31/VIII SANTO DOMINGUITO DEL VAL, Monaguillo y Mártir

31 de Agosto

SANTO DOMINGUITO DEL VAL, Monaguillo y Mártir
(+1250)

Niño monaguillo de la Seo de Zaragoza,
fue crucificado por los judíos en odio de la fe,
para sacarle la sangre y sorberla en
el rito nefando de su Pascua.

(Misal - Propio de España 31 de Agosto)

   Dominguito del Val nació en Zaragoza, la ciudad de la Virgen y de los Innumerables Mártires, el año 1243. Era rey de Aragón Jaime el Conquistador, vicario de Cristo en Roma, Inocencio IV, y obispo de Zaragoza, Arnaldo de Peralta. Media España estaba bajo el dominio de los moros y en cada pecho español se albergaba un cruzado. Los padres de Dominguito se llamaban Sancho del Val e Isabel Sancho. Su madre era de pura cepa zaragozana, y su padre, de origen francés. El abuelo paterno había sido un esforzado guerrero a las órdenes del rey don Alfonso el Batallador. A su lado estuvo en el asedio de Zaragoza, que fue duro y prolongado. Todos los cruzados franceses se marcharon a sus casas; todos, menos uno. "Fue nuestro antepasado -decía Sancho del Val a su hijo, siempre que le contaba la historia-. El señor del Val, hijo de la fuerte Bretaña, sufrió inquebrantable el hambre y la sed, los hielos del invierno y los fuegos del verano, las vigilias prolongadas y los golpes de las armas enemigas. Y al rendirse la ciudad, el rey le hizo rico y noble, igualándole con los españoles más ilustres".
   Sancho del Val no siguió a su padre por el camino de las armas. Prefirió las letras. Fue tabelión o notario y su firma quedó estampada en las actas de las Cortes de Aragón, al lado de las firmas de condes y obispos.
   Dios bendijo la unión de Sancho e Isabel dándoles un hijo que iba a ser mártir y modelo de todos los niños y, de un modo especial, de los monaguillos. Porque Santo Dominguito del Val es el patrono de los monaguillos y niños de coro. El fue infantico de la catedral de Zaragoza, vistió con garbo la sotanilla roja y repiqueteó con gusto la campanilla en los días de fiesta grande. La imagen que todos hemos visto de este tierno niño nos lo representa con las vestiduras de monaguillo. Clavado en la pared con su hermosa sotana y amplio roquete. La mirada hacia el cielo y unos surcos de sangre goteando de sus pies y manos. Una estampa de dolor ciertamente, pero, también, de valentía superior a las fuerzas de un niño de pocos años. Las nobles condiciones, especialmente su piedad, que se advertían en el niño según crecía, indujeron a los padres a dedicarlo al santuario, al sacerdocio. Cuando fue mayorcito lo enviaron a la catedral. Entonces la catedral era la casa de Dios y, al mismo tiempo, escuela. Todas las mañanas, al salir el sol, hacía Dominguito el camino que separaba el barrio de San Miguel de la Seo. Una vez allí, lo primero que hacía era ayudar a misa y cantar en el coro las alabanzas de Dios y a la Virgen.
   Cumplido fielmente su oficio de monaguillo, bajaba al claustro de la catedral a empezar la tarea escolar. Con el capiscol o maestro de canto ensayaban los himnos, salmos y antífonas del oficio divino. La historia y la tradición nos presentan a nuestro Santo especialmente aficionado y dotado para el canto. Por algo es el patrono de los niños de coro y seises.
   La tarea escolar incluía más cosas. Había que aprender a leer, a contar, a escribir. Los pequeños dedos se iban acostumbrando a hacer garabatos sobre las tablillas apoyadas en las rodillas. La voz del maestro se oía potente y, al acabar, las cabecitas de los pequeños escolares se inclinaban rápidamente para escribir en los viejos pergaminos lo que acababan de oír. Así un día y otro día. Al atardecer volvía a casa. Un beso a los padres, y luego a contarles lo que había aprendido aquel día y las peripecias de los compañeros.
   Uno se resiste a creer la historia que voy a contar. Es increíble que haya hombres tan malos. Sin embargo, parece que la substancia del hecho es verdad.
   Los judíos solían amasar los alimentos de su cena pascual con sangre de niños cristianos. La historia nos ha conservado los nombres de estas víctimas inocentes: Simón de Livolés, Ricardo de Norwick, el Niño de la Guardia y Santo Dominguito del Val. "Oyemos decir -escribía el rey Alfonso el Sabio, en aquellos mismos días de Santo Dominguito del Val- que los judíos hicieron, el día de Viernes Santo remembranza de la pasión de Nuestro Señor, hurtando los niños y poniéndolos en la cruz, y haciendo imágenes de cera y crucificándolas, cuando los niños no pueden haber."
   Los judíos eran por entonces muchos y poderosos en Zaragoza. En la sinagoga se había recordado "que al que presentase un niño cristiano sería eximido de penas y tributos". Y un sábado al terminar de explicar la Ley el rabino, dijo: "Necesitamos sangre cristiana. Si celebramos sin ella la fiesta de la Pascua, Jehová podrá echarnos en cara nuestra negligencia".
   Estas palabras fueron bien recogidas por Mosé Albayucet, un usurero de cara apergaminada y nariz ganchuda. Por su frente arrugada pasó una idea negra. Pensó en aquel niño que todos los días al oscurecer pasaba delante de su tienda. Este niño era Dominguito del Val, que volvía de la catedral a casa. A veces solo y otras con un grupo de compañeros. Con frecuencia, al cruzar el barrio judío, de tiendas obscuras y estrechas callejuelas, cantaban himnos en honor del Señor y su Santísima Madre. Seguramente los que acababan de ensayar con el capiscol de la catedral.
   Más de una vez los había oído Mosé Albayucet y, desde la puerta de su tienda, los había amenazado con su mano. Le pareció la ocasión oportuna y prometió a sus compañeros de secta que aquel año iban a tener sangre de niño cristiano para la Pascua y bien reciente.
   Era el miércoles 31 de agosto de 1250. El atardecer se hacía más obscuro en las estrechas callejuelas del barrio judío por donde pasaba Dominguito camino de su casa. De repente, y antes de pensarlo o poder lanzar un grito, nota que algo se le echa encima. Son las manos de Mosé Albayucet que le cubren el rostro con un manto. Le amordaza bien la boca para que no pueda gritar y le mete de momento en su casa. Las garras de la maldad acaban de hacer su presa.
   Aquella misma noche es trasladado el inocente niño a la casa de uno de los rabinos principales. Allí están los príncipes de la sinagoga. Dominguito tiembla de miedo ante aquellos rostros astutos y malvados. Sus manos aprietan la cruz que pende de su pecho.
   -Querido niño -le dice una voz zalamera-, no queremos hacerte mal ninguno; pero si quieres salir de aquí tienes que pisar ese Cristo.
   -Eso nunca -dice el niño-. Es mi Dios. No, no y mil veces no.
   -Acabemos pronto -dicen aquellos malvados ante la firmeza del niño.
   Va a repetirse la escena del Calvario. Uno acerca las escaleras que apoya sobre la pared; otro presenta el martillo y los clavos, y no falta quien coloca en la rubia cabellera del niño una corona de zarzas, así el parecido con la crucifixión de Cristo será mayor.
   Con gran sobriedad de palabras refieren las Actas del martirio lo que sucedió:
   "Arrimáronle a una pared, renovando furiosos en él la pasión del divino Redentor; crucificáronle, horadando con algunos clavos sus manos y pies; abriéronle el costado con una lanza, y cuando hubo expirado, para que no se descubriese tan enorme maldad, lo envolvieron y ataron en un lío y lo enterraron en la orilla del Ebro en el silencio de la noche."
   Todos nos imaginamos fácilmente los espasmos de dolor que estremecerían aquellos músculos delicados de niño. Abrieron sus venas para recoger en unos vasos preparados su sangre. Sangre inocente que iba a ser el jugo con que amasasen los panes ácimos de la Pascua.
   Una vez muerto cortaron sus manos y cabeza, que arrojaron a un pozo de la casa donde había tenido lugar el horrendo crimen. Su cuerpo mutilado fue llevado, como dicen las Actas, a orillas del Ebro. Allí sería más difícil encontrarlo.
   Los judíos se retiraron a sus casas contentos de haber hecho un gran servicio a Dios. La Seo había perdido a su mejor monaguillo y el cielo había ganado un ángel más. Todo esto ocurría la noche del 31 de agosto de 1250.
   Dios tenía preparado su día de triunfo, su mañana de resurrección, para Dominguito del Val.
   Mientras en la casa del notario Sancho del Val se oían gemidos de dolor, una extraña aureola aparecía en la ribera del Ebro. Los guardas del puente de barcas echado sobre el río habían visto con asombro durante varios días el mismo acontecimiento. La noticia recorre toda Zaragoza.
   Algunas autoridades y un grupo de clérigos se dirigen hacia el lugar de la luz misteriosa. Allí hay un pequeño trozo de tierra recientemente removida. Se escarba y, metido en un saco, aparece un bulto sanguinolento. Se comprueba que es el cuerpo mutilado de Dominguito. Una ola de dolor e indignación invade la ciudad de punta a punta.
   La cabeza y las manos aparecen, también, de una manera milagrosa. Aunque aquí la historia no concuerda. Según una versión, un perrazo negro gime lastimeramente, y sin que nadie le pueda espantar, al borde del pozo a que fueron arrojados los miembros del niño mártir. Es el perro del notario Sancho del Val. Se agota el agua y en el fondo aparecen las manos y cabeza de Dominguito. Otra versión dice que las aguas del pozo se llenaron de resplandeciente luz, que crecieron y desbordadas mostraron el tesoro que guardaban en el fondo. Pronto se supo toda la verdad del hecho. El mismo Albayucet lo iba diciendo: "Sí, yo he sido. Matadme, me es igual; la mirada del muerto me persigue, y el sueño ha huido de mis ojos". El santo niño había de conseguir el arrepentimiento para su asesino. Bautizado y arrepentido, Albayucet subirá tranquilo a la horca.
   "Divulgado el suceso -escribe fray Lamberto de Zaragoza-, y obrados por el divino poder muchos milagros, el obispo Arnaldo dispuso una procesión general, a la que asistió con todo el clero la ciudad, la nobleza, la tropa y la plebe, todos con velas blancas, y llevaron el santo cuerpo por todas las iglesias y calles de la ciudad, hasta por la puerta Cineja, mostrándolo a todos y haciendo ver en él las llagas de las manos y pies y costado."
   Hoy mismo es muy viva la devoción que Zaragoza siente por su glorioso mártir. Su fiesta está incluida entre las de primera clase y los niños de coro de La Seo y del Pilar le festejan como Santo patrono. Desde los días del martirio existe la cofradía de Santo Dominguito. El rey Jaime I de Aragón tuvo a honor ser inscrito en ella.
   Sus restos mortales se conservan en una capilla de la catedral en hermosa urna de alabastro. Sobre la urna un ángel sostiene esta leyenda: "Aquí yace el bienaventurado niño Domingo del Val, mártir por el nombre de Cristo".
 MARCOS MARTÍNEZ DE VADILLO



