17 de Junio
SAN AVITO, Confesor
Todo lo que pidiereis con fe en la oración, lo obtendréis (Mateo, 21, 22). MEDITACIÓN ACERCA DE LA ORACIÓN I. Obtendrás de Dios todo lo que le pidieres como es debido; es una verdad del Evangelio: nada hay, ni en el orden de la naturaleza ni en el de la gracia, que la oración no obtenga. ¡Cuán feliz serías si supieses orar! Experimenta por ti mismo el poder de la oración. Pide, pero con confianza; pide la ayuda del Señor en tus necesidades temporales y espirituales, en tus penas y tentaciones. ¿Eso haces por ventura? II. Para obtener los favores del Cielo, ponte en gracia de Dios. ¿Cómo quieres que escuche Dios tus ruegos, si eres su enemigo? Es preciso ser hijo de Dios mediante la gracia para tocar el corazón de este Padre misericordioso. Si estás en pecado, no dejes de orar a Dios; pero comienza tus oraciones con un acto de contrición; pídele primeramente que te admita en su amistad. La oración es un sacrificio que no puede agradar a Dios, si el que lo ofrece no comienza por agradar él mismo. (San Lorenzo Justiniano). II. No te desalientes si no eres escuchado de inmediato. Dios quiere ser urgido e importunado. El pobre no se contenta con pedir la limosna una sola vez, redobla sus pedidos, aguarda, espera siempre. Dios te ha prometido escucharte, pero no ha dicho que bastaba pedir una sola vez. Dios sabe cuán útil nos es la oración; por eso, antes de escucharnos, quiere ser forzado, en cierto modo, ser vencido por nuestra importunidad. (San Bernardo). El fervor Orad por los que trabajan en la salvación de las almas. ORACIÓN Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de alegría con la fiesta de San Avito, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, imitemos también la que ha vivido en la tierra. Por J. C. N. S. Amén. |
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