17 de agosto
SAN JACINTO DE CRACOVIA, Confesor
San Jacinto renunció a todas las ventajas que procura un noble nacimiento, la fortuna y el talento, para entrar en la orden que Santo Domingo acababa de fundar. Sus predicaciones, acreditadas por el don de milagros, produjeron en Polonia efectos maravillosos: hubiérase creído estar en los hermosos días del cristianismo naciente. Después de haber fundado varios monasterios en ese reino, recorrió Prusia, Dinamarca, Suecia y Noruega, que todavía en parte eran paganas: de allí pasó a Ucrania y a Rutenia y penetró hasta el Mar Negro, obrando a su paso numerosas conversiones y fundando monasterios para perpetuar su obra. De vuelta a Cracovia, cayó enfermo, y expiró el día de la Asunción en 1257. II. El tiempo presente está en nuestras manos; utilicémoslo más santamente que en el pasado. Este tiempo es solamente un momento, y en este momento debemos merecer una eternidad de dicha o de desgracia. Dios no me pide más que este momento: ¿se lo negaré? Aun cuando fuese necesario sufrir una eternidad para gozar de Dios, ¿qué motivo tendríamos para quejarnos? III. El tiempo por venir es incierto; ignoras cuánto te queda en el reloj que debe medir tu vida. No puedes asegurarte ni un solo momento más de vida. ¡Desventurado! No te queda sino una resolución para adoptar: emplear bien el tiempo que tienes; pasa esta hora como si hubiese de ser la última de tu vida; penétrate de este pensamiento todas las mañanas, y no te costará concebir un gran dolor por tus pecados y emplear bien tu tiempo.
El buen empleo del tiempo
Orad por por los misioneros.
ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la solemnidad del bienaventurado Jacinto, vuestro confesor, concedednos, por vuestra bondad, imitar los ejemplos de aquél cuyo nacimiento al cielo celebramos. Por J. C. N. S. Amén.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario