30/VI/+2019 CONMEMORACIÓN DE SAN PABLO, Apóstol

30 de Junio
CONMEMORACIÓN DE SAN PABLO
, Apóstol


  He peleado el buen combate, he terminado la carrera,
he guardado la fe. No me queda sino esperar
la corona de justicia que me está reservada,
y que el Señor, justo Juez, me dará en el gran día,
a mí y a todos los que aman su venida. 

(2 Timoteo, 4, 7.8).


¿Quién podría enumerar los trabajos emprendidos por San Pablo, los peligros que ha afrontado, los países que ha recorrido, los pueblos que ha conquistado para la verdad? Nada asusta a su flaqueza: sabe que todo lo puede en Aquél que lo conforta; nada detiene ni cansa a su celo; sabe que tendrá la eternidad para descansar; nada calma la sed que tiene de sufrir: sabe que los sufrimientos de aquí abajo nada son comparados con el peso de eterna gloria que será su recompensa en el cielo.

MEDITACIÓN NUESTRAS BUENAS OBRAS
NOS SIGUEN AL OTRO MUNDO

I. Tener fervor en el servicio de Dios, es hacer todo lo que Dios nos pide con ardor, con prontitud y con alegría. Un hombre fervoroso vuela allí donde le llama el deber. Busca grandes ocasiones de dar a Dios pruebas de su amor; no desprecia las pequeñas; nada le parece difícil, por nada tiene lo que ya ha hecho, arde en deseos de hacer algo más heroico en lo por venir para la gloria de Jesucristo. ¿ Te hallas en estas disposiciones? Estuviste en ellas, ¿por qué no has perseverado? Vuelve lo antes posible a ese primer estado de fervor del que te relajaste.

   
II. Un hombre fervoroso resiste generosamente a todas las tentaciones; un hombre tibio y flojo sucumbe en ellas. Nada cuesta a un cristiano que está animado de este hermoso fuego: todo incomoda a un cristiano frío, todo le parece difícil e insoportable. El hombre fervoroso está siempre feliz y siempre contento, porque Dios derrama en su alma consolaciones celestiales para recompensarlo por los placeres del mundo que le sacrifica; el cristiano flojo y tibio no goza de los consuelos del Cielo, porque no es lo suficientemente fiel a Dios como para merecerlos.

III. El medio para encender el fervor en tu corazón es, en primer lugar, servir a Dios cada día como si cada día comenzases a servirle; es olvidar el poco bien qué ya hayas hecho, es considerarte como un servidor inútil. Compara lo que has hecho por Dios con lo que Jesucristo ha hecho por ti. En segundo lugar, cada día sirve a Dios como si fuese el último de tu vida. ¿Qué harías ahora si estuvieras seguro de morir mañana?

El fervor
Orad 
por los que trabajan
en la salvación de las almas.



ORACIÓN
  Haced, os lo suplicamos, Señor, que la intercesión del bienaventurado Roberto, abad, nos haga agradables a Vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus oraciones las gracias que no podemos esperar de nuestros méritosPor J. C. N. S. Amén.

29/I/+2019 SANTOS PEDRO y PABLO, Apóstoles

29 de Junio
SANTOS PEDRO y PABLO, Apóstoles

  A ti te daré las llaves del reino de los cielos;
todo lo 
que atares sobre la tierra, 
 será atado también en los cielos.
(Mateo, 16, 19).


   San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles, y San Pablo, el Doctor de las gentes, cementaron con su sangre los cimientos de la Iglesia romana. San Pedro murió crucificado. A San Pablo se lo decapitó, el año 69. Los dos tuvieron la dicha de confirmar, con la efusión de su sangre, la doctrina que habían predicado con tanta elocuencia y confirmado con tantos milagros. Nerón, no te imagines haber triunfado: para siempre permanece la gloria del combate a favor de estos ilustres mártires, y muy pronto depondrán a tus sucesores de su trono; los césares abandonarán el Capitolio y cederán su lugar a los sucesores de San Pedro.

MEDITACIÓN SOBRE SAN PEDRO Y SAN PABLO

I. San Pedro había sido testigo ocular de la mayoría de los milagros de Jesucristo, y, con todo, lo negó tres veces en la noche misma de su Pasión. ¡Cuánta es la fragilidad del hombre abandonado a su propia miseria! Humillémonos, trabajemos en nuestra salvación con temor y temblor. Pero no desesperemos: basta una sola mirada de Jesús para sacarnos del pecado. Lloremos, pues, a ejemplo de San Pedro, que derramaba un torrente continuo de lágrimas al solo recuerdo de su perfidia. ¡Que tus lágrimas sean como la sangre que brota de las heridas de tu corazón! (San Agustín).
   
II. San Pablo, de perseguidor de Jesucristo, llegó a ser el Apóstol de las gentes. ¿Qué somos nosotros? ¿Qué hemos hecho? Si nos hemos convertido como él, mantengámonos firmes en la virtud, y muramos antes que perder la gracia de Dios. Imitemos su paciencia en los sufrimientos, su celo por la salvación de las almas, su humildad, su amor por Jesucristo. Escuchemos lo que él nos dice: Sed mis imitadores como yo lo soy de Cristo.
   
III. Considera la honra que al presente reciben en la tierra estos dos Apóstoles. Los reyes, los emperadores y los papas se consideran dichosos de poder prosternarse ante las sagradas cenizas de un pescador y de un artesano, porque la santidad los ha hecho omnipotentes en el cielo. Ambiciosos: ¿qué son los honores del mundo, comparados a éstos? Regocijé monos de que Dios haya honrado tanto a sus servidores. Pero si los santos son así honrados en la tierra, ¿qué honores no recibirán en el cielo? Humillémonos, imitemos sus ejemplos y compartiremos su gloria.

La penitencia
Orad 
por el Papa.