*Año Cristiano, Tomo III, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1966.

31/VIII SAN RAMÓN NONATO, Confesor

31 de Agosto

SAN RAMÓN NONATOConfesor
Os habéis hecho partícipes de los que sufrían
afrenta y tribulación; os compadecisteis
de los que estaban entre cadenas.

(Hebreos, 10, 33-34)

   San Ramón pidió a la Santísima Virgen que le hiciese conocer el camino que debía seguir para llegar al cielo; María le ordenó entrar en la Orden recientemente fundada de la Redención de los cautivos (de la Merced). Enviado a Berbería, rescató a gran número de cautivos, y cuando se le agotaron los recursos, se dio a sí mismo en prenda para la libertad de muchos otros. Vuelto a España, fue nombrado cardenal por Gregario IX. Murió en el año 1240, yendo a Roma, donde el Papa lo llamara para utilizarlo en el gobierno de la Iglesia.

MEDITACIÓN
SOBRE LA OBLIGACIÓN
DE SOCORRER A LAS ALMAS
DEL PURGATORIO

I. Todos podemos trabajar en la liberación de las almas del purgatorio, que están en una cautividad más cruel que la de los cristianos llevados como esclavos. Puedes tú socorrerlas orando a Dios por ellas, encargando se celebren misas, dando limosnas, practicando alguna mortificación, o sufriendo pacientemente las penas y aflicciones de esta vida con miras a satisfacer por ellas a la justicia de Dios. Puedes prestarles este servicio; ellas no pueden hacer ya nada por su liberación. Considera los suplicios que padecen.

II. La justicia te obliga a socorrer a tus padres. que te dejaron tantos bienes; la amistad exige que alivies a tus amigos en su abandono cruel; el agradecimiento te impone la obligación de orar por tus bienhechores; y la caridad. que exige que ames a tu prójimo como a ti mismo, te impone el deber de aliviar a esas almas, como quisieras que se te aliviasen si estuvieras en su lugar. Escucha las quejas que te dirigen.

III. Si ayudas con tus buenas obras a estas santas almas. Dios hará de modo que contigo se haga otro tanto después de tu muerte. Con todo no te fíes en este auxilio; haz provisión de buenas obras antes de partir de este mundo; lleva tu rescate contigo y pronto estarás libre; haz penitencia en esta vida. ¡Ah! mucho más dulce es lavar los pecados con las lágrimas de la penitencia. que expiarlos en las llamas del purgatorio.

La caridad
Orad por los prisioneros.

ORACIÓN
   Señor, que habéis dado al bienaventurado Ramón, vuestro confesor, un celo admirable por la redención de los fieles cautivos de los bárbaros, concedednos por su intercesión que, libres de las cadenas de nuestros pecados, cumplamos con perfecta libertad de espíritu todo lo que os sea más agradable. Por J. C. N. S. Amén.

30/VIII SANTA ROSA DE LIMA, PATRONA PRINCIPAL DE IBEROAMÉRICA

30 de Agosto
SANTA ROSA DE LIMAPatrona Principal de Iberoamérica

Una virgen se ocupa de las cosas del Señor,
a fin de ser santa de cuerpo y alma.

(1 Corintios, 7, 34)
   
   Rosa de Santa María, (1586-1617) llamada así por la virginal hermosura de su rostro, pues su nombre de pila era Isabel, fue la primera flor de santidad que produjo la América española. Nació en Lima, Perú, de padres de origen español y modestos de condición.  Desde su más tierna edad, Rosa experimentaba una atracción cada día más desbordante hacia la santidad, la virginidad, la devoción, el amor al retiro, un extraordinario espíritu de penitencia. Sus padres deseaban un ventajoso matrimonio dada la belleza de su hija, pues verdaderamente era deslumbrante. Con ese fin, le hacían frecuentar fiestas y banquetes para llamar la atención de los jóvenes más ricos de la ciudad. Rosa obedecía pero sabía sacar provecho de estas fiestas. Debajo de su diadema de rosas colocaba un casquete con pinchos, en forma de corona de espinas. Y bajo sus vistosos vestidos colocaba cilicios y otros instrumentos para macerar su cuerpo. En 1616, a los 24 años, vistió el hábito negro y blanco de la Tercera Orden de Sto. Domingo. Desde entonces todavía progresó más a pasos agigantados por el camino de la perfección. Aseveró su confesor que, "Jamás, ni de día ni de noche, perdía la presencia de Dios en su corazón y que su alma nunca fue mancillada por el pecado venial". El Señor le concedió la gracia de repetir en sí misma los atroces dolores de la Pasión de Cristo. En medio del dolor gritaba: "Aumentadme el dolor, pero, Dios mío, dadme paciencia". Murió el 24 de agosto de 1617 a la edad de 31 años, admirada en toda Lima y querida ya en todo Perú. El Papa Clemente X la canonizó en 1671, siendo la primera santa americana que llegó a los altares. En la Argentina ha sido establecido este día "como Fiesta nacional de Acción de gracias a la divina Providencia, por los beneficios conferidos a la Nación".

MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SANTA ROSA

I. Trata al menos de encontrar todos los días un momento libre para dedicarte, en la soledad, a la meditación y a la oración. Ama a tus padres por Dios, y los servicios que les hagas, figúrate que los haces al mismo Jesús. Así pensarás en El sin cesar.
   
II. San Agustín, hablando de Cristo y de la Iglesia, su Esposa inmortal, dice que son dos en una sola y misma pasión. Así debe ser en cuanto a la unión del alma con Jesucristo. Para agradar al Esposo, es menester hacerse semejante a Él; por eso Santa Rosa practica las penitencias más rigurosas, y lleva en la cabeza un aro de hierro con agudas puntas en su parte interior, semejante a la corona de espinas. Para gozar de los castos abrazos del Esposo, se debe despreciar la propia carne. (San Jerónimo)
   
III. Sacrificar la carne y sus concupiscencias, es poco todavía. Mira a Santa Rosa. Ya la pruebe la enfermedad, ya Dios le retire sus consolaciones, a todo se resigna. Lo único que pide a su Esposo, es que aumente su amor en proporción a los sufrimientos que padece. ¡En cambio nosotros nos impacientamos ante la menor contrariedad, nos abatimos ante la menor prueba! Avergoncémonos de nuestra cobardía y adoptemos la resolución de sufrir, por lo menos con paciencia, los males que no podemos evitar. Estáis prometidos a Cristo, le habéis consagrado vuestra voluntad. (Tertuliano)

El desprecio de los placeres
Orad por las vírgenes consagradas a Dios.

ORACIÓN
   Oh Dios poderoso, dispensador de todos los bienes, que habéis provisto a la bienaventurada Rosa con el rocío de la gracia celestial, y que la habéis hecho brillar en América con el fulgor de la virginidad y de la paciencia, concedednos la gracia a nosotros servidores vuestros, de correr tras el olor de sus perfumes, y merecer así llegar a ser un día el buen olor de vuestro Hijo, que, con Vos y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

29/VIII LA DEGOLLACIÓN DE SAN JUAN BAUTISTA

29 de Agosto

LA DEGOLLACIÓN DE SAN JUAN BAUTISTA

Herodes, enviando un alabardero, ordenó traer
la cabeza de Juan en una bandeja.
(Marcos, 6, 27).


   San Juan Bautista había dejado el desierto para amonestar a Herodes que no le era lícito tener como esposa a Herodías, la mujer de su hermano. Irritado el tirano de su audacia, lo hizo arrojar en una prisión. Un día, mientras daba un festín, la hija de Herodías danzó en presencia de los convidados con tanta gracia, que Herodes le prometió concederle todo lo que le pidiese. Pidió ella la cabeza de Juan Bautista. Un soldado, enviado a la prisión, cortó la cabeza al Precursor y la trajo en una bandeja, como si fuese el último plato de este fúnebre festín.


MEDITACIÓN
SOBRE SAN JUAN, MÁRTIR
DE LA CASTIDAD, DE LA CARIDAD
y DE LA VERDAD

I. San Juan vivió y murió de la castidad. Para conservar esta virtud angelical, dejó, a edad tierna, la casa de su padre, y se retiró al desierto, donde sujetó su cuerpo mediante continuas austeridades. Si comprendieses tú la belleza de esta virtud, la amarías e imitarías a San Juan. Pero, para conservar la castidad hay que huir del mundo, amar la soledad, practicar la mortificación. Si no puedes morir mártir de la castidad como San Juan, vive como él en inviolable castidad. Algo más grande es vivir en la castidad que morir por ella. (Tertuliano).

II. San Juan fue también mártir de la caridad. El celo que tenía por la salvación de las almas le hizo dejar la soledad, puesta la mira en convertir a Herodes. ¡Cuán feliz serías tú si pudieses, como el santo precursor, derramar tu sangre por la salvación del prójimo! Si no puedes imitarle, reza al menos por los pecadores, exhórtalos a penitencia, haz abundantes limosnas para obtener su conversión.

III. San Juan fue también mártir de la verdad: reprochó intrépidamente a Herodes sus escandalosos desórdenes, y prefirió morir antes que traicionar la verdad. Aunque tuvieses que perder la vida nunca debes disfrazar tus sentimientos, ni tolerar el vicio por cobarde complacencia cuando tu deber sea corregirlo. Los hombres aman la verdad cuando ella los halaga, pero sienten aversión por ella cuando les reprende sus defectos. (San Agustín).

La castidad
Orad por las vírgenes.

ORACIÓN

   Haced, os lo suplicamos, Señor, que la piadosa solemnidad del bienaventurado Juan Bautista, vuestro precursor y mártir, nos obtenga gracias eficaces de salvación. Vos que, siendo Dios, vivís y reináis en unidad con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

DÉCIMO SEGUNDO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DOMINGO 12º DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

(Doble - Ornamentos verdes)
   
    Salomón es viva figura de Jesucristo, Rey de la paz y de la celestial Jerusalén, Rey sabio que dijo un día a los incrédulos Judíos: "He aquí uno mayor que Salomón". En todos estos domingos quiere la Iglesia que leamos los escritos que el Espíritu Santo inspiró a aquel gran monarca para aprovechamiento de todos los venideros. Leamos esos libros saturados de celestial sabiduría, y escuchemos sobre todo la voz de Jesús que será siempre nuestro maestro por excelencia.
   Este Domingo insiste en la caridad. Cumpliéndola debidamente, hemos cumplido toda la Ley y no correremos peligro de desmandarnos, porque esa virtud nos atará a la divina voluntad con atadura y vínculo perfecto, de manera que se podrá decir con todas veras: "Ama, et fac quod vis".
   Cumplir la ley cristiana como Dios manda y no quedarse en su corteza es hacer lo que hizo el buen Samaritano con el pobrecito que los ladrones dejaron maltrecho a la vera del camino. Este buen Samaritano es Jesús, Jesús nuestro médico sapientísimo, cariñoso y desinteresado el cual se vistió traje de pecador, y anduvo, como nosotros, por el camino de una vida mortal buscando precisamente a los pecadores heridos por los dardos del demonio, derramando sobre nuestras llagas gangrenadas el bálsamo del consuelo y el óleo y vino de sus Sacramentos, ese óleo y ese vino de que hablan el Evangelio y la Comunión. Bendigamos, pues, al Señor en todo tiempo (Gr.), por haber extremado así sus bondades con nosotros.
Pero quiere Cristo que lo que Él hizo con todos, como buen Samaritano, lo hagamos también nosotros con nuestros semejantes, sobre todo con los miembros doloridos de Cristo que son los cristianos, máxime cuando son pobres, atribulados o pecadores. Recordemos también que el amor al prójimo ha de ser sobrenatural y así, le hemos de amar en Dios y por Díos, y la limosna que le demos, debemos dársela por Dios, como él la pide por Dios. En el cristiano, siquiera sea pobre y de exterior repugnante no debemos mirar sus harapos y la envoltura de carne magullada que aprisiona su alma preciosa, sino a un ser divinizado, como nosotros, por la gracia de Cristo.
   Hagamos también lo que hizo Moisés, figura de Jesucristo que devolvió bien por males, orando por su pueblo que tan desagradecido se había mostrado (Ofert.). Así es como podremos servir a Dios de un modo digno y merecedor de encomio, y correr por el sendero del cielo, que el Señor nos tiene prometido sin peligro de lamentables caídas (Or.).
   No miremos, pues, con indiferencia, ni menos con asco la miserias físicas y morales de nuestros hermanos, porque por tal camino tampoco nos haríamos acreedores a la compasión que de Dios necesitamos para conseguir las promesas de vida eterna hechas a los misericordiosos.
   El párroco celebra hoy la misa por sus feligreses.
IntroitoPs 69
    INTROITUS Deus, in adjutórium meum inténde: Dómine, ad adjuvándum me festina: confundántur, et revereántur inimici mei, qui quaerunt ánimam meam. - Ps. Avertántur retrórsum, et erubéscant, qui cógitant mihi mala. V. Gloria Patri.   Introito - ¡Oh Dios! ven en mi socorro; Señor, corre a ayudarme; confusos y avergonzados queden mis enemigos, que me persiguen a muerte. - Ps. Arrédrense y sean confundidos los que medican males contra mí. V. Gloria al Padre.
Oración-Colecta
   ORATIO - Omnípotens et miséricors Deus, de cujus múnere venit, ut tibi, a fidélibus tuis digne et laudabíliter serviátur tríbue, quaesumus, nobis; ut ad promissiónes tuas sine ofensióne corrámus. Per Dóminum.    R. Amen       Omnipotente y misericordioso Dios, de cuyo don proviene el que los fieles podamos servirte de un modo digno y laudable: Haz, te suplicamos, que corramos sin tropiezo a la consecución de tus promesas. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.   R. Amen.

Epístola
   San Pablo hace resaltar aquí la superioridad de los ministros y predicadores del Nuevo Testamento sobre los del Antiguo, superioridad que estriba en que la letra de aquel estaba destinada a morir, mientras que la de éste sobrevivirá siempre como vivificada que ha sido por el Espíritu Santo.
EPISTOLALectio Epistolae beati Pauli Apostoli ad Corinthios II (3, 4-9)  - Fratres: fiduciam autem talem habemus per Christum ad Deum. Non quod sufficientes simus cogitare aliquid a nobis quasi ex nobis sed sufficientia nostra ex Deo est. Qui et idoneos nos fecit ministros novi testamenti non litterae sed Spiritus littera enim occidit Spiritus autem vivificat. Quod si ministratio mortis litteris deformata in lapidibus fuit in gloria ita ut non possent intendere filii Israhel in faciem Mosi propter gloriam vultus eius quae evacuatur. Quomodo non magis ministratio Spiritus erit in gloria. Nam si ministratio damnationis gloria est multo magis abundat ministerium iustitiae in gloria.

 


   Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Corintios:  - Hermanos: Tal confianza tenemos en Dios por Cristo, no porque podamos  pensar algo bueno como propio nuestro, sino que nuestra suficiencia nos viene de Dios(1); el cual nos ha hecho idóneos ministros del Nuevo Testamento, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas, el espíritu vivifica(2). Pues, si el ministerio de muerte grabado con letras sobre piedras fue tan glorioso, que no podían los hijos de Israel fijar la vista en el rostro de Moisés por el resplandor de su cara que no era duradero, ¿cómo no ha de ser sin comparación más glorioso el ministerio del Espíritu? Porque si el ministerio de la ley de condenación fue acompañado de tanta gloria, mucho más glorioso es el ministerio de justicia(3).
    GRADUALE (Ps. 33 ) Benedícam Dóminum in omni témpore: semper laus ejus in ore meo. V. In Domino laudábitur ánima mea: áudiant mansuéti et laetéwntur. Alleluia, alleluia. V.(Ps. 87) - Dómine Deus salútis meae, in die clamávi, et nocte coram te,  Alleluia.   Gradual - Alabaré al Señor en todo tiempo; no cesarán mis labios de alabarle. En el Señor se gloriará mi alma; óiganlo los mansos de corazón y regocíjense.
Aleluya, aleluya - V. Oh Señor Dios de mi salvación, de día y de noche estoy clamando en tu presencia, Aleluya. 
Evangelio
      Con el ejemplo de caridad del buen Samaritano, Jesús condena el egoísmo sin entrañas de los sacerdotes y rabinos judíos, y proclama el reinado de la caridad fraterna, entre los cristianos.
USequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam ( 10, 23-37)
   In illo témpore: Dixit Jesus discípulis:  Beati oculi qui vident quae videtis. Dico enim vobis quod multi prophetae et reges voluerunt videre quae vos videtis et non viderunt et audire quae auditis et non audierunt. Et ecce quidam legis peritus surrexit temptans illum et dicens magister quid faciendo vitam aeternam possidebo. At ille dixit ad eum in lege quid scriptum est quomodo legis. Ille respondens dixit diliges Dominum Deum tuum ex toto corde tuo et ex tota anima tua et ex omnibus viribus tuis et ex omni mente tua et proximum tuum sicut te ipsum. Dixitque illi recte respondisti hoc fac et vives. Ille autem volens iustificare se ipsum dixit ad Iesum et quis est meus proximus. Suscipiens autem Iesus dixit homo quidam descendebat ab Hierusalem in Hiericho et incidit in latrones qui etiam despoliaverunt eum et plagis inpositis abierunt semivivo relicto. ccidit autem ut sacerdos quidam descenderet eadem via et viso illo praeterivit. Similiter et Levita cum esset secus locum et videret eum pertransiit. Samaritanus autem quidam iter faciens venit secus eum et videns eum misericordia motus est. Et adpropians alligavit vulnera eius infundens oleum et vinum et inponens illum in iumentum suum duxit in stabulum et curam eius egit. Et altera die protulit duos denarios et dedit stabulario et ait curam illius habe et quodcumque supererogaveris ego cum rediero reddam tibi. Quis horum trium videtur tibi proximus fuisse illi qui incidit in latrones. At ille dixit qui fecit misericordiam in illum et ait illi Iesus vade et tu fac similiter.





Credo.
  Continuación del Santo Evangelio según San Lucas - En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis, Porque os digo, que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron. Levantóse en esto un doctor de la ley, y le dijo para tentarle: "¿Maestro, que haré para poseer la la vida eterna?" Y Él le dijo: "¿qué es lo que se halla escrito en la ley? ¿Qué es lo que en ella lees?" Respondió él: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y todas tus fuerzas, y todo tu entendimiento: y a tu prójimo como a ti mismo". "Bien has respondido", díjole Jesús: "haz eso, y vivirás". Mas él, queriendo pasar por justo(4), dijo a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" Entonces Jesús, tomando la palabra, dijo: "Un hombre bajaba de de Jerusalén a Jericó(5), y cayó en manos de unos ladrones, los cuales despojáronle, y después de haberlo herido, lo dejaron medio muerto, y se fueron. Llegó a pasar por el mismo camino un sacerdote, y aunque lo vio, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó también de largo. Mas, un viajero samaritano se llegó cerca de él; y cuando lo vio, movióse a compasión, y acercándose, le vendó las heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole en su jumento, lo llevó a una venta y lo cuidó. Y al día siguiente sacó dos denarios , y dióselos al posadero, diciéndole: "Cuídamelo, y cuanto gastares de más, yo te lo abonaré cuando vuelva". "¿Cuál de estos tres te parece que fue el prójimo de aquél, que cayó en manos de los ladrones?" Respondió el doctor: "El que usó con él de misericordia". Díjole Jesús: "Pues vete, y haz tu otro tanto"(6)Credo.
    OFFERTORIUM  Precátur est Móyses in conspéctu Dómini: Dei sui, et dixit: Quare, Dómine, irásceris in pópulo tuo? Parce irae ánimae tuae: meménto Abraham, Isaac, et Jacob, quibus jurásti dare terram fluéntem lac et mel. Et placátus factus est Dóminus de malignitáte, quam dixit fácere pópulo suo. Per Dominum.   Ofertorio -  Oró Moisés en presencia del Señor, su Dios, y dijo: ¿Por qué, Señor, te enojas contra tu pueblo? Apláquese tu ira: acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Jacob, a los cuales juraste dar la tierra que fluye leche y miel. Y se aplacó el Señor, y dejó de ejecutar contra su pueblo el castigo con que le había amenazado. 
Oración-Secreta
   Hóstias, quaesumus, Dómine, propítius inténde, quas sacris altáribus exhibémus: ut nobis indulgéntiam largiéndo, tuo nómini dent honórem. Per Dominum nostrum.       Rogámoste, Señor, que mires propicio las hostias que ofrecemos en los sagrados altares, para que, consiguiéndonos el perdón, den a tu nombre el honor debido. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.  

