17/V SAN PASCUAL BAILÓN, Confesor

17 de Mayo

SAN PASCUAL BAILÓN, Confesor

 Quien conserva su vida, la perderá, y quien perdiere
su vida por amor mío, la volverá a hallar.

(Mateo, 10, 39).

   Nació San Pascual de padres piadosos, pero tan pobres, que no pudieron enviarlo a la escuela. Encargado de cuidar los rebaños, tomaba consigo un libro, y rogaba a las personas que encontraba le enseñasen sus letras por amor a Dios. Por este medio, en poco tiempo llegó a leer y se perfeccionó así en el conocimiento de la religión. Después de haber consultado a Dios, creyóse llamado al estado religioso; y como estaba resuelto, decía, a morir pobre como había nacido, entró en un convento franciscano, donde quiso, por humildad, ser admitido en calidad de hermano lego. La Santísima Virgen, por quien tenía tierna devoción, obtúvole varias señaladas gracias, pero, fue célebre sobre todo por su amor al Santísimo Sacramento. Murió en Villarreal, cerca de Valencia, el 17 de mayo de 1592, alrededor de los 52 años de edad.

MEDITACIÓN
SOBRE LA SALUD y LA SANTIDAD
   
I. Amamos naturalmente la vida y tememos la muerte; así, nada ahorramos por conservar la salud del cuerpo: nos dejamos sangrar, cortar los miembros, ayunamos, tomamos medicinas amargas. ¿No serías un gran santo si hicieses por el cielo una parte siquiera de lo que haces por la tierra? Pero, ¡ay!, uno hace todo por el cuerpo y nada por el alma; hacemos todo por conservar una vida que nos es común con los animales, y nada por vivir eternamente. Cada día declinamos, cada día nos morimos, y nos creemos eternos. (San Jerónimo).
   
II. Debes moderar ese deseo que tienes de vivir mucho tiempo. Por corta que sea tu vida, bastante larga será si la quieres emplear bien. Cuanto más se prolongue tu vida tanto más terrible será la cuenta que debas dar a Dios. Y no te quieras persuadir de que al envejecer te harás más virtuoso: el agotamiento de tus fuerzas, las enfermedades y los hábitos más inveterados, te harán más difícil que nunca la práctica de la virtud.
   
III. Si amas la vida y la salud, ama la virtud y la santidad. La sobriedad, el ayuno, la templanza, mucho más sano te habrán de conservar que las prescripciones y regímenes de los médicos. Reprime tus pasiones: la intemperancia y los excesos han hecho morir a una infinidad de personas; el ayuno y la austeridad han hecho vivir a los antiguos anacoretas hasta una extrema vejez, sin enfermedades y sin incomodidad. En fin, las enfermedades son a me nudo el castigo de tus pecados al mismo tiempo que un remedio para las llagas de tu alma. Dios las envía para curarte, pero lo hace según su juicio, sin consultar al enfermo. (San Agustín).

La mortificación
Orad por las vírgenes.

ORACIÓN
   Oh Dios, que habéis adornado al bienaventurado Pascual, vuestro confesor, con un amor ardiente por los misterios adorables de vuestro cuerpo y de vuestra sangre, concedednos el vigor espiritual que él bebía en este banquete divino. Por J. C. N. S. Amén.




*Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

16/V SAN UBALDO, Obispo y Confesor

 16 de Mayo

SAN UBALDO, Obispo y Confesor


 Amadísimos, os conjuro para que
 como extranjeros y peregrinos,
os abstengáis de los deseos carnales,
que combaten contra el alma.

(1 Pedro, 2,11).

   Tal fue la austeridad de este santo obispo de Gubbio, en Umbría, que puede decirse de él que sin cesar llevaba en su cuerpo la mortificación de Jesucristo. Este espíritu de penitencia, unido a un ardor insaciable por la oración, le hicieron adquirir una admirable dulzura. No sólo soportaba en silencio los ultrajes, sino que, a las injurias, respondía con una acrecienta da benevolencia y caridad. Sabiendo que llegaba al término de su peregrinación redobló su celo por las almas que le habían sido confiadas. Enfermo ya de muerte, continuó instruyendo a su pueblo y, el 16 de mayo de 1160, emprendió vuelo hacia la patria celestial.

MEDITACIÓN
NUESTRA VIDA ES UNA
PEREGRINACIÓN
   
I. El cielo es nuestra patria; el mundo, el lugar de nuestra peregrinación o, más bien, de nuestro destierro. No hacemos sino pasar por este mundo, como un viajero por una posada; después de nuestra muerte en él ya no se piensa en nosotros. ¿Por qué, pues, amamos tanto este exilio? ¿Por qué tenemos tan poco amor por nuestra patria? ¿Piensas con frecuencia en el cielo, donde Dios, que es tu Padre, te espera? Cada día prepárate para la muerte, que es donde acaba el camino de esta vida.
   
II. Un viajero no se recarga de cosas inútiles, no levanta casa en los lugares por donde pasa, no se afana por ser en ellos tenido por liberal y magnífico. Las riquezas y los honores te embarazan y te retrasan. ¿Por qué te esfuerzas en brillar en esta vida? En el cielo es donde debes edificar morada y juntar tesoros, porque allí es donde habitarás eternamente. El hombre es tanto más feliz en esta vida cuanto más se aliviana por la pobreza y no gime bajo la carga de las riquezas. (Minucio Félix).
  
 III. Ni los lugares más agradables retienen al viajero; su patria lo atrae con tal encanto que todo lo demás no hace sino aumentar su nostalgia. ¿Por qué te detienes en los placeres de esta vida? Piensa en los del cielo. Si Dios te envía aflicciones, es para que el mundo no te seduzca con sus encantos falaces. Sírvete del mundo, pero no te dejes encadenar por él. La vida es un hospedaje: entraste en él sólo por un momento y para partir. (San Agustín).

El pensamiento del cielo
Orad por los peregrinos.

ORACIÓN
   Os suplicamos, Señor, que nos concedáis el auxilio de vuestra misericordia, y que, por la intercesión del bienaventurado Ubaldo, vuestro confesor pontífice, vuestra clemente mano nos ponga a cubierto de las emboscadas del demonio. Por J. C. N. S. Amén.
   


*Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

15/V SAN ISIDRO, Labrador

15 de Mayo
SAN ISIDRO
, 
Labrador




   El gloriosísimo patrón de la villa de Madrid y corte de los reyes de España, san Isidro labrador, fue hijo de Madrid, casado con santa María de la Cabeza, y hombre del campo, que se sustentaba con el sudor de su frente. Solía madrugar mucho para oír las misas que se decían en algunas iglesias de Madrid antes de comenzar las labores del campo en la casería de un caballero de la misma villa, llamado Juan de Vargas; y como los labradores de las caserías vecinas le pusiesen mal con su amo, diciéndole que no cuidaba de su hacienda, quiso un día aquel caballero enterarse por sí mismo de lo que pasaba, y viendo que se había puesto muy tarde arar, fuese para él con intención de reprenderle; mas acercándose a la heredad, vio como estaban arando a una parte y a otra de su criado dos pares de bueyes más, los cuales eran blancos como la nieve; con lo que entendió que los ángeles le ayudaban en su labranza. Otra vez sucedió que yendo unos hombres a buscar a san Isidro a la heredad, no le hallaron, sino sólo a los bueyes uncidos, que estaban por sí arando, sin regirlos nadie, y habían arado mucha tierra.
    Cuando se dirigía el santo labrador a sembrar, repartía el trigo que llevaba a los pobres, echando también puñados de él a las avecillas del campo diciendo: Tomad avecillas de Dios, que cuando Dios amanece para todos amanece: y aunque en el camino iban los costales menguados en tanto repartimiento, en llegando a la heredad, los hallaba llenos de trigo. Acontecíale también, yendo al molino, repartir gran cantidad de trigo a los pobres y a las aves, y moliendo después lo poco que había que dado, salía tanta harina, que no cabía en el costal. Era tan caritativo que tenía costumbre todos los sábados de hacer una olla aparte para los pobres en honra de la Virgen santísima, y para dar un día de beber a su amo en la heredad, hirió con su aguijada una piedra, y al punto salió una  fuente clara y milagrosa, la cual dura hasta hoy cerca de Madrid en una ermita del santo. Resucitó a una hija de aquel caballero, cuando estaba ya preparada la cera y todo lo demás que era necesario para el entierro: y habiéndose un día ahogado en el pozo un hijo del santo, se puso éste con su mujer en oración; y estando así, creció el agua del pozo hasta el brocal, apareciendo el hijo vivo sobre las aguas. Finalmente siendo ya san Isidro muy lleno de años y virtudes, y habiendo recibido devotísimamente los sacramentos, entregó su humilde espíritu al Criador. Cuarenta años después fue hallado su bendito cuerpo sin corrupción alguna, y trasladado con grande pompa a la iglesia de san Andrés, tocando todas las campanas de aquel templo por sí mismas, y sanando milagrosamente muchos enfermos. Muchas veces ha remediado el Señor faltas muy gran des de agua por intercesión de este santo.



REFLEXIÓN
   Es de admirar la sabiduría de Dios que ha hecho a un santo labrador patrón de la corte de los reyes de España, para que los príncipes y grandes venerasen a un pobre quintero e implorasen su favor y ayuda. ¡Oh! ¡cuántos monarcas se han postrado al pie del se pulcro de san Isidro, confesando la ven taja que hace la virtud a todas las grandezas humanas! De ella dice el Sabio, que "vale más que los tronos y cetros reales y que todas las riquezas del mundo: porque todo el oro es en su comparación un poco de arena, y la plata es como lodo delante de ella". (Sapient. VII)

ORACIÓN
   Rogámoste, oh Dios misericordioso, que por la intercesión de tu bienaventurado confesor Isidro, nos con cedas tu gracia para no sentir vanamente de nosotros mismos, y servirte con aquella humildad que te agrada. Por J. C. N. S. Amén.



*Flos Sanctorum de la Familia Cristiana, P Francisco De Paula Morell, S. J., Ed. Difusión, S. A., Buenos Aires, 1943.

15/V SANTA DIMFNE, Virgen y Mártir

15 de Mayo

SANTA DIMFNEVirgen y Mártir


 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal,
de modo que obedezcáis a sus concupiscencias.

(Romanos, 6, 12).

 Santa Dimfne fue hija de un príncipe irlandés o bretón. Viendo expuesta su virtud abandonó su patria. Arribó a Amberes y fue a radicarse en el pueblo de Ghee, en Campina (Bélgica). Sirvió allí al Señor por largo tiempo ejercitándose en la meditación y la penitencia. Descubriéronla en su retiro aquellos por los cuales hubo de dejar su patria y, en defensa de su castidad, recibió la muerte, fiel a su esposo Jesucristo.

MEDITACIÓN
SOBRE EL AMOR SENSUAL

I. Debemos todos temer las tentaciones del demonio de la carne, pues toda edad, todo sexo, toda condición, ha experimentado sus ataques. ¿Eres más sabio que Salomón, más piadoso que David, más santo que el Apóstol de los gentiles? Fue San Pablo sometido a esta tentación, los otros dos sucumbieron en ella. Mantente, pues, en guardia. De todos los combates los más rudos son los de la castidad, la lucha es de todos los días, y la victoria rara. (San Agustín)
   
II. Cierra la puerta de tu corazón a ese cruel tirano. Tus ojos, tus oídos son los traidores que le dan entrada en tu alma. Si te tomas la libertad de oír todo, de mirar todo, de leer toda clase de libros, muy pronto será asaltado por pensamientos deshonestos, y acaso, vencido. Haz un pacto con tus ojos, siguiendo el ejemplo del santo varón Job; no mires nada que te esté prohibido desear.
   
III. Si eres atacado por el demonio de la impureza, recuerda que Jesucristo ha declarado que esta clase de demonio no puede ser ahuyentado sino por el ayuno y la oración. Castiga tu cuerpo con cilicio, ayuno y disciplina; invoca a Jesús y a su Santísima Madre. La castidad es un don de Dios, pídela al Señor; reconoce que sin Él no puedes adquirir esta virtud. Sobre todo, resiste a esta pasión en sus comienzos y huye de las ocasiones conforme al ejemplo de Santa Dimfne.

La castidad
Orad por la conversión de los pecadores.

ORACIÓN
   Que la bienaventurada Dimfne, virgen y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, Señor, ella que siempre os fue agradable por el mérito de su castidad y por su valentía en confesar vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.



*Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

15/V SAN ISIDRO, Labrador

15 de Mayo

SAN ISIDRO, Labrador



   El gloriosísimo patrón de la villa de Madrid y corte de los reyes de España, san Isidro labrador, fue hijo de Madrid, casado con santa María de la Cabeza, y hombre del campo, que se sustentaba con el sudor de su frente. Solía madrugar mucho para oír las misas que se decían en algunas iglesias de Madrid antes de comenzar las labores del campo en la casería de un caballero de la misma villa, llamado Juan de Vargas; y como los labradores de las caserías vecinas le pusiesen mal con su amo, diciéndole que no cuidaba de su hacienda, quiso un día aquel caballero enterarse por sí mismo de lo que pasaba, y viendo que se había puesto muy tarde arar, fuese para él con intención de reprenderle; mas acercándose a la heredad, vio como estaban arando a una parte y a otra de su criado dos pares de bueyes más, los cuales eran blancos como la nieve; con lo que entendió que los ángeles le ayudaban en su labranza. Otra vez sucedió que yendo unos hombres a buscar a san Isidro a la heredad, no le hallaron, sino sólo a los bueyes uncidos, que estaban por sí arando, sin regirlos nadie, y habían arado mucha tierra.
    Cuando se dirigía el santo labrador a sembrar, repartía el trigo que llevaba a los pobres, echando también puñados de él a las avecillas del campo diciendo: Tomad avecillas de Dios, que cuando Dios amanece para todos amanece: y aunque en el camino iban los costales menguados en tanto repartimiento, en llegando a la heredad, los hallaba llenos de trigo. Acontecíale también, yendo al molino, repartir gran cantidad de trigo a los pobres y a las aves, y moliendo después lo poco que había que dado, salía tanta harina, que no cabía en el costal. Era tan caritativo que tenía costumbre todos los sábados de hacer una olla aparte para los pobres en honra de la Virgen santísima, y para dar un día de beber a su amo en la heredad, hirió con su aguijada una piedra, y al punto salió una  fuente clara y milagrosa, la cual dura hasta hoy cerca de Madrid en una ermita del santo. Resucitó a una hija de aquel caballero, cuando estaba ya preparada la cera y todo lo demás que era necesario para el entierro: y habiéndose un día ahogado en el pozo un hijo del santo, se puso éste con su mujer en oración; y estando así, creció el agua del pozo hasta el brocal, apareciendo el hijo vivo sobre las aguas. Finalmente siendo ya san Isidro muy lleno de años y virtudes, y habiendo recibido devotísimamente los sacramentos, entregó su humilde espíritu al Criador. Cuarenta años después fue hallado su bendito cuerpo sin corrupción alguna, y trasladado con grande pompa a la iglesia de san Andrés, tocando todas las campanas de aquel templo por sí mismas, y sanando milagrosamente muchos enfermos. Muchas veces ha remediado el Señor faltas muy gran des de agua por intercesión de este santo.



REFLEXIÓN
   Es de admirar la sabiduría de Dios que ha hecho a un santo labrador patrón de la corte de los reyes de España, para que los príncipes y grandes venerasen a un pobre quintero e implorasen su favor y ayuda. ¡Oh! ¡cuántos monarcas se han postrado al pie del se pulcro de san Isidro, confesando la ven taja que hace la virtud a todas las grandezas humanas! De ella dice el Sabio, que "vale más que los tronos y cetros reales y que todas las riquezas del mundo: porque todo el oro es en su comparación un poco de arena, y la plata es como lodo delante de ella". (Sapient. VII)

ORACIÓN
   Rogámoste, oh Dios misericordioso, que por la intercesión de tu bienaventurado confesor Isidro, nos con cedas tu gracia para no sentir vanamente de nosotros mismos, y servirte con aquella humildad que te agrada. Por J. C. N. S. Amén.



*Flos Sanctorum de la Familia Cristiana, P Francisco De Paula Morell, S. J., Ed. Difusión, S. A., Buenos Aires, 1943.

14/V SAN BONIFACIO, Mártir

14 de Mayo

SAN BONIFACIO, Mártir

 
Así como habéis empleado los miembros
de vuestro cuerpo en servir a la impureza
y a la injusticia para cometer la iniquidad,
así ahora empleadlos en servir
a la justicia para santificaros.

(Romanos, 6, 19).


   San Bonifacio vivía en pecado, en compañía de una dama romana llamada Aglae, de quien era administrador. Un día esta mujer, movida por la gracia, lo envió al Oriente para que procurase reliquias de mártires. "¿Qué dirías, - le dijo Bonifacio al partir-, si te trajesen mi cuerpo por el de un mártir? ¿Lo recibirías?" Llegado a Tarso, vio cómo un gran número de mártires soportaban jubilosamente los más crueles tormentos. "¡Ah -exclamó- qué grande es el Dios de los cristianos, qué grande el Dios de los mártires! Servidores de Cristo, rogad por mí para que, unido a vosotros, yo también combata a los demonios". Y, en efecto, confesó que era cristiano y, después de muchas torturas valientemente soportadas, fue decapitado.

MEDITACIÓN
SOBRE LA CONVERSIÓN
DE SAN BONIFACIO
   
I. Por muy entregado que estuviera al pecado, Bonifacio se distinguía por su caridad. Daba hospitalidad a los viajeros sin recursos, e iba, de noche, por calles y plazas, socorriendo a los pobres. ¿No te has hecho culpable de faltas contrarias a la pureza? Trata, mediante una tierna caridad para con los pobres, de atraer sobre ti la gracia de Dios. La limosna libra del pecado y de la muerte, e impide que el alma caiga en las tinieblas. (Tobías).
   
II. El arrepentimiento de su cómplice dio principio a la conversión de Bonifacio; la vista de los mártires la terminó. Acaso leyendo el relato de los suplicios de los mártires hayas exclamado: "¡Qué grande es el Dios de los cristianos!" Pero, ¿te ha conducido esta admiración a imitarlos sufriendo con paciencia, por lo menos las pruebas ordinarias de la vida? Las solemnidades de los mártires son exhortaciones al martirio. Tengamos la valentía de hacer lo que nos complacemos en alabar. (San Agustín).
  
III. Cuanto más grande sea la falta, más severa debe ser la penitencia. Contempla a Bonifacio recién convertido. Se le destroza el cuerpo, húndensele agudas cañas por debajo de las uñas, se le vierte en la boca plomo derretido, y no cesa él de repetir: Gracias os doy, Señor Jesús, Hijo de Dios. Recuperemos, como él, el tiempo perdido, mediante el fervor de nuestra penitencia. Y si fuimos para los demás ocasión de pecado, tratemos de reparar con nuestros buenos ejemplos, el mal que les hayamos hecho. Así fue como Anglae quedó firme en el bien por el martirio de Bonifacio. Colocó sus venerables restos en una tumba en la vía Latina, y, junto a ella, hizo construir una celda donde en medio de austeridades pasó los últimos quince años de su vida.

El buen ejemplo
Orad por los que habéis escandalizado.

ORACIÓN
   Dios omnipotente, haced, os lo suplicamos, que celebrando la solemnidad del bienaventurado Bonifacio, vuestro mártir, merezcamos ser ayudados por su intercesión ante Vos. Por J. C. N. S. Amén.



*Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

13/V SAN ROBERTO BELARMINO, Obispo y Confesor

13 de Mayo
SAN ROBERTO BELARMINOObispo y Confesor



   Se clausuró el magno concilio de Trento muy poco después que Belarmino se consagrara a Dios con sus primeros votos. Se seguían sus incidencias con pasión. Las conversaciones de los primeros años de vida religiosa de nuestro Santo tuvieron muchas veces que girar en torno al magno Concilio que había logrado estructurar los problemas básicos de teología en forma orgánica y dictaminar sabias medidas de auténtica reforma.   Lo que ahora urgía era llevar a la práctica los decretos. Esta fue la misión de Belarmino. Toda su vida girará en torno a la órbita de Trento.
   Ya su vocación a la Compañía de Jesús había nacido bajo el signo de la renovación espiritual. Sobrino del Papa Marcelo II, cuando más en auge estaba el nepotismo pontificio, amante de la literatura, música, arte, se sintió atraído hacia las bellezas del mundo clásico. Virgilio constituía sus delicias desde los primeros años.
   Por su familia, talento y aficiones estaba destinado al fausto y brillo de la corte pontificia. Parecía llamado para brillar en el firmamento del Renacimiento italiano. Pero su santa madre, Cintia Cervina, velaba por él. Le hizo ver lo peligroso de aquélla dorada escala. El mismo joven, con su característica ingenuidad, nos descubre sus reacciones íntimas. "Estando durante mucho tiempo pensando en la dignidad a que podía aspirar, me sobrevino de modo insistente el pensamiento de la brevedad de las cosas temporales. Impresionado con estos sentimientos, llegué a concebir horror de tal vida y determiné buscar una religión en que no hubiera peligro de tales dignidades".
   Misterios de Dios. La decisión firme de huir del episcopado y del cardenalato fue el móvil de la vocación religiosa del único santo jesuita obispo y cardenal.
   Dios a este hombre sediento de humillaciones le deparó triunfos insólitos, como muy pocos hombres los han experimentado. Fue el ídolo de amplios sectores, recibió el aplauso frenético de la muchedumbre que salía de sí por oír su palabra y devoraba sus libros con avidez.
   Ya en Florencia, Mondovi, y sobre todo Lovaina, antes todavía de ser sacerdote, se reveló como un orador excepcional. Llegó a escribir el superior a Roma que "nunca hombre alguno había hablado como el joven Belarmino”. Desde 1569 se convierte en el predicador nato de los universitarios. Profesores y estudiantes se apretujan en torno al púlpito del Santo. La iglesia entera estaba llena de gente. Su predicación retórica y recargada de metáforas al principio, conforme al gusto de la época, se transforma, gracias a un incidente fortuito —el extraordinario fruto que reportó de un sermón improvisado por fuerza—, en sencilla y eminentemente evangélica. Aun de naciones vecinas, e incluso de Inglaterra, venían herejes a oírle. Cada vez conseguía un fruto mayor. Conversiones, jóvenes se retiraban a ejercicios o decidían abrazar la vida de perfección.
   La predicación, con todo, no pasó de ser una de sus facetas. Pronto comenzó a descollar como teólogo, primero en el mismo Lovaina y después en Roma. Las universidades principales de Europa, incluyendo la de París disputaban por contarle entre sus profesores. Pero los superiores juzgaron más conveniente que irradiase su saber desde el corazón de la cristiandad. Allá le esperaba su gran obra. Fundó la cátedra de controversias para pulsar el momento teológico y dar la verdadera doctrina sobre los errores que pululaban entonces por los centro universitarios.
   El éxito provino principalmente del método que adoptó. Pasaba revista a los errores de los contemporáneos Pero no se limitaba a refutarlos. Los herejes quedaban más bien, como en la Suma de Santo Tomás, de marco de encuadre, servían únicamente para delimitar el planteamiento vital del problema. El iba derecho a la doctrina verdadera, exponía orgánicamente -siguiendo la estela del concilio de Trento- la verdad positiva, íntegra, total.
   Belarmino no tenía carácter de polemista. Alma sencilla, casi ingenua, carácter compasivo, estaba hecho la comprensión. El amor íntimo y apasionado a la Iglesia -supremo ideal de su vida- fue el gran motivo que le llevó a estudiar los errores de los heresiarcas.
   Sus discípulos, que corrían a sus clases, como antes en Lovaina habían afluido a los sermones, le pedían insistentemente que diese a la imprenta su exposición. Llegó a editar hasta veinte veces en treinta años el libro de las Controversias. Penetró en todas las universidades europeas y llegó a los más apartados centros de enseñanza. San Francisco de Sales, en su gran campaña contra los calvinistas, subía al púlpito armado de la Biblia y de Belarmino, como se llamaba en todas partes al gran libro. Se dice que uno de los corifeos luteranos exclamó: "Este libro nos ha perdido."
   No se limitó el Santo con instruir a los doctos. Su amor a la Iglesia le llevó a atender también al pueblo sencillo, tan ignorante en el campo religioso. Para ellos compuso la Doctrina cristiana breve, dirigida directamente a los  niños, y acompañada de otra Declaración más copiosa para los maestros. Ese pequeño libro alcanzó uno de los éxitos más sorprendentes, comparable al que han alcanzado los libros más leídos de la humanidad. Hasta casi nuestros días se ha ido editando sin cesar. Baste decir que se ha traducido a más de cincuenta lenguas y que las ediciones llegan a lo largo de tres siglos y medio a edición por año.
   Las facetas de orador, profesor y escritor no agotaron la actividad de Belarmino. El general de la Compañía de Jesús, Claudio Aquaviva, quiso que los jóvenes jesuitas se beneficiaran de su consejo e influjo. Le designó para la dirección espiritual de los que estudiaban en el Colegio Romano y después para rector del mismo centro. Tuvo Belarmino la dicha de contar entre sus hijos espirituales a San Luis Gonzaga.
   Iba creciendo de tal modo la estima del Papa para con el docto y santo jesuita, que el padre general comenzó a temer que le nombrase cardenal. Para conjurar este peligro decidió sacarle de Roma y designarle provincial de Nápoles. No le valieron al padre Aquaviva estas medidas. Clemente VIII le creó cardenal. "Le elegimos -dijo-  porque no hay en la Iglesia de Dios otro que se le equipare en ciencia y sabiduría." Belarmino se negó al principio a aceptar la alta dignidad. Alegó la incompatibilidad de su voto. El Papa lo anuló con su suprema autoridad y le mandó aceptar el cardenalato "en virtud de santa obediencia y bajo pena de pecado mortal". Por obediencia cambió su hábito, pero no el tenor de su vida. Con el mismo desinterés y abnegación de antes se dedicó al trabajo de las Comisiones cardenalicias. Intervino en las cuestiones más espinosas, como las de Galileo y la reforma del calendario. Trabajó febrilmente en la edición definitiva de la Vulgata. Asesoró al Papa en toda clase de negocios con plena franqueza. Llevado, sin duda, de su alma sencilla y recta, que no entendía de astucia diplomática y de dilaciones, expuso algunos pareceres con demasiada sinceridad. Parece que por ello cayó en desgracia del Papa, quien decidió alejarle de Roma y nombrarle arzobispo de Capua.
   El nuevo pastor se dio a sus diocesanos con celo sin igual. Allá pudo simultáneamente predicar, enseñar, escribir, organizar, explicar la doctrina cristiana. Abrazó toda clase de actividades. Realizó una reforma comparable, en pequeño, a la de San Carlos Borromeo.
   Entró en tres Cónclaves. Llegó a tener en uno hasta 14 votos para Papa. Tal vez le hubieran elegido si no hubiera sido jesuita. En esos momentos en que se hablaba de su ascensión al Trono, su jaculatoria favorita y su oración ininterrumpida era; "Señor, elige al más apto y líbrame del Papado."
   Dios no le había hecho para el Pontificado. Tenía el Santo que realizar su última misión. Dar al mundo entero ejemplo de humildad y pobreza. Al recién elegido Gregorio XV le pidió corno grande gracia el poderse retirar, al menos largas temporadas, al noviciado de los jesuitas. Tenía ya cerca de setenta y ocho años. Allá simultaneaba las actividades de cardenal con la vida de un novicio.
   Desgastado en su lucha por la defensa de la Iglesia, sus fuerzas iban fallando. Con todo le quedó todavía un arma: la pluma. La piedad que rebosaba de su alma fue impregnando sus últimos opúsculos espirituales, llenos de suave unción.
   Así se consumó la vida de este gran héroe. Había amado a la Iglesia con amor de enamorado. Dios le llamó a sí el 17 de septiembre de 1621. El Sacro Colegio quiso dejar constancia de los méritos del difunto cardenal. Escribieron en las Actas, entre otros elogios, "Varón esclarecido, teólogo eminentísimo, defensor acérrimo de la fe católica, martillo de los herejes. Varón piadoso, discreto, humilde, extraordinariamente limosnero".
   Pío XI le beatificó el 13 de mayo de 1923, le canonizó el 29 de junio de 1930 y le declaró doctor de la Iglesia el 17 de septiembre de 1931.
IGNACIO IPARAGUIRRE, S. I.
  

*Año Cristiano, Tomo II, biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1966.

13/V NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

13 de Mayo

APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA


  En 1917, Portugal estaba al borde del totalitarismo después de la revolución de 1910. Ésta había decretado la separación de la Iglesia y el estado, la propiedad de la Iglesia había sido confiscada, y se había ordenado la disolución de las congregaciones religiosas. Los intelectuales y los gobernantes eran antirreligiosos y decisivamente anticlericales. Sostenían que las creencias católicas tradicionales eran supersticiones y así lo indicaban en semanarios y diarios. Aún las áreas rurales normalmente inmunes a las novedades intelectuales de los centros cosmopolitas se vieron afectadas por el cierre de las iglesias y una cautelosa advertencia contra cualquier expresión externa de creencias religiosas. A pesar de esto, una sólida fe religiosa estaba arraigada en los sencillos campesinos del país. En esta atmósfera, tuvieron lugar una serie de apariciones de la Santísima Virgen a tres pequeños niños del villorrio rural de Fátima.
   Las apariciones de la Santísima Virgen comenzaron el 13 de mayo de 1917, pero habían sido precedidas por las de un Ángel. 
   En 1915, tres pequeños: Lucia dos Santos, de nueve años, y sus dos primos menores, Francisco y Jacinta Marto, estaban haciendo pastar a un rebaño de ovejas en las afueras de Fátima, cuando Lucía vio una nube translúcida que parecía tener una forma humana. Esta se movió a través del cielo y finalmente se posó sobre unos pinos.
   Un año después, en el verano de 1916, los niños llevaban su rebaño hacia  una pradera llamada Couza Velha y  fueron sorprendidos por una súbita tormenta. Guareciéndose en el refugio de una cueva cercana, decidieron comer y esperar hasta que la lluvia cesara antes de reagrupar sus manadas. Después de completar un breve Rosario, la lluvia paró repentinamente y, luego se levantó un fuerte viento. Entonces vieron nuevamente la nube transluciente que Lucía había visto el año anterior. Esta vez la nube se movió hacia ellos y finalmente tomó la forma de un " Joven " de cerca de catorce años de edad, que les dijo: "No teman. Soy el ángel de la Paz. Recen conmigo". "Entonces se arrodilló e inclinándose hacia adelante hasta apoyar la frente en la tierra, y rezó : "Dios mío, creo en ti,  te adoro y te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen, no te adoran y no te amanRepitió esta oración tres veces. Luego se levantó diciéndoles a los niños: "Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a las voces de sus suplicas". Diciendo esto, desapareció. Los niños estaban rebosantes de gozo y en estado de éxtasis. 
   Los pastorcitos decidieron guardar silencio acerca de sus experiencias temiendo hacer el ridículo y que no les creyeran. Muchas semanas después, el ángel se les apareció nuevamente y les pidió que ofrecieran sacrificios a Dios y aceptaran cualquier sufrimiento que el Señor les enviara. En esta tercera y final aparición en Octubre, el ángel trajo consigo un cáliz y antes de ofrecer la Hostia a Lucía, la única que había recibido la Primera Comunión , se postró en tierra y dijo:

   "Santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, Yo os adoro profundamente y os ofrezco el Precioso Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos de la tierra, en reparación por todos los ultrajes, sacrilegios, e indiferencia con la cual Él mismo es ofendido. Y a través de los infinitos méritos de Su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, os suplico la conversión de los pobres pecadores".
   Repitió esta oración tres veces y levantándose, elevó la Hostia y dijo:  "Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, horriblemente insultado por la ingratitud humana. Haced reparación de sus crímenes y consolad a vuestro Dios". Con esto, le dio la comunión a Lucía y dejó que los otros niños bebieran del Cáliz.
   Mientras esto ocurría en Portugal, la primera guerra mundial estallaba a través de Europa. En el otoño de 1914, el Papa Benedicto XV pidió a los líderes de Europa que pusieran fin al baño de sangre, pero fue en vano. Después de numerosas solicitudes, el 5 de Mayo de 1917, el Papa dispuso que la invocación Reina de la Paz, ruega por nosotros fuera permanentemente incluida en las letanías de la Santísima Virgen. Además dijo:  

    A María, quien es la Madre de la Misericordia y omnipotente por gracia, devotamente amémosla y atraigamos devotos de todos los rincones de la tierra - desde nobles templos hasta pequeñas capillas, de palacios reales y mansiones de ricos hasta las mas pobres villorrios - desde todos los lugares donde un alma llena de fe encuentre refugio - de la sangre que empapa las llanuras y los mares. Llevémosle a ella la angustia y el llanto de madres y esposas, el lamento de los pequeños inocentes, las miradas de todo corazón generoso, para que su mas tierna y benigna gracia sea movida y la paz que buscamos sea obtenida para nuestro agitado mundo.
   En Fátima, los niños seguían rezando y ofreciendo sus sacrificios, tal como el ángel les había pedido. El 13 de Mayo -ocho días después de que el Papa solicitara directamente la intervención del cielo- los pequeños pastores estaban llevando sus rebaños a las llanuras de Cova da Iria cuando un rayo muy brillante los deslumbró. Pensando que era un relámpago, corrieron a cobijarse bajo un alto roble. Un segundo rayo los asustó y entonces corrieron desde el árbol hacia el este buscando un mejor refugio . Sorprendidos, vieron un brillante globo de luz revoloteando sobre un pequeño arbusto. En medio de la luz se veía una Señora vestida de blanco brillante, con sus manos juntas sobre el pecho en actitud de orar, llevando en la mano derecha un Rosario.
   La Señora les habló con una suave y melodiosa voz:
   "¡No teman, no les haré daño !"
   Lucia le preguntó a la Señora de donde venia, a lo cual Ella respondió,
   "Vengo del cielo."
   Oído esto, Lucía le preguntó que quería de ellos. La Señora contestó:

    "Vengo a solicitarles a que vengan a este lugar por seis meses consecutivos, los días trece a esta misma hora. Entonces les diré quien soy, y que es lo que quiero. Luego volveré aquí una séptima vez".
   Lucía preguntó si ella iba a ir al cielo, y la Señora le respondió,
   "Si, tu irás".
   Preguntó entonces si Jacinta y Francisco también irían al cielo. La Señora respondió:
   "También. ¡Pero Francisco deberá rezar muchos Rosarios!"
   Después Lucía le consultó sobre el estado de dos niñas que habían muerto recientemente, la Señora contestó y luego les preguntó:

    "¿Desean ofrecerse a Dios, para resistir todo el sufrimiento que El pudiera enviarles, como expiación de los pecados con que es ofendido, y para pedir por la conversión de los pecadores?"
   Los niños respondieron: "Sí, queremos". La Señora entonces les dijo que tendrían que sufrir mucho, pero que la gracia de Dios seria su consuelo.
   Jacinta, la menor de los niños, estaba embelesada por la belleza y gentileza de la Señora. Cuando la aparición terminó continuaba repitiendo: "¡Oh, que hermosa Señora!".
   Aunque se habían puesto de acuerdo en no  hablar a nadie acerca de la aparición, Jacinta no pudo resistir el contarle a su madre acerca de la "bella Señora" que habían visto. 
   Tal como lo había prometido, María se les volvió a aparecer los 13 de cada mes durante seis meses. Los niños tenían mucho que sufrir. En su aparición de Julio, La Santísima Virgen les prometió hacer un milagro en Octubre para que todos aquellos que vinieran a Cova da Iria creyeran realmente que Ella estaba presente allí. También les dijo:

    "Sacrifíquense por los pecadores, y repitan continuamente, especialmente cada vez que hagan un sacrificio por ellos: ¡Oh Jesús, esto es por amor a ti, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados que se cometen contra el Inmaculado Corazón de María"
   La Santísima Virgen les dijo a los niños que pidieran a todos que rezaran, convirtieran sus almas a Dios y que honraran sus apariciones en ese lugar. Durante la aparición de Julio, les comunicó a los niños tres Secretos los que no debían ser revelados sino cuando Ella lo autorizara. Luego les dijo:
   "Cuando recen el Rosario, digan después de cada misterio: ¡Oh Jesús mío, perdónanos nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".
   Las apariciones empezaban a llamar la atención de las autoridades, de modo que en Agosto, justo antes del día 13, se llevaron a los niños, los interrogaron, y luego los encarcelaron en la prisión de la localidad,  amenazándolos con ejecutarlos. Todo esto como consecuencia de su negativa a cambiar la historia acerca de la hermosa Señora vestida de blanco y a no querer a revelar los Secretos.
   Los que habían ido a Cova da Iria sin saber que los niños habían sido raptados, cerca del mediodía oyeron un trueno y vieron al sol perder su brillantez, luego la atmósfera se volvió opaca y observaron una pequeña forma blanca nebulosa alrededor del tronco del árbol donde las apariciones habían tenido lugar. Vieron que las nubes que rodeaban al sol se volvían de color carmesí y rápidamente pasaron por todos los colores del arco iris. Después, todo volvió a la normalidad.
   Durante la última aparición, el 13 de  Octubre de 1917, La Señora de luz se  identificó como Nuestra Señora del Rosario. Los 70,000 peregrinos empapados de lluvia que habían ido a presenciar la última aparición de la Madre de Dios, observaron al sol girar fuera de su órbita, en un arco iris de colores; finalmente, cuando esto cesó, el sol pareció precipitarse sobre la tierra causando gritos de terror entre los peregrinos. Cuando volvió a su situación normal después de cerca de doce minutos de este inexplicable fenómeno, las ropas de los peregrinos, empapadas por la lluvia estaban totalmente secas. 
   Una de las principales publicaciones anticlericales de entonces, era O Dia, el periódico mas grande de Lisboa. En Octubre 17, publicó lo siguiente:

    A la una de la tarde, medio día, la lluvia se detuvo. El cielo, de color gris perlado, iluminó la vasta y árida pradera con una extraña luz. El sol aparecía con un velo de gasa transparente de tal forma que los ojos podían ser posados en él fácilmente. El tono de perlamadre se volvió como una hoja de plata la cual se disolvió mientras las nubes fueron puestas aparte y el sol plateado, envuelto en la misma gaseosa luz gris, fue visto agitarse y rotar en el circulo de nubes rotas. Un grito salió de los pechos y la gente cayó de rodillas en la fangosa tierra. La luz se volvió de un hermoso azul tal como si viniera a través de los vitrales de las ventanas de la catedral y se dispersó sobre la multitud que se arrodilló con las manos extendidas. El azul se disolvió lentamente y entonces la luz pareció filtrarse a través de un vidrio amarillo. El amarillo tiñó los blancos pañuelos y las blusas oscuras de las mujeres. Se lo reportó en los árboles, en las piedras y en la sierra. La gente lloró y rezó con las cabezas descubiertas en la presencia del milagro que habían observado.
   El otro periódico importante de Lisboa, O Seculo, envió a su editor, Avelino de Almeida a la escena. Este había sido escéptico acerca de la totalidad de la historia de Fátima y el milagro anunciado, en un artículo que escribió la mañana del mismo día 13. Sin embargo, ahora, como testigo de los eventos de Fátima, escribió lo siguiente:

