirio por su defensa de la fe. En el mismo lugar, otros muchos santos mártires, vecinos de la misma ciudad, gobernada por este mismo Adauco, fueron quemados por el emperador Galerio Maximiano, por permanecer constantes en confesar la fe." La narración se basa en la gran autoridad del historiador eclesiástico Eusebio, que fue contemporáneo de los hechos, pero aunque él menciona el martirio de San Adauc(t)s y la quema de los habitantes de la población en un mismo capítulo, no une los dos sucesos; no obstante, en la primera traducción de Rufino sí se relacionan ambos hechos. Ensebio los presenta en esta forma:

   Un pequeño poblado de Frigia, habitado únicamente por cristianos, fue rodeado por los soldados mientras los habitantes se encontraban dentro. Prendiéndole fuego, lo redujeron todo a cenizas, incluyendo a las mujeres y niños que clamaban a Cristo. Hicieron esto porque todos los habitantes de la ciudad, inclusive el mismo guardián del pueblo, el gobernador con todos los que tenían algún cargo, y el populacho en masa, confesaron ser cristianos y se negaron abiertamente a obedecer la orden de adorar a los ídolos.
   Había en la ciudad otro funcionario romano llamado Adaucus, de noble familia italiana, que había obtenido todos los honores que concedían los emperadores, por haber desempeñado sin tacha aun los altos cargos de magistrado y de ministro de asuntos financieros. Además de todo esto, sobresalía en obras de piedad y en la confesión de Cristo y fue adornado con la corona del martirio. Sufrió éste por la fe cuando todavía desempeñaba el cargo de ministro de asuntos financieros.
   El hecho de que estos dos incidentes hayan ocurrido en el mismo lugar y de que Adauco fuera un ejemplo para sus conciudadanos, ha presentado alguna dificultad para explicar cómo fue posible darle un cargo oficial en una pequeña población de Frigia a un natural de Italia, con una carrera tan distinguida. Sin embargo Rufino, que vivía en el mismo siglo y había viajado tanto, aparentemente no vio nada sorprendente en tal arreglo.
   Véase Eusebio, Eccles. Hist., vol. VIII, c. II; y cf. CMH., pp. 253-254.


*FUENTE: VIDAS DE LOS SANTOS, DE BUTLER

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