Prefacio de la Santísima Trinidad
    Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui cumm unigenito  Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personae, sed in unius Trinitate substantiae. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione verae, sempiternaeque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur aequalitas. Quam laudat Angeli atque Arcangeli, Cherubim quoque ac Sraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes:   Sanctus, Sanctus, Sanctus...

   Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro:: Santo, Santo, Santo, etc.
   COMMUNIO  De fructu óperum tuórum, Dómine, satiábitur terra: ut edúcas panem de terra, et vinum laetíficet cor hóminis: ut exhílaret fáciem in óleo, et panis cor hóminis confirmet. 
   Comunión. - Del fruto de tus obras, Señor, se saciará la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre; el óleo que pone lustrosa la cara, y el pan que fortalece el corazón del hombre. 
Oración-Postcomunión
     Vvíficet nos, quaesumus, Dómine, hujus participátio sancta mystérii: et páriter nobis, expiatiónem tribuat et munímen.   Haz, oh Señor, que la participación de este santo misterio, nos vivifique, y que juntamente nos sirva de expiación y de fortaleza. Por Nuestro Señor Jesucristo.



  • (1)   La gracia de Dios, que Jesucristo nos ha merecido nos es tan necesaria en orden a la salvación, que sin ella no somos capaces de tener ni un buen pensamiento, ni un buen deseo digno de la vida eterna.
  • (2) Estas frases, al parecer enigmáticas, quieren decir la Ley mosaica del Antiguo Testamento, que sólo contiene mandamientos y amenazas de castigo para los inobservantes, era ocasión para muchos de condenación, precisamente, por no fijarse más que en la letra, que les era ocasión de desobediencia, en tanto que la Ley evangélica, vivificada por el Espíritu Santo, es instrumento de salvación para los que la practican impulsados por su amor.
  • (3) O sea: Si Dios rodeó de tanta solemnidad la promulgación de la Ley vieja, ¿con cuál no rodeará la de la nueva Ley de amor?
  • (4) Es decir, queriendo disculparse de no observar esos preceptos tan sublimes de la Ley que Cristo le acababa de resumir, porque no encontraba él, soberbio fariseo, quien fuera digno de ser su prójimo.
  • (5) De Jerusalén a Jericó hay un desnivel de 1000 metros en el camino y su travesía era en tiempo de Jesús, aun lo es hoy, sumamente peligrosa.
  • (6) Aquí Jesús nos recomienda a todos la caridad integral y pura.

28/VIII SAN AGUSTÍN, Obispo, Confesor y Doctor

28 de Agosto

SAN AGUSTÍNObispo, Confesor y Doctor
Por la gracia de Dios soy lo que soy,
y su gracia no ha sido estéril en mí.

(1 Corintios, 15, 10)

   San Agustín, hijo de un pagano de Numidia, que se convirtió al final de su vida, enseñó primero brillantemente retórica en Cartago, Roma y Milán, don de la lectura de un pasaje de San Pablo lo convirtió y donde San Ambrosio lo bautizó. De vuelta a África, después de haber perdido a Santa Mónica, su madre, en Ostia, retiróse a la soledad, y después fue ordenado sacerdote y llegó a ser obispo de Hipona. Entró en correspondencia con San Jerónimo y fue el azote de los herejes. Toda su vida lloró su juventud hasta humillarse por ella en el libro de las Confesiones. Su poderoso genio y su maravillosa ciencia brillan sobre todo en su célebre obra la Ciudad de Dios. Murió en su ciudad episcopal cercada por los vándalos, en el año 430, a la edad de 75 años.

MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SAN AGUSTÍN

I. Este gran santo resistió hasta la edad de 32 años las inspiraciones de la divina gracia. ¿Acaso yo mismo no he resistido a la gracia? ¿Cómo pasé yo mi juventud? ¿He comenzado por fin a amar a Dios con amor profundo y sincero? ¡Cuántas veces he endurecido mi alma y he menospreciado el llamado del Señor! Comencemos a darnos a Dios. Ah Señor, tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé. (San Agustín).
   
II. San Agustín, primero pecador y hereje, llegó a ser después un gran santo; renunció a sus errores y fue durante todo el resto de su vida, el hijo dócil de aquélla gracia que había perseguido. ¿A qué se debe que no imite yo a San Agustín en su penitencia, ya que lo imité en sus desórdenes? ¿Qué he de esperar de los afanes que me tomo por lucir en el mundo? Habré de morir y abandonar esos honores y esas riquezas; y ¿en qué pararé si no estoy en estado de gracia cuando Dios me llame para dar cuenta de mi vida? ¿A qué fin tienden todos nuestros trabajos? ¿Qué buscamos? (San Agustín).
   
III. San Agustín fue el doctor de la gracia; la defendió contra los herejes, explicó su naturaleza y descubrió sus maravillosos efectos. Enseña tú a los demás por qué medios podrán recuperar la gracia de Dios: trabaja en la conversión de los peca dores. Sé tú, a tu vez, discípulo de la gracia, si no puedes ser su doctor; estudia los movimientos que imprime a tu corazón, escucha lo que ella te inspira, obedécela fielmente. Si no haces a la gracia inútil en ti, producirá frutos abundantes. (Orígenes).


El deseo de la conversión
Orad por las órdenes religiosas.

ORACIÓN
   Dios omnipotente, escuchad benigno nuestras súplicas y puesto que os servís permitirnos esperar en vuestra bondad, dignaos, por la intercesión del bienaventurado Agustín, vuestro confesor pontífice, derramar sobre nosotros la abundancia de vuestra inagotable misericordia. Por J. C. N. S. Amén.

A LA VIRGEN DEL CARMEN EN SÁBADO

  FELICITACIÓN SABATINA A LA VIRGEN DEL CARMEN

Para los fieles devotos y Terciarios Carmelitas

(ESCAPULARIO DEL CARMEN)



Oración preparatoria


   ¡Oh Virgen Santísima del Carmen, Reina gloriosa de cielos y tierra! Vengo a honrarte en este día escogido por Ti para mostrar tu gloria, tu poder y tu misericordia. Acuérdate que a tus queridos cofrades, por tu santo y bendito Escapulario, les has prometido ayuda en la vida, amparo en la muerte y socorro en el Santo Purgatorio. Mírame con ternura, amorosa Madre, y mira también misericordiosamente a las almas que en el Purgatorio se encuentran y acepta ésta mi felicitación y visita sabatina, como homenaje de mi amor y cariño y para alivio de las almas que sufren, para que todos juntos te alabemos algún día feliz en el cielo. Amén.