ORACIÓN
  Oh Dios, que habéis consagrado este día con el martirio de vuestros Apóstoles San Pedro y San Pablo, haced que vuestra Iglesia sea fiel en la observancia de los preceptos de los que han sido los primeros ministros de la santa Religión que ella profesa. Por J. C. N. S. Amén

28/VI/+2019 MISA DE LA FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

FIESTA DEL SACRATÍSIMO CORAZÓN DE JESÚS
(Doble de 1ª clase - Ornamentos blancos)


   A la fiesta del corpus la sagrada liturgia añade, como una prolongación de la misma, la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. El objeto de esta fiesta es el Corazón de Jesús, es decir, el Corazón físico del Hombre Dios, junto con la humanidad y la divinidad de Jesús, considerado como un miembro vivo y unido al todo orgánico. El Corazón corpóreo de Jesús como símbolo y expresión del amor de Cristo a los hombres, manifestado sobre todo en la Redención por la cruz y en el misterio de la Santísima Eucaristía: he aquí el verdadero objeto de la fiesta. En el Corazón de Jesús, pues, vemos, en último término, la misma persona de Jesús, la persona divina que, bajo el símbolo de su Corazón de carne, nos muestra el amor, divino y humano, de Jesús hacia nosotros. Los misterios de la Encarnación, de la resurrección y de nuestra eterna posesión y goce de la vida divina, se fundan, en último resultado, en el único misterio del Amor del Salvador hacia nosotros. Y con la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús no pretendemos otra cosa que honrar este Amor divino-humano, y sumergirnos en él. (Dom Baur).

Introito  Ps 32.
    INTROITUS Cogitationes Cordis ejus in generationem; ut éruat a morte ánimas eórum et alat eos in fame. - Ps. Exsultáte, justi, in Domino, rectos decet collaudátio.  V. Gloria Patri.   Introito - Los pensamientos de su Corazón, de generación en generación, fueron librar sus almas de la muerte y saciar su hambre (1). - Ps. Regocijaos, justos, en el Señor; de los rectos es propia la alabanza. V. Gloria al Padre.


Oración-Colecta
   ORATIO - Deus qui nobis, in Corde Filii tui, nostris vulneráto peccatis, infinitos dilectiónis thesáuros misericórditer largíri dignaris; concéde, quaesumus, ut illi devótum pletátis nostrae praetántes obsequium, dignae quoque satisfactiónis eshibeámus Officium. Per eúndem Dóminum.    R. Amen       Oh Dios, que misericordiosamente te dignas prodigarnos los infinitos tesoros de tu amor, en el Corazón de tu Hijo herido por nuestros pecados; rogámoste nos concedas la gracia de poderte tributar el devoto homenaje de nuestra piedad, a la vez que cumplimos con el deber de darle una competente satisfacción(2)Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.   RAmen.


Epístola
   San Pablo es escogido por Dios para descubrir a los hombres las riquezas del Corazón de Cristo, en toda su anchura, su largura y su profundidad.
EPISTOLA Lectio Epistolae beati Pauli Apostoli ad Ephésios  (3, 8-19)  - Fratres: mihi omnium sanctorum minimo data est gratia haec in gentibus evangelizare ininvestigabiles divitias Christi et inluminare omnes quae sit dispensatio sacramenti absconditi a saeculis in Deo qui omnia creavit ut innotescat principibus et potestatibus in caelestibus per Ecclesiam multiformis sapientia Dei secundum praefinitionem saeculorum quam fecit in Christo Iesu Domino nostro in quo habemus fiduciam et accessum in confidentia per fidem eius propter quod peto ne deficiatis in tribulationibus meis pro vobis quae est gloria vestra huius rei gratia flecto genua mea ad Patrem Domini nostri Iesu Christi ex quo omnis paternitas in caelis et in terra nominatur ut det vobis secundum divitias gloriae suae virtute corroborari per Spiritum eius in interiore homine habitare Christum per fidem in cordibus vestris in caritate radicati et fundati ut possitis conprehendere cum omnibus sanctis quae sit latitudo et longitudo et sublimitas et profundum scire etiam supereminentem scientiae caritatem Christi ut impleamini in omnem plenitudinem Dei

   Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Efesios:  - Hermanos: a mí, el último de todos los fieles, se me ha dado la gracia de anunciar en las naciones las riquezas inescrutables de Cristo, y de descubrir a todos la dispensación del misterio, que después de tantos siglos ha estado en el secreto de Dios, creador de todas las cosas; con el fin de que en la formación de la Iglesia, se manifieste a los principados y potestades en los cielos, la sabiduría de Dios en los admirables y diferentes modos de su conducta, según el designio, que puso en ejecución por medio de Jesucristo nuestro Señor, por quien, mediante su fe, tenemos confianza y acceso libre a Dios. Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual es principio y cabeza de toda la gran familia que está en el cielo y en la tierra; para que según las riquezas de su gloria os conceda por medio de su Espíritu el ser fortalecidos en virtud en el hombre interior y el que Cristo habite por medio de la fe en vuestros corazones, estando arraigados y cimentados en la caridad, a fin de que podáis comprender con todos los santos, cuál sea la anchura y longitud, y la altura y profundidad de este misterio; y conocer también aquel amor de Cristo hacia nosotros, que sobrepasa todo conocimiento, para que seáis plenamente colmados de la plenitud de Dios.
    GRADUALE (Ps. 24. 8-9 ) Dulcis et rectus Dominus, proptes hoc legem dabit delinquéntibus in via. V. Díriget mansuétos in judício, docébit mites vias suas. Alleluia, alleluia. V.(Matth. Xi) - Tóllite jugum meum super vos et discite a me, quia mitis sum et húmilis Corde, et inveniétis réquiem animábus vestris, alleluia,    Gradual - Dulce y recto es el Señor, por eso enseñará el camino a los pecadores. V. Dirigirá a los humildes por la senda de la justicia y enseñará a los mansos su camino.
Aleluya, aleluya - V. Cargad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de Corazón y hallaréis reposo para vuestras almas,   Aleluya. 


Evangelio
      Muerto el Señor en la cruz, un soldado abre de una lanzada su sagrado costado, donde se encerraba aquel Corazón divino-humano que tanto amó a los hombres y que, por amarnos tanto, se entregó a aquella muerte cruel, y de su herida brota sangre y agua, agotándose así los últimos tesoros de su amor.
USequéntia sancti Evangélii secúndum Joánem ( 19, 31-37)
   In illo témpore: Iudaei ergo quoniam parasceve erat ut non remanerent in cruce corpora sabbato erat enim magnus dies ille sabbati rogaverunt Pilatum ut frangerentur eorum crura et tollerentur. Venerunt ergo milites et primi quidem fregerunt crura et alterius qui crucifixus est cum eo. Ad Iesum autem cum venissent ut viderunt eum iam mortuum non fregerunt eius crura sed unus militum lancea latus eius aperuit et continuo exivit sanguis et aqua Et qui vidit testimonium perhibuit et verum est eius testimonium. Et ille scit quia vera dicit ut et vos credatis. Facta sunt enim haec ut scriptura impleatur: Os non comminuetis ex eo. Et iterum alia Scriptura dicit: Videbunt in quem transfixeruntCredo.

