17 de Noviembre
SAN GREGORIO TAUMATURGO, Obispo y Confesor
Quien cree en mí, ése hará también las obras
que yo hago, y las hará todavía mayores.
(Juan, 14, 12)
que yo hago, y las hará todavía mayores.
(Juan, 14, 12)
San Gregorio, pagano rico del Ponto, descollaba ya en el foro cuando encontró a Orígenes. Bautizado cinco años después, desprendióse de todo y se hizo ermitaño. Consagrado, a pesar de haber huido, obispo de Neocesárea, su patria, no fue su episcopado sino una larga serie de prodigios; de ahí su apodo de Taumaturgo u obrador de milagros. Un sacerdote pagano se convirtió al ver a una roca retroceder para dar lugar para una iglesia. En el año 240 no había encontrado más que 17 cristianos en su provincia; al morir dejó en ella, en el año 270, sólo 17 paganos. I. La fe de los santos ha sido admirable: ha transportado montañas, curado enfermos, resucitado muertos, desafiado tormentos. ¿Tienes fe tú? ¿Crees que existe Dios, paraíso e infierno? En verdad, la mayor parte de los cristianos no lo creen. Reanina la virtud de la fe en tu alma produciendo actos de fe sobre los principales misterios del cristianismo. Si tu fe estuviese bien viva, veríanse sus frutos en tus obras. II. Si tuvieses fe, no sólo harías los prodigios que han hecho los santos, sino que, primeramente imitarías sus virtudes y las de Jesucristo. Si creyeses firmemente que una eternidad de gloria espera a los que imitan a Jesucristo, ¿acaso no despreciarías la riquezas y los placeres para abrazar la Cruz? No es verdadero cristiano aquél que no imita a Jesucristo, por lo menos en la medida en que la permite la fragilidad de nuestra naturaleza. (San Cipriano). III. La fe, que debía salvarnos, nos condenará en el día del juicio si nuestros actos no responden a nuestras creencias. Los infieles nos reprocharán haber abusado de las luces y de las gracias que hemos recibido en la Iglesia católica. ¿Qué responderás entonces? ¿cuál será tu excusa? Si se exige más al que más ha recibido, si es pecado conocer el bien y no practicarlo, terrible será la cuenta que habremos de dar en el último día. De nada sirve llevar el nombre de un santo si no imitamos sus virtudes. (Salviano). Espíritu de fe. Orad por la conversión de los idólatras. ORACIÓN Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Gregorio, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén. |
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