MISA DE EPIFANÍA DEL SEÑOR

6 de Enero
 
EPIFANÍA DEL SEÑOR 
O "SANTOS REYES"
 

ESTACIÓN EN SAN PEDRO 
Doble de 1ª clase, con octava. - Ornamentos blancos
   El grupo de fiestas encantadoras, que se conoce con el nombre genérico de Pascua de Navidad, se cierra con la de Epifanía o Santos Reyes, que es una de las principales del año litúrgico. Se recuerda en ella preferentemente la revelación a manifestación del Verbo humanado a las naciones paganas, cuya primera manifestación ante la cuna del recién nacido Jesús fueron los Santos Magos, allá conducidos por misteriosa estrella, símbolo de la fe. Y fueron cargados con ricos presentes, especialmente con oro, incienso y mirra. Ofreciéronle, en efecto: oro como a Rey, incienso como a Dios y mirra como a hombre mortal. Tú también, cristiano, debes dejarte guiar por la estrella de la fe e ir en busca de Cristo al Sagrario, a los Sacramentos; ir provisto de buenas obras, que son el complemento indispensable de tu fe. No creas al error protestante, que te dice que basta creer para salvarte; ni al error naturalista, que te dice que basta bien obrar. Ni basta bien obrar, ni basta bien creer; porque ni sirven las obras humanamente honradas, sin el principio sobrenatural de la fe, ni basta el principio sobrenatural de la fe, sin el fruto de las buenas obras. Fe con obras forman el homenaje completo del cristiano a Jesús. 
Introito. Mal. 3, 1
 INTROITUS Mal. 3, 1; I Par. 29, 12  Ecce advénit dominátor Dóminus: et regnum in manu ejus, et potéstas, et impérium. Ps. 71, 1. Deus, judícium tnum Regi da: et justítiam tuam Fílio Regis. V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper: et in sæcula sæculórum. Amen. Ecce.Introito - He aquí que llegó ya el Señor y Dominador: y el reino está en su mano y la potestad y el imperio. - Ps. Señor, da al rey su juicio, y al Hijo del rey justicia. V. Gloria al Padre. 
Oración-Colecta
  ORATIO - Deus, qui hodiérna die Unigénitum tuum géntibus stella duce revelásti:  concéde propítius; ut, qui jam te ex fide cognóvimus, * usque ad contemplándam spéciem tuæ celsitúdinis perducámur. Per eúmdem Dóminum.   R. Amen         Oh Dios, que por medio de una estrella revelaste en este día tu Unigénito Hijo a los gentiles: concede propicio, que nosotros, que ya te conocimos por la fe, lleguemos hasta la contemplación de la hermosura de tu grandeza. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.   R. Amen.
Epístola
   El reconocimiento del Divino Infante por los Magos abre a los Gentiles las puertas al cristianismo y con ellas una era de luz, de prosperidad y bienandanza, riquezas estas que compartirán todos los pueblos que se incorporen, a través de los siglos, en la gran familia de la Iglesia Católica. La América española tuvo esta dicha el día mismo de su descubrimiento siendo, por lo tanto, aquel el día de su verdadera Epifanía.
   EPISTOLA   Léctio Isaiæ Prophétæ. Isai. 60, 1-6 - Urge, illumináre, Jerúsalem: quia venit lumen tuum, et glória Dómini super te orta est. Quia ecce ténebræ opérient terram, et calígo pópulos: super te autem oriétur Dóminus, et glória ejus in te vidébitur. Et ambulábunt gentes in lúmine tuo, et reges in splendóre ortus tui. Leva in circúitu óculos tuos, et vide: omnes isti congregáti sunt, venérunt tibi: fílii tui de longe vénient, et fíliæ tuæ de látere surgent. Tunc vidébis, et áfflues, mirábitur et dilatábitur cor tuum, quando convérsa fúerit ad te multitúdo maris, fortitúdo géntium vénerit tibi. Inundátio camelórum opériet te, dromedárii Mádian et Epha: omnes de Saba vénient, aurum et thus deferéntes, et laudem Dómino annuntiántes.