  Continuación del Santo Evangelio según San Juan - En aquel tiempo:  Los Judíos, como el viernes era de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz el sábado (que era aquel un sábado muy solemne)(3), rogaron a Pilatos que se les quebrasen las piernas a los crucificados, y los quitasen de allí. Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero y al otro que habían crucificado con él (4). Mas al llegar a Jesús, no le quebraron las piernas; sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al punto salió sangre y agua(5). Y quien lo vio, es el que lo asegura, y su testimonio es verdadero. Y él sabe que dice verdad, y la atestigua para que vosotros también creáis. Estas cosas sucedieron en cumplimiento de la Escritura: no quebraréis ninguno de sus huesos. Y también otra Escritura que dice: Pondrán los ojos en Aquel a quien traspasaron.Credo.

    OFFERTORIUM Impropérium exspectávit Cor meum et misériam, et sustínui qui simul mecum constristarétur et non fuit; consolántem me quawsívi et non invéni.   Ofertorio -  Improperios y miserias aguardó mi Corazón, y esperaba quien se condoliese de mí, y no le hubo; y quien me consolase, y no le hallé(6)


Oración-Secreta
    Répice, quaesumus, Dómine, ad ineffábilem cordis dilécti Filii tui caritátem; ut quod offérimus sit tibi munus accéptum, et nostrórum expiátio delictórum. Per eúndem Dominum.    Suplicámoste, Señor, que mires a la inefable caridad del Corazón de tu querido Hijo: para que el don que te ofrecemos te sea a ti agradable, y a nosotros nos sirva de expiación de nuestros delitos. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.  


Prefacio propio
    Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui Unigenitum tuum pendéntem láncea militis tranfigi voluisti, ut apértum Cor divinae largitátis sacrárium, torrentes nobis funderent miserationis et gratiae, et quod amore nostri flagráre  numquam déstitit, piis esset  réquies et poeniténtibus  patéret salútis refúgium. Et ideo cum Angelis et  Arcangelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni militia caelestis exércitus, hymnum gloriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:   Sanctus, Sanctus, Sanctus...

   Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Que quisiste que tu Unigénito pendiente de la cruz fuese atravesado por la lanza del soldado, para que su Corazón abierto, sagrario de tu divina liberalidad, derramase sobre nosotros los torrentes de la misericordia y de la gracia; y ya que nunca dejó de estar abrasado por nuestro amor, fuese para las almas piadosas un lugar de descanso, y un refugio de salvación abierto para los pecadores. Y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos el himno de gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, 
Santo, etc.


Comunión
   COMMUNIO  Unus militum láncea latus 
ejus apéruit, et contínuo exívit sanguis et aqua.
   Comunión. - Uno de los soldados abrió con la lanza su costado, y al punto salió sangre y agua.

Oración-Postcomunión
     Si quis sitit véniat ad me et bibat, allelúia, allelúia.   Si alguno tiene sed, venga a mí y beba, aleluya, aleluya.




  • (1)  Desde toda la eternidad y en todo tiempo y en todas las vicisitudes de la vida humana, Dios no ha cesado de pensar en nuestro bien y nuestra salvación; y porque esto es cierto, nadie debe desesperar de poder saciar un día su sed de felicidad.
  • (3) Con eso los Judíos querían cumplir la ley que prohibía dejar en la cruz a los ajusticiados más de un día (Deut. XXI, 23), y sobre todo querían que no apareciese el cuerpo de su delito el gran día de la Pascua.
  • (4) Este quebrantamiento de piernas, hacíanlo brutalmente, a poder de mazas, con lo que los infelices ajusticiados morían rápidamente.
  • (5) En el hecho misterioso de brotar esta sangre y esta agua, han visto los Santos Padres, ora el símbolo del Bautismo y de la Eucaristía, y aún de todos los siete Sacramentos; ora el origen de la Santa Iglesia, nacida del segundo Adán muerto, como Eva nació del primer Adán dormido.
  • (6) Este amargo reproche de Jesucristo, abandonado hasta por los más amigos durante su Pasión, es siempre de una actualidad dolorosa, pues siempre hay muchedumbre de almas que ni se conduelen ni consuelan a la Santa Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, en sus continuas persecuciones y acerbísimas penas.

28/VI/+2019 FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Año Litúrgico - Dom Prospero Gueranger


FIESTA DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS (Viernes de la octava del Corpus) - Año Litúrgico - Dom Prospero Gueranger
Ayer tarde se terminó, con la procesión triunfal, la Octava de plegarias y adoraciones a nuestro Señor Jesucristo, presente en la Eucaristía. Hoy la Iglesia nos exhorta a honrar de una manera especial, durante toda una nueva Octava, a su Corazón Sagrado, cuya inmensa ternura nos ha revelado ya el Sacramento. Y para animarnos a honrar a este divino Corazón con mayor devoción, Pío XI elevó esta fiesta al rito de doble de primera clase e igualó su Octava a las de Navidad y la Ascensión.
El culto del Sagrado Corazón, escribió el Cardenal Pie, es la quintaesencia del cristianismo; el compendio y sumario de toda la religión. El cristianismo, obra de amor en su principio, en su progreso y consumación, con ninguna otra devoción se identificará tan absolutamente como con la del Sagrado Corazón.
OBJETO DE LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN. — El objeto de la devoción al Sagrado Corazón, es este mismo Corazón, abrasado en amor hacia Dios y los hombres. Desde la Encarnación, efectivamente, Nuestro Señor Jesucristo es el objeto de la adoración y amor de toda creatura, no sólo como Dios, sino también como Hombre-Dios. Hallándose unidas la divinidad y la humanidad en la única persona del Verbo divino, merece todos los honores de nuestro culto, tanto en cuanto hombre, como en cuanto Dios; y así como en Dios son adorables todas las perfecciones, todo es adorable también en Cristo: su Cuerpo, su Sangre, sus Llagas, su Corazón; y por esto ha querido la Iglesia exponer a nuestra adoración, estos objetos sagrados.
EL CORAZÓN DE CARNE DEL HOMBRE-DIOS. — El día de hoy nos muestra de una manera especial el Corazón del Salvador y quiere que le honremos, ya lo consideremos en Sí mismo, o como el símbolo vivo de la caridad.
Es digno de nuestro culto por Sí mismo este Corazón de Jesús, aunque no sea nada más que un poco de carne. ¿No es el corazón en la vida natural del cuerpo humano, el órgano más noble y más necesario, el encargado de distribuir a todos los miembros, la sangre que los vivifica, que alimenta, regula y purifica? Adorar el Corazón de Jesús, es adorar, por decirlo así, en su principio, en su misma fuente, la vida de sacrificio y de inmolación de nuestro Salvador. Es adorar el precioso receptáculo donde quedaban las últimas gotas de sangre, esperando que llegara la lanzada de Longinos, para derramarse. Este Corazón traspasado, permanecerá así eternamente, testigo de una vida que se ha entregado toda entera por la salvación del mundo.
El corazón de carne ocupa también un lugar preferente en el orden moral. Siempre se le ha considerado como sede de la vida afectiva del hombre, porque es el órgano en que repercuten, de modo más perfecto todos los altos y bajos de la vida. Las pulsaciones laten en ritmo armonioso con nuestros sentimientos, emociones y pasiones. El lenguaje ha admitido esta manera de ver; el corazón es quien ama, quien se compadece, sufre, quien se consagra y se da. Y así como la bajeza del corazón es origen de todos los vicios, el corazón noble y distinguido, es fuente de donde fluyen con el amor, todas las demás virtudes. Jesús, verdadero hombre, habló así de sí mismo. Ha ofrecido su corazón humano a nuestra consideración, mostrándolo aureolado de llamas ardientes y diciendo: "¡He aquí el corazón que tanto ha amado a los hombres!", que; le ha llevado a soportar todos los sufrimientos y miserias de la humanidad, que se ha compadecido de la inmensa multitud de las almas, que le ha inspirado la idea de multiplicar los milagros, y la de instituir la sagrada Eucaristía y fundar la Iglesia, de padecer y morir para rescatarnos.
Si el corazón es para nosotros el centro donde están reunidas, el foco de donde irradian las cualidades y virtudes, si acostumbramos a venerar los corazones especialmente bienhechores, ¡cuánto más debemos honrar el Corazón de Jesús, santuario y tabernáculo de todas las virtudes! Los Himnos y Letanías del Oñcio las recuerdan ! con numerosas invocaciones que ponderaremos y meditaremos durante estos días. Y para persuadirnos más aún de la importancia y utilidad de la devoción al Sagrado Corazón, oigamos lo que decía un piadoso cartujo de Tréveris, muerto en 1461. Sus palabras nos indicarán todo lo que de- v bemos hacer para penetrar y vivir conforme a las intenciones de la Iglesia, que son las mismas de su celestial Esposo:
"Si queréis purificaros de vuestros pecados fácil y perfectamente, libraros de vuestras pasiones y enriqueceros de todos los bienes, ingresad en la escuela de la caridad eterna... Volved de nuevo, sumergios en espíritu..., todo vuestro , corazón y alma, en el dulcísimo Corazón de Nuestro Señor Jesucristo clavado en la cruz. Este Corazón rebosa de amor... Por su mediación tenemos acceso ante el Padre, en unidad de espíritu; abraza en su inmenso amor a todos los elegidos... En este dulcísimo Corazón hállase toda virtud, la fuente de la vida, la consolación perfecta, la verdadera luz que ilumina a todo hombre, pero de una manera especial a aquel que acude a El devotamente en las necesidades y aflicciones de la vida. Todo bien deseable se encuentra en él en abundancia; toda salvación y gracia nos llega de ese Corazón dulcísimo, no de otra parte. Es el foco del amor divino, siempre encendido en el fuego vivo del Espíritu Santo, que purifica, consume y transforma en su propio ser a todos aquellos que se unen y desean juntarse a El. Así pues, como todo bien nos llega de este dulcísimo Corazón de Jesús, debéis también referirlo todo a El, sin apropiaros nada... Confesaréis vuestros pecados en este mismo Corazón, pediréis perdón y gracia, Le alabaréis y agradeceréis... Por esto mismo, besaréis frecuentemente, con reconocimiento, este piadosísimo Corazón de Jesús inseparablemente unido al Corazón divino donde están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia de Dios, quiero decir una imagen de este Corazón, o el Crucifijo. Aspiraréis continuamente a contemplarlo frente a frente, confiándole vuestras penas; así atraeréis a vuestro corazón, su espíritu y su amor, sus gracias y sus virtudes; a El deberéis acudir en los bienes y en los males, pondréis en El vuestra confianza, os acercaréis a El, habitaréis en su intimidad, a fin de que El, en cambio, se digne hacer su morada en vuestro corazón; allí descansaréis dulcemente y reposaréis en paz. Pues, aunque os abandonen los corazones de todos los mortales, este Corazón fidelísimo jamás os engañará, ni os abandonará. No descuidaréis tampoco honrar devotamente, e i n - vocar a la gloriosa Madre de Dios y dulce Virgen María, para que ella se digne obteneros del dulcísimo Corazón de su Hijo todo lo que necesitéis. Como correspondencia, ofreceréis todo al Corazón de Jesús por sus manos benditas".
MISA
El Introito canta los designios eternos de Dios con sus creaturas; designios llenos de bondad y de misericordia, de libertad y de vida; quiere librarlas de la muerte y las alimenta en tiempo de escasez. El Calvario y la Eucaristía, he ahí la manifestación del amor de Cristo hacia nosotros.
INTROITO
Los designios de su Corazón permanecen de generación en generación: para librar de la muerte sus almas y alimentarlas en el hambre. — Salmo: Alegraos, justos en el Señor: a los rectos conviene la alabanza. V. Gloria al Padre.
La Colecta resume de un modo maravilloso, el objeto de la presente ñesta. En el Corazón de su Hijo, en ese Corazón que nuestros pecados han hollado y herido, Dios nos dispensa misericordiosamente los tesoros infinitos de su amor. Nuestro culto al Sagrado Corazón no debe ser pues solamente un culto de reconocimiento por todos los beneficios divinos de amor y piedad; debe ser también un culto de expiación, de satisfacción por nuestras ofensas, por las ingratitudes y crímenes de todo el género humano; hacia esta obligación reparatoria enfoca la Iglesia nuestra devoción y nuestra plegaria.
COLECTA
Oh Dios, que, en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, te dignas darnos misericordiosamente los infinitos tesoros de tu amor: haz, te suplicamos, que, al presentarle el devoto obsequio de nuestra piedad, le ofrezcamos también el homenaje de una digna satisfacción. Por el mismo Señor.
EPISTOLA
Lección de la Epístola del Ap. S. Pablo a los Efesios. (in, 8-19).
Hermanos: A mí, el más pequeño de todos los santos, se me ha concedido esta gracia: la de anunciar a las gentes las inescrutables riquezas de Cristo: y la de revelar a todos cuál es la dispensación del misterio escondido desde los siglos en el Dios que creó todas las cosas: para que la multiforme sabiduría de Dios sea notificada ahora por la Iglesia a los principados y potestades en los cielos, conforme a la determinación eterna que hizo en Nuestro Señor Jesucristo, en el cual tenemos confianza y entrada segura por medio de su fe. Por esta causa, doblo mis rodillas ante el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, del cual procede toda paternidad en los cielos, y en la tierra, para que, conforme a las riquezas de su gloria, haga que seáis corroborados con vigor por su Espíritu en el hombre interior: que Cristo habite, por la fe, en vuestros corazones : que estéis enraizados y cimentados en la caridad, para que podáis comprender con todos los santos cuál sea la anchura, y la largura, y la sublimidad, y la hondura: que conozcáis también la caridad de Cristo, que sobrepuja toda ciencia, para que seáis henchidos de toda la plenitud de Dios.
EL MISTERIO DE CRISTO. — Conviene retener en la memoria este pasaje luminoso en que San Pablo nos descubre en términos sublimes, el amor infinito de Dios hacia las criaturas. Eternamente, Dios tiene concebido su plan que es como la razón, la explicación, el motivo de la creación; y este plan es el de llamar a la humanidad entera a participar de la vida de Cristo. Tanto amó Dios a los hombres, que les entregó a su único Hijo, para que por él y en él fueran también los hombres, a su vez, hijos suyos para la eternidad. Cristo y sus tesoros de sabiduría y ciencia, Cristo, en quien todas las naciones son benditas y todos los hombres se salvan, identificados con él en la unidad del cuerpo místico; Cristo, que mora en nosotros y que nos hace vivir de la fe y del amor, ¡he aquí el misterio que apenas vislumbraron los Patriarcas y Profetas, y que se nos revela, en el Nuevo Testamento, con una claridad incomparable! Mas el Misterio de Cristo no se completa verdaderamente sino en nosotros y con nuestra cooperación. Todas las riquezas puestas tan liberalmente por Dios a nuestra disposición, cuya fuente es Cristo: la Iglesia, los Sacramentos, la Eucaristía, tienen como único fin la santificación individual de cada una de nuestras almas. Por eso el Apóstol eleva a Dios una oración apremiante, rogándole que sus ansias de misericordia y de amor, no queden fallidas ante nuestra obstinada rebelión, que no se vean frustrados los esfuerzos realizados en el Calvario. Le hace una súplica solemne para que reine por completo en nosotros ese ser interior que se nos infundió en el bautismo, el hombre nuevo, el cristiano, el hijo de Dios, mediante la ruina del hombre viejo por una constante adhesión a Cristo, una real comunión de vida, que someta a El toda nuestra actividad. Entonces la caridad resplandecerá soberana en nosotros y la realización completa del plan divino será coronada por la felicidad eterna.
En el Gradual y Verso aleluyático, se ponen a nuestra consideración e imitación, el inmenso amor que llena el Corazón del Hombre-Dios y le ha llevado a abrazar dolores increíbles para salvarnos, la dulzura y humildad de ese Corazón divino, síntesis que caracteriza toda la vida del Salvador.
GRADUAL
Dulce y recto es el Señor, por eso aplicará la ley a los que se aparten del camino. J. Guiará con juicio a los pacíficos, enseñará a los mansos sus caminos.
Aleluya, aleluya. V. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Aleluya.
EVANGELIO
Continuación del santo Evangelio según S. Juan. (XIX, 31-37).
En aquel tiempo, los judíos, porque era la Parasceve, para que no permanecieran los cuerpos en la cruz el sábado, porque era un gran día aquel sábado, rogaron a Pilatos que fueran quebradas sus piernas y se quitasen. Fueron, pues, los soldados: y quebraron las piernas del primero y las del otro que habían sido crucificado con él. Mas, cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no quebraron sus piernas: sino que uno de los soldados abrió con la lanza su costado, y al punto brotó sangre, y agua. Y, el que lo vió, da testimonio de ello: y su testimonio es verdadero. Y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Porque sucedió esto para que se cumpliera la Escritura: No le quebraréis un hueso. Y de nuevo otra Escritura dice: Verán al que traspasaron.
"¡Verán al que traspasaron!" Escuchemos este texto misterioso con el recogimiento emocionado de nuestra Madre la Iglesia. Veamos el origen de su nacimiento, Ha nacido ciertamente del Corazón del Hombre-Dios. No puede tener otro origen, porque es la obra, por excelencia, de su amor, y todas las demás obras las ha hecho con miras a esta Esposa. Eva fué extraída del costado de Adán de un modo figurativo; pero la huella no debía permanecer allí, por temor de que no pareciese que la mujer había sido extraída del hombre sino sólo por un gran misterio, y para que no se quisiera ver en ello inferioridad de naturaleza para ella. Mas era conveniente que en el Salvador perdurasen las huellas gloriosas de esta procedencia, porque El verifica la realidad. Es necesario, que su Esposa, fundada en este origen, pueda tener acceso a su amor, y que los caminos se abran siempre ante su presencia, para que logre conquistar pronto y con seguridad su Corazón en todas las cosas.
El Domingo de Ramos, escuchamos ya en la antífona del Ofertorio, el llanto doloroso del Señor, al verse abandonado de todos sus amigos durante su Pasión. Al repetirla aquí, la Iglesia nos exhorta a consolar a este Corazón Sagrado tan frecuentemente vulnerado por los pecados de los ingratos, uniendo para esto nuestra oblación a la de Cristo. Mas, aunque el valor del sacrificio de Cristo es universal e inagotable, sin embargo de eso, la admirable disposición de la divina Sabiduría exige que la aplicación de sus frutos se halle en relación con nuestra colaboración, y que, según las palabras del Apóstol completemos en nuestra carne lo que falta a la Pasión de Cristo en favor de su cuerpo místico. Para recibir los frutos de salvación, ministros y fieles deben unir su inmolación a la del Salvador, para que también ellos se muestren hostias vivas, santas y agradables a Dios.
OFERTORIO
Improperio y miseria soportó mi Corazón, y esperé a que alguien se contristara conmigo, y no lo hubo; busqué quien me consolara, y no lo hallé.
Tanto la Secreta como el Prefacio que la sigue, rememoran las ideas expresadas por la Colecta: gracia y misericordia, amor y reparación, son los grandes pensamientos que la Iglesia nos sugiere durante este día.
SECRETA
Suplicárnoste, Señor, mires a la inefable caridad del Corazón de tu amado Hijo: para que, lo que te ofre-'' cemos, sea un don que te agrade a ti y sirva de expiación de nuestros pecados. Por el mismo Señor.
PREFACIO
Es verdaderamente digno y justo, equitativo y saludable que, siempre y en todo lugar te demos gracias. a ti, Señor santo, Padre omnipotente, eterno Dios: Que quisiste que tu Unigénito, pendiente de la cruz.j fuera traspasado por la lanza de un soldado; para que' el corazón abierto, sagrario de la divina largueza, de-¡ rramase sobre nosotros torrentes de misericordia y de gracia, y, el que nunca cesó de arder en amor por nosotros, fuese descanso para los piadosos y para los penitentes patente asilo de salud. Y, por eso con los Angeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, con toda la milicia del ejército celeste, cantamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo, etc.
Al repetir la Comunión las palabras del Evangelio, nos invita a considerar el Corazón de Cristo, abierto, herido por nuestros pecados, de donde brotan torrentes de gracia vivificante.
COMUNIÓN
Uno de los soldados abrió con la lanza su costado, y al punto salió sangre y agua.
POSCOMUNIÓN
Dennos, Señor Jesús, tus santos Misterios un fervor divino con el que, experimentada la suavidad de tu dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar las cosas terrenas y a amar las celestiales. Tú que vives.
ACTO DE DESAGRAVIO
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

(Ordenado por el Papa Pío XI)
¡Oh dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago de los ingratos más que olvido, negligencia y menosprecio! Vednos postrados ante vuestro altar, para reparar con especiales homenajes de honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren vuestro amantísimo Corazón.
Mas, recordando que también nosotros alguna vez nos hemos manchado con tal indignidad, de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar, con voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en: su infidelidad, o no quieren seguiros como a Pastor y Guía, o, conculcando las promesas del Bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de vuestra ley.
Nosotros queremos expiar tan abominables pecados, especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida y de los vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias proferidas contra Vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a vuestro Vicario y al orden Sacerdotal, las negligencias y horribles sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del Amor y, en fin, los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los derechos y al magisterio de la Iglesia por Vos fundada.
¡Ojalá nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas, entretanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen, vuestra Madre, con la de los Santos y la de las almas buenas, os ofrecemos la satisfacción que Vos mismo ofrecisteis un día sobre la cruz al Padre Eterno, y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos, para que vayan en vuestro seguimiento.
¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación. Concedednos la gracia de ser fieles a vuestros mandamientos y a vuestro servicio hasta la muerte, y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual llegemos felizmente a la gloria, donde, en unión con el Padre y el Espíritu Santo, vivís y reináis. Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

TOMADO DE: CATÓLICOS ALERTA

28/VI/+2019 SAN SANSÓN de Dol, Obispo

28 de julio
SAN SANSÓN DE DOL, Obispo

(565 d. C.)


   San Sansón fue uno de los principales misioneros ingleses del siglo VI. Actualmente se le venera en Gales del Sur y en Bretaña. Nació hacia el año 485. Su padre, Amón, era originario de la provincia de Dyfed y su madre, Ana, de Gante. El nacimiento del niño fue la respuesta del cielo a las incesantes oraciones de sus padres. Por ello, cuando Sansón tenía apenas cinco años, sus padres le consagraron a Dios en el monasterio fundado por San Iltud en Llantwit de Glamorgan, que fue un verdadero almacigo de santos. Sansón fue desde el primer momento muy virtuoso, de inteligencia despejada y de gran austeridad de vida. San Dubricio le ordenó primero diácono y después sacerdote. Como Sansón era todavía muy joven, ello despertó la envidia de dos monjes que eran hermanos entre sí y sobrinos de San Iltud, ya que uno de ellos aspiraba a suceder a su tío en el gobierno del monasterio. Dichos monjes trataron de envenenar a Sansón, pero el veneno no le produjo efecto alguno. Entonces, uno de los dos hermanos se arrepintió. El otro fue víctima de un ataque en el momento en que recibía la comunión de manos de su victima, pero las oraciones del santo le restituyeron la salud. Sansón obtuvo permiso de trasladarse a una isla en la que había un monasterio gobernado por un tal Piro. Se cree que se trataba de la isla de Caldey, frente a la costa de Pembrokeshire. Ahí, el santo "pasaba día y noche en oración y comunión con Dios y llevaba una vida de admirable paciencia y recogimiento y, sobre todo, de gran amor de Dios. Empleaba el día entero en el trabajo manual, con la mente puesta en Dios." Como el padre de Sansón sintiese que se acercaba la hora de su muerte, mandó llamar a su hijo. Este se resistió al principio a volver al mundo, pero Piro le reprendió y le dio a un diácono por compañero. Cuando Sansón administró los sacramentos a su padre, éste recobró la salud. Entonces el padre y la madre del santo determinaron abandonar el mundo. Después de encontrar acomodo a su madre en un convento, Sansón regresó a la isla con su padre, su tío Umbrafel y el diácono que le había acompañado. San Dubricio había ido a la isla a pasar la cuaresma, según la costumbre de la época y, cuando se enteró de las maravillas que había obrado Sansón durante el viaje, decidió llevarle consigo a su monasterio. Poco después falleció Piro y Sansón fue elegido abad. Viviendo casi en completa clausura, Sansón consiguió restablecer poco a poco la disciplina en el monasterio. También hizo un viaje a Irlanda y dejó a cargo de Umbrafel un monasterio que se le confió en aquel país. A su vuelta a la isla, renunció al cargo de abad y se retiró con su padre y otros dos monjes a una ermita de las cercanías del río Severn.

