20 de julio
SAN FLAVIANO, Patriarca de Antioquía y San Elías, Patriarca de Jerusalén
(518 d. C.)
SAN FLAVIANO, Patriarca de Antioquía y San Elías, Patriarca de Jerusalén
(518 d. C.)
Elías, que era de origen árabe, se educó en un monasterio de
Egipto. El año 457, el patriarca monofisita de Alejandría, Timoteo el Gato,
le expulsó del país por su fidelidad a la causa católica. Elías se trasladó
entonces a Palestina y se refugió en la "laura" de San Eutimio. Más
tarde, fundó una comunidad en Jericó y recibió la ordenación sacerdotal.
El año 449, fue elegido patriarca de Jerusalén. Por aquella época, debió
conocer al monje sirio Flaviano, quien había sido enviado por su patriarca
como legado a la corte imperial de Constantinopla y le había sucedido en
la sede de Antioquía el año 498.
El año 482, el emperador Zenón publicó un documento,
llamado "el Henótikon", que tenía por objeto zanjar la controversia
entre los católicos y los monofisitas. Roma condenó dicho documento porque
favorecía a los monofisitas, de suerte que el edicto imperial se convirtió en
una nueva fuente de cisma y disensión en el oriente. Tanto Flaviano como
Elías aceptaron el "Henótikon" y procedieron ambiguamente en otros
puntos; pero ambos eran profundamente católicos y acabaron por ser expulsados
de sus respectivas sedes por haberse negado a secundar al emperador en su
política de apoyo a los monofisitas.
San Flaviano murió desterrado en Petra, en Arabia. San
Elías falleció en Aila, todavía más al sur en la costa del Mar Rojo,
acompañado por su amigo San Sabas. A pesar de que habían aceptado el
"Henótikon", Baronio incluyó a los dos patriarcas en el
Martirologio Romano. Los católicos del rito sirio celebran su fiesta el 18 de
febrero.
Las principales fuentes sobre los hechos son los escritos
de Evagrio y Teófanes. Ver Acta Sanctorum, julio, vol. II.
Hay que reconocer que la conducta de ambos patriarcas ha sido muy criticada;
como ejemplo de esto, citaremos los artículos a ellos consagrados en DCB.,
vol. II, pp. 84 ss., y 533 ss.
|
|
*Vidas de los Santos, de Butler, Vol. III.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario