HOY FESTEJAMOS:

21 de Noviembre

LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Ninguno puede servir a dos señores, porque tendrá
aversi6n al uno, y amor al otro, 
si se sujeta
al primero, mirará con desdén al segundo.
No podéis servir a Dios ya las riquezas.
(Mateo, 6, 24).

   María fue presentada en el Templo por sus padres a la edad de tres años, para ser educada allí santamente en el servicio del Señor. Los padres y las madres de las principales familias de Jerusalén concurrieron al Templo para rendir homenaje a la familia de David, y los ángeles cubrieron a la niña con sus alas y cantaron en armonioso concierto. Aunque niñita, conocía ella la grandeza del Señor a quien iba a servir. Así, para llegar hasta el pontífice Zacarías, subió las gradas del Templo con una firmeza y una agilidad que excedían la de su edad. El Espíritu de Dios que animaba su alma suplía la flaqueza de su cuerpo.

MEDITACIÓN: SOBRE LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

   I. Desde los tres años de edad, es decir, lo más pronto que puede, María se consagra al servicio del Señor. Sus padres la ofrecen con gusto a Aquél que se las había concedido accediendo a sus plegarias.
¡Dichosos los que desde tierna edad comienzan a servir a Dios! ¿Qué esperas tú para darte a Dios? Dale todo lo que tengas; nada perderás en el cambio, porque Él se dará a ti enteramente. Es un cambio ventajoso abandonar todo por un bien que es superior a todo. (San Bernardo).

   II. María, en este día, ofrece al Señor todo lo que tiene, todo lo que puede hacer, y todo lo que es; en una palabra, se da a Él sin reserva. ¿Imitas a María, tú que das a Dios una partícula de tu corazón y que lo reservas por entero para el mundo y para ti mismo? Quieres dividir tu corazón entre las creaturas y Dios; es imposible. ¡Señor, es tardar demasiado no darme a un Señor tan bueno! Os ofrezco mi cuerpo y mi alma, todo lo que tengo, todo lo que puedo y todo lo que soy.

   III. María se consagra para siempre al servicio de Dios, y si sale del Templo es solamente porque Ella es el templo vivo en que debe habitar Jesús. ¿No es verdad acaso que te has presentado alguna vez a Dios para servirlo? Pero, cobarde de tí, pronto te has cansado de servir a un Señor tan bueno: te has retractado, con tus acciones, de la promesa que le habías hecho! Virgen Santa, preséntame a tu Hijo muy amado; quiero ser todo de Él hasta el fin e mi vida. En un cristiano, no es el comienzo, sino el fin lo que merece elogios. (San Jerónimo).

La devoción a la Santísima Virgen
Orad por los que quieren 
 abrazar la vida religiosa.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis querido que la Bienaventurada María, siempre virgen, en quien residía el Espíritu Santo, fuese hoy presentada en el Templo, haced, por su intercesión, que merezcamos ser presentados en el templo de vuestra gloria. Por J. C. N. S. Amén.

HOY FESTEJAMOS TAMBIÉN EL TRIUNFO DE:

21/XI SAN COLUMBANO, Abad

21 de Noviembre
SAN COLUMBANO, Abad


San Columbano el Joven, monje irlandés de la segunda mitad del siglo vi y principios del vii, es indudablemente uno de los hombres a quienes más debe la cultura, civilización y espíritu cristiano, tan característicos de la Europa medieval. Es uno de los pioneros de aquellos ejércitos de monjes que, saliendo de los grandes monasterios fundados por San Patricio de Irlanda, entraron en el continente europeo y contribuyeron eficazmente a la cristianización. del centro y del norte de atropa. Con su inflamado amor de Dios, y del prójimo y su espíritu de sacrificio llevado al más sublime heroísmo, realizaron una obra verdaderamente gigantesca, de que difícilmente nos podemos hacer cargo en nuestros días.
   
Entre todos los monjes misioneros que, primero desde Irlanda y más tarde también desde la Gran Bretaña, pasaron al continente, sobresale de un modo especial San Columbano, en quien ponderan mucho sus contemporáneos sus dotes morales extraordinarias y aun sus fuerzas corporales, verdaderamente hercúleas.
   
Un rasgo trasmitido por los historiadores nos indica bien a las claras la energía indomable del carácter de San Columbano, a la vez que sus fuerzas hercúleas. Teniendo ya setenta años, ayudaba con sus propias manos a los monjes en el cortar y transportar los troncos de los árboles que servían para la construcción del monasterio de Bobbio, en Italia. Igualmente contaban sus discípulos cómo algunas veces, atravesando a pie algunos bosques, entablaba luchas cuerpo a cuerpo con los osos salvajes hasta dominarlos y rendirlos a sus pies.
   
No conocemos exactamente el año del nacimiento de San Columbano, pero debió dé tener lugar en torno al año de la Muerte de San Benito, el 543, en la región occidental de Leinster, donde recibió una sólida educación cristiana. Es interesante un episodio que nos refieren algunos documentos antiguos sobre las primeras luchas que su naturaleza exuberante y fuerte tuvo que mantener contra las tentaciones de la carne. Efectivamente, habiendo sido tentado insistentemente por algunas mujeres, acudió angustiado en demanda de consejo a una virgen solitaria que desde hacía muchos años gozaba ,de gran prestigio de santidad, y ella le respondió que debía huir decididamente la tentación incluso abandonando el lugar de su nacimiento.
   
Pero de esta anécdota, de cuya autenticidad histórica no tenemos plena garantía, lo más provechoso y positivo es la razón que, según el biógrafo Jonás, le dio la virgen solitaria, y ha quedado desde entonces como norma práctica de la ascética cristiana frente a este género de tentaciones. Efectivamente, le dijo: "¿Piensas tú que podrás fácilmente resistir la tentación de esas mujeres? ¿Recuerdas a Eva tentando y a Adán cediendo? ¿No fue  también Sansón débil frente a Dalila? ¿No perdió David su antigua rectitud seducido por la hermosura de Betsabé? ¿No fue  engañado el sabio Salomón por el amor a las mujeres? Así, pues, márchate lejos y apártate del río en el que tantos han caído".
  
Así, pues, Columbano abandonó de hecho a su madre y su tierra y se dirigió a Sinell, donde un experimentado solitario lo inició en la vida de consagración a Dios, y poco después, al gran monasterio de Bangor, donde recibió la sólida educación ascética que entonces se estilaba. De carácter serio e inclinado a la rigidez, su grande alma lo inclinó bien pronto a emprender alguna hazaña extraordinaria. Vencida, no sin gran dificultad, la oposición de su abad, dirigióse con doce compañeros a tierras extrañas con el fin de trabajar por la colonización e instrucción de los pueblos bárbaros. A los pocos días de viaje aportaron en el continente y se internaron en el reino de los francos. Los nuevos huéspedes debieron de llamar notablemente la atención aun por su exterior. Mientras los monjes occidentales llevaban el pelo cortado, según la llamada tonsura de San Pedro, de modo que les quedaba en torno a la cabeza una corona de pelo algo más crecido, los monjes irlandeses dejaban crecer el pelo por la parte posterior de la cabeza, de modo que les caía por encima de la espalda. En sus manos llevaban unos bordones. Cruzados a la espalda y atados con correas, traían consigo sacos de piel, en donde guardaban sus más preciados tesoros: los libros litúrgicos.
   
Precisamente entonces se hallaba en notable decadencia aquel espíritu religioso que tan buen comienzo había tomado un siglo antes con Clodoveo. Describiendo la situación del país de los francos a fines del siglo vi, nos dice el biógrafo de San Columbano: "Allí, a causa de las frecuentes invasiones de los enemigos exteriores, o por la negligencia de los pastores, el espíritu religioso había casi desaparecido. Sólo quedaba en pie la fe cristiana". En estas circunstancias tan críticas, y como medio buscado por la Providencia, presentóse San Columbano en las Galias.
   
A pesar del rigorismo con que se presentaron él y sus compañeros, en todas partes les acompañó el éxito más lisonjero. El monasterio de Luxeuil, fundado por el Santo, constituyóse en punto céntrico de cultura e influencia cristiana. Bien pronto siguieron otros monasterios en todo el centro de Europa. Los hijos de los nobles que iban a esos monasterios a recibir la educación cristiana eran cada día más numerosos. A los monasterios de varones siguieron otros de mujeres. En realidad, gran parte de los fundados durante los siglos VII y vIII están relacionados con San Columbano. De más de cincuenta de todo el Continente se puede probar que estuvieron bajo el influjo de los monjes traídos por él. Por otro lado, precisamente ese plantel incomparable de monasterios fue  en los siglos siguientes la base de todo lo que significa civilización.
   
En efecto, no era solamente la vida religiosa lo que en aquellos monasterios se cultivaba. Muchos de ellos, fundados en medio de los bosques y regiones baldías, anduvieron a la cabeza en el trabajo ímprobo de la roturación y cultivo de los campos. Gran parte de la región de las Galias, inculta hasta entonces, fue  urbanizada por estos monjes. Tales son las tierras de las Ardenas, Flandes, el bajo Sena y la Champagne. Esta actividad cultural de los monasterios fundados por San Columbano, que puso el fundamento de innumerables poblaciones y grandes ciudades, continuóse después durante los siglos siguientes y constituye una de las glorias más legítimas de la Iglesia católica, uno de los frutos culturales de la civilización cristiana. Los monjes de San Columbano—dice acertadamente Schnürer—"sabían realizar el pesado trabajo del campo con la misma perfección con que escribían los delicados pergaminos de sus códices y se esforzaban en guiar las almas con su ardiente palabra".
   
Con todo, no hay que creer que toda está campaña de civilización cristiana fuera fácil a Columbano. A la dificultad que supone la lucha de la moral cristiana con todas las pasiones humanas, añadíase la rudeza y rigidez de carácter del Santo, que no sabía ceder ni doblegarse a ninguna clase de exigencias. Es célebre la contienda que tuvo que mantener frente a Teuderico y su abuela Brunequilda. El antiguo reino de Clodoveo estaba dividido a la sazón en dos partes: Austrasia y Neustria. En Austrasia regía Teudeberto, y en Neustria su hermano Teuderico y su abuela Brunequílda. El monasterio de Luxeuil pertenecía al territorio de Teuderico. Entregados a toda clase de vicios, no tardaron los dos hermanos en hacerse mutuamente la guerra. Sobre todo, Teudeberto estaba enteramente entregado a la lujuria. Casado con una princesa española, separóse bien pronto de ella. En estas circunstancias, pues, su hermano Teuderico tuvo que escuchar frecuentes reconvenciones de parte del celoso abad Columbano.
   
En cierta ocasión presentóse el abad en la villa leal de Vitry, cerca de Arras, en donde Brunequilda se entretenía con unos nietecitos hijos legítimos del rey. Según costumbre del tiempo, envió a los niños al encuentro del abad para que les echara la bendición. Columbano se creyó en el deber de dar una muestra de su desagrado, y así se negó a dar la bendición a los niños, anunciando, además, que ninguno de ellos llegaría a empuñar el cetro. Poco después llegó de nuevo Columbano a la villa en que se hallaba el rey. Era de noche. Teuderico, deseoso de dar al abad las maestras debidas de respeto, ordenó a los criados que lo introdujeran en su presencia y que le ofrecieran comida y bebida. Mas el hombre de Dios lo rechazó con toda decisión, añadiendo que eran dádivas de un hombre impío. El monarca, junto con su abuela, se dirigió al día siguiente al abad y trataron de aplacarlo. Teuderico prometió mejorar su conducta, mas como no se mejorara recayó, por fin, sobre él la excomunión. Las cosas llegaron por fin al extremo que por iniciativa del rey se desterró al molesto consejero.
   
Era el año 610. Después de más de treinta años empleados en la evangelización y colonización de las Galias, salía Columbano deportado a Irlanda con un buen número de sus compañeros. Desde Nátites, según parece, éscribió una célebre carta a los monjes que dejaba en Luxeuil, de la que llega a decir Montalembért que contiene "algunas de les más finas y grandes ideas que ha inspirado el genio cristiano". Pero, una vez embarcado, vientos contrarios desviaron por completo la embarcación, y, de hecho, la primera noticia que tenemos es que se presentó poco después en Metz ante su amigo Teudeberto II, y con su consejo y apoyo se dirigió hacia la región ocupada actualmente por gran parte de Suiza, y que estaba entonces poblada por los alemanes.
   
Ante todo, pues, se estableció en Tuggen, junto al lago de Zurich, con un grupo de discípulos venidos del monasterio de Luxeuil, entre los cuales sobresalía uno llamado Gallo. Pero el celo exagerado de éste, que se dedicaba a quemar públicamente los ídolos de los paganos, le atrajo la enemistad de los habitantes de aquella región, por lo cual Columbano se vió forzado a emigrar hacia la parte oriental del lago Constanza, a un valle tranquilo y apacible rodeado de montañas. Era la región de la actual Bregenz, donde encontraron un viejo oratorio abandonado, y en él se acomodaron algunas celdas. Pero aquí de nuevo la vehemencia de los métodos empleados en su apostolado, particularmente de San Gallo, provocaron al pueblo contra él. Al mismo tiempo cambió inesperadamente la situación política. Habiendo estallado una guerra entre Austrasia y Neustria, fue  vencido y muerto su protector Teudeberto. Puesto entonces Columbano a merced de Teuderico, se vió obligado a salir de aquel territorio donde se encontraba. Atravesó, pues, los Alpes, contando a la sazón setenta años de edad, y se dirigió al país de los lombardos y a su capital, Milán, donde fue  objeto de una cariñosa acogida de parte de su rey arriano, Agilulfo, y su esposa católica, Teodelinda. Entretanto había quedado en Suiza su discípulo Gallo, quien posteriormente organizó allí el célebre monasterio de Sant Gallen, que tanta fama debía alcanzar en la posteridad.
   
Y con esto entramos en la última etapa de la vida de San Columbano, que se desarrolla al norte de Italia y se distingue, ante todo, por la fundación del gran monasterio de Bobbio. En efecto, conociendo Agilulfo la significación de San Columbano como padre de monjes, le entregó grandes terrenos en Ebovium o Bobbio, situado en un valle de los Apeninos entre Génova y Piacenza, donde inició él un monasterio dedicado a San Pedro. No obstante su avanzada edad, se sintió rejuvenecido al ver surgir el nuevo monasterio, que rápidamente fue tomando una extraordinaria significación. Columbano se sentía feliz al ver reproducirse en el monasterio de Bobbio la exuberante vida monástica de los monasterios de Luxeuil y los demás que él había fundado en Francia.
   
Pero al mismo tiempo, las circunstancias le obligaron a intervenir durante estos años en un asunto completamente diverso. Con ocasión de la querella denominada de los Tres Capítulos, se había formado en el norte de Italia un cisma contra el Romano Pontífice en protesta de su condenación de los llamados Tres Capítulos. Mal informado Columbano por los partidarios del cisma e inducido por los reyes Agilulfo y Teodelinda, compuso un célebre escrito, en el que trataba de defender al partido lombardo, presentándolo como defensor del concilio de Calcedonia frente al Romano Pontífice.
   
Sin embargo, en esta misma carta, no obstante lo delicado de su posición al defender un partido cismático en su posición contra el Papa, aparece claramente su convicción de que sólo se trataba de una cuestión secundaria meramente disciplinar y, por otra parte, amontona las expresiones de estima y reverencia a la Sede Romana. En efecto, dice, "la columna de la Iglesia es siempre Roma". Por eso, añade, "nosotros, los irlandeses, viviendo en las partes más lejanas de la tierra, somos discípulos de San Pedro y San Pablo y de los discípulos que escribieron el Canon sagrado bajo la inspiración del Espíritu Santo. Nosotros no aceptamos más que la enseñanza evangélica y apostólica..." "Confieso—dice en otra parte—que siento la mala reputación en que se tiene en esta región a la Cátedra de Pedro. Todos estamos atados a esta Cátedra. Pues, aunque Roma es grande y renombrada, su grandeza y gloria delante de nosotros le viene solamente de la Cátedra de Pedro."
   
En realidad, el problema del cisma lombardo, que no debe confundirse con el de Aquilea o Grado, también ocasionados por los Tres Capítulos, siguió su desarrollo normal hasta que poco después. se extinguió. La intervención de San Columbano no tuvo en él ninguna importancia. Por otro lado, quiso polemizar contra los arrianos, lo cual le malquistó con los lombardos y su rey, Agilulfo, todo lo cual le obligó a retirarse definitivamente a la soledad del monasterio de Bobbio y aun de una celda solitaria que en él se hizo construir.
   
A los tres años de su estancia en Bobbio, cumplióse la profecía que él había hecho sobre Teuderico. Muerto Teuderico, la anciana Brunequilda había sido brutalmente asesinada. Acordándose Clotario, dueño ahora de Borgoña, de la profecía de Columbano, lo invitó a ir a Suiza y a las Galias. Pero entretanto había llegado éste a su fin. Rendido por la enfermedad y sintiendo próxima la muerte, le recomendó el monasterio de Luxeuil y los demás de Francia, y el 23 de noviembre de 615 descansó en el Seriar.
   Su recuerdo y el fruto extraordinario que hizo con sus fundaciones dieron bien pronto ocasión a que se iniciara su culto litúrgico, que se extendió principalmente a las numerosas regiones por él evangelizadas.


BERNARDINO LLORCA, S. I.
  

*Año Cristiano, Tomo IV, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1966.

21/XI SAN GELASIO, Papa

21 de Noviembre
SAN GELASIO, Papa

Gelasio, como él mismo establece en su carta al emperador Anastasio (Ep xii, n. 1), fue Romanus natus. La aseveración del "Liber Pontificalis" sobre que él fue natione Afer es consecuentemente tomada por muchos como significando que fue de raíces africanas, pero romano de nacimiento. Otros, sin embargo, interpretan natione Afer como "africano por nacimiento" y Romanus natus: "nacido como ciudadano romano". Antes de su elección como Papa - el 1 de marzo del 492-, Gelasio había sido abundantemente empleado por su predecesor Félix II ( o III), en la redacción de documentos eclesiásticos, lo cual ha guiado a muchos estudiosos a confundir los escritos de los dos Pontífices. En su elección al Papado, Gelasio mostró de una vez su fuerza de carácter y su elevada concepción de su posición, al tratar con los adherentes de Acacio. A pesar de los esfuerzos de Eufemio de Constantinopla -quien de otra forma hubiese sido patriarca ortodoxo- y de las amenaza y argucias por las que el emperador Atanasio trató de obtener reconocimiento de la Sede Apostólica, aunque fuertemente presionado por dificultades locales, Gelasio no pactaría una paz que comprometiera en mínimo grado los derechos y honores del Trono de Pedro. La constancia con la que él combatió las pretensiones, laicas y eclesiásticas, de la nueva Roma; la resolución con la que él rehusó permitir a la preeminencia civil o temporal de una ciudad el determinar su rango eclesial; el determinado coraje con que él defendió los derechos de las "segunda" y "tercera" sedes, Alejandría y Antioquia, son algunas de las más impactantes características de su Pontificado. Ha sido bien dicho que en ninguna parte de éste período han sido hallados más fuertes argumentos a favor de la primacía de la sede de Pedro, que en las obras y escritos de Gelasio. Nunca se cansó de repetir que Roma no debe su Principado eclesiástico a ningún Sínodo ecuménico ni a cualquier importancia temporal que ella misma pueda poseer, sino a la Divina institución de Cristo mismo, quien confirió esa supremacía sobre la Iglesia universal a Pedro y sus sucesores (Cf. Especialmente sus cartas a los obispos orientales y las decretales en los libros canónicos y apócrifos.). En su trato con emperadores, ha coincidido con los grandes Pontífices medievales: "Hay dos poderes con los cuales mayormente es gobernado éste mundo: la Sagrada autoridad del Sacerdocio y la autoridad de los Reyes. Y de éstas, la de los Sacerdotes es la de mayor peso, siendo que deben rendir cuentas ante Dios, aun de los reyes de los hombres." El Pontificado de Gelasio fue demasiado corto para efectuar la completa sumisión y reconciliación de la ambiciosa Iglesia de Bizancio. No fue sino hasta Hormisdas (514 - 523) con quien terminó ésta disensión con el retorno de Oriente hasta su antigua lealtad. Problemas fuera de las fronteras no fueron las únicas ocasiones en las que Gelasio usó su fuerza y energía: las Lupercalias, vestigio supersticioso y licencioso del paganismo en Roma, fueron finalmente abolidas por el Papa tras una larga controversia. La carta de Gelasio a Andrómaco, un legislador, traza las principales líneas de la misma. Fiel defensor de las antiguas tradiciones, Gelasio siempre supo cuándo hacer excepciones o modificaciones, como su decreto obligando la recepción de la Sagrada Eucaristía bajo las dos especies. Esto fue hecho como manera efectiva de poner en evidencia a los maniqueos, quienes, aunque presentes en Roma en grandes cantidades, buscaban desviar la atención de su propaganda oculta, fingiéndose católicos. Por el hecho de considerar al vino como impuro y esencialmente pecaminoso, rechazaron el cáliz y así fueron reconocidos. Más tarde, con el cambio de condiciones, el antiguo y normal método de recibir la Santa Comunión solamente bajo la especie del Pan retornó a vigencia. A Gelasio debemos las ordenaciones en días especiales (Ep. Xv), así como el reforzamiento de la división en cuatro partes de los ingresos eclesiásticos - ya sean provenientes de haciendas o como donaciones voluntarias a la fe: Una porción para los pobres; otra para manutención de Iglesias y el esplendor del servicio Divino; Una más para el Obispo y la última para el clero menor. Aunque algunos escritores atribuyen el origen de ésta división de los fondos eclesiásticos a Gelasio, aun el Pontífice habla de ello (Ep xiv, n. 17) como dudum rationabiliter decretum, habiendo sido forzoso por algún tiempo. De hecho, el Papa Simplicio (475, Ep i, n. 2) le impuso la obligación de restitución a los pobres y a la Iglesia, a cierto obispo que había faltado a su deber; consecuentemente, ésa división de fondos debió haber estado considerada por lo menos, como costumbre de la Iglesia. No contento con una simple enunciación de ésta caritativa obligación, Gelasio lo remarcó frecuentemente en sus escritos a los obispos.

   Por largo tiempo fue atribuída a Gelasio la fijación del Canon de las Escrituras, pero ahora parece ser más probable, obra del Papa San Dámaso I (367 - 385). Sin embargo, puesto que Gelasio - en un sínodo romano - publicaba su célebre catálogo de los auténticos escritos de la Padres, juntamente con un listado de obras apócrifas o interpoladas, así como libros proscritos de los herejes (Ep xlii), no fue sino natural fijar en éste catálogo el Canon de las Escrituras como fue determinado por el antiguo Pontífice, y así con el paso del tiempo, el Canon mismo vino a ser atribuido a Gelasio. En su celo por la belleza y majestad del servicio Divino, Gelasio compuso muchos himnos, Prefacios y Oraciones colectas y arregló un Misal común aunque tal Misal, que fue comúnmente conocido por su nombre, el "Sacramentarium Gelasianum", pertenece propiamente al siglo siguiente. Cuánto de éste trabajo es de Gelasio, es una pregunta aún actual. Aunque fue Papa solamente por cuatro años y medio, ejerció una profunda influencia en la política , liturgia y disciplina eclesial. Un buen número de sus decretos han sido incorporados al Derecho Canónico.

   En su vida privada, Gelasio poseyó un visible espíritu de oración, penitencia y estudio. Se deleitó grandemente en compañía de monjes y fue verdadero padre de los pobres, muriendo con las manos vacías en virtud de su abundante caridad. En una carta a su amigo el sacerdote Julián (P.L. LXVII, 231), Dionisio el Exiguo brinda una brillante relación de Gelasio visto por sus contemporáneos. Como escritor, Gelasio adquiere alto rango en su período. Su estilo es vigoroso y brillante, aunque a veces oscuro. Comparativamente, sólo una reducida parte de su obra ha llegado hasta nosotros., aunque se ha afirmado que él fue el más prolífico escritor entre los pontífices de los primeros cinco siglos. Tenemos 42 extensas cartas y fragmentos de otras 49, además de seis tratados de los cuales tres atañen al cisma Acaciano, uno a la herejía de los pelagianos, otro sobre los errores de Nestorio y Eutiques, y el sexto es dirigido contra el senador Andrómaco y los defensores de las Lupercalias. La mejor edición de las obras es la de Thiel. La fiesta de San Gelasio se celebra el 21 de noviembre, el aniversario de su entierro, aunque muchos escritores creen que éste fue el día de su muerte.

EL SANTO DEL DÍA ES:

20 de Noviembre
SAN FÉLIX DE VALOIS, Confesor

Aquellos a quienes Dios tiene previstos, también
los predestinó para ser conformes
a la imagen de su Hijo.
(Romanos, 8, 29).

   Según las tradiciones de la Orden de la Merced, San Félix de Valois, nacido en 1127 y educado por San Bernardo, dio muestras desde su más tierna infancia de una gran caridad para con los pobres, hasta el extremo de despojarse de sus vestiduras para vestirlos con ellas. Ordenóse de sacerdote y, después de su primera misa, se retiró a la soledad. Allí fue donde San Juan de Mata fue a buscarlo por inspiración divina, para trabajar con él en la fundación de la Orden de la Redención de los cautivos. La Santísima Virgen lo honró a menudo con sus visitas; un ángel le advirtió sobre la hora de su muerte, que acaeció el año 1212, a edad muy avanzada.

MEDITACIÓN: SOBRE LA IMITACIÓN DE JESUCRISTO

   I. Jesús llevó una vida humilde y escondida en la casa de San José. La obediencia, la humildad y el amor a la soledad, tales fueron las virtudes con las cuales se preparó para la predicación del Evangelio;
tales son también las virtudes que debemos practicar siguiendo su ejemplo. Oh mi divino Maestro, ¿cómo amaría yo el retiro, la humildad y la obediencia? ¡Quisiera aparecer siempre con brillo, mandar siempre y nunca obedecer! ¿Es esto imitaros?

   II. Jesús salió de esta vida oculta para trabajar en la salvación de los hombres; pero los hombres le devolvieron mal por bien y lo cargaron de oprobios. Si quieres caminar por las huellas de Jesús, prepárate a recibir ultrajes de aquellos mismos por cuya salvación trabajes. No te quejes; no eres mejor que Jesucristo, ¡Él fue llevado a la muerte por aquéllos a quienes quería conducir al cielo! Cuando sufras, di con San Ignacio, mártir, cuando se vio encadenado: Ahora comienzo a convertirme en discípulo de Jesucristo.

   III. Mira, en fin, a Jesús en el Calvario: allí nos ha dado el último y más útil ejemplo de paciencia. Yo quiero contemplarte todo el resto de mi vida, oh Amor mío crucificado; ¿de qué habría de afligirme viéndote en la cruz? ¿qué habría de temer considerando que has muerto por mí? Si rehúsas los sufrimientos, ¿por qué desear el cielo? Dios castiga a todo hijo que destina a su reino; ¡ni siquiera ha perdonado a su Unigénito! (San Agustín).

La meditación de la Pasión
por la conversión de los infieles.

ORACIÓN

   Oh Dios, que os habéis dignado llamar milagrosamente a San Félix, vuestro confesor, en su soledad para el santo empleo del rescate de los cautivos, haced benignamente que, libres por vuestra gracia de la servidumbre de nuestros pecados, lleguemos a la patria celestial.  Por J. C. N. S. Amén.

HOY FESTEJAMOS TAMBIÉN EL TRIUNFO DE:
  • San Dacio, Mártir
  • Santos Nerseo, Obispo de Saherd y Compañeros, Mártires
  • Santa Majencia, Virgen y Mártir
  • San Edmundo de Canterbury
  • San Edmundo El Mártir
  • San Berenbardo, Obispo de Hildesheim
  • Beato Ambrosio de Camaldoli, Abad

EL SANTO DEL DÍA ES:

19 de Noviembre

SANTA ISABEL DE HUNGRÍA, Viuda



En orden a los difuntos no queremos, hermanos,
dejaros en ignorancia para que no os entristezcáis,
del modo que suelen los demás hombres,
que no tienen esperanza.
(1 Tesalonicenses, 4, 13)

   Santa Isabel, hija de Andrés II, rey de Hungría, y esposa de Luis IV, landgrave de Turingia, levantábase todas las noches para orar a Dios, alimentaba hasta a novecientos pobres todos los días y seguía descalza las procesiones. A la muerte de su virtuoso esposo, que se había hecho cruzado con Federico Barbarroja: "Dios mío -dijo ella- cuando para resucitarlo no tuviese sino que dar un solo cabello, no lo daría si ello fuese contra vuestra voluntad". Despojada y echada entonces como disipadora por su cuñado, vivió pobre con sus tres hijos, recobró después sus bienes cuyas rentas distribuyó a los pobres, y murió en una cabaña, el 17 de noviembre de 1231, contando menos de 24 años de edad.

MEDITACIÓN: SOBRE LA MUERTE DE NUESTROS PARIENTES y AMIGOS

I. Todos los días vemos que se mueren personas que nos son queridas. Si sucumben a una muerte súbita e imprevista, aun después de una vida poco edificante, no desesperemos de su salvación; tal vez han invocado a Dios y han obtenido el perdón de sus faltas en el último momento; con todo, tomemos nuestras medidas para no ser sorprendidos en la misma forma. Si estas personas mueren con la muerte de los justos, no las lloremos; más bien tengámosles santa envidia. Te afliges de ver morir a tal pariente o a tal amigo; consuélate, es más dichoso que tú si ha muerto santamente. Tú combates aún, él triunfa ya. Que tu fe, tu esperanza y tu caridad te consuelen. (San Agustín).
  
II. Dios quiere desapegarte de las personas que más amas, a fin de que te pertenezcas por entero; quiere que pienses a menudo en la muerte. Escucha qué te dice: Hoy es mi turno, mañana será el tuyo. ¿Qué estima tiene ahora ese amigo de aquello que era el objeto de sus afanes? Un día estarás como él en el lecho de muerte. Ten los sentimientos que entonces tendrás y despreciarás lo que más amas.
  
III. No esperes la hora de la muerte para prepararte a morir bien. No sabes cuándo ni cómo morirás: haz ahora todo lo que entonces quisieras haber hecho. ¿Estarías dispuesto a morir en este momento? Pensemos incesantemente en la muerte; esforcémonos lo más que podamos para no estar eternamente separados de nuestros parientes y amigos, que gozan ahora de la gloria del paraíso. Allí nos espera gran número de aquéllos que nos son queridos. (San Cipriano).

La conformidad con la voluntad de Dios 
Orad por vuestros parientes difuntos.

ORACIÓN
   Dios de misericordia, iluminad los corazones de vuestros fieles, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Isabel, concedednos la gracia de despreciar las prosperidades mundanas y gozar sin interrupción de los consuelos celestiales. Por J. C. N. S. Amén.

HOY FESTEJAMOS TAMBIÉN EL TRIUNFO DE:

HOY FESTEJAMOS:

18 de Noviembre

LA DEDICACIÓN DE LAS BASÍLICAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

(Basílica de San Pedro, Roma, Italia)

Siempre los fieles han profesado una profunda veneración a la tumba de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Ocho días después de su bautismo, según se refiere, el emperador Constantino trasladóse al lugar donde descansaban los santos cuerpos; oró allí con gran abundancia de lágrimas. Cavóse después la tierra, llenó doce canastas con ella en honor de los doce apóstoles, y echó los cimientos de la basílica de San Pedro. Terminado el edificio, el Papa San Silvestre lo consagró. Constantino hizo también edificar una iglesia en honor de San Pablo. La fiesta de este día fue instituida para recordar la consagración de la basílica de San Pablo extramuros, reconstruida después de un incendio, en 1854.

(Basílica de San Pablo Extramuros, Roma, Italia)

MEDITACIÓN: NUESTROS CUERPOS SON TEMPLOS DEL ESPfRITU SANTO

   El Apóstol San Pablo nos enseña que los cuerpos de los cristianos son templos del Espíritu Santo. Dios ha edificado este templo, el Espíritu Santo lo ha consagrado el día de nuestro bautismo, y Jesús desciende a él cuando recibimos la Santa Eucaristía. Hay que tener cuidado, pues, de no profanar este templo con acciones indecentes o criminales; hay que vigilar sus puertas, es decir, nuestros sentidos, a fin de que no entre en él nada manchado; es preciso que nuestro corazón, que es su santuario, siempre esté puro y limpio.

II. Dado que nuestros cuerpos han sido consagrados a Dios por el Bautismo y honrados con la presencia de Jesucristo, debemos respetarlos como a lugares santificados; no es permitido dedicar un vaso sagrado a usos profanos: seria un sacrilegio semejante al que Dios castigó tan severamente en la persona de Baltasar. Y, sin embargo, tú haces servir a tu cuerpo para acciones criminales, cuando lo haces esclavo de tus infames voluptuosidades. Teme la amenaza que te hace San Pablo, diciéndote que Dios exterminará al que haya profanado el templo del Señor.

III. Consérvase en los templos un fuego que arde siempre ante el altar: asimismo es preciso que tu corazón esté siempre abrasado en el fuego del amor divino. Nunca dejes extinguir este hermoso fuego: desalojará de tu corazón todas las llamas impuras y el amor desordenado de las creaturas. ¿Amas a Dios más que a tus placeres, más que a tus riquezas, más que a tus parientes? ¿Podrías decir a Jesucristo: Señor, Vos sabéis que os amo?...

La pureza
Orad por la Iglesia.

ORACIÓN

Oh Dios, que todos los años renováis en favor nuestro el día de la consagración de este templo y nos permitís asistir a los santos misterios, escuchad los ruegos de vuestro pueblo y haced que todos los que entren en este templo para impetrar gracias, tengan la alegría de experimentar que son escuchadas sus plegarias. Por J. C. N. S. Amén.

HOY FESTEJAMOS TAMBIÉN EL TRIUNFO DE:

DOMINGO XXIII DESPUES DE PENTECOSTÉS- (MISA DEL VI DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA)

DOMINGO SEXTO DESPUÉS DE EPIFANÍA

Semidoble - Ornamentos verdes

   Con este domingo se cierra el Ciclo de Navidad. Empezó con la visión de un Niño, al parecer impotente, y termina con el anuncio de la gran Iglesia Católica, centro religioso y cultural hacia el cual convergen, veintiún siglos ha, todas las preocupaciones de los pueblos y de los individuos, tanto si son amigos como si son adversarios. Ha crecido y sigue creciendo a semejanza de una semilla, con una fuerza íntima, vital, irresistible. No hay familia, ni estado, ni organización en el mundo que sea tan viejo como ella ni que tenga su prodigiosa juventud. Es árbol que se levanta hasta el cielo y que extiende sus raíces por toda la redondez de la tierra. Gracias a esa iglesia, gracias a la continua y pujante fermentación de su espiritual levadura, en veintiún siglos todo ha cambiado en el mundo: el individuo, la familia, la sociedad, la política, la economía, las costumbres, el arte, el derecho, la filosofía. Necesitaríamos vaciar toda la sangre de nuestras venas, para arrancar por completo de nosotros esa savia cristiana. Lo único que va quedando en las sociedades modernas es esa generos levadura evangélica, que apenas se advierte, si se quiere, pero que al soplo vivificante del Divino Espíritu, irá perpetuando el milagro de la renovación.

Introito
   INTROITUS Ps. 96, 7-8 - Adoráte Deum, omnes Angeli ejus: audivit, et lætáta est Sion: et exsultavérunt fíliæ Judæ. Ps. ibid., 1. Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. V. Glória Patri..   Introito - Adorad a Dios, todos sus ángeles: lo oyó y se alegró Sión: y se gozaron las hijas de Judá Salmo: El Señor reinó, regocíjese la tierra: alégrense las islas. Gloria al Padre... Adorad a Dios.. 
Oración-Colecta
   Praesta, quaesumus, omnipotens Deus: ut semper rationabilia meditantes, quae tibi sunt placita et dictis exsequamur, et factis. Per Dominum   Te suplicamos, oh Dios omnipotente, hagas que meditando siempre lo que es razonable practiquemos con palabras y con obras lo que a Ti te agrada. Por el Señor
Epístola
   San Pablo se consuela recordando a los fieles de Tesalónica los frutos de su predicación en aquélla ciudad, así como en Acaya y en Macedonia, frutos que confirmaban el carácter sobrenatural de su apostolado, y se fija para asefurarse de ello, en la vida ejemplar de sus habitantes.
   Lectio Epístolæ beáti Páuli Apóstoli ad Tealonicenses. Sal. 1, 2-10    Fratres: gratias agimus Deo semper pro omnibus vobis, memoriam vestri facientes in orationibus nostris sine intermissioni, memores operis fidei vestrae, et laboris, et caritatis, et sustinentiae spei Domini nostri Jesu Christi, ante Deum et Patrem nostrum: scientes fratres, dilecti a Deo, electionem vestram: quia Evangelium nostrum non fuit ad vos in sermone tantum, sed et in virtute, et in Spiritu Sancto, et in plenitudine multa, sicut scitis quales fuerimus in vobis propter vos. Et vos imitatores nostri facti estis, et Domini, excipientes verbum in tribulatione multa, cum gaudio Spiritus Santi: ita ut facti sitis  forma omnubus credentibus in Macedonia et in Achaia. A vobis enim diffamatus est sermo Domini non solum in Macedonia, et in Achaia, sed et in omni loco fides vestra, quae est ad Deum, profecta est, ita ut non sit nobis necesse quidquam loqui. Ipsi enim de nobis annuntiant qualem introitum habuerimus ad vos: et quomodo conversi estis ad Deum a simulacris, servire Deo vivo, et vero, et exspectare Filium ejus de coelis (quem suscitavit es motuis) Jesum, qui eripuit nos ab ira ventura.





   Lección de la Epístola del Apóstol San Pablo a los . Tesalonicenses (I, 2-10) Hermanos: Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo sin cesar memoria de vosotros en nuestras oraciones acordándonos delante de Dios y de nuestro Padre de la obra de vuestra fe, y del trabajo, y de la caridad de la firmeza de su esperanza en Nuestro Señor Jesucristo, sabiendo, hermanos, queridos de Dios, que habéis sido escogidos; porque nuestro Evangelio no les fue predicado sólo con palabras, sino también con poder. y con el Espíritu Santo y con plena convicción. Tampoco ignoráis que, si hemos permanecido entre vosotros ha sido por vuestro bien. Y vosotros os hicisteis imitadores nuestros, y del Señor, recibiendo la palabra, en medio de muchas tribulaciones con la alegría del Espíritu Santo: de tal modo, que os habéis convertido en modelo para todos los fieles de Macedonia y de Acaya. Porque no sólo ha sido divulgada por vosotros la palabra del Señor en Macedonia y en Acaya, sino que también vuestra fe se ha hecho conocer en todo lugar, de suerte que no tenemos necesidad de hablarles de esto pues ellos mismos nos refieren la acogida que tuvimos entre vosotros y cómo los han convertido de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, y para esperar la vuelta, desde los cielos, de su Hijo Jesús (a quien Él resucitó de entre los muertos), el cual nos libró de la ira venidera.
  Salmodia
   GRADUALE Ps. 101, 16-17 - Timébunt gentes nomen tuum, Dómine, et omnes reges terræ glóriam tuam. V. Quóniam ædificávit Dóminus Sion, et vidébitur in majestáte sua.   Allelúja, allelúja. V. Ps. 96, 1. Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. Allelúja..    Gradual - Señor, las gentes temerán tu nombre, todos los reyes de la tierra tu gloria. Porque el Señor ha edificado a Sión, y será visto en su majestad.   Aleluya, aleluya. aleluya. El Señor reina ya, regocíjese la tierra; alégrense todas las islas. Aleluya. 
Evangelio
   La Iglesia es como el grano de mostaza: pequeña al principio, que ni siquiera mereció contar como institución humana, se ha convertido en la mayor, más gloriosa y amparadora de las instituciones del mundo. Y también es semejante a la levadura: a su contacto todo vive y rejuvenece, y mientras los pueblos y las generaciones humanas pasan delante de Ella como en un desfile de aparato, Ella permanece como un signo de eternidad.
 U Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joanem. J. 13, 31-35 - In illo témpore: Dixit Jesus turbis parabolam hanc: Simile est regnum coelorum grano sinapis, quod  accipiens homo seminavit in agro suo: quod minimum quidem est omnibus seminibus: cum autem creverit, majus est omnibus oleribus, et fit arbor ita ut volucres coeli veniant et habitent in ramis ejus. Aliam parabolam locutus est eis: Simile est regnum coelorum fermento, quod acceptum mulier abscondit in farinae satis tribus, donec fermetatum es totu,. Haec omnia locutus est Jesus in parabolis ad turbas; et sine parabolis non loquebatur eis: ut impleretur quod dictum erat per Prophetam dicentem: Aperiam in parabolis os meum, eructabo abscondita a constitutione mundi.
Credo.
     Continuación del Santo Evangelio según San Juan (XIII,31-35) - En aquel tiempo dijo Jesús a las turbas esta parábola: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza que toma un hombre y lo siembra en su campo. El cual grano es ciertamente la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es mayor que todas las legumbres, y se hace árbol, de modo que los pájaros del cielo vienen y anidan en sus ramas. Les dijo esta otra parábola: El reino de los cielos es semejante al fermento que toma una mujer y lo esconde en tres celemines de harina, hasta que la hace fermentar toda. Todo esto se lo dijo Jesús a las turbas en parábolas; y no les hablaba sin parábolas para que se cumpliera lo dicho por el Profeta; Abriré mi boca en parábolas, diré cosas ocultas desde la creación del mundo. Credo.   
     OFFERTORIUM Ps. 117,16 et 17   Déxtera Dómini fecit virtútem, déxtera Dómini exaltávit me: non móriar, sed vivam, et narrábo ópera Dómini.   Ofertorio - La diestra del Señor ha hecho maravillas: la diestra del señor me ha ensalzado; ya no moriré, sino que viviré y publicaré las obras del señor
Oración-Secreta
    Haec nos oblatio, Deus, mundet, quaesumus, et renovet, gubernet, et protegat. Per ...   Te suplicamos, oh Dios, hagas que esta oblación nos purifique y renueve, nos gobierne y proteja. Por el Señor. 
   Prefacio de la Santísima Trinidad
    Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui cumm unigenito  Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personae, sed in unius Trinitate substantiae. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione verae, sempiternaeque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur aequalitas. Quam laudat Angeli atque Arcangeli, Cherubim quoque ac Sraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes:   Sanctus, Sanctus, Sanctus
   Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro:
  COMMUNIO Luc. 4, 22 - Mirabántur omnes de tris, quæ procedébant de ore Dei.    Comunión. - Se maravillaban todos de las palabras que salían de la boca de Dios.
Oración-Postcomunión

    Caelestibus, Domine, pasti deliciis, quaesumus, ut semper eadem, per quae veraciter vivimus, apperetamus. Per Dominum    Apacentados, Señor, con estas celestiales delicias, te suplicamos hagas que apetezcamos siempre aquellas cosas que nos dan la verdadera vida. Por el Señor...

EL SANTO DEL DÍA ES:

17 de Noviembre

SAN GREGORIO TAUMATURGO, Obispo y Confesor

Quien cree en mí, ése hará también las obras
que yo hago, y las hará todavía mayores.
 
(Juan, 14, 12)
   
San Gregorio, pagano rico del Ponto, descollaba ya en el foro cuando encontró a Orígenes. Bautizado cinco años después, desprendióse de todo y se hizo ermitaño. Consagrado, a pesar de haber huido, obispo de Neocesárea, su patria, no fue su episcopado sino una larga serie de prodigios; de ahí su apodo de Taumaturgo obrador de milagros. Un sacerdote pagano se convirtió al ver a una roca retroceder para dar lugar para una iglesia. En el año 240 no había encontrado más que 17 cristianos en su provincia; al morir dejó en ella, en el año 270, sólo 17 paganos.

MEDITACIÓN: SOBRE TRES EFECTOS 
DE NUESTRA FE
   
I. La fe de los santos ha sido admirable: ha transportado montañas, curado enfermos, resucitado muertos, desafiado tormentos. ¿Tienes fe tú? ¿Crees que existe Dios, paraíso e infierno? En verdad, la mayor parte de los cristianos no lo creen. Reanina la virtud de la fe en tu alma produciendo actos de fe sobre los principales misterios del cristianismo. Si tu fe estuviese bien viva, veríanse sus frutos en tus obras.
   
II. Si tuvieses fe, no sólo harías los prodigios que han hecho los santos, sino que, primeramente imitarías sus virtudes y las de Jesucristo. Si creyeses firmemente que una eternidad de gloria espera a los que imitan a Jesucristo, ¿acaso no despreciarías la riquezas y los placeres para abrazar la Cruz? No es verdadero cristiano aquél que no imita a Jesucristo, por lo menos en la medida en que la permite la fragilidad de nuestra naturaleza. (San Cipriano).
   
III. La fe, que debía salvarnos, nos condenará en el día del juicio si nuestros actos no responden a nuestras creencias. Los infieles nos reprocharán haber abusado de las luces y de las gracias que hemos recibido en la Iglesia católica. ¿Qué responderás entonces? ¿cuál será tu excusa? Si se exige más al que más ha recibido, si es pecado conocer el bien y no practicarlo, terrible será la cuenta que habremos de dar en el último día. De nada sirve llevar el nombre de un santo si no imitamos sus virtudes. (Salviano).

Espíritu de fe.

Orad por la conversión de los idólatras.

ORACIÓN
   Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Gregorio, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén.

HOY FESTEJAMOS TAMBIÉN EL TRIUNFO DE:

EL SANTO DEL DÍA ES:

16 de Noviembre

SANTA GERTRUDIS LA MAGNA, Virgen

La ilustre maestra espiritual santa Gertrudis, hermana de santa Matilde, nació de nobles padres en Eisleben en la Alta Sajonia. A la temprana edad de cinco años fue ofrecida a Dios en el monasterio de Rodersdor, de las religiosas de san Benito. Dióse al estudio de la lengua latina, como era costumbre entre las monjas. Aprovechó tanto, que llegó a escribir en latín con elegancia muchos libros. Aprendió también las letras divinas y la doctrina de los ascetas. Aunque estaba adornada de talentos naturales no comunes, y de los más extraordinarios dones de la divina gracia, se tenía por la más vil y despreciable criatura. La sacratísima pasión del Redentor y la sagrada Eucaristía eran la materia más ordinaria de sus altísimas contemplaciones, en las cuales vertía copiosas y suaves lágrimas, y se arrobaba con éxtasis de amor divino. Fue elegida abadesa de su monasterio a los treinta años de edad. Un año después, pasó con sus monjas a otro monasterio llamado de Heldes, donde fue ejemplar perfectísimo de todas las virtudes, haciéndose por su humildad sierva de todas. Con las vigilias, ayunos, abstinencias y una constante abnegación de su propia voluntad, venció todas las desordenadas aficiones que podían estorbarla en el perfecto cumplimiento de la voluntad divina. Tenemos un vivo retrato de su alma cándida y santísima, en el compendioso libro que escribió de las Divinas Insinuaciones, o comunicaciones y sentimientos de amor de Dios, que es tal vez la obra más provechosa escrita por mujer, comparable con las que escribió Santa Teresa de Jesús. En ella propone la santa piadosísimos ejercicios para renovar los votos bautismales, para convertirse el alma a Dios, para renovar sus espirituales desposorios, y para consagrarse a su Redentor divino por vínculo de amor indisoluble, pidiendo la gracia de morir para sí misma, y ser sepultada en el Señor, de manera  de que no haga otro empleo de su vida, que el amar a su divino Esposo, que tanto la ama. Tenía esta santa virgen altísima contemplación, durante la cual con frecuencia se arrobaba en éxtasis seráficos; y hablaba de Cristo y de los misterios de su vida adorable con tanta fuerza de espíritu, y afectuosa devoción, que encendía en amor del Redentor divino a los que la oían. Como el amor divino había sido durante toda su vida el único principio de todas sus obras y afectos, así también fue como el término de ella, pues la enfermedad de que murió no tanto fue dolencia corporal, como enfermedad de amor divino, que desatándola del cuerpo a la edad de setenta años, hizo que volase a su celestial Esposo.  

REFLEXIÓN
   Por lo dicho puedes ver en dónde aprendió esta esclarecida maestra de espíritu los sublimes documentos de perfección, que nos dejó, y ella misma practicó. El libro más familiar de esta gloriosa santa, no era otro que Cristo crucificado. Entiende, pues, la frecuencia con que debes leer y contemplar la pasión del Salvador, si deseas aprovechar en la ciencia de los santos. ¡Oh! ¡Qué lecciones tan sabias de humildad, de mortificación, de paciencia y de todas las de más virtudes nos enseña Jesús en el curso de su pasión sacrosanta! Apréndelas tú con toda diligencia, pues así, y sólo así comprenderás el secreto de la verdadera santidad.  
ORACIÓN
   Oh Dios, que en el corazón de tu bienaventurada virgen santa Gertrudis, te preparaste una agradable morada; por sus méritos e intercesión, limpia las manchas del nuestro, para que merezca ser digna habitación de tu divina Majestad. Por J. C. N. S. Amén.

HOY FESTEJAMOS TAMBIÉN EL TRIUNFO DE:

16/XI SAN EDMUNDO RICH, Obispo y Confesor

16 de Noviembre

SAN EDMUNDO RICH, Obispo y Confesor

El reino de Dios está en vuestro interior.
(Lucas, 17, 21)

   San Edmundo tuvo una piadosa madre y amó a la Santísima Virgen desde muy tierna edad; diole él un anillo como prenda de su fidelidad. Sabiendo que San Juan Evangelista gozaba de predilección ante María y Jesús, lo invocaba todos los días. Brillante escolar, en Oxford primero y después en París, siempre llevaba un cilicio. Decía a menudo: "Amaría a mis enemigos aun cuando me arrancaran los brazos y los ojos", y, hablando del pecado: "Si viese el infierno de un lado y el pecado del otro, antes elegiría el infierno". Consagrado arzobispo de Cantorbery, en 1234, defendió con firmeza los derechos y los bienes de la Iglesia contra Enrique III. Murió en 1240

MEDITACIÓN: SOBRE CÓMO REGULAR LO INTERIOR

I. Toda la perfección del cristiano consiste en regular bien el interior. La virtud está en el alma y no en el cuerpo; de tal modo nadie podría constreñirnos a cometer el mal, teniendo en cuenta que no podría forzar nuestra voluntad. ¿Cómo usamos de nuestra libertad? ¿Somos dueños de nosotros mismos? ¿No tomamos pretexto de nuestros empleos, de las ocasiones a que nos encontramos expuestos, para excusar nuestras faltas? Podemos ser santos aun en medio de los impíos.

II. ¿Qué cuidado tienes de tu alma? ¿Cuánto tiempo consagras cada día a tu salvación? Interroga a tu conciencia. ¿No te responde que sacrificas tu alma a tu cuerpo, haciendo todo por él y nada o casi nada por ella? Piensa cada día, durante algunos momentos, en lo que debes y puedes hacer por la salvación de tu alma.

III. De todas tus ocupaciones, no hay ninguna más útil que el cuidado de tu salvación, puesto que se trata de una eternidad bienaventurada; ninguna tampoco más fácil, puesto que todo depende de ti. No está en tu poder adquirir una gran fortuna, ser un sabio distinguido, tener ingenio, o salud, pero no depende sino de ti ser santo. Haz lo que puedas y Dios te dará todas las gracias necesarias. Rompe las ligaduras de las ocupaciones vanas, cuya ininterrumpida sucesión nos quita toda libertad. (San Euquerio).

La devoción a la Santísima Virgen
Orad por los servidores de María.

ORACIÓN
   Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Edmundo, nuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén.

INTRODUCCIÓN

Acerca de la Santa Misa