   Pero la paz se vio pronto turbada en aquella soledad, ya que Sansón fue nombrado abad del monasterio que, "según se dice, había fundado San Germán." Poco después, San Dubricio le confirió la consagración episcopal. La víspera de la Pascua, Sansón tuvo una visión en la que se le ordenó que partiese al otro lado del mar. Así pues, se trasladó a Cornwall con sus compañeros; al cabo de un "viaje feliz, con viento favorable", desembarcó en los alrededores de Padstow. Inmediatamente, se dirigió al monasterio de Docco (actualmente de San Kew). En cuanto los monjes supieron que se hallaba en las cercanías, enviaron al hombre más prudente del monasterio, Winiaw, quien poseía el don de profecía, para que saliese a su encuentro. Ello no significa que le hayan recibido particularmente bien, ya que, cuando Sansón decidió quedarse en el monasterio, Winiaw le indicó con gran tacto que no lo hiciese, "pues nuestra observancia ya no es la que solía ser. Prosigue tu camino en paz..."

   Sansón interpretó esas palabras como una señal de Dios y atravesó todo Cornwall en una carreta que había llevado de Irlanda. En el distrito de Trigg convirtió a muchos idólatras al resucitar un niño que se había caído del caballo. Fundó una iglesia en Southill y otra en Golant, siguió el río Fowey hasta la desembocadura y ahí se embarcó con rumbo a la Bretaña, dejando al cuidado de su padre el monasterio de Southill. No es imposible que durante su larga estancia en Cornwall haya visitado las Islas Scilly, ya que una de ellas tomó el nombre del santo.

   Los biógrafos de Sansón hablan, sobre todo, de los milagros que realizó en la Bretaña. Viajó por toda la región predicando el Evangelio y llegó hasta las Islas del Canal; uno de los pueblecitos de Guernsey lleva su nombre. Igualmente fundó dos monasterios: uno en Dol y otro en Pental, en la Normandía. El santo fue uno de los que ayudaron al legítimo príncipe Judual a recobrar el trono que le había arrebatado su rival, Conmor, el año 555. En una visita que hizo a París, Sansón atrajo sobre sí las miradas del rey Childeberto; según se cuenta, el monarca le nombró obispo de Dol. Probablemente nuestro santo fue el "Sansón, Pecador, Obispo" que firmó las actas del Concilio de París el año 557. Pero es cierto que Dol no constituyó una sede episcopal regular sino hasta el siglo IX. San Sansón murió apaciblemente entre sus monjes, el año 565.
   Se ha discutido mucho acerca de la fecha y el valor histórico de la biografía de Sansón, publicada por Mabillon y en Acta Sanctorum, julio, vol. VI, Robert Fawtier hizo una edición moderna del texto, La vida de S. Sansón (1912). Dicho autor llega a la conclusión de que la obra se debe a la pluma de un monje de Dol, que fue escrita a fines del siglo VIII o a principios del IX, y que carece absolutamente de valor histórico. Pero otros especialistas de la hagiografía céltica opinan de modo muy diferente. F. Duine (Origines Bretonnes: la Vie de S. Samson, 1914), siguiendo la opinión de La Borderie, sostiene que la biografía data a más tardar de 1610-1615. Mons. Duchesne, quien al principio se había pronunciado en favor de la opinión de que la obra data del siglo IX, aceptó más tarde la hipótesis de La Borderie. El canónigo T. Taylor, quien publicó una traducción inglesa de la biografía con una admirable introducción (The Life of St. Samson of Dol, 1925), opina también que el texto data de principios del siglo VII y posee valor histórico. Cf. LBS., vol. IV, pp. 130 ss.; Burkitt, en Journal of Theological Studies, vol. XXVII (1925), pp. 42-57; A. V. Wade-Evans, Welsh Christian Origins (1934), pp. 205-233; y G. H. Doble, St. Samson in Cornwall (1935). El nombre del santo figura en muchos calendarios medievales ingleses.

28/VI/+2019 SANTA CATALINA THOMAS y GALLARD, Virgen

28 de julio
SANTA CATALINA THOMAS y GALLARD, Virgen

La humildad, pues, nos perfecciona en lo que mira a Dios,
y la mansedumbre en lo que toca al prójimo
 
(San Francisco de Sales).

   Religiosa agustina nacida en Valldemosa (Mallorca), hacia el año 1533. Huérfana de padre y madre desde su tierna edad, hubo de recogerse en casa de sus tíos, quienes con su áspero trato ejercitaron su paciencia y humildad, de que tan sublimes ejemplos mostró durante su vida.
   A los diecinueve años, después de haber llamado inútilmente a la puerta de varios conventos, fue admitida en las canonesas de san Agustín, en la ciudad de Palma. Toda su vida se desarrolló en un ambiente sobrenatural y divino. A pesar de su carencia de letras y de su humilde estado de hermana lega, los personajes más célebres de su tiempo la consultaban como a oráculo divino. Murió en 1572, y su cuerpo virginal se halla aún incorrupto
no hay dibujo hasta ahora (Sgda. Flia)
Se la compara siempre a una florecilla del campo, y aunque la imagen sea tan cursi hay que convenir en que a veces los tópicos más manidos se remozan si sabemos ser más sensibles a la exactitud de su alusión. Ésta es una santa tan sencilla, tan insignificante en su apariencia, que hace pensar en la flor silvestre en la que sólo reparan los ojos que saben ver.
   Mallorquina de Valldemosa (Mallorca), al quedar huérfana fue a vivir con un tío en la finca de Son Gallart, cerca del pueblo, haciendo de criadita y de pastora; un ermitaño, el padre Antonio Castañeda, la dirigía espiritualmente.
   Luego se trasladó a Palma para trabajar de sirvienta con el propósito de hacerse religiosa, pero al no tener dote ni instrucción, ninguna de las comunidades de la ciudad quiso aceptar a aquella payesita. Catalina rezaba.
   Por fin se allanaron todas las dificultades, inexplicablemente tres conventos estuvieron dispuestos a admitirla, y ella eligió - porque en resumidas cuentas pudo elegir a su gusto - el de Santa María Magdalena, de monjas agustinas, en el cual tomó el velo en 1553.
   También allí vivió sólo para servir - nunca pasó de enfermera y ayudante de tornera -, entre éxtasis, visiones y gracias espectaculares que hacían que acudiesen a ella muchos de la ciudad para pedir sus consejos y encomendarse a sus oraciones. Nada de eso cambió su actitud de obediencia y humildad, y a menudo se complacía en rasgos extravagantemente infantiles para que la tomaran por tonta.
   La santita de Valldemosa aparece en fiestas y procesiones populares en las que no faltan disfraces de demonios en recuerdo de los embates del Maligno contra aquella criatura de Dios.