Lección del Profeta Isaías (LX, 1-6) Levántate, oh Jerusalén, ilumínate; porque ha venido tu luz, y ha aparecido sobre ti la gloria del Señor. Porque he aquí que la tierra estará cubierta de tinieblas, y de obscuridad las naciones; mas sobre ti se dejará ver su gloria. Y a tu luz caminarán las gentes y los reyes al esplendor de tu nacimiento. Tiende tu vista alrededor tuyo, y mira: todos estos se han congregado y han venido hacia ti. Tus hijos vendrán desde las lejanías y tus hijas surgirán de todas partes. Entonces te verás en la abundancia; se asombrará tu corazón y se ensanchará cuando vendrá a unirse contigo la muchedumbre de naciones de ultramar, cuando a ti acudir´´an poderosos pueblos. Te verás inundada de una muchedumbre de camellos; de dromedarios de Medián y de Efá; todos los de Sabá vendrán a traerte oro e incienso, y publicarán las alabanzas del Señor.
Salmodia
   GRADUALE Ibid., 6 et 1   Omnes de Saba vénient, aurum et thus deferéntes, et laudem Dómino annuntiántes. V. Surge, et illumináre, Jerúsalem: quia glória Dómini super te orta est.
   ALLELUIA, allelúja. V. Matth. 2, 2. Vídimus stellam ejus in Oriénte, et vénimus cum munéribus adoráre Dóminum. Allelúja.
Gradual - Todos los de Sabá vendrán a traerte oro e incienso, y publicarán las alabanzas del Señor. V. Levántate e ilumínate, oh Jerusalén: porque la gloria del Señor ha aparecido sobre ti.   Aleluya, aleluya. Vimos su estrella en Oriente, y venimos con dones a adorar al Señor. Aleluya
Evangelio
   Emocionante relato de la llegada de los Magos a Jerusalén, de la turbación del rey Herodes y su Consejo; y del ofrecimiento de ricos presentes al Niño Dios.
 U Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthæum. Matth. 2, 1-12
   Cum natus esset Jesus in Béthlehem Juda in diébus Heródis regis, ecce Magi ab Oriénte venérunt Jerosólymam, dicéntes: Ubi est qui natus est rex Judæórum? Vídimus enim stellam ejus in Oriénte, et vénimus adoráre eum. Audiens autem Heródes rex, turbátus est, et omnis Jerosólyma cum illo. Et cóngregans omnes príncipes sacerdótum, et scribas pópuli, sciscitabátur ab eis, ubi Christus nascerétur. At illi dixérunt ei: In Béthlehem Judæ: sic enim scriptum est per Prophétam: Et tu Béthlehem terra Juda, nequáquam mínima es in princípibus Juda: ex te enim éxiet dux, qui regat pópulum meum Israël. Tunc Heródes, clam vocátis Magis, diligénter dídicit ab eis tempus stellæ, quæ appáruit eis: et mittens illos in Béthlehem, dixit: Ite, et interrogáte diligénter de púero: et, cum invenéritis, renuntiáte mihi, ut et ego véniens adórem eum. Qui cum audíssent regem, abiérunt. Et ecce stella, quam víderant in Oriénte, antecedébat eos, usque dum véniens, staret supra, ubi erat puer. Vidéntes autem stellam, gavísi sunt gaudio magno valde. Et intrántes domum, invenérunt púerum cum María matre ejus, (hic genuflectitur) et procidéntes adoravérunt eum. Et apértis thesáuris suis, obtulérunt ei múnera, aurum, thus, et myrrham. Et respónso accépto in somnis, ne redírent ad Heródem, per áliam viam revérsi sunt in regiónem suam
Credo.
   Continuación del Santo Evangelio según San Mateo (Mat. II, 1-12) Habiendo nacido Jesús en Belén de Judá, reinando Herodes, he aquí que unos Magos vinieron de Oriente a Jerusalén, preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque nosotros hemos visto en Oriente su estrella y venimos con dones a adorarle. Oyendo esto el rey  Herodes turbóse, y con él toda Jerusalén. Y convocando a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo les preguntaba en dónde había de nacer el Cristo. A lo cual ellos respondieron: En Belán de Judá, que así está escrito en el Profeta: Y tú, belán, tierra de Judá, no eres