MENSAJE DE NAVIDAD 2018
24 de diciembre de 2018
Queridos Sacerdotes, Religiosos, Seminaristas y Fieles.
El curso natural del tiempo nos trae nuevamente a la Sagrada Fiesta de la Navidad.
Puestos delante de la infinita grandeza del Niño Dios nacido para dar Gloria a su Padre y para redimirnos es justo que les dirija algunas líneas que a todos ayuden para vivir y morir cerca de Dios.
Vivir y morir cerca de Dios. Sin duda es ésta la clave de la existencia humana y, lógicamente, de la eternidad futura.
Todo lo que el hombre haga, piense o quiera es lo que determina su vida cerca o lejos de Dios y lo que prepara una eternidad venturosa o desesperada.
Nosotros vivimos nuestra vida sacerdotal, religiosa o cristiana rodeados por una civilización que se cae a pedazos y que en vez de encontrar santos o héroes que la salven, encuentra cobardes y cómodos que piensan sólo en si mismos.
El árbol malo de la misa nueva y de todas las reformas a las que hemos asistido da sus frutos de abandono de la Fe; de una inmoralidad repugnante que no encuentra ningún enemigo eficaz en la iglesia oficial; un total desvarío intelectual en lo que se piensa, se escribe y se dice; y, naturalmente, una vida escandalosa en las almas que se llaman a si mismas consagradas. No podía esperarse otra cosa.
La estructura oficial de la iglesia proporciona figurines con escasa apariencia de pastores y ausencia total de contenido. La ausencia de Pastor y pastores es universal y concreta. Quedan sólo en lo que llamamos “La Tradición” grupos de diversa envergadura que sería de poca utilidad nombrarlos ya que todos los conocemos y sabemos, generalmente, lo que piensan.
Ciertamente ha de haber en esos grupos hombres generosos y valientes, claro está que ni la generosidad ni la valentía dan la razón.
Todo este panorama confuso y esta realidad fuera de orden condiciona, al menos de hecho, el combate por la Fe; combate en el cual reina la anarquía y la autodeterminación, a veces de buena fe y otras veces simplemente porque se es esclavo de las propias pasiones en desorden.
Al Derecho Sagrado de la Santa Iglesia o se lo ignora o se consideran sólo los cánones favorables; todo el mundo se erige en doctor; se obedece cuando la conveniencia lo aconseja; se superan todos los límites imaginables en la crítica oral o escrita aniquilando famas y reputaciones; los escándalos de la iglesia oficial y algunos de la tradición sirven para denigrar, no ya a los culpables, sino para dejar una imagen ruinosa del mismo clero, desfigurando la estructura misma de la Santa Iglesia querida por Dios e instituida por Jesucristo Nuestro Señor, fue Jesucristo mismo quien puso Apóstoles y Sacerdotes para regir, gobernar, enseñar y santificar, modificar esto es atentar contra la naturaleza misma de la Iglesia Católica.
Acostumbrados al escándalo que nos rodea, muchas veces los combatientes, al atacar las inmoralidades han descendido a tales detalles que son ofensa del pudor cristiano y alejados enormemente de la delicadeza y reserva que guardaron siempre los Soberanos Pontífices.
Mi intención no es denigrar a nadie sino que cada uno de nosotros viva como católico y combata como tal. No sólo se trata de hacer, decir y escribir el bien; es preciso también hacerlo bien y de manera virtuosa.
Nuevamente, nuestra eternidad será como haya sido nuestra vida. La virtud no es límite para el valor, simplemente le da a este valor forma cristiana. No nos toca inventar una nueva iglesia, hagamos lo que siempre y como siempre hizo la Iglesia, lo que no sea así no es católico.
Santísima Navidad para todos ustedes.
Bendiga Dios la virtud y el esfuerzo de Sacerdotes y Religiosos, la generosidad de los Seminaristas que entregan su vida a Dios y a la Santa Iglesia, la fidelidad constante de los fieles.
+Andrés Morello.
+Andrés Morello.
...:::AD:::MAJOREM:::DEI:::GLORIAM:::...
TOMADO DE: CATÓLICOS ALERTA
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