   Desde el camino, donde los vehículos se habían estacionado y había cientos de personas que no se habían atrevido a meter en el lodo donde se habían congregado, podía verse a la inmensa multitud volverse hacia el sol, el cual estaba libre de nubes en su cenit. Este lucia como una placa de plata apagada y era posible mirarlo sin ninguna molestia. Parecía un eclipse. Pero en ese momento un gran grito estalló y uno podía oír a los espectadores cercanos gritando: "¡Milagro! ¡Milagro!" Ante los atónitos ojos de la multitud, cuyo aspecto era bíblico mientras permanecían con las cabezas descubiertas, ansiosamente hurgando el cielo, el sol temblaba, haciendo de improviso increíbles movimientos fuera de todas las leyes cósmicas -el sol "bailaba" de acuerdo a la expresión típica de la gente.
   Otro observador que testificó estos eventos fue Joseph Garrett, un profesor de ciencias naturales de la Universidad de Coimbra. El Doctor Garret describió los acontecimientos de manera similar:

   Este no era el chisporroteo de un cuerpo celeste, por sus giros en sí mismo en un loco remolino. Súbitamente un clamor se escuchó entre la gente. El sol, girando, parecía perderse del firmamento y avanzar aterradoramente sobre la tierra como para aplastarnos con su poderoso y fiero peso. La sensación durante estos momentos fue terrible.
   Una versión condensada de los eventos en Fátima fue publicada por varios periódicos de todo el mundo, a pesar de que los astrónomos no reportaron que nada inusual había sucedido con el sol.
   Después de casi treinta años de ser examinado por una comisión compuesta por clérigos, físicos y científicos. La Iglesia Católica estableció, el 13 de Octubre de 1930, que las apariciones de Fátima eran auténticas,  con la siguiente declaración del Obispo de Leiría:

   "Consideramos nuestro deber:
  • 1) Declarar digna de credibilidad las visiones de los pastores en Cova da Iria, en el paraje de Fátima de esta diócesis, en el día treceavo de los meses de Mayo a Octubre de 1917;
  • 2) Otorgar permiso oficial para el culto a Nuestra Señora de Fátima."
   Los Secretos comunicados en estas apariciones fueron solamente revelados en 1942, cuando la única sobreviviente, la hermana - Lucia escribió cuatro memorias separadas entre 1935 y 1941. Los Secretos revelados por la Santísima Virgen en 1917 fueron:



  • Una visión de la realidad del infierno, previamente descrito, el cual era tan horrendo para los visionarios que estos desearon tomar todas las penas y mortificaciones inimaginables, si con esto tan sólo pudieran evitar que las almas fueran allí. María les dijo, "Ustedes han visto el infierno donde las almas de los pobres pecadores van. Para salvarlos, Dios desea establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón."
  • " La Primera Guerra Mundial terminará pronto. Sin embargo, si la humanidad no cesa de ofender a Dios, otra guerra peor estallará en el reinado de Pío XI. Cuando vean la noche iluminada por una luz desconocida, sepan que esta es la gran señal que Dios les da, y que Él va a castigar al mundo por sus crímenes, lo que significa guerra, hambre, persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir esto, Yo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados. Si mi solicitud es atendida, Rusia se convertirá, y entonces habrá paz. Si no, Rusia propagará sus errores a través del mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia; los buenos serán martirizados, El Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas; y al final mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre hará la consagrción de Rusia, que se convertirá, le será otorgado al mundo un tiempo de paz".
  • Lucía dijo "que el tercer secreto no podía ser abierto antes de 1960" . Tres Papas han dicho haberlo leído en los años posteriores a 1960, pero decidieron no publicar su contenido.

  •    La devoción al Inmaculado Corazón de María se ha incrementado dramáticamente después de la Segunda Guerra Mundial luego de que los secretos fueran más conocidos. Sin embargo, esta devoción ha ido declinando durante los últimos veinte años. Las principales predicciones del segundo Secreto se han cumplido.
       La Primera Guerra Mundial finalizó un año después de la última aparición de Fátima. Muchos historiadores estarían de acuerdo en que la Segunda Guerra Mundial empezó en 1938, el último año del reinado de Pío XI , con la anexión Germana de Austria. Dos meses antes de este acontecimiento una inusual aurora con una luz ultraterrena se mostró en el cielo hacia el Norte ocasionalmente visible en la noche en altas latitudes, fue vista sobre toda Europa y reportada ampliamente por la prensa ya que fue observada tan lejos como desde el sur Roma. Atónitos observadores reportaron incendios forestales e intensos fuegos aparentemente asociados con estas luces extrañas. Poco antes de que estas apariciones empezaran, la revolución Bolchevique irrumpió y llevó a Rusia a la senda del Comunismo. Mas de 35 millones de católicos devotos fueron asesinados por Stalin ya sea en el Gulag o mediante sus escuadrones de aniquilamiento. Rusia se anexó un número de países vecinos a la USSR y el comunismo se volvió un dogma que reemplazó al fascismo como la mayor amenaza global a la libertad y dignidad personal.
       No tan conocida como el Tercer Secreto de Fátima, es una locución interior reportada en una carta escrita por la Hermana Lucia en 1943. En esta carta, la Hermana Lucia estableció que Nuestro Señor le había pedido que transmitiera sus preocupaciones al Obispo de España. Su carta dice, en una parte:

       "Debido al acto de consagración hecho por Su Santidad (en Octubre 31 de 1942), Él (Nuestro Señor), promete que la guerra terminará pronto. Pero ya que esta (la consagración) estaba incompleta, la conversión de Rusia será pospuesta. Si el obispado de España no hace caso de Sus deseos, esta (Rusia) nuevamente será azotada con lo cual Dios los castigará."

       

    12/V SANTOS NEREO, AQUILEO, DOMITILA Y PANCRACIO, Mártires

    12 de Mayo

    SANTOS NEREOAQUILEODOMITILA y PANCRACIOMártires

    STOS. NEREO, AQUILEO,
    Y DOMITILA
    SAN PANCRACIO

    Si complaciese todavía
    a los hombres, no sería yo
    siervo de Cristo.
    (Gálatas 1, 10).


