24 de septiembre
SAN PACÍFICO de SAN SEVERIANO, Abad
(1721 d. C.)
SAN PACÍFICO de SAN SEVERIANO, Abad
(1721 d. C.)
San Pacífico de San Severiano, desde la primera niñez solamente conoció adversidades y que malogró cada uno de sus intentos sucesivos de hacer lo que se proponía.
Huérfano a los cuatro años, pobre, maltratado por los parientes que le acogieron, pareció que iba a encontrar en el claustro lo que el mundo le negaba, y en 1670 ingresó en un convento de franciscanos reformados. Su camino parecía claro, ser profesor de filosofía, pero según él mismo "no se necesitan doctores, sino apóstoles", y pide una ocupación más activa.
Está terminando el siglo XVII, se avecina la gran tormenta de la Ilustración, y será predicador en tareas misionales, hasta que este servicio se le hace imposible por tener los pies hinchados y cubiertos de llagas. ¿Qué va a hacer un apóstol que no puede caminar? Dedicarse a la confesión, pero la sordera absoluta le impide ejercer este ministerio. Un confesor que no puede oír...
Más aún, quedará ciego, ya ni celebrar la misa, ni salir de su celda. Y entonces en este desamparo le falta incluso el consuelo de sus hermanos de religión, y el sacristán y el enfermero que le cuidan le maltratan de palabra y de obra, como acosándole en su último refugio.
Así durante años hasta la muerte, como un nuevo Job, desposeído de todo excepto de paciencia y de amor a Dios, siervo inútil que se santifica por su misma obligada inutilidad.
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