Aspiraciones


  • Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo mis propias necesidades. Avemaría...
  • Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de mi familia. Avemaría...
  • Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de mis parientes. Avemaría...
  • Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de mis amigos. Avemaría...
  • Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de la Iglesia. Avemaría...
  • Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de la Nación. Avemaría...
  • Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de las almas del Purgatorio. Avemaría...


Oración final

Gracias mil, Madre querida, por todos los favores que de tu bondadosa mano he recibido, particularmente el de haberme escogido, por tu santo Escapulario, para verdadero hijo tuyo. Yo quiero alabarte siempre, y es mi deseo que mi lengua cante tus bondades sin cesar y mi corazón te ame y que te quiera como a la mejor y mas cariñosa de las madres. Me regocijo por la inmensa gloria que en el cielo gozas, del poder que sobre todo lo creado tienes, de las virtudes soberanas que tu alma adornan. Sírvete, Madre mía de esa gloria, de ese poder y de esas virtudes para ampararme en la vida y en la muerte, para cubrir mi pobreza y desnudez, para librarme de tantos y tan fieros enemigos como me rodean, para salvarme y ser feliz en el cielo por toda la eternidad. Amén.

27/VIII SAN JOSÉ DE CALASANZ, Confesor

27 de Agosto

SAN JOSÉ DE CALASANZConfesor

El Espíritu del Señor reposó sobre mí;
por lo cual me ha consagrado con su unción,
y me ha enviado a evangelizar a los pobres.
(Lucas, 4, 18).


   Este santo consagró su vida a la educación cristiana de la niñez. En su juventud, reunía ya a su alrededor a los niños para enseñarles las oraciones y los misterios de la religión. Ordenado sacerdote, se dedicó primero a la predicación en España, su patria; pero, sintiéndose llamado a vida más perfecta aun, se trasladó a Roma, donde la vista de un tropel de niños entregados a los vicios a los que arrastra la falta de educación, le inspiró el pensamiento de fundar escuelas pías. Asoció a su intento a varios eclesiásticos animados de los mismos sentimientos, y su congregación fue erigida por Gregorio XV en Orden religiosa, bajo el nombre de Clérigos regulares de la Madre de Dios de las escuelas pías.

MEDITACIÓN
SOBRE LA INSTRUCCIÓN
DE LOS POBRES

   I. Hombres apostólicos, aprended de San José a instruir a los pobres. Esta función no es brillante a los ojos de los hombres, pero es grande ante los de Dios y digna de todo vuestro celo. Es fecunda en méritos y en consuelos para vosotros, y en frutos de salvación para esas pobres almas, ¡ay! muy a menudo abandonadas. No se os ama, Señor, porque no se os conoce; si el mundo os conociese, os amaría. (San Agustín).

   II. Padres de familia, velad por la instrucción de vuestros servidores. Enviadlos a la Iglesia para que aprendan en ella el camino del cielo; instruidlos vosotros mismos sobre los deberes que la religión les impone. Una palabra de vuestra boca hará mucha impresión en su corazón; no toleréis sus vicios, y demostrad bondad especial a los que son más virtuosos. ¡Qué gloria para vosotros, si ganáis para Dios el alma de vuestro servidor! No repeláis a vuestros servidores, poseen la misma naturaleza que vosotros. (San Ignacio).

   III. Si tu posición no te permite trabajar en la instrucción y edificación de tu prójimo, por lo menos ora a Dios por la conversión de los pecadores. Tus oraciones atraerán acaso más almas a Dios que los trabajos de los hombres apostólicos. Mientras ellos riegan la tierra con su sudor y su sangre, tú obtendrás del Cielo la gracia, ese rocío celestial que la debe hacer fértil. ¿Qué haces tú por la conversión de los pecadores? Por lo menos humíllate: y si nada puedes hacer por la salvación de los demás, trabaja seriamente por salvar tu alma.

El buen ejemplo
Orad por la educación
cristiana de los niños.

ORACIÓN

   Oh Dios, que por San José de Calasanz, vuestro confesor, habéis dado a la Iglesia un nuevo auxilio para formar a la infancia en el espíritu de inteligencia y de piedad, concedednos, por sus ejemplos e intercesión, la gracia de practicar y enseñar vuestra doctrina, de modo que merezcamos las recompensas eternas. Por J. C. N. S. Amén.

26/VIII SAN CEFERINO, Papa y Mártir

26 de Agosto

SAN CEFERINO, Papa y Mártir
Estáis llenos de deseos...
y no conseguís lo que deseáis.

(Santiago, 4, 2)

   San Ceferino, sucesor de San Víctor en la Sede Apostólica, resistió valientemente a los herejes y a los paganos. Durante la persecución del emperador Severo fue el sostén y el consuelo de los fieles; su caridad le hacía experimentar sus sufrimientos como si fueran propios. Murió hacia el año 217.

  MEDITACIÓN
CÓMO HAY QUE ORDENAR
LOS DESEOS

I. Nuestra felicidad en esta vida depende de la regla que impongamos a nuestros deseos. Aprende a limitarte en el deseo de los bienes naturales. Quisieras gozar de mejor salud, poseer más ingenio, más fuerzas, más hermosas cualidades naturales; este deseo es fuente de inquietudes. Conténtate con lo que Dios te ha dado, agradécele; acaso te condenarías si tuvieses los brillantes talentos que de seas. Aunque ahora tuvieras lo que deseas, no por ello estarías más contento. Sólo Dios puede colmar tus anhelos. Dedícate a hacer su voluntad y todos tus deseos serán satisfechos.

II. Conténtate asimismo con los bienes de fortuna que Dios te ha dado; no son las riquezas, ni los honores, los que te harán feliz. ¡Cuántas personas hay más pobres que tú y sin embargo son más dichosas, porque no desean sino lo que Dios quiere que posean! El pecador es infeliz, tenga o no tenga lo que él desea. (San Próspero).

III. Un deseo te es permitido, es el llegar a un grado más alto de santidad; hasta debes imitar las heroicas virtudes que admiras en los santos, en la medida en que tu estado y condición te lo permitan. Examínate acerca de los deseos de tu alma; desea con ardor llegar a la santidad. Nada esperes, nada temas, y habrás reducido a la impotencia la cólera de tu enemigo. (Boecio).


La resignación a la voluntad de Dios
Orad por vuestra patria.

ORACIÓN
   Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño, y custodiadlo con protección constante por vuestro bienaventurado mártir y Sumo Pontífice Ceferino, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S. Amén.

25/VIII SAN LUIS, Rey de Francia

25 de Agosto
SAN LUISRey de Francia
Dad al César lo que es del César,
y a Dios lo que es de Dios.

(Mateo, 22, 21)

   San Luis, rey de Francia, fue dotado de todas las cualidades que hacen a los reyes grandes y a los santos ilustres. Nacido para gobernar a los hombres, fue un héroe en la paz y en la guerra. En toda su vida, según testimonio de su confesor, no cometió ni un solo pecado mortal. De ordinario llevaba un cilicio, y cuando se lo sacaba, daba cuarenta escudos de limosna. El viernes de cada semana ayunaba, se disciplinaba con cadenillas de hierro y ser vía a los pobres con sus propias manos. Dos veces salió de su reino a fin de conquistar Tierra Santa, y en esas expediciones mostró tanta piedad como coraje. Murió en 1270, en África, a la edad de 55 años.
  
MEDITACIÓN
SOBRE SAN LUIS,
EL REY CRISTIANÍSIMO


I. San Luis fue verdaderamente rey, pues supo mandar a sus pasiones, sujetar su cuerpo a la razón, y su razón a Dios. Ayunar, llevar cilicio, vivir en medio de la corte una vida tan santa como la de un cenobita, ¿no es acaso ser dueño de sí mismo? Mira a este santo, mira si lo imitas, si tus pasiones están tan sometidas como las de él a la razón. ¿Qué hay más real que un alma sometida a Dios y dueña de su cuerpo? (San León).