28/VI/+2019 SAN INOCENCIO, Papa y Confesor

28 de julio
SAN INOCENCIO
, Papa y Confesor




   San Inocencio estaba en Ravena cuando Alarico, rey de los godos, saqueó la ciudad de Roma. Después de la partida de los bárbaros, volvió a Roma a consolar a su afligido pueblo. La paciencia que inspiró a los cristianos en esas tristes circunstancias impresionó vivamente a los paganos y convirtió a gran número de ellos. Condenó los errores de los pelagianos y excomulgó al emperador Arcadio y a la emperatriz Eudocia, por haber desterrado a San Juan Crisóstomo. Murió en el año 417, después de 15 años de pontificado.

MEDITACIÓN SOBRE LA INOCENCIA

   I. Hay que ser inocente para entrar en el cielo; nada sucio penetra en él. Si perdiste la inocencia bautismal, será menester no sólo recurrir al sacramento " de la penitencia, sino también expiar con lágrimas, oraciones y buenas obras, la pena debida por tus pecados mortales, aunque estén perdonados; si aquí abajo no pagas esa deuda, forzoso será que la pagues en las llamas del Purgatorio. Elige. Solamente hay dos caminos para llegar al cielo: la inocencia y la penitencia. El primer grado de la felicidad es no pecar; el segundo, reconocer las faltas. (San Cipriano).

   II. Vela por la pureza de tus manos, de tu corazón, de tu lengua, es decir, de tus acciones, de tus pensamientos y de tus palabras. Tus palabras son el intérprete de tus pensamientos; serán puras si tus pensamientos son puros, porque de la abundancia del corazón habla la boca. La bondad como la malicia de nuestras acciones viene de nuestra voluntad: de ella proceden la vida y la muerte. Cuida, pues, con todo esmero, la pureza de tu corazón.

   III. Si injustamente se te acusa de alguna maldad, regocíjate al verte tratado como lo fue Jesucristo. Consuélate con el testimonio de tu conciencia y con el pensamiento de que Dios conoce tu inocencia. Quéjate a Jesús crucificado, como un amigo a su amigo, de la injuria que se te hace. Dile: Señor, soy inocente de la maldad que se me imputa, pero he cometido muchas otras que merecen mayor castigo. Menos sufrimos de la que en realidad merecemos. (Salviano).

La santidad
Orad por la Jerarquía

ORACIÓN
   Señor, que la generosa confesión de vuestros santos Nazario, Celso, Víctor e Inocencio reanime nuestro valor y nos obtenga el socorro que reclama nuestra flaqueza. Por J. C. N. S. Amén. 

28/VI/+2019 SAN VICTOR, Papa y Mártir

28 de julio
SAN VÍCTOR, Papa y Mártir



   San Victor I (189-199) Era africano. Su pontificado coincidió con un período tranquilo y favorable para el Cristianismo, gracias a la influencia ya la protección de dos mujeres: Marcia y Julia Domna, respectivas esposas de Cómodo y de Septimio Severo. De esta forma pudo dirigir su labor a la solución de algunos problemas importantes.

   Para oponerse al gnosticismo ya otras formas herejes que iban asentándose, convocó un concilio en el año 198. El concilio fue una buena ocasión para dirimir y resolver cuestiones de carácter religioso y disciplinario.

   Víctor era proclive a no aconsejar, sino a imponer a las otras Iglesias el juicio de Roma, produciendo a veces el resentimiento de algunos obispos que no tenían tendencia a aceptar tales imposiciones. Fue el caso de Policrates, obispo de Éfeso, que se ofendió por esta ingerencia. El tema era de nuevo la Pascua. Víctor reiteró las decisiones de Sotero y Eleuterio, tanto por lo que concernía la fecha, que tenía que ser un domingo, como la presencia de algunas costumbres procedentes del judaísmo, y aún perpetuadas en algunas comunidades cristianas. Por ejemplo comer el cordero pascua.

   Para suprimir estas costumbres, y para unificar los ritos en todas las Iglesias, Víctor encomendó a Policrates que convocara la reunión de un concilio. La conclusión conciliar fue que se declaró lícito para todos respetar sus propios ritos y costumbres. Policrate se justificó ante el Papa con una carta, en la que entre otras cosas afirmaba: "...hay que obedecer más a Dios que a los hombres". Con el tiempo todas las Iglesias se uniformaron.

28/VII/+2019 SANTOS NAZARIO Y CELSO, Mártires

28 de julio
SANTOS NAZARIO y CELSO, Mártires



Yo tengo contra ti, que decaíste de tu primera caridad. (Apocalipsis, 2, 4).

   La única información histórica que poseemos en relación a estos dos mártires es el descubrimiento de sus cuerpos por San Ambrosio. Paulinus (Vita Ambrosii, XXXII-XXXIII) relata que Ambrosio, en algún momento durante los tres últimos años de su vida, después de la muerte del Emperador Teodocio (m. 395), descubrió en un jardín fuera de los muros de Milán, el cuerpo de San Nazario, con su cabeza rígida y aún manchada con sangre y por él, fue enviada a la Basílica de los Apóstoles. En el mismo jardín, Ambrosio del mismo modo descubrió el cuerpo de San Celso por quien fue trasladado a la misma basílica. Obviamente, una tradición respecto a estos mártires existe en la comunidad Cristiana de Milán lo que llevó al descubrimiento de los dos cuerpos. Se ubica el martirio de estos testigos de la fe, durante la persecución de Nerón y describe con muchos detalles los supuestos viajes de San Nazario a través de la Galia e Italia. Es también relacionado con los dos mártires Gervacio y Protasio. Paulino dice claramente (1.c.) que la fecha en la cual Nazario sufrió su martirio es desconocida. El discurso elogiando a los dos santos, atribuido a San Ambrosio (Sermo lv, in P.L., XVII, 715 sqq.), no es genuino. San Paulino de Nola habla en alabanzas de San Nazario en su Poema XXVII (P.L., LXI, 658). Un magnífico relicario de plata con interesantes figuras que data del  siglo cuarto, fue encontrado en la iglesia de San Nazario en Milán (Venturi, "Storia dell' arte italiana", I, Milan, 1901, fig. 445-49). 

INTRODUCCIÓN

Acerca de la Santa Misa