ciertamente la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti es de donde ha de salir el caudillo que rija mi pueblo de Israel. Entonces Herodes, llamando en secreto a los Magos, averiguó cuidadosamente de ellos el tiempo en que la estrella les apareció. Y encaminándolos a Belén les dijo: Id, e informaos puntualmente sobre ese Niño; y en habiéndole hallado, dadme aviso, para que yo también vaya a adorarle. Luego que oyeron ellos esto, partieron. Y he aquí que la estrella que habían visto en Oriente, iba delante de ellos hasta que, llegando al sobre el sitio en que estaba el Niño, se paró. A la vista de la estrella se regocijaron por extremo: y entrando en la casa hallaron al Niño con María su Madre, y postrándose (se arrodilla) le adoraron; y abiertos sus tesoros, le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un aviso para que no volviesen a Herodes, regresaron a su país por otro camino. Credo.
     (*)OFFERTORIUM Ps. 71,10-11   Reges Tharsis, et ínsulæ múnera ófferent: reges Arabum et Saba dona addúcent: et adorábunt eum omnes reges terræ, omnes gentes sérvient ei.   Ofertorio - Los reyes de Tarsis y las islas le ofrecerán dones; los reyes de Arabia y de Sabá le traerán presentes; y le adorarán todos los reyes de la tierra, todas las naciones le servirán. 
Oración-Secreta
    Ecclésiæ tuæ, quæsumus, Dómine, dona propítius intuére: quibus non jam aurum, thus, et myrrha profértur; sed quod eísdem munéribus declarátur, immolátur, et súmitur, Jesus Christus Fílius tuns Dóminus noster: Qui tecum.   Suplicámoste, oh Señor, que mires propicio los dones de tu Iglesia, en los que ya no se ofrece el oro, el incienso y la mirra; sino que len tales dones se designa, se ofrece, se inmola y se recibe, a Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro. Que contigo vive y reina. 
Prefacio para la Fiesta y la Octava de epifanía
    Vere dignum et justum est, aequum et salutare nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Quia cum Unigenitus tuus in substantia nostrae mortalitatis apparuit, nova nos immortalis suae luce reparavit. Et ideo cum Angelis et Archagelis, cum Thronis et Dominationbus, cumque omne militia coelistis exercitus, hymnum gloriae tuae canimus, sine fine dicentes:    Sanctus, Sanctus, Sanctus, etc.
   Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar ¡Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Por cuanto, al aparecer tu hijo Unigénito en nuestra carne mortal, nos restauró con la nueva luz de su inmortalidad. Y por eso, con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, entonamos a tu gloria un himno, diciendo si cesar: Santo, Santo, Santo, etc.
   COMMUNIO Matth. 2, 2 - Vídimus stellam ejus in Oriénte, et vénimus cum munéribus adoráre Dóminum.   Comunión. - Hemos su estrella en Oriente, y venimos con dones a adorar al Señor.
Oración-Postcomunión
     POSTCOMMUNIO - Præsta, quaesumus, omnípotens Deus: ut quæ solémni celebrámus offício, purificátæ mentis intelligéntia consequámur. Per Dóminum.     Suplicámoste, oh Dios todopoderoso, nos concedas la gracia de comprender con clara inteligencia los misterios encerrados en la solemnidad que hoy celebramos. Por Jesucristo Nuestro Señor.

  • (*) En las iglesias benedictinas y en algunas otras, en el Ofertorio de la Misa principal se bendicen las tres tortas, llamadas "tortas de reyes", para recordar y simbolizar los tres presentes de los Magos al Niño Jesús: oro, incienso y mirra. Comidas estas tortas en familia, robustecen en ella la fe cristiana y la unión sagrada, hoy tan necesarias.

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INTRODUCCIÓN

Acerca de la Santa Misa