II. San Luis fue el padre de su pueblo. A todo el mundo amaba, hasta a sus enemigos; no podía tolerar a los detractores; él mismo juzgaba en los procesos de los pobres, nada tomaba más a pecho que el trabajar en la salvación de sus súbditos. Agradece a Dios, si te ha dado superiores semejantes a este santo rey. Si tú mismo eres superior, acuérdate que debes ser el padre de tus inferiores. ¿Cómo ejerces la caridad con tu prójimo?
   
III. Es preciso ser servidor de Dios para ser buen rey. La piedad de San Luis, la honra que tributaba a las santas reliquias, el celo que lo inflamaba por la conversión de los bárbaros, la generosidad cristiana y heroica que puso de manifiesto combatiendo contra los enemigos de Jesucristo, muestran que olvidaba su título de rey para no acordarse sino del de servidor de Dios. Príncipes de la tierra, si no servís a Dios, ¿qué provecho obtendréis en la otra vida de haber aquí empuñado el cetro? La muerte os arrebatará todas vuestras dignidades: la sola gloria que sobrevive a la tumba es la de haber servido bien al Señor. Servir a Dios es reinar.


La piedad
Orad por los jefes de estado.

ORACIÓN
   Oh Dios, que hicisteis pasar al rey San Luis de un reino temporal a la gloria del reino eterno, haced, os lo suplicamos, que, por sus méritos y su intercesión, participemos un día con él de la gloría del Rey de reyes, vuestro Hijo Jesucristo, que vive y reina con Vos en unidad con el Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.

24/VIII SAN BARTOLOMÉ, Apóstol

24 de Agosto

SAN BARTOLOMÉApóstol
Somos embajadores en nombre de Cristo
y es Dios mismo quien os exhorta por boca nuestra

(2 Corintios, 5, 20)

   San Bartolomé, Apóstol, llevó el Evangelio a las regiones más bárbaras de Oriente. Penetró hasta las extremidades de las Indias. Después de haber obra do allí numerosas conversiones y sufrido mucho por la causa de Jesucristo, volvió a la gran Armenia. Convirtió allá al rey Polemón, con doce ciudades de su reino. Los sacerdotes de los ídolos excitaron contra él a Astiages, hermano del rey, que lo hizo desollar vivo, después de lo cual fue decapitado. Refiérese que cien veces al día arrodillábase para orar a Dios.
  
MEDITACIÓN
SOBRE SAN BARTOLOMÉ

I. Para ser un verdadero apóstol, es decir, un embajador de Cristo, hay que serle fiel, tomar a pecho los intereses de Dios a, costa de los propios. Es lo que hace San Bartolomé deja él todo para seguir a Jesucristo, para predicar su Evangelio; sacrifica sus placeres, sus intereses; hasta da su vida para ganarle almas y extender su reino. ¿Qué haces tú por la gloria de Jesucristo y por la salvación de las almas? Esto es sin embargo lo más agradable a Dios que puedes hacer.
   
II. Un embajador debe estar perfectamente instruido acerca de lo que quiere su príncipe, a fin de hacer su voluntad en todo. San Bartolomé ora a Dios cien veces al día, para saber cuál es la voluntad de Jesucristo, para implorar sus luces y su auxilio. Trabajes lo que trabajes, si tus acciones no están con formes con las miras de Dios, pierdes tu tiempo. ¿Cuántas veces rezas al día y cómo lo haces? Dios mío, ¡que se cumpla en mí vuestra santa voluntad!
   
III. Un embajador ha menester de prudencia para llevar a buen término los negocios de su señor; necesita valor para resistir a sus enemigos y dar su vida, si es preciso. San Bartolomé poseyó ambas cualidades. ¿Las tienes tú? Eres tan prudente en las cosas de este mundo, y un niño en las atinentes a tu salvación. Nada te resulta costoso cuando están en juego tus intereses, y el menor obstáculo te detiene cuando se trata de la gloria de Dios. ¡Ah! ¡cuán pocos verdaderos obreros apostólicos existen hoy! ¿Adónde se fue el espíritu de los apóstoles? ¿Dónde están la humildad, los trabajos, el celo de la primitiva Iglesia? (San Bernardo). 


La paciencia
Orad por la India.

ORACIÓN
   Dios omnipotente y eterno, que nos inspiráis santa fe en la solemnidad del Apóstol San Bartolomé, os suplicamos que concedáis a vuestra Iglesia que ame lo que él ha creído y que predique lo que él ha enseñado. Por J. C. N. S. Amén.

23/VIII SAN FELIPE BENICIO, Confesor

23 de Agosto
SAN FELIPE BENICIOConfesor
No es aprobado el que se recomienda a si mismo,
sino aquél a quien recomienda el Señor.

(2 Corintios, 10, 18)

   San Felipe, muy joven aún, exhortó un día a su madre a que diese limosna a los servitas. Una vez que terminó sus estudios, tomó el hábito de esta Orden y recorrió Europa y una parte de Asia, obran do a su paso numerosas conversiones y estableciendo en todas partes cofradías en honor de Nuestra Señora de los Siete Dolores. A la muerte de Clemente IV, sabiendo que los cardenales pensaban elevarlo al solio de San Pedro, huyó a las montañas y allí permaneció escondido hasta la elección de Gregorio X. Murió en Siena, en el año 1285, abrazando el crucifijo que él llamaba su libro.
  
MEDITACIÓN
SOBRE EL CONOCIMIENTO
DE SÍ MISMO

I. Pocas personas se conocen, porque pocos estudian su interior. Y sin embargo el conocimiento de sí mismo es el más importante de todos los que se pueden adquirir. Mira, pues, hoy, al pie de tu crucifijo, lo que eres en el fondo de tu alma. ¿Qué bien has hecho? ¿Qué pecados has cometido? ¿Qué virtudes has practicado? ¿Qué defecto domina en ti? Examina con cuidado todas estas cosas.

II. Tienes buena opinión de ti mismo porque crees fácilmente a los que elogian tus virtudes. Una falsa apariencia puede engañar a los hombres; pero Dios, que escruta los corazones, no puede ser engañado. Además, comparas tu vida con la de los impíos, y te tienes por santo, porque no eres autor de crímenes monstruosos. Examina el fondo de tu con ciencia, compara tu vida con la de los santos, y te resultará fácil la humildad. Muchas cosas se conocen y uno se ignora, se examina a los otros y se tiene miedo de mirarse a uno mismo.

III. Ve lo que Dios aprueba o desaprueba en ti. Esas brillantes cualidades que te atraen la atención de los hombres, tal vez te hacen incurrir en la des gracia de Dios. ¿Trabajas únicamente por amor a Dios? ¿Cumples tus deberes de estado? ¿Juzgas tú mismo de tus acciones como juzgarías las de otro, sin prevención y sin amor propio? Colócate frente a ti mismo como si estuvieras frente a otro, y llora sobre ti mismo. (San Bernardo).


La penitencia
Orad por los pecadores.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis proporcionado un modelo admirable de humildad en la persona del bienaventu rado Felipe, vuestro confesor, concedednos la gracia de despreciar como él los bienes de la tierra para no aspirar sino a las cosas del cielo. Por J. C. N. S. Amén.

22/VIII INMACULADO CORAZÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

22 de Agosto

INMACULADO CORAZÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Mi Corazón saltará de alegría 
cuando me vea salvado por Ti:  cantaré al Señor mi bienhechor,
y cantaré al nombre del Señor Altísimo

(Sal. 14, 6)
 
   Por decreto del 4 de mayo de 1944, del Papa Pío XII, la octava de la  Asunción de la Santísima Virgen  fue sustituida en todo el mundo por la simpática y consoladora fiesta del Inmaculado Corazón de María, madre del hermoso amor y de la santa esperanza. Esta era una fiesta que ya se celebraba, aunque en otra fecha, en muchos lugares y por muchos institutos religiosos; pero que el mundo entero exigía, especialmente desde que Pío Xl subrayó tanto el Sagrado Corazón de Jesús.
   Ahora es una fiesta universal, con fecha propia y fija, que es el 22 de agosto, y con Misa y Oficio propios, y rito de 2ª clase. 
   Contribuyeron mucho a declararlo las famosas apariciones de Fátima en Portugal, en las que María pedía a los afortunados pastorcitos la devoción a su Sacratísimo Corazón, y también la angustia mortal de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual todos, desde el Papa hasta los más humildes fieles encomendaron a María la realización de la paz. 
   Pío XII consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María el 8 de diciembre de 1942, consagración que luego se repitió en todas las naciones y culminó, en 1944, con la institución de esta fiesta. En él, el Papa pide a María la paz para todos los pueblos, la libertad para la Iglesia, la misericordia para los pecadores y la pureza de las costumbres para todos.

ORACIÓN
   Dios omnipotente y eterno, que preparaste en el Corazón de la Virgen María una morada digna para el Espíritu Santo, concédenos propicias para que los que devotamente celebran la fiesta de su Inmaculado Corazón, vivan según su santísimo corazón.

21/VIII SANTA JUANA FRANCISCA FRÉMYOT DE CHANTAL, Viuda

21 de Agosto

SANTA JUANA FRANCISCA FRÉMYOT DE CHANTALViuda
Bendito sea Dios, que nos consuela
en todas nuestras tribulaciones.

(2 Corintios, 1, 3-4)

   Santa Juana, durante su matrimonio, se dedicó al ejercicio de todas las virtudes: enseñaba en persona la religión a sus hijos y servidores, los formaba en la piedad, y les daba ejemplo de una caridad sin limites. Jamás rehusaba una limosna pedida en nombre de Jesucristo. Después de la muerte de su marido, hizo voto de castidad, y, para permanecer fiel, inscribió en su pecho con un hierro candente el nombre de Jesús. Resuelta a romper todo lazo con el mundo, se sometió a la dirección espiritual de San Francisco de Sales, y estableció con él la Orden de la Visitación. Afligida, al final de su vida, por espantosas penas interiores, soportó esta prueba con tan ta resignación, que Dios la recompensó con un aumento de consolaciones. Murió el 13 de diciembre de 1641, casi a los setenta años de edad.

MEDITACIÓN
SOBRE LAS CONSOLACIONES DIVINAS


I. Dios ha consolado a los mártires y a los penitentes en medio de sus suplicios y austeridades. Ha querido con ello hacerles gustar, ya desde esta vida, una partícula de los gozos que les preparaba en el cielo. Si tuviste tú la dicha de gozar de estas consolaciones alguna vez, reconocerás la verdad de estas palabras de San Agustín: Las lágrimas que se derraman en la oración aventajan sobremanera al gozo de los espectáculos profanos.

II. Si nunca experimentaste cuán dulce es el Señor para con aquellos que desprecian los placeres del mundo, haz la prueba. Pero recuerda siempre que, para gustar el placer que hay en pertenecer a Dios, es preciso renunciar a las vanas satisfacciones del mundo. No te puedes regocijar con el mundo y con Dios, hay que renunciar a uno o a otro.

III. Si después de haberte dado a Dios entera mente, no experimentas consuelos sensibles, que Él da o retira a su voluntad, no te aflijas. Dios te ha concedido esas dulcedumbres para atraerte a su ser vicio: Él te las retira porque te has hecho indigno de ellas por tu vanidad o por tu negligencia en sacar provecho de sus gracias. Por tu bien Jesús te con suela, también por tu bien te retira sus consuelos. Viene a ti y se retira; viene para tu consuelo, se retira por tu interés, no sea que la grandeza de las consolaciones te enorgullezca. (San Bernardo).

La resignación
Orad por las almas afligidas.

ORACIÓN
   Oh Dios omnipotente y misericordioso, que, después de haber abrasado con vuestro amor a la bienaventurada Juana Francisca, la habéis dotado de admirable fortaleza para recorrer la vida por el sendero de la perfección, y habéis querido, por su intermedio, enriquecer a la Iglesia con una nueva familia, haced, por sus méritos e intercesión, que, convencidos de nuestra debilidad y confiados en vuestro poder, lleguemos, con vuestra gracia a vencer todos los obstáculos que se oponen a nuestra salvación. Por J. C. N. S. Amén.

20/VIII SAN BERNARDO, Abad y Doctor

20 de Agosto

SAN BERNARDO, Abad y Doctor

Cualquiera que hiciere la voluntad de mi Padre,
que está en los cielos, ése es mi hermano
y mi hermana, y mi madre.
(Mateo, 12, 50).


   San Bernardo, nacido en 1090 de noble familia en Fontaines-les-Dijon, entró en la abadía de Císter, acompañado de sus hermanos, y otros veintiséis nobles. Más grande aun por sus virtudes que por su genio, rehusó los arzobispados de Reims, de Génova y de Milán, declarándose indigno de tal honor. Llegó a ser el árbitro de los obispos, de los reyes y de los papas. Predicó una cruzada con prodigioso éxito y fundó una multitud de monasterios. Al mismo tiempo fue un gran taumaturgo y el azote de las herejías. Escribió numerosas obras en las que brilla una doc trina totalmente celestial, que parece fruto de inspiración divina más que resultado del trabajo. Murió en 1153, y fue proclamado, por Pío VIII, Doctor de la Iglesia universal.

  MEDITACIÓN
SOBRE SAN BERNARDO

I. San Bernardo puede ser llamado: hijo de María. Fue objeto de parte de esta bondadosa Madre de un afecto muy particular, y, en agradecimiento, trabajó todo lo que pudo para propagar su culto. No tenia dicha mayor que la de hablar de la Santísima Virgen. Tú también debes ser hijo de María como San Bernardo. ¡Oh Virgen Santísima, tienes para conmigo la ternura y solicitud de una madre, y en mí no encuentras sino un hijo desnaturalizado! ¿Dónde está el desasimiento, dónde la humildad, dónde las virtudes que deben hacerme semejante a Ti?

II. San Bernardo es también el hermano de Jesucristo; como Él, ha predicado el desprecio del mundo, y lo hizo con tanto vigor, que al oírlo, la juventud dejaba los placeres del siglo para retirarse a los monasterios. Tenia siempre presente la Pasión de Jesucristo, y para imitarlo entregábase a la más rigurosa penitencia. ¿Eres tú el hermano de Jesucristo? ¿Te pareces a Él? ¿Haces tú, como Él, la voluntad de Dios, tu Padre?

III. Medita estas cuatro palabras que San Bernardo tenia siempre en los labios: 1) ¡Es terrible ver anonadarse a un Dios, y a un gusano glorificarse! 2) Cuanto más busque el alma consuelo en las creaturas, tanto menos lo encuentra en Dios. 3) Bernardo, ¿para qué te hiciste religioso? ¿No es, acaso, para hacerte santo? 4) A cada instante debemos pensar en la muerte a la que cada instante nos acerca.

La devoción a la Santísima Virgen
Orad por las órdenes religiosas.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis enseñado a vuestro pueblo los caminos de la salvación eterna por ministerio del bienaventurado Bernardo, dignaos hacer que, después de haberlo tenido en la tierra como doctor y guía, lo tengamos como intercesor en el cielo. Por J. C. N. S. Amén.

INTRODUCCIÓN

Acerca de la Santa Misa