6 de abril
SAN PRUDENCIO DE TROYES, Obispo
(861)
Español de origen pirenaico, quizá catalán o
aragonés, y posiblemente emparentado con los condes de Aragón, hacia el año 827
salió de su patria invadida por los musulmanes, y como otros españoles ilustres
de su tiempo encontró asilo en la corte de Carlomagno, donde fue capellán
de su hijo Luis el Bonachón.
Generalmente
gran teólogo, se dejó llevar de su excesiva desconfianza en la voluntad humana,
cuando se trata de la salvación y santificación propias.
Más precisión mantuvo siempre en
sus escritos litúrgicos; y en su continuación de los Anales Bertinianos, donde
relata los hechos de su tiempo desde el año 836 hasta el 861, en que
sobrevino su muerte; llena de amor a Dios y a las almas, como su vida de
apóstol.
Enseñó a sus fieles a rezar con
los salmos escribiendo para ellos el Breviarium Psalterii. También divulgó el
Florilegium ex sacra Scriptura, un manual de ética con sentencias espigadas de
los libros santos.
Poco más sabemos de él, y en sus
obras son escasísimas las referencias personales que permitan hacernos una idea
de cómo era este desterrado voluntario que se enorgullece de su hispánico
origen y que vincula su nombre y su vida a otras tierras muy lejanas de Europa. De
hecho, en el evangeliario de su biblioteca, bellamente iluminado con las
figuras simbólicas de los evangelistas, confiesa su origen hispano: "Yo,
Prudencio, soy quien mandó hacer esta obra; yo, que nací en Hesperia y llevo la
sangre de los celtíberos".
Prudencio Galindo tan fogoso
en la controversia teológica, fue también según la tradición un admirable
pastor de almas, y Troyes le veneró como santo desde muy poco después de su
muerte. Le imaginamos en el corazón de estos siglos de hierro como un prelado
fuerte y con exigencias sin blandura, reservándose cuando podía largas vigilias
estudiosas, y siempre con la caridad, tal vez envuelta de rudeza, guiando su
solicitud por la fe y por los cristianos.
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