       Nereo y Aquilea aconsejaron a Flavia Domitila que consagrase su virginidad al Señor, y fueron denunciados como cristianos por Aureliano, pretendiente de esta princesa. Domiciano los desterró, con Domitila, a la isla de Ponti, donde mucho padecieron por la causa de Cristo. Después fueron conducidos a Terracina. Allí, Nereo y Aquileo fueron decapitados, y Domitila pereció en la hoguera junto con las vírgenes Teodora y Eufrosina, sus dos hermanas de leche.
       Pancracio fue decapitado en Roma a los catorce años de edad, después de haber confesado con entereza a Jesucristo.

    MEDITACIÓN SOBRE
    LA MALA COMPLACENCIA
       
    I. No te imagines que podrás agradar a todo el mundo; ni nuestro Señor lo ha logrado. ¿Acaso no se murmura todos los días contra Dios? El que va a viajar quiere un día sereno y el hortelano lluvioso; Dios no puede contentar a todo el mundo: ¿cómo lo podrías tú? Haz tu deber y deja que hablen. Las cosas que se digan de ti no harán daño a tu felicidad, si tienes suficiente entereza de espíritu como para menospreciarlas.
       
    II. A menudo censurarán tus acciones aun las más santas y alabarán las más imperfectas. Si eres humilde, se te calificará de cobarde; tu virtud será tenida por hipocresía. El pródigo pasará por generoso y el hipócrita por virtuoso. ¡Fíate ahora del juicio de los hombres, que alaban el vicio y desacreditan la virtud! ¿Es por ventura razonable que te alegres con los elogios de los necios y te aflijas por sus desaires?
       
    III. No cometas pecado alguno, por pequeño que sea, ni omitas ninguna buena obra por agradar a los hombres. Si ellos son razonables, quedarán en cantados viendo que eres fiel a Dios; si no lo son, su estima debe serte indiferente. Es más fácil agradar a Dios que a los hombres, porque Dios es inmutable y los hombres son inconstantes. Cuán dichosos sería mos, si hiciéramos tanto caso de los mandamientos de Dios como hacemos de las burlas de los hombres. (San Paulino). 


    El desprecio al respeto humano
    Orad por por vuestros
    superiores eclesiásticos.

    ORACIÓN
       Señor, que la dichosa festividad de vuestros mártires Nereo, Aquileo, Domitila y Pancracio, nos sea siempre propicia y nos haga dignos de vuestras mercedes. Por J. C. N. S. Amén.




    *Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

    DOMINGO INFRAOCTAVA DE LA ASCENCIÓN

     DOMINGO DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN

    (Doble - Ornamentos blancos)


    El día de la Ascensión nos llenábamos de alegría por el triunfo de Cristo, que es también el nuestro; pero hoy su ausencia arroja sobre nosotros un velo de melancolía. Él ha subido a los Cielos, y, aunque es verdad que prometió no dejarnos huérfanos, el Espíritu Consolador no ha venido todavía. Llena de nostalgia, la Iglesia "eleva su voz hacia Él y busca su rostro" (Introito). Antiguamente le buscaba hasta de una manera sencilla, reuniéndose como lugar de estación en la iglesia de Santa María "ad Mártyres", en el viejo Panteón de Agripa, donde se guardaba el lienzo de la Verónica. Es una Misa llena de calor, de añoranza y de esperanza. San Pedro nos habla del poder de la caridad (Epístola), que realiza la unidad de los que creen en Cristo. El Evangelio nos prepara a recibir el Espíritu Santo, que es el que ha de infundir en nosotros el temple viril de los mártires. La Iglesia ama y padece. En el amor se verá si vive en nosotros el Espíritu de Dios; pero el amor se prueba en las contradicciones y en los sufrimientos. En la prueba recordemos las palabras de Cristo: "Padre: cuando estaba con ellos, Yo los guardaba; pero Yo vuelvo a Ti. No te ruego que los saques del mundo, sino que los libres del mal" (Comunión).

    11/V SAN MAJELO O MAYOLO, Abad

    11 de Mayo

    SAN MAJELO O MAYOLO, Abad


    Jesús crecía en sabiduría, 
    en edad y en gracia delante
    de Dios y de los hombres.
    (Lucas, 2, 52).

       San Majelo, habiendo terminado sus estudios en Lyon, fue nombrado, a pesar de su resistencia, arcediano de Macón. Con posterioridad fue propuesto para ocupar el arzobispado de Besanzón, pero rehusó esta dignidad y se retiró al monasterio de Cluny, donde sucedió a San Aimardo en calidad de abad. Llamado a París para el arreglo de algunos asuntos en el monasterio de San Dionisio, cayó enfermo en el camino y murió en Souvigny, en el año 994. Su admirable virtud le granjeó el amor de Dios y el de los hombres.

    MEDITACIÓN
    SE HA DE CONTENTAR A DIOS,
    A LA CONCIENCIA Y A LOS HOMBRES

    I. Dios quiere salvarte, pero no lo hará sin tu cooperación. No persigas, pues, otro objetivo que el de agradarle y cumplir su santa voluntad. Nada ha gas contrario a sus mandamientos, ni a los de su Iglesia. ¿De qué te serviría haber pasado como honesto en este mundo, haberte conquistado el favor y la estima de todos los hombres, si eres objeto del desprecio y del aborrecimiento de Dios?

    II. Condúcete según las luces que Dios te da, nunca obres en contra de lo que tu conciencia y tu razón te dicten; es el primer director a quien debes obedecer. Escucha también las inspiraciones particulares del Espíritu Santo; no las resistas nunca si quieres conservar la paz en tu interior. Si Dios y tu conciencia dan testimonio de tu inocencia, deja a los insensatos que digan lo que quieran. (San Gregorio).

    III. No tengas una virtud excesivamente rígida, sobre todo si tu condición te obliga a vivir en el mundo. La afabilidad, la dulzura, la bondad, no son in compatibles con la virtud aun más perfecta; se puede ser un santo y un hombre amable a la vez. Ten cuida do; lo que tú llamas austeridad no es a menudo sino secreta vanidad y dureza de corazón, contrarios al espíritu de mansedumbre que Jesucristo nos recomienda.

    La pureza de intención
    Orad por por el
    acrecentamiento de la caridad.

    ORACIÓN

       Haced, Señor, os lo suplicamos, que la intercesión de San Majelo, abad, nos haga agradables a vuestra Majestad, a fin de que obtengamos, por sus oraciones, lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.



    *Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

    INTRODUCCIÓN

    Acerca de